Bible Commentaries
1 Samuel 3

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

III.

( 1 Samuel 3:1 ) El Se�or se aparece al Ni�o Samuel.

Versículo 1

El ni�o Samuel ministr� al Se�or. - El escritor de esta historia, aunque muy consciente de la gran revoluci�n lograda en Israel por el profeta cuya vida y obra el Esp�ritu Santo le orden� registrar, nos da el relato m�s simple y breve posible de los d�as de la infancia de aquel que s�lo fue segundo despu�s de Mois�s en su influencia en la memorable historia del pueblo elegido. Pero aunque el registro sea breve y carente de detalles, basta para mostrarnos que la atm�sfera en la que viv�a el ni�o era pura y santa; evidentemente, el muchacho estaba apartado de Ofni, Finees y su imp�a partidaria ego�sta.

Evidentemente, el sumo sacerdote guardi�n era plenamente consciente de la importancia de su cargo y velaba por su alumno con un tierno y atento cuidado. Quiz�s sus tristes experiencias con sus hijos malvados y testarudos le hab�an ense�ado sabidur�a al anciano; ciertamente, el entrenamiento que le dio a Samuel fue uno que educ� bien al ni�o para su vida despu�s de la conmovedora obra p�blica. Los avisos de la ni�ez y la ni�ez son realmente breves.

El primero contrasta fuertemente el despilfarro sin ley de las casas sacerdotales con la pura infancia santa transcurrida en los patios del santuario, probablemente siempre en compa��a del anciano. Ofni y Finees, los adultos, prostituyeron la obra santa para sus propios viles fines mundanos: el ni�o ministraba ante el Se�or con su peque�a t�nica blanca; y mientras en la vida hogare�a de su propia madre y padre en Ram�, sus hermanos y hermanas crec�an con las tristezas y alegr�as de otros ni�os hebreos, �el ni�o Samuel creci� ante el Se�or� en medio de la quietud, el silencio y el terrible misterio. de la protecci�n Divina, que parece haber rodeado siempre, incluso en los d�as m�s oscuros de la historia de Israel, la casa del Arca de la Alianza del Se�or.

Fue en medio de este misterio sagrado y silencioso, adem�s de los des�rdenes de sus hijos sacerdotales, que El� le ense�� al ni�o la historia de sus antepasados, con solo las oscuras cortinas del santuario colgando entre maestro y alumno y el m�stico trono dorado de Dios, en el que a veces le agradaba descansar su gloria.

El escritor escribi� su l�gubre relato de la vida salvaje y desenfrenada de los sacerdotes malvados, escribi� las d�biles y dolorosas protestas del padre y del sumo sacerdote, presagiando, sin embargo, su condenaci�n segura; y luego, de nuevo, con su vida de verg�enza contrasta marcadamente la pura vida infantil del peque�o alumno del anciano sumo sacerdote afligido, el muchacho a quien todos los hombres amaban. �Y el ni�o Samuel creci�, y goz� del favor del Se�or y tambi�n de los hombres�.

Una vez m�s El�, ahora d�bil por la edad, es advertido de las consecuencias seguras que seguir�an a la mala licencia y la irreligi�n de sus hijos sacerdotales; y nuevamente el ni�o Samuel y su vida, guiados por El�, su tutor y maestro, se contrasta con la salvaje y desenfrenada anarqu�a de los sacerdotes hijos de El� que deshonran perpetuamente la religi�n y el santuario, una anarqu�a que acababa de ser denunciada por el profeta an�nimo ( 1 Samuel 2:27 ).

Josefo nos dice que Samuel, cuando el Se�or lo llam� por primera vez, ten�a doce a�os. Esta era la edad del ni�o Jes�s cuando disputaba con los doctores en el templo.

Era precioso en aquellos d�as . - Precioso, es decir, raro. �La palabra del Se�or� es la voluntad del Se�or anunciada por un profeta, vidente u hombre de Dios. Entre los d�as de D�bora y el hombre de Dios sin nombre que vino con el terrible mensaje a El�, ninguna voz inspirada parece haber hablado al pueblo elegido.

