Bible Commentaries
1 Samuel 14

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

XIV.

( 1 Samuel 14:1 ) La guerra de Sa�l con los filisteos - Jonat�n se convierte en el h�roe divinamente designado para la liberaci�n del pueblo de sus enemigos inquietos - La batalla de Micmash - El juramento precipitado de Sa�l - La casa de Sa�l.

Versículo 1

Ahora sucedi�. - Como en fuerte contraste con Sa�l - quien en Gilgal descart� abiertamente la ayuda sobrenatural prometida por Samuel, mostrando claramente por su conducta en esa ocasi�n memorable que apenas cre�a en la parte que el Rey invisible hab�a desempe�ado en la historia del pueblo. - La acci�n de Jonat�n en Micmas, que condujo a la derrota del ej�rcito filisteo, se relata con cierto detalle.

Jonathan era el guerrero t�pico de esa �poca salvaje y aventurera: valiente, caballeresco y generoso, que evidentemente pose�a una gran fuerza y ??una habilidad inusual en todos los ejercicios b�licos. Estaba animado por una fe intensa en la voluntad y el poder del Eterno para ayudar a Israel. Esta poderosa fe en la presencia eterna del Dios que eligi� a Israel, fue la fuente principal del poder victorioso de todos los grandes h�roes hebreos, de hombres como Josu� y Gede�n, Barac y Sans�n. David, el m�s grande de todos, como veremos, pose�a este sublime esp�ritu de fe en un grado preeminente. Pero al rey Sa�l le faltaba por completo; de ah� su rechazo.

El coraz�n del joven pr�ncipe ard�a dentro de �l por la degradaci�n que la ocupaci�n filistea trajo sobre el pueblo. Su padre era demasiado prudente para entablar batalla con sus propias fuerzas d�biles y desorganizadas, por lo que Jonat�n decidi�, con la ayuda del Divino Amigo de Israel, asestar un golpe a estos enemigos insolentes. En cualquier otra circunstancia, sin la conciencia de una ayuda sobrenatural, intentar semejante haza�a con las armas habr�a sido una locura; pero Jonat�n ten�a la convicci�n interior de que un Brazo invisible sostendr�a un escudo ante �l. Es notable que nunca le comunic� su desesperado prop�sito a su padre, Sa�l.

Versículo 2

Debajo de un granado. - Se ha notado el amor de Sa�l por los �rboles, que era tan com�n entre los hijos de Israel. (V�ase nuevamente 1 Samuel 22 ; 1 Samuel 14:6 Se dice que el rey est� bajo el tamarisco de Ramali; se menciona especialmente a D�bora por juzgar a Israel bajo la palmera en Bet-el).

Versículo 3

Ah�as, hijo de Ahitob. - Las Cr�nicas, al ensayar estos hechos, nos muestran la terrible impresi�n que hab�an causado los �ltimos acontecimientos del reinado de El� como sumo sacerdote en Israel. La destrucci�n de Shiloh, la muerte del sumo sacerdote, la ca�da de Finees y su hermano en la batalla, las circunstancias melanc�licas del nacimiento de I-chabod, estaban todav�a frescas en la memoria del pueblo. Bien podr�a Jonat�n estar dispuesto a sacrificarse si pudiera asestar un golpe eficaz a estos enemigos hereditarios de su pa�s.

De este sumo sacerdote Ah�as nunca volvemos a o�r en estos libros de Samuel. Generalmente se supone que es el mismo que el sumo sacerdote Ahimelec, quien posteriormente fue asesinado por Doeg, por orden de Sa�l, con los sacerdotes en Nob ( 1 Samuel 22:9 , etc.). El nombre Ahiah significa "hermano" o "amigo del Eterno"; Ahimelec, "hermano del rey", puede ser otra forma del mismo nombre.

Llevaba un efod. - El efod aqu� aludido no es la vestidura sacerdotal ordinaria de lino blanco, sino la vestidura oficial que usa solo el sumo sacerdote, en la que se encuentra el pectoral de gemas con los misteriosos Urim y Tumim, por el cual se sol�a hacer la investigaci�n. del Se�or.

Versículo 4

Bozez ... Seneh. - Estos nombres son de extrema antig�edad. Su significado est� en disputa. Posiblemente Bozez significa "brillante" y Seneh "la accacia". Estas rocas han sido identificadas por viajeros modernos.

Versículo 6

Y Jonat�n dijo. - Este compa�ero de armas respondi� al escudero del caballero de la edad media. Gede�n, Joab, David y otros de los famosos guerreros israelitas estaban constantemente acompa�ados de manera similar por un escudero.

