Bible Commentaries
1 Samuel 27

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

XXVII.

( 1 Samuel 27:1 ) David y su banda se refugian con Aquis, rey de Gat, quien lo recibe amablemente y le da Siclag como residencia: sus expediciones contra las tribus n�madas que se encuentran al sur de Cana�n.

Versículo 1

Y David dijo en su coraz�n. - La posici�n de David parece haberse vuelto cada vez m�s insostenible durante los �ltimos d�as del reinado de Sa�l. Probablemente los paroxismos de la enfermedad fatal del rey se hicieron m�s agudos y frecuentes, y sus jefes y favoritos, a quienes, como ya hemos visto ( 1 Samuel 26 ), hab�a elegido principalmente de la peque�a tribu de Benjam�n, tem�a y con buena raz�n: el advenimiento de David al trono, que vieron que era inminente en caso de que Sa�l muriera o fuera descalificado permanentemente para gobernar.

Estos hombres, cuya amarga hostilidad hacia David es m�s que insinuada en varios lugares, sin duda aprovechando el estado de �nimo del rey, lo incitaron contra David. Las palabras y las persuasiones de hombres como Cus el benjamita (v�ase Salmo 7 ), Doeg el edomita, probablemente Abner el capit�n del ej�rcito, los hombres de Zif y otros, r�pidamente borraron de la memoria de Sa�l las escenas que hemos presenciado. en la cueva de En-gedi y, m�s recientemente, en la colina de Hachilah, y m�s que contrarrestaron la devoci�n y la poderosa amistad de verdaderos guerreros como Jonat�n, que amaba y admiraba a David.

En las palabras de David, despu�s de haber tomado la lanza y la vasija del costado del dormido Sa�l, vemos algo de lo que pasaba por su mente: su constante temor a una muerte violenta; su conocimiento de que hombres poderosos y malvados conspiraban constantemente contra �l; y su determinaci�n de buscar un hogar en otra tierra, donde, sin embargo, esperaba encontrar una tumba lejos de la raza elegida, entre los id�latras y enemigos de Jehov� de Israel.

Ahora se da cuenta de una parte de estos dolorosos presentimientos. Pero en esta determinaci�n del hijo de Isa� nunca o�mos de la oraci�n, o de la consulta con el profeta o con el sacerdote. En ese momento, una triste desesperaci�n parece haber privado a David de la fe y la esperanza al mismo tiempo.

A la tierra de los filisteos. - David eligi� buscar refugio entre este pueblo belicoso, porque cre�a que all� estar�a en mayor seguridad que entre sus parientes amistosos, los moabitas, donde, en tiempos pasados, hab�a encontrado una bienvenida tan amable para su familia en los primeros tiempos. per�odo de la enemistad de Sa�l. Probablemente dudaba del poder de Moab para protegerlo.

Versículo 2

Los seiscientos hombres. - Este era el n�mero original. Todav�a formaban el n�cleo de la fuerza, pero el n�mero total ahora era mucho mayor. Estos "seiscientos" ten�an cada uno sus hogares, adem�s de los cuales, muchos grupos de guerreros, grandes y peque�os, ya se hab�an unido al ahora renombrado estandarte del futuro rey.

Aquis, hijo de Maoch, rey de Gat. - El mismo, creemos, que Aquis a quien David huy� antes (ver 1 Samuel 21:11 ), e id�ntico a Aquis, hijo de Maachah ( 1 Reyes 2:39 ). Esto implicar�a la necesidad de atribuir un reinado de cincuenta a�os a este pr�ncipe.

(Un reinado tan largo es bastante posible.) Posteriormente, toda Filistea cay� bajo el gobierno del rey David. Sin embargo, parece que permiti�, incluso despu�s de la conquista, que Aquis permaneciera en su antigua ciudad de Gat, probablemente como su tributario: as�, podemos suponer, pagando la antigua deuda de bondad a Aquis.