La �visi�n abierta � se refiere a las manifestaciones de la Divinidad que fueron concedidas a Abraham, Mois�s, Josu� y Manoa, y en este cap�tulo a Samuel. Es posible que haya alguna referencia a la aparici�n de la gloria divina que estaba relacionada con el Urim y Tumim que usaba el sumo sacerdote. Este silencio significativo por parte del Rey invisible en el que el escritor habla como resultado de la profunda corrupci�n en la que hab�an ca�do los sacerdotes y, a trav�s de su mal ejemplo, gran parte de la naci�n, hab�an ca�do.

Versículos 3-4

Antes de que se apagara la l�mpara de Dios. - Aqu� hay un comentario del Talmud de singular inter�s y belleza: �El d�a que muri� Rab� Akiva, naci� Rab� (compilador de la Mishn�); el d�a en que muri� Rab�, naci� Rav Yehudah; el d�a en que muri� Rav Yehudah, naci� Rava; el d�a en que muri� Rava, naci� Rav Ashi (uno de los editores de Guemara ). Te ense�a que ning�n justo abandona esta vida antes de que nazca otro igualmente justo; como se dice ( Eclesiast�s 1:5 ): 'El sol sale y el sol se pone.

'El sol de El� no se hab�a puesto antes de que saliera el de Samuel; como se dice ( 1 Samuel 3:3 ): 'Antes que se apagara la l�mpara de Dios ... y Samuel se tumbara ' �. Tract Kidushin, fol. 72, Colosenses 2 .

�Era de noche en el santuario. El sumo sacerdote dorm�a en una de las c�maras adyacentes y los ministros asistentes en otra. En el centro, a la izquierda de la entrada, estaba el candelabro de siete brazos, ahora mencionado por �ltima vez; reemplazado en el reinado de Salom�n por los diez candeleros separados, pero revivido despu�s del cautiverio por la copia del candelero con siete brazos, como todav�a se ve en el Arco de Tito.

Era la �nica luz del Tabern�culo durante la noche, se encend�a solemnemente todas las noches, como en las devociones del mundo oriental, tanto musulm�n como cristiano, y se apagaba poco antes de la ma�ana, cuando se abr�an las puertas.
�En el profundo silencio de esa madrugada, antes de que saliera el sol, cuando la luz sagrada a�n ard�a, entr� por la boca del ni�o inocente la ruina de la casa de �tamar�. - Stanley, Conferencias sobre la Iglesia Jud�a, Parte I.

El Se�or llam� a Samuel. - Parece probable que la voz procediera de la "gloria visible", la Shekinah, que en esa solemne noche del llamamiento del ni�o profeta sin duda descansaba en su trono terrenal elegido - el propiciatorio de Dios - que formaba la parte superior del arca, y que estaba ensombrecida por las alas extendidas de los querubines de oro.

Versículo 8

Y comprendi� El� que el Se�or hab�a llamado al ni�o. - Toda la historia de la noche agitada se cuenta con tanta naturalidad, lo sobrenatural maravillosamente entretejido con la vida com�n del santuario, que olvidamos, mientras leemos, la extra�eza de los hechos registrados. El ni�o dormido se despierta con una voz que pronuncia su nombre. Naturalmente, supone que es su viejo maestro medio ciego quien lo est� convocando.

Lo mismo ocurre una segunda y una tercera vez. Entonces se le ocurri� a Eli que el ni�o no hab�a tenido ning�n sue�o. Podemos imaginarnos bien al anciano, cuando Samuel volvi� a entrar y pregunt�: "�De d�nde vino la voz que pensabas que era m�a?" y el ni�o respond�a: "Desde su habitaci�n, maestro". Y el viejo sumo sacerdote recordar�a que en la misma direcci�n, solo en el extremo del santuario, detr�s del velo, estaba el arca y el asiento de Dios.