Ven y d�janos ir. - Aunque en esta historia de la gran haza�a de Jonat�n no se menciona que el �Esp�ritu del Se�or� haya venido sobre �l, como en el caso de Gede�n ( Jueces 6:34 ), Otoniel ( Jueces 3:10 ), Sans�n , y otros - quienes, para permitirles realizar un acto en particular, fueron temporalmente dotados de fuerza, coraje y sabidur�a sobrehumanos - no hay sombra de duda, pero en este caso el �Esp�ritu del Se�or� descendi� sobre el heroico hijo de Saul.

Todas las circunstancias relacionadas con este evento, que hab�a marcado una influencia tan grande en la suerte de Israel, son evidentemente sobrenaturales. El pensamiento valiente aunque desesperado que sugiri� el ataque, el coraje y la fuerza necesarios para llevarlo a cabo, el extra�o p�nico que se apoder� de la guarnici�n filistea, la absoluta consternaci�n que se extendi� sobre todas las fuerzas filisteas, y que hizo que huyeran en total confusi�n ante los peque�os grupos de israelitas, todos pertenecen a la misma clase de incidentes tan comunes en la historia hebrea anterior, cuando est� claro que el Glorioso Brazo del Eterno los ayud� de una manera que no ayud� a ning�n otro pueblo.

El t�rmino "incircuncisos" se aplica com�nmente a los filisteos ya otros enemigos de Israel. Se utiliza como un t�rmino especial de reproche. La enemistad entre Filistea e Israel dur� un largo per�odo y fue muy amarga.

Puede ser que el Se�or trabaje por nosotros. - Estas palabras explican la aparente imprudencia del intento de Jonathan. Otro era el que luchar�a contra la guarnici�n armada en los altos picos de enfrente y lo devolver�a sano y salvo a su pueblo de nuevo.

Porque no hay restricci�n en el Se�or para salvar por muchos o por pocos. - �Oh divina potencia de la fe, que hace al hombre m�s que a los hombres. La pregunta no es qu� puede hacer Jonat�n, sino qu� puede hacer Dios, cuyo poder no est� en los medios, sino en �l mismo. No hay restricci�n en el Se�or para salvar por muchos o por pocos. Oh admirable fe en Jonat�n, a quien ni la inclinaci�n de las rocas ni la multitud de enemigos pueden disuadir de tal asalto ". - Obispo Hall.

Versículo 7

Vu�lvete. - Las mismas palabras del escudero del pr�ncipe parecen haberse conservado; la expresi�n es coloquial y aqu� se traduce literalmente. Significa: �Contin�a; Seguir�."

(8) He aqu�, pasaremos. - El escarpado risco en el que estaba atrincherado el puesto de avanzada filisteo estaba al otro lado de un profundo barranco, o abismo, que separaba a los ej�rcitos enemigos.

(9) Si nos dicen as�. - Anhelaba un signo sobrenatural que le confirmara su convicci�n de que el impulso que lo impulsaba a este acto de extrema audacia era en verdad una voz del cielo.

Versículo 11

Y los filisteos dijeron ... - F�cilmente los centinelas del puesto de avanzada podr�an haber hecho rodar piedras por el escarpado acantilado y arrojar a los intr�pidos asaltantes; pero los trataron con absoluto desprecio, probablemente pensando en capturarlos vivos si alguna vez lograban escalar el resbaladizo acantilado.

Versículo 13

Y cayeron ante Jonat�n ... - Se le dio la se�al por la que or�. Probablemente hab�a pocos centinelas en sus puestos; la inaccesibilidad de la escarpada fortaleza hab�a arrullado a la guarnici�n a la seguridad. Los pocos que lo miraban se burlaron al principio, y luego, mientras Jonathan avanzaba con extra�a rapidez, parec�an estar, por as� decirlo, paralizados (la haza�a no era nada humana) cuando el hombre, todo armado, salt� por encima del parapeto rocoso.

"Su arma principal era su arco", escribe Dean Stanley; "Toda su tribu era una tribu de arqueros, y �l era el arquero principal de todos ellos". Al llegar a la cima, en r�pida sucesi�n dispar� sus flechas mortales, su valiente escudero siguiendo el ejemplo de su jefe. y veinte hombres, dice el registro, cayeron antes de recuperar la sorpresa. En un momento, el p�nico se apoder� de la guarnici�n y se produjo una huida apresurada, porque sintieron que no ten�an que enfrentarse a ninguna fuerza mortal.

Versículo 14

Y esa primera matanza ... - Existe una duda considerable en cuanto al significado exacto de este vers�culo. La LXX. o ten�an aqu� un texto diferente ante ellos, o bien traduc�an, como se ha sugerido, "conjeturalmente, lo que no entend�an"; su interpretaci�n es "unos veinte hombres, con dardos y hondas y piedras del campo". Ewald explica las palabras hebreas de la siguiente manera: �Al principio, derriba a unos veinte hombres a la vez, como si se estuviera arando un yugo de tierra, que debe cuidarse de oponerse a la reja afilada en medio de su arado. trabajo." La interpretaci�n m�s simple parece ser que veinte hombres fueron derribados, uno tras otro, en la distancia de medio camino de tierra. Bunsen considera este verso un extracto de un poeta.