Versículo 3

Y habit� David con Aquis en Gat. - Su recepci�n por parte de los filisteos parece haber sido muy amable. Hab�a una gran diferencia entre las circunstancias de esto y su anterior visita a Gat. Luego fue un fugitivo, casi desatendido; ahora estaba a la cabeza de un ej�rcito de soldados entrenados y devotos. Un invitado as� podr�a ser de gran utilidad para los filisteos en sus guerras perpetuas con Sa�l, con quien ahora se considerar�a que David hab�a roto definitivamente todas las relaciones, ya que hab�a buscado un hogar y refugio entre los m�s amargados de sus enemigos.

Versículo 4

Y le fue dicho a Saulo. - Esta breve declaraci�n nos dice claramente que hasta el momento en que Sa�l escuch� que David hab�a cruzado la frontera, no hab�a dejado de perseguirlo y buscar su vida. Ewald considera que fue durante la residencia en Gat cuando David se ejercit� como m�sico al estilo gitita, es decir, filisteo, que luego transfiri� de all� a Jud� y Jerusal�n.

(V�anse los t�tulos de los Salmos 8, 81, 84, �sobre el Gittith�). Gittith es un adjetivo femenino derivado de Gath; las palabras posiblemente significan, "a la manera de Gittith: alguna medida peculiar de estilo de la m�sica filistea, o de lo contrario la referencia puede ser a un instrumento musical filisteo".

Versículo 5

�Por qu� ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real? - La verdadera raz�n por la que David deseaba una residencia separada era para poder realizar sus incursiones y otros asuntos sin la supervisi�n de sus amigos filisteos. Ten�an un prop�sito al darle la bienvenida a �l y a su banda, �l ten�a otro prop�sito . Aquis confiaba en que mediante la ayuda de David se podr�an realizar poderosas demostraciones militares en los distritos del sur del reino de Sa�l.

En ese momento, la naci�n filistea se estaba preparando para ese gran esfuerzo nacional contra Sa�l que culmin� en la batalla del monte Gilboa. David, por otro lado, ten�a la intenci�n, desde un centro de operaciones relativamente seguro en alg�n lugar de Filistea, para acosar a los enemigos n�madas de Israel cuyo hogar estaba en los desiertos al sur de Cana�n.

Versículo 6

Ziklag. - En los d�as de Josu�, este lugar cay� en la suerte de Sime�n ( Josu� 19:5 ). Posteriormente fue capturado por los filisteos, no mucho antes de la �poca de David, y Keil cree que se qued� sin habitantes como consecuencia de esta conquista. Su situaci�n exacta nunca se ha determinado con claridad; ciertamente estaba muy al sur, cerca de las fronteras de Amalecita.

Por tanto, Siclag pertenece a los reyes de Jud� hasta el d�a de hoy. - Estas palabras nos proporcionan una doble nota de tiempo en la cuesti�n de la fecha de este Primer Libro de Samuel. Nos dicen que fue moldeado en su forma actual despu�s de la revuelta de Jeroboam, y ciertamente antes de los d�as de la deportaci�n de Israel a Babilonia.

Versículo 7

Un a�o completo y cuatro meses. - Keil llama la atenci�n sobre el enunciado exacto del tiempo aqu� como prueba del car�cter hist�rico de toda la narrativa. La expresi�n hebrea, traducida como �un a�o�, es singular: yamim - literalmente, d�as - un t�rmino colectivo, usado en Lev�tico 25:29 ; 1 Samuel 1:3 ; 1 Samuel 2:19 , etc.

, para significar un t�rmino o per�odo de d�as que equival�a a un a�o completo. Este a�o y cuatro meses estuvieron entre los d�as m�s oscuros de la vida de David. Fue probado duramente, es cierto; pero hab�a adoptado el mismo camino que sus enemigos m�s ac�rrimos hubieran deseado que eligiera. Con los brazos abiertos, aparentemente aliado con los enemigos m�s letales de Israel, como un condottiere italiano o un capit�n de lanceros libres de la Edad Media, se hab�a puesto al servicio y aceptado el salario de esa misma ciudad filistea cuyo campe�n hab�a matado una vez en la ma�ana de su carrera.