Entonces, �resplandec�a all� la gloria del Se�or? �Y procedi� la voz como en los viejos tiempos de ese sagrado trono dorado? Entonces le orden� a su alumno que volviera a su habitaci�n, y si la voz le hablaba de nuevo, que respondiera, no a El�, sino al Rey invisible: �Habla, Se�or; porque tu siervo oye �.

Versículos 9-10

Y vino el Se�or y se par�. - Entonces, ante el ni�o, mientras yac�a y esperaba la voz, apareci� algo y se puso de pie ante �l. La pregunta naturalmente se nos ocurre: �Qu� vino y se par� frente al sof� del ni�o? Como regla, encontramos que generalmente, cuando al Se�or le agrad� tomar alguna forma, se especifica la forma. Ahora, como en el caso de Abraham en Mamre, era un viajero; ahora, como en el de Joshua, un guerrero armado; muy frecuentemente, en cuanto a Manoa, la forma era la de un �ngel; aqu� no se describe nada especialmente.

�No era simplemente "la gloria" que mir� Mois�s cuando se encontr� con el Santo en el Sina� - "la gloria" que parec�a descansar a veces en el Santo de los Santos sin luz en el propiciatorio de oro del Arca de la Alianza? ? �No fue esta "gloria visible" - Shekinah. como los hebreos lo llam� - que llen� la c�mara superior del ni�o, y de fuera de este vino la voz del Eterno, y habl� a Samuel? �Vea c�mo Dios ama la santidad en los ni�os. �l prefer�a al ni�o Samuel a El�, el anciano sumo sacerdote y juez ". - Theodoret, citado por el obispo Wordsworth.

Versículo 11

Los o�dos de todo el que lo oiga, cosquillear�n. - La calamidad a la que se hace referencia aqu� fue la captura del Arca de la Alianza. Ni la muerte de los sacerdotes guerreros, Ofni y Finees, ni la aplastante derrota del ej�rcito hebreo, habr�an afectado tan poderosamente al pueblo; pero que se permitiera que el s�mbolo sagrado de la presencia y protecci�n del Rey invisible cayera en manos de los filisteos incircuncisos, los enemigos hereditarios de la raza elegida, era una calamidad sin paralelo en sus anales.

Parec�a decir que Dios los hab�a abandonado.

La expresi�n es muy singular y vuelve a aparecer en 2 Reyes 21:12 y Jeremias 19:3 , con motivo de la destrucci�n de Jerusal�n por Nabucodonosor.

Versículo 13

Porque sus hijos se hicieron viles. - La enormidad del pecado de El� y su casa, que iba a ser castigado tan terriblemente, debe medirse por la magnitud del da�o que caus�; casi todo Israel estaba involucrado en ello. El ejemplo fatal que los sacerdotes hab�an dado en Shiloh se filtr� por todo el pueblo; el resultado fue que la incredulidad en el Eterno se estaba generalizando en toda la tierra.

La antigua religi�n pura estaba desapareciendo r�pidamente de los corazones de los hombres, y el libertinaje y la codicia de Silo pronto se habr�a copiado con demasiada fidelidad en todos los hogares de Israel. Este terrible estado de cosas era conocido por el sumo sacerdote y el juez, y aun as� el padre d�bil e indulgente se abstuvo de destituir a sus hijos de su alto cargo.

Versículo 14

No se purificar� con sacrificio. - Ning�n sacrificio terrenal, sangriento o incruenta, deber�a purgar jam�s en la tierra el pecado de la casa del sumo sacerdote condenada. Una gran verdad teol�gica est� contenida en estas pocas palabras. En la teor�a del sacrificio de la ley mosaica vemos que hab�a un l�mitea la eficacia del sacrificio despu�s de que se hab�a alcanzado un cierto punto en el pecado y el mal ejemplo: se imprimi� una cicatriz en la vida que ninguna sangre de buey o de cabra podr�a lavar; pero la tranquila, aunque dolorosa, resignaci�n con la que el anciano recibi� la insinuaci�n del destino terrenal seguro parece indicar que El�, seguro del amor del Todo Misericordioso, buscaba alg�n otro medio de liberaci�n ideado en los consejos del Eterno Amigo de Israel, por el cual su alma inmortal, despu�s de la pena terrenal, se reconciliar�a con el Rey invisible.