Versículo 15

Y hubo temblores en la hostia. - El resto de la guarnici�n del puesto de avanzada, presa del p�nico, escap� al otro campamento del cuerpo principal del ej�rcito, esparciendo consternaci�n mientras hu�an.

Y la tierra tembl� ... - Para agregar a la terrible confusi�n, se sinti� un terremoto, que complet� la derrota de los filisteos; percibieron que alg�n poder divino estaba luchando contra ellos, y todas las historias del Auxiliar invisible de los hebreos pasar�an por sus mentes. Algunos explicar�an el terremoto como una descripci�n po�tica del terror y la confusi�n extremos que prevalecieron cerca y lejos, pero el significado literal es con mucho el mejor.

El Eterno luch� por Jonat�n e Israel ese d�a, y los poderes de la naturaleza fueron convocados para ayudar al joven h�roe, como lo hab�an sido antes, cuando Fara�n persigui� al pueblo en el Mar Rojo ( �xodo 14:26 ), como cuando Josu� luch� contra los cananeos en Bet-hor�n ( Josu� 10:11 ), y como cuando Barac derrot� a S�sara en Cis�n ( Jueces 5:21 ).

Versículo 16

Y los centinelas de Sa�l en Guibe� de Benjam�n miraron ... - La distancia entre los puestos de avanzada del peque�o ej�rcito israelita y la gran hueste filistea era de s�lo dos millas, pero un profundo barranco o abismo se extend�a entre ellos. Los centinelas de Sa�l pudieron ver bien la escena de terrible confusi�n en los puestos de avanzada, una confusi�n que pudieron discernir se estaba extendiendo r�pidamente por el campamento m�s distante del cuerpo principal.

Las palabras hebreas vay�leh vah?lom, en la �ltima cl�usula del verso, se han traducido de diversas formas; la interpretaci�n rab�nica es la mejor: "magis magisque pangebatur" - "estaban cada vez m�s divididos". Esto toma h?lom como un infinitivo absoluto. La LXX. considera esta palabra un adverbio, y se traduce enthen hai enthen, aqu� y all�, y no intenta dar ninguna traducci�n para vay�leh.

Versículo 17

Entonces dijo Sa�l ... - Cuando se inform� al rey Sa�l de este p�nico que estaba teniendo lugar en el ej�rcito filisteo, �l naturalmente pregunt� qu� lo hab�a causado, sabiendo que �l, como general en jefe, no hab�a dado instrucciones para cualquiera de sus hombres para atacar al enemigo. En la peque�a fuerza israelita, cuando se pas� lista, pronto se descubri� qui�n faltaba.

Versículo 18

Y Sa�l dijo a Ah�as ... - La LXX. dice aqu�: �Y Sa�l dijo a Ah�as: Trae el efod; porque llev� el efod en aquellos d�as delante de los hijos de Israel �. Esta es una declaraci�n de f�cil comprensi�n. Sa�l ten�a dudas sobre qu� hacer bajo la presente emergencia. �Deber�a �l - viendo el p�nico que evidentemente estaba aumentando en el campamento filisteo, y sin saber nada de la causa, solo que su hijo y el escudero hab�an desaparecido - deber�a arriesgar su peque�a fuerza y, dejando su posici�n fuerte, atacar ese gran hueste de enemigos aparentemente presa del p�nico? Entonces mand� llamar al sumo sacerdote Ah�as y le pidi� que consultara el Urim y Tumim en su efod.

Pero el hebreo y todas las versiones se leen como en nuestra versi�n en ingl�s, �Traed el arca de Dios�. �Qu� significa esto? �Estaba el Arca, entonces, con ese peque�o grupo de Sa�l? Nunca antes, ni despu�s, encontramos el m�s m�nimo indicio de que el cofre sagrado sali� de la �ciudad de los bosques� (Quiriat-yearim) hasta que David lo llev� a Si�n. Entonces, nuevamente, la palabra que precede a "Traer aqu�" nunca se usa en conexi�n con el Arca.

No se pod�a hacer ninguna pregunta u or�culo al Arca o por el Arca. El Urim y Tumim, lo que fueran estos objetos misteriosos, solo se usaban para dar respuestas a las preguntas formuladas solemnemente por el rey y el pueblo, y este Urim y Tumim estaban conectados, no con el Arca, pero con el efod del sumo sacerdote. En general, la lectura de la LXX. probablemente representa el hebreo original. Sin embargo, el texto hebreo actual, con la palabra "Arca", es claramente de una antig�edad extrema; la segunda parte del verso es probablemente una glosa explicativa de alg�n escriba antiguo.