Por fin, sus enemigos en la corte de Sa�l tuvieron raz�n cuando hablaron de �l como un traidor. A partir del breve relato de este cap�tulo, que trata de la parte m�s triste de la carrera de David, veremos que aunque aparentemente sigui� haciendo causa com�n con los enemigos de su raza, todav�a us� su poder para ayudar, y no para herir, sus compatriotas; pero el precio que pag� por su patriotismo fue una vida de falsedad, manchada tambi�n por hechos de feroz crueldad, impactantes incluso en estos tiempos duros y medio b�rbaros.

Versículo 8

Subi�. - La expresi�n es estrictamente precisa. Las tribus n�madas contra las que iban dirigidas sus expediciones habitaban en un terreno m�s alto que la casa de David en Siclag, aparentemente en la amplia extensi�n de la meseta monta�osa, esa meseta alta al noreste del desierto de Par�n.

Gesuritas, Gezeritas y Amalecitas. - Todas estas eran tribus "Bedaween", el azote de las familias israelitas que habitaban en el sur de Cana�n. No es f�cil identificar los dos primeros nombrados de estas n�madas contra quienes David dirigi� sus operaciones. O�mos de estos Gesuritas en las cercan�as de Bas�n ( Deuteronomio 3:14 ), y de otra tribu de ellos en Siria ( 2 Samuel 15:8 ).

Eran una raza muy dispersa de �rabes n�madas. Se ha supuesto que los gezeritas o gizrites eran los restos de una raza una vez poderosa despose�da por los amorreos. El tercero nombrado, los Amalecitas, eran el remanente de esa tribu que alguna vez fue poderosa destruida por Sa�l en su famosa guerra, cuando su desobediencia provoc� la ira de Samuel.

Porque aquellas naciones fueron desde la antig�edad los habitantes de la tierra, cuando vas a Shur, hasta la tierra de Egipto. - La gram�tica y construcci�n de esta oraci�n es confusa y dif�cil. En general, la traducci�n y explicaci�n de Erdmann en Lange parece la m�s satisfactoria: �David ... invadi� el ... y los amalecitas (porque estos eran habitantes de la tierra, que la habitaron en la antig�edad) hasta Shur y Egipto." As�, las incursiones de David se extendieron hasta la frontera del desierto de Egipto.

Versículo 9

Y no dej� ni a hombre ni a mujer con vida. - Estos actos de feroz barbarie simplemente no tienen excusa; la raz�n de ellos se nos dice en 1 Samuel 27:11 . Ning�n cautivo deb�a quedar con vida para contarle la historia al rey Aquis, quien estaba bajo el enga�o de que las haza�as de armas de David se llevaron a cabo a expensas de sus propios compatriotas, cuyas tierras estaba acosando.

Al o�r esto, el filisteo se regocij� cuando oy� que David estaba quemando as� su �nico puente de retirada: al enajenar con estas crueldades el afecto del pueblo de Israel, por medio del cual, en alg�n momento futuro, podr�a haber sido llamado a su tierra natal. . Hubo algunas ocasiones en la historia de la raza elegida en las que se elogi� una guerra de exterminio. Entonces Israel fue simplemente el severo instrumento de la ira, usado - como lo es a veces la pestilencia - para llevar a cabo la voluntad del Maestro de la tierra; pero David no ten�a tal cargo.

�No fueron estos actos de crueldad despiadada los que dejaron en las manos de este rey la mancha de sangre que los hizo incapaces en d�as posteriores para construir la Casa del Se�or que ansiaba erigir con tanta pasi�n? ( 1 Cr�nicas 28:3 ).

Y se llev� las ovejas, los bueyes, los asnos, los camellos y las ropas. - Luchar bajo la bandera de David ahora promet�a ser un servicio lucrativo, as� como una carrera aventurera y salvaje. Aqu� en Siclag, y durante alg�n tiempo antes, o�mos hablar de esp�ritus valientes y descontentos de todas partes de Israel que se unieron a �l. En 1 Cr�nicas 12 tenemos una lista larga y precisa de los h�roes que formaron esa banda de Ziklag.

Entre estos valientes soldados que ahora, para usar el t�rmino del cronista, "d�a a d�a ven�an a David para ayudarlo", hab�a una tropa de benjamitas que se hab�a unido a �l alg�n tiempo antes: su l�der Amasai, al ser interrogado sobre el motivo de su muerte. uni�ndose a �l, respondi�: �Estamos de tu lado, hijo de Isa� ... porque tu Dios te ayuda� ( 1 Cr�nicas 12:18 ).