�No miraban los hombres como El� con confianza segura y segura la �nica esperanza? �No vieron estos santos, aunque a menudo errados, patriarcas y sacerdotes en aquellos lejanos d�as, �como en un espejo oscuro�, la sangre de otra V�ctima, que deber�a limpiar al pecador arrepentido y afligido de todo pecado?

Versículo 15

Y abri� las puertas. - Este es otro aviso que indica que el santuario de Shiloh estaba encerrado en una casa o templo. No tenemos registro de la construcci�n de la primera casa del Se�or, pero de las referencias contenidas en el registro de la ni�ez de Samuel, queda claro que el sagrado Tabern�culo hab�a estado cercado por alg�n tiempo, y quiz�s cubierto con, edificios permanentes.

Temido. - �Esta fue la primera experiencia de Samuel de la cruz del profeta: tener una verdad desagradable para divulgarla a quienes amaba, honraba y tem�a. Jerem�as sinti� que esta cruz era muy pesada �( Jeremias 15:10 ; Jeremias 17:15 ; Jeremias 20:7 ). - Comentario del orador.

Versículo 18

Es el Se�or. - Tal respuesta, y tal recepci�n de la noticia de la terrible condena que le fue comunicada dos veces por un mensaje directo del Eterno, indica que El�, a pesar de su debilidad y de su necia parcialidad por sus hijos, estaba completamente dedicado al Se�or. en su coraz�n. Vio cu�n profundamente hab�a fracasado en su alto cargo, c�mo hab�a permitido que las consideraciones mundanas influyeran en su conducta, c�mo lo hab�an probado y lo hab�an encontrado falto; y ahora, sin un murmullo, se somete al justo juicio de su Dios, se deja a s� mismo en las manos de Dios y nunca trata de justificarse a s� mismo ni a su conducta pasada.

Ahora probablemente era demasiado tarde para intentar cualquier reforma en la vida sacerdotal. La influencia y el poder de Ofni y Finees eran demasiado fuertes para que su debilitada voluntad los dejara de lado. Eli probablemente fue en sus �ltimos d�as poco m�s que un t�tere en sus manos. Hab�a sembrado el viento y ahora debe cosechar el torbellino.

Versículo 19

Y Samuel creci�, y el Se�or estaba con �l. - Nuevamente en una breve sentencia se contrast� la vida de Samuel con otra: esta vez con la de su antecesor en la judicatura. A medida que el ni�o crec�a hasta la edad adulta, escuchamos que mientras, por un lado, como, sin duda, en los d�as anteriores con El�, as� ahora con Samuel, el Se�or estaba con Su siervo, d�ndole fuerza y ??sabidur�a, gui�ndolo y gui�ndolo. protegi�ndolo; y, por otro lado, a diferencia de El�, escuchamos c�mo el joven profeta no dej� caer al suelo ninguna de las palabras divinas. En esos d�as oscuros de pecado y verg�enza en Silo, en medio de escenas de tentaci�n, el ni�o se mantuvo firme; su vida temprana fue una protesta perpetua contra la codicia y la iniquidad.

Versículo 20

Un profeta del Se�or. - Luego de las ciudades del norte al sur de la tierra se estableci� la fama del novio del Eterno. Las mentes de todo el pueblo se prepararon as� gradualmente cuando lleg� el momento adecuado para reconocer a Samuel como un jefe enviado por Dios. Sobre este reconocimiento r�pido y universal del joven profeta se ha observado, "que el pueblo, a pesar de su desorganizaci�n, todav�a formaba religiosamente una unidad".

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 3". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-3.html. 1905.