El relato de Josefo de esta transacci�n nos muestra que ten�a ante s� un texto correspondiente a la LXX. Sus palabras son: �Orden� al sacerdote que tomara el manto de su sumo sacerdocio y profetizara� ( Antiq., 6 � 3). Maurer prefiere el texto hebreo actual, porque dice: En ese momento supremo de peligro, Saulo no quer�a el consejo de un or�culo, sino m�s bien la ayuda y el aliento que la presencia del Arca sagrada dar�a a su pu�ado de soldados.

Pero esto degradar�a a Sa�l al nivel de los supersticiosos Ofni y Finees, los malvados hijos de El�. quienes, se recordar�, expusieron y perdieron el Arca sagrada en la batalla fatal en la que perecieron. Saulo, con todos sus defectos, era un tipo de hombre mucho m�s noble que aquellos sacerdotes derrochadores, aunque valientes.

Versículo 19

Retira tu mano. - El instinto del general, como era de esperar del car�cter de Saulo, pronto super� su primer deseo de una gu�a divina. Su ojo atento vio que la confusi�n en el campamento filisteo iba en aumento; ahora era el momento de que su peque�a fuerza compacta se lanzara a la mel�e; de modo que inmediatamente le pide a Ah�as, el sacerdote del Se�or, que levante el Urim y Tumim, y no busque m�s consejos superiores, porque ha llegado la hora de pelear en lugar de orar.

Esta ha sido la interpretaci�n general de la acci�n de Saulo aqu�. Wordsworth cita al obispo Andrewes, diciendo: �Hay algunos que junto con Sa�l pedir�n el arca, y pronto gritar�n '�Fuera!' es decir, comenzar� sus oraciones y las interrumpir� en medio en cada ocasi�n ". Y el obispo Hall: �Saul consultar� el Arca; los hip�critas, cuando tienen tiempo libre, quiz�s sean santos. Pero cuando se despert� el tumulto, la piedad de Sa�l disminuy�. "Retira tu mano", dijo; el Arca debe dar lugar a las armas '�.

Versículo 20

Se ensamblaron a s� mismos. - En el margen de la versi�n en ingl�s encontramos "lloramos juntos", es decir, "fueron reunidos al son de la trompeta". El sir�aco y el vulgo, sin embargo, traducen con mayor precisi�n el grito hebreo , es decir, elev� el grito de guerra de Israel.

La espada de cada hombre estaba contra su pr�jimo. - La declaraci�n en el pr�ximo vers�culo (21) explica esto. Aprovech�ndose de la salvaje confusi�n que reinaba ahora en toda la hueste filistea, una parte de sus propios auxiliares �aliados reacios, sin duda� volvieron las armas contra sus patrones o amos. A partir de este momento, nadie en el ej�rcito presa del p�nico pudo distinguir correctamente al amigo del enemigo.

En tal escena de confusi�n, la carga de Sa�l, a la cabeza de su peque�a pero bien entrenada banda de soldados, debi� haber tenido una ejecuci�n terrible. Gritando el famoso grito de guerra de Benjam�n, penetr� como una cu�a en el coraz�n de la hueste filistea quebrada.

Versículo 21

Adem�s los hebreos que estaban con los filisteos. - Estos israelitas eran, muy probablemente, prisioneros que hab�an sido obligados a luchar contra sus compatriotas, o se les hab�an levantado grav�menes en aquellas partes de la tierra m�s inmediatamente bajo la influencia filistea. Estos, leemos, aprovecharon la primera oportunidad para ir a ver a Sa�l. Otros israelitas, probablemente hombres de aldeas enteras, que se hab�an visto obligados, como resultado de los �ltimos �xitos de los filisteos, a abandonar sus granjas y buscar una vida precaria en las colinas, se unieron a la persecuci�n de los ej�rcitos filisteos que ahora volaban. Este es el significado de las palabras del vers�culo 22, que habla de "los hombres de Israel que se hab�an escondido en el monte Efra�n".

Versículo 23

Entonces el Se�or salv� a Israel ... - Las mismas palabras que se usaron en el Mar Rojo, despu�s de la liberaci�n del pueblo de Egipto. As� que la batalla se extendi� hacia el oeste a trav�s de Bet-av�n, pasando por la ciudad y el pueblo, sobre el monte Efra�n. Fue una victoria decisiva, aplastante en sus resultados para los filisteos, quienes fueron rechazados con tanta eficacia que no reaparecieron hasta el final del reinado de Sa�l. El rey estaba ahora en libertad de desarrollar el car�cter militar del pueblo; y hasta el desastre que acab� con su vida y su reinado, sus diversas campa�as contra las naciones id�latras que rodeaban a Israel generalmente parecen haber ido de victoria en victoria.