Las palabras de Amasai expresan el sentimiento que parece haber invadido Israel en ese momento en referencia a David. La gente de toda la tierra comenzaba a sentir que Jehov� ciertamente hab�a elegido a David. El cronista incluso habla de la banda de David en Siclag, despu�s de que los reclutas de todas partes de Israel hab�an llegado, �como una gran multitud, como la multitud de Dios� ( 1 Cr�nicas 12:22 ).

Versículo 10

Y David respondi�: Contra el sur de Jud�. - La respuesta de David a su se�or soberano, el Rey de Gat, porque ahora era, a todos los efectos, un pr�ncipe vasallo de Aquis, fue simplemente una falsedad. Hab�a estado involucrado en incursiones distantes contra los antiguos enemigos de Beda entre Israel, lejos en el desierto que se extend�a hasta la frontera de Egipto; y de estos n�madas - ricos en ganado y en otras propiedades, que hab�an obtenido durante a�os de exitoso saqueo - parece haber ganado mucho bot�n, una parte del cual llev� a su "soberano", Aquis.

Pero David afirma que el ganado y la ropa hab�an sido arrebatados a sus propios compatriotas, cuyo territorio estaba acosando. "Los jerahmeelitas eran descendientes de Jerahmeel, el primog�nito de Hezr�n ( 1 Cr�nicas 2:9 ; 1 Cr�nicas 2:25 ), y por lo tanto, una de las tres grandes familias de Jud� que surgieron de Hezr�n". - Keil, Se cree que habitaban en la frontera sur de la tribu de Jud�. Los ceneos eran una raza que viv�a en amistad y bajo la protecci�n de Jud�.

Versículo 11

Y David no salv� ni a hombre ni a mujer. - Este y el siguiente vers�culo (12�) dan la raz�n de estos atroces actos de asesinato. S�lo el salvaje e irresponsable jefe �rabe parec�a representado en David en esta oscura parte de su carrera. Este cap�tulo, el m�s triste de todos en la vida de David, sigue de cerca a la muerte de Samuel. Parece que el santo var�n de Dios hab�a ejercido, durante todo el tiempo que vivi�, una influencia grande y ben�fica sobre el hijo de Isa�; y cuando falleci�, otros consejeros menos sabios prevalecieron con David.

La falta de confianza en Dios y un miedo cobarde por su propia vida (v�anse sus palabras, 1 Samuel 26:20 ; 1 Samuel 26:24 ) lo llevaron a dejar la tierra de Israel y buscar refugio entre sus enemigos filisteos. Un pecado condujo a otro, cuando, en Filistea, para preservar esa vida suya, comenz� un curso de duplicidad, para llevar a cabo el cual se vio obligado a cometer estas terribles crueldades.

�Los prisioneros tomados naturalmente habr�an sido parte del bot�n; pero David no se atrevi� a llevarlos a Gat, para que no se descubriera su enga�o. Obviamente, estas tribus (Gesuritas, Gezeritas y Amalecitas) eran aliadas de los Filisteos ".

Diciendo: As� lo hizo David, y as� ser� su manera. - La versi�n en ingl�s de este pasaje est� de acuerdo con la puntuaci�n actual en la Biblia hebrea, y representa estas palabras como el dicho de los enemigos sacrificados. Esto es, en s� mismo, muy improbable. El hebreo tambi�n apenas soportar� esta interpretaci�n; porque el verbo "habitar" es un pasado, y no se puede traducir correctamente "mientras habita".

�La puntuaci�n masor�tica del presente texto hebreo es de fecha comparativamente reciente. Es mejor, entonces, en su lugar, con Maurer y Keil, la LXX. Y Vulg. Versiones, simplemente para poner un final despu�s de las palabras "as� lo hizo David", y luego comenzar una nueva oraci�n, que dir�: "Y as� fue su manera de ser todo el tiempo que habit� en la tierra de los filisteos" entendiendo estas palabras como un comentario del narrador de la historia.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 27". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-27.html. 1905.