Versículo 24

Y los hombres de Israel se angustiaron ese d�a. - La LXX., Entre los vers�culos 23 y 24, tiene una adici�n algo larga: �Y todo el pueblo estaba con Sa�l, como diez mil hombres; y la batalla se extendi� por toda la ciudad, en los montes de Efra�n; y Sa�l cometi� un gran error ". El n�mero 10,000 no es improbable, ya que a la peque�a fuerza original que se hab�a mantenido con Sa�l y Jonat�n se unieron los auxiliares hebreos en el campamento filisteo, y tambi�n muchos de los fugitivos de las aldeas circundantes. Le�mos que estaban �angustiados�, es decir, agotados por la larga persecuci�n en las colinas de Efra�n.

Porque Sa�l hab�a conjurado al pueblo. - Mejor, y Saul, etc. es decir, el rey estaba tan concentrado en su venganza, tan decidido a perseguir al m�ximo a estos filisteos que durante tanto tiempo hab�an desafiado su poder, y que lo hab�an abatido tanto, que rencor� a sus soldados por el necesario descanso y refrigerio, y, con terrible voto, consagraba a muerte a todo el que en ese d�a de sangre aflojara la mano por un momento, incluso para comer.

Versículo 25

Y todos los de la tierra llegaron a un bosque. - En las partes m�s salvajes de la tierra, los viejos bosques a�n no estaban talados. Parece haber habido una vez en esa tierra favorecida una abundancia de bosques.

Y hab�a miel ... - Las abejas silvestres, como se ha visto a menudo en los bosques americanos, llenan de miel los �rboles huecos, hasta que los panales, rompi�ndose con el peso, dejan que la miel corra por el suelo.

Versículo 26

He aqu�, la miel cay�. - Literalmente. He aqu� un arroyo de miel.

Versículo 27

Extendi� el extremo de la vara. - Lo m�s probable es que con la punta de su bast�n cogiera un trozo del panal. Jonathan, en aquella apresurada batalla y persecuci�n, no hab�a o�do nada del temerario juramento de su padre y, sin duda, debido a sus esfuerzos en la primera parte de ese agitado d�a, estaba agotado por la fatiga y el hambre.

Y sus ojos se iluminaron. - Esto simplemente significa que la oscuridad natural causada por el agotamiento extremo desapareci� cuando se rompi� su largo ayuno; literalmente, sus ojos se volvieron brillantes. De ah� que el Talmud comenta: �Quien sufra de los efectos del hambre intensa, que coma miel y otras cosas dulces, porque tales comestibles son eficaces para restaurar la luz de los ojos ... As� leemos de Jonat�n:� Mira, te ruego t�, c�mo se han iluminado mis ojos porque prob� un poco de esta miel �( 1 Samuel 14:27 ). - Tratado de Yoma, fol. 83, Colosenses 2 .

Versículo 28

Entonces respondi� una de las personas. - Muy probablemente, en respuesta a que Jonathan se�al� la abundante provisi�n de miel e invit� a los soldados cerca de �l a refrescarse con ella. Las palabras �y el pueblo se desmay�, al final del vers�culo, deber�an ser traducidas, y el pueblo se desmay�; eran parte del discurso del soldado que le estaba contando a Jonat�n sobre el temerario juramento de su padre.

Versículo 29

Mi padre alborot� la tierra. - En otras palabras, �El voto mal meditado de mi padre nos ha hecho un da�o grave en Israel. Si no hubiera debilitado al pueblo impidi�ndole tomar el refrigerio necesario, nuestra victoria habr�a sido mucho m�s completa. El agotamiento absoluto nos ha impedido seguir con nuestra victoria ".

Versículo 31

De Michmash a Aijalon. - La batalla y la persecuci�n se hab�an extendido entonces unas veinte millas de territorio. Nuevamente se menciona el cansancio extremo de los israelitas. Aijalon, el Y�lo moderno, est� a unos dieciocho o veinte millas de Micmash, donde hab�a acampado el cuerpo principal del ej�rcito filisteo.

Versículo 32

Y el pueblo vol� sobre los despojos ... - Sin duda, si los hombres de Israel no hubieran estado tan desmayados por falta de alimento, y completamente cansados, muchos m�s del ej�rcito filisteo habr�an ca�do: como sucedi�, qued� un gran bot�n detr�s en el vuelo apresurado; pero fueron las bestias las que los conquistadores agarraron con avidez, su hambre era tan grande. �En el momento en que el d�a, con su ayuno impuesto, termin�, volaron, como musulmanes al atardecer durante el ayuno de Ramazan, sobre el ganado capturado, y lo devoraron, incluso con el brutal descuido de la Ley que prohib�a comer carne. que conten�a sangre.

�- Stanley. (Ver Lev�tico 17:10 ; Lev�tico 19:26 .)

Versículo 33

Hazme rodar una gran piedra en este d�a. - El objeto de esto era que la gente deb�a matar a sus bestias sobre la piedra, y la sangre pod�a correr por el suelo. Fue un expediente aproximado, pero mostr� a los soldados salvajes que su rey y su general determinaron que la Ley de Mois�s se guardara y respetara, incluso en circunstancias de extrema necesidad. Este escrupuloso cuidado por la �Ley del Se�or� en un momento como la noche de la batalla de Micmash nos muestra qu� extra�o y complejo car�cter era el de Sa�l: ahora supersticiosamente vigilante para que no se quebrantara la letra de la Ley; ahora imprudentemente descuidado si se ejecutaron o no los mandatos m�s solemnes de Dios.

Versículo 35

El mismo fue el primer altar que construy� ... - M�s exactamente, como en el margen, el mismo que comenz� a construir como altar. Los grandes comentaristas jud�os est�n divididos en cuanto al significado preciso del antiguo idioma hebreo de este vers�culo. Abarbanel interpreta las palabras, "que el rey Sa�l comenz� a construir, pero no termin�". El Midrash prefiere entender la declaraci�n como diciendo que �Sa�l comenz� entre los reyes de Israel la construcci�n de altares.

�El significado m�s obvio, si lo traducimos como en nuestra versi�n en ingl�s, parece ser que este fue el primer reconocimiento p�blico que el rey Sa�l le hizo a Dios por las misericordias y bondades que se le concedieron.

Versículo 36

Bajemos tras los filisteos de noche. - En lo m�s profundo de la noche, cuando termin� el �spero banquete de las bestias capturadas, el rey Sa�l habr�a hecho que la sangrienta obra comenzara de nuevo, y se hubiera apresurado tras los filisteos voladores, y con una carnicer�a salvaje habr�a completado la gran y se�al victoria. Con la obediencia impl�cita que sus soldados parecen haberle mostrado alguna vez, ya sea un voto de total abstinencia, una carga desesperada, un salvaje ataque nocturno o un despiadado derramamiento de sangre, les fue ordenado por su severo y sombr�o rey: el ej�rcito. se declararon de inmediato dispuestos de nuevo a luchar.

Solo un hombre en ese ej�rcito, enrojecido por la victoria, se atrevi�, con la valent�a que solo procede de la justicia, a resistir al imperioso soberano. El sumo sacerdote, Ah�as, dudaba que un derramamiento de sangre tan generalizado como el que seguramente habr�a resultado de las tropas conquistadoras de Sa�l que persegu�an a un enemigo disperso y vencido, estuviera de acuerdo con la voluntad de Dios. Nunca se hab�a dado ninguna orden para exterminar a estos filisteos, y ese d�a, tan glorioso en los anales de Israel, se debi� enteramente a la interposici�n especial del Eterno Amigo de Israel. Ah�as dijo: �Primero consultemos los or�culos de Dios �, aludiendo, por supuesto, a las joyas de Urim y Tumim en su efod sumo sacerdote.

Versículo 37

Y Sa�l pidi� consejo a Dios. - La misma frase se usa siempre en los muchos pasajes de los Libros de los Jueces, 1 Sam., 2 Sam., 1 Cr�n., Oseas, etc. cuando el Urim y Tumim le preguntaron a Dios. Puede denominarse el t�rmino t�cnico de investigaci�n del Or�culo del Alt�simo; hay, sin embargo, leves. variaciones en las traducciones inglesas de esta frase.

Pero �l no le respondi� ... - Cuando las gemas misteriosas se negaron a brillar, o de alguna manera significar la aprobaci�n o desaprobaci�n divina, el sumo sacerdote interrogador parece, como en este caso, haber concluido que se hab�a cometido alguna transgresi�n p�blica. comprometido, y esa expiaci�n especial debe realizarse antes de que pueda esperarse la respuesta deseada. Las gemas sagradas probablemente permanecieron opacas y sin luz durante la noche, y Sa�l se irrit� por la inesperada demora, y en su impetuosa ira pronunci� las salvajes palabras que estamos a punto de comentar.

Versículo 38

Ac�rquense ac�. - Alrededor de ese �spero altar inacabado, en la noche oscura, el rey Sa�l convoc� apresuradamente a sus oficiales principales y a los jefes prominentes de los israelitas que se hab�an unido a �l en la �ltima batalla. La palabra traducida "jefe del pueblo" ( pinnoth ) es literalmente, piedras angulares (como en Jueces 20:2 ).

Pedir�a la ayuda de Dios en el echado de suertes, para descubrir qui�n de ellos era el transgresor, cuyo pecado enmudeci� al Divino Or�culo.

Versículo 39

Aunque sea en Jonat�n mi hijo. - �Si el mismo Jonat�n fuera el transgresor, �l [Sa�l] no le perdonar�a la vida; y as�, sinti�ndose internamente obligado por su juramento, presiona para tomar una decisi�n por medio de la suerte sagrada, en medio del ominoso silencio del pueblo horrorizado ". - Ewald.

Versículo 41

Regala un lote perfecto. - La traducci�n al margen, "mostrar al inocente", es una traducci�n mejor y m�s precisa del hebreo. �Da una suerte perfecta� es la traducci�n del rabino D. Kimchi. Dean Payne Smith observa que �hay pocos errores de la versi�n en ingl�s que no tengan una buena autoridad para ellos, ya que los traductores de King James estaban particularmente bien versados ??en la literatura jud�a, mientras que, extra�amente, parecen haber descuidado la autoridad a�n m�s alta de los antiguos versiones ".

En el cuadrag�simo primero y en el siguiente verso la LXX. La versi�n se alarga con una larga par�frasis, que, sin embargo, no contiene ning�n dato de inter�s adicional.

Versículos 43-44

He aqu� que debo morir. - Estos votos salvajes e irreflexivos son peculiarmente caracter�sticos de este per�odo medio b�rbaro. Ya hemos observado que la edad que ahora se cierra hab�a sido peculiarmente la edad de los votos. Jeft� hab�a hecho un juramento terrible similar, equivalente al de Sa�l en su imprudencia. Es notable que no solo Sa�l, quien hizo el voto, sino tambi�n Jonat�n, su v�ctima, estaban convencidos de que el voto, aunque quiz�s hecho apresuradamente y precipitadamente, deb�a cumplirse.

�Contra ambos�, dice Erdman en Lange con gran fuerza, �se eleva la voz del pueblo como la voz de Dios, la pregunta (en 1 Samuel 14:45 ), '�Morir� Jonat�n? 'y la respuesta,' Lejos de ser ', expresa el doloroso asombro y la en�rgica protesta de la gente, que se inspir� en la haza�a heroica de Jonathan y su brillante resultado.

... En contra del juramento de Sa�l, el pueblo puso lo suyo: " Vive el Se�or, que no caer� a tierra ni un solo cabello de su cabeza". Probablemente Saulo no se mostr� reacio en esta terrible cuesti�n, cuando la vida de su hijo temblaba en la balanza, a someter su voluntad por una vez a la del pueblo �.

�No hagas, pues, voto al azar: tomado en fe,
cons�rvalo; sin embargo, no se inclin�, como Jeft� una vez,
para ejecutar ciegamente una decisi�n precipitada, a
quien m�s le conven�a exclamar:
"He hecho mal que redimir su promesa
haciendo peor". - Dante, Paradise, 5: 63-68.

Versículo 46

Entonces Sa�l dej� de seguir a los filisteos. - Sa�l reconoci� ahora que la falla que hizo que el or�culo del Urim y Tumim callaran era suya y no de Jonat�n. Parece haber aceptado tranquilamente la evidente renuencia de Ah�as a tolerar una persecuci�n p�blica; apart� entonces sus fuerzas de la direcci�n del enemigo y subi�, sin duda, a Guibe�; pero el poder de los filisteos por el momento parece haberse roto por completo, y se retiraron a sus propios distritos a lo largo de las costas del mar.

Versículo 47

Entonces Sa�l tom� el reino de Israel. - Algunos expositores conectan estrechamente este vers�culo con la exitosa terminaci�n de la guerra filistea, considerando que fue a trav�s de esta gran victoria sobre la naci�n que durante tanto tiempo hab�a acosado y empobrecido a Israel que Sa�l realmente adquiri� por primera vez la autoridad real sobre todo Israel, y que anteriormente su gobierno solo hab�a sido reconocido en algunas de las tribus.

Sin embargo, es mejor considerar la declaraci�n contenida en este vers�culo simplemente como una visi�n general del reinado de Sa�l, que fue un reinado de guerras perpetuas. Las palabras, entonces, de nuestro verso son simplemente una introducci�n a la lista de guerras libradas desde el comienzo mismo de su gobierno. Debe observarse que este punto de vista est� respaldado por la menci�n de la guerra amonita, que tuvo lugar mucho antes de los hechos que acabamos de relatar.

Por lo tanto, tal menci�n estar�a fuera de lugar, a menos que consideremos que este vers�culo contiene una declaraci�n general, en otras palabras, "Sa�l asumi� las riendas del gobierno y durante su reinado libr� las siguientes guerras".

Por todos lados ... Moab ... Amm�n ... Edom ... Zobah ... Filisteos. - Esta enumeraci�n de las naciones con las que luch� inclu�a literalmente a los pa�ses de todos los lados de la Tierra Prometida. Moab y Amm�n limitaban con los israelitas al este; Edom al sur; los filisteos al oeste, a lo largo de la costa del Mediterr�neo; mientras que Zoba era un distrito de Siria al noreste del territorio de las doce tribus, entre el �ufrates y el Orontes sirio.

Los molest�. - El sentido exacto de la palabra hebrea yar'shia, traducida en nuestra versi�n como "�l enfureci�", ha desconcertado a todos los comentaristas. La LXX. evidentemente lea otra palabra aqu�, como la traducen por es�zeto, "fue preservado". La mayor�a de las versiones y Gesenius, sin embargo, dan el sentido real: "Por dondequiera que �l (Sa�l) se volviera, �l mismo, sal�a victorioso". La interpretaci�n de Lutero es erudita: "Por dondequiera que se volte� infligi� castigo", y Keil la adopta.

Versículo 48

Derrota a los amalecitas. - De las muchas guerras que libr� el rey, se destaca esta guerra con Amalek, porque en el nuevo desarrollo del poder hebreo por el cual se marc� el reinado de Sa�l, esta campa�a o serie de campa�as fue especialmente prominente. Esta guerra se relata con cierto detalle en el cap�tulo siguiente, pero se introduce all� por otras consideraciones. Los traductores ingleses en su traducci�n, "reuni� una hueste", han seguido al sir�aco y al vulgo; la traducci�n marginal, "obr� poderosamente", es la m�s precisa.

Versículo 49

Los hijos de Sa�l. - Los tres valientes hijos que perecieron con su padre en la batalla en el monte Gilboa aparentemente se mencionan aqu�, la �nica dificultad es el segundo nombre, "Ishui", que no aparece en ning�n otro lugar, salvo en dos genealog�as como la de un hijo de Aser ( G�nesis 46:17 ; 1 Cr�nicas 7:30 ).

Se supone que es el mismo que el Abinadab mencionado en esa batalla. Sus dos hijas, Merab y Michal, tienen un nombre especial, probablemente debido a su conexi�n con la historia de David ( 1 Samuel 18:17 ), la mayor de ellas le fue prometida en matrimonio y la menor est� realmente casada con �l. �l.

Versículo 50

Esposa de Sa�l. - De acuerdo con la pr�ctica habitual, se da el nombre del m�s destacado de la familia y la casa real del rey. No sabemos nada de la reina de Sa�l adem�s de su nombre. Se ha conjeturado que ella era de la familia de Eli, el sumo sacerdote, debido a que Ah (hermano) ingres� en su nombre y en el de su padre, Ahimaaz, ya que este compuesto era aparentemente el prefijo favorito para los nombres en este gran y casa de renombre.

Es evidente la sencillez y modestia de los h�bitos dom�sticos del rey. Ewald piensa a partir de esta circunstancia que solo tuvo una esposa y una concubina, Rizpah, la hija de Aiah, luego tan famosa por sus tristes desgracias y por su amor devoto a sus desventurados hijos. (V�ase 2 Samuel 21:8 .)

El capit�n de su anfitri�n era Abner. - Este "primo" - o, como algunos han entendido la frase, el t�o - del rey Sa�l era evidentemente un hombre de poderes y habilidades excepcionales. Las brillantes campa�as de este reinado se debieron, sin duda, en gran medida a la habilidad militar de este gran comandante. Despu�s del terrible desastre en el monte Gilboa, Abner fue el sost�n principal de la casa del difunto rey Sa�l, y cuando muri�, el generoso David sigui� el f�retro y se lament� por �l con un lamento que nos ha llegado con palabras memorables: ��No sab�is que un pr�ncipe y un gran hombre ha ca�do hoy en Israel?

Posteriormente, a su hijo Jaasiel se le permiti� el primer lugar en la tribu de Benjam�n. (Ver 1 Cr�nicas 27:21 .)

Versículo 51

El hijo de Abiel. - Para �hijo�, los comentaristas coinciden en su mayor�a en que debemos leer hijos. Sabemos que Kish y Ner eran ambos hijos de Abiel. (Ver 1 Cr�nicas 9:35 , donde, sin embargo, el nombre del padre se da como Jehiel).

Versículo 52

Todos los d�as de Saulo. - Aunque despu�s de la derrota de Micmas, los filisteos fueron expulsados ??de sus fortalezas en la tierra de Israel y volvieron a sus propios distritos costeros, sin embargo, durante todo el reinado de Sa�l, continuaron siendo poderosos y fueron una fuente constante de peligro y problemas para la gente. Sabemos que al final Sa�l perdi� la vida en un compromiso con esta raza guerrera e inquieta, que finalmente no fue aplastada antes de los d�as de su sucesor, David.

Para mantenerlos a raya era necesario el mantenimiento de un ej�rcito permanente, que, en los d�as de David, se convirti� en una de las grandes fuerzas armadas de Oriente. Al lector de este vers�culo se le recuerda de inmediato una fantas�a militar similar del rey Federico Guillermo de Prusia, fundador de la grandeza militar prusiana y padre del Gran Federico.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 14". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-14.html. 1905.