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Bible Commentaries
1 Samuel 9

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Introducción

IX.

( 1 Samuel 9:1 ) la preparaci�n de Sa�l, hijo de Cis, el benjamita, para su nombramiento como rey ungido de Israel.

Versículo 1

Saul. - El recopilador inspirado de estos libros, habiendo relatado las circunstancias que acompa�aron la solicitud del pueblo al �ltimo de los jueces de un rey, cerr� la primera parte de la historia de este cambio trascendental en la suerte del pueblo elegido con las palabras del profeta-juez, pidiendo a los ancianos representativos que regresaran a sus hogares y esperaran el resultado de su solemne comuni�n con el Eterno Amigo de Israel sobre el tema de este rey que tanto deseaban.

El Eterno respondi� a Su siervo en una visi�n, o por Urim, o por un �ngel visitante. En la mayor�a de los casos, nos quedamos en la ignorancia con respecto al m�todo preciso por el cual Dios se comunic� con estos hombres altamente favorecidos: Su servante elegido. El israelita escogido a quien Samuel iba a ungir como el primer rey de Israel se encontrar�a con el profeta - as� lo dijo la �palabra del Se�or� a Samuel - en un d�a y una hora determinados, en un lugar determinado.

El cap�tulo noveno comienza con un breve relato de la familia de este hombre elegido para un cargo tan alto, y despu�s de una o dos palabras de descripci�n personal, contin�a relatando las circunstancias bajo las cuales conoci� a Samuel. Sa�l, un hombre en la flor de la madurez, distinguido entre sus compa�eros por su gran estatura y por su gracia y belleza viril, era hijo de un noble y opulento benjamita de Gribeah, una peque�a ciudad al sur de la Tierra Prometida. .


Todo este episodio de nuestro libro antiguo es singularmente pintoresco. Vemos al rey a�n no proclamado ocupado en los negocios de su padre y dedicando todos sus poderes a las transacciones diarias de la granja en las laderas del monte Efra�n. En pocas palabras, el historiador describe c�mo el modesto y retra�do Saulo se despert� de las tranquilas actividades pastorales en las que hab�a pasado su vida, hasta entonces tranquila.

La admiraci�n reverente, quiz�s un poco reacia, con la que el vidente de Dios miraba al futuro rey de Israel; El significativo discurso del profeta, los dones simb�licos, la graciosa hospitalidad y, sobre todo, las solemnes y, sin duda, ardientes palabras del generoso anciano, despertaron al esp�ritu h�roe dormido y prepararon al joven benjamita para su futuro poderoso. trabajo. Pero no hubo j�bilo vulgar ante la perspectiva que ten�a ante �l, ni aferramiento apresurado al espl�ndido premio que el vidente le dijo que el Dios de sus padres le hab�a destinado.

En silencio se despidi� del famoso Samuel; las se�ales predichas de su grandeza venidera, una por una, se cumplieron literalmente; pero Sa�l regres� a la granja ancestral en las colinas de Benjam�n, y estuvo sujeto a su padre, como en los viejos tiempos; y cuando por fin le lleg� la convocatoria p�blica al trono, parece haber aceptado el gran oficio para el que hab�a sido marcado con positiva desgana y encogimiento, ni parece haber alterado materialmente su antigua y sencilla forma de vida hasta que gran deshonra nacional requer�a un patriota devoto para vengarla. Entonces se despert� el coraz�n heroico del ungido del Se�or, y Sa�l, cuando lleg� la hora, se mostr� verdaderamente rey.

Kish, el hijo de Abiel. - En comparaci�n con los res�menes geneal�gicos dados en G�nesis 46:21 ; 1 Samuel 9:1 ; 1 Samuel 14:51 ; 1 Cr�nicas 7:6 , & c, la l�nea de Samuel aparece como sigue: -

BENJAMIN BECHER
|
APHIAH (qu. ABIAH)
|
BECHORAH
|
ZEROR (qu. ZUR)
|
ABIEL
|
NER
|
KISH
|
SAUL.

Sin embargo, incluso aqu� se omiten ciertos enlaces, porque o�mos hablar de un Matri en 1 Samuel 10:21 y de Jehiel en 1 Cr�nicas 9:35 .

- - -

Lo cierto es que en cada uno de los res�menes geneal�gicos el transcriptor del documento original de familia omiti� ciertos nombres que no eran necesarios para su prop�sito especial. Los nombres omitidos no son siempre los mismos; de ah�, a menudo en estos cuadros, las aparentes discrepancias.

Dean Payne Smith tambi�n sugiere que el enredo desesperado en las genealog�as benjamitas se debe en cierta medida a la terrible guerra civil que result� del crimen relacionado en Jueces 20 . En la confusi�n que naturalmente result� de las masacres y las guerras incesantes de este per�odo temprano, muchos de los registros m�s antiguos de las tribus deben haber perecido.

Versículo 2

Un joven selecto y bueno. - La palabra hebrea que se traduce en espa�ol por "un joven escogido" no puede significar estos dos ep�tetos. Los traductores probablemente fueron influenciados por Vulg. (Am�rica) versi�n, lo que se traduce la palabra hebrea por electus, �elegido, o por elecci�n,� el significado m�s com�n de la palabra hebrea que se evita, debido al hecho de que en este momento Saul aparece a haber tenido un hijo (Jonathan) que debe haber casi alcanzado su madurez.

Pero el t�rmino joven no era inapropiado para Sa�l, quien todav�a estaba en todo el vigor de la virilidad en contraste con la vejez de Samuel, que ten�a entre cuarenta y cuarenta y cinco a�os. Traduzca entonces simplemente, "un joven", etc. En la infancia de las naciones se valoraban mucho las proporciones heroicas, y la gigantesca estatura y la notable belleza del rey contribuyeron sin duda a la pronta aceptaci�n por parte del Israel todav�a semib�rbaro del joven Sa�l. (Comp. Herodoto, 3:20, 7: 187; Arist�teles, Polit., 4:29; y la descripci�n de Virgilio de Turno, Eneida, 7: 650, 783; y las palabras de Homero sobre Ayax, Il�ada, iii. 226.)

Los culos. - Literalmente, Y las asnas. En este per�odo de la historia jud�a, la gente usaba mucho los asnos. El caballo estaba prohibido por la ley. Los asnos se usaban no solo con fines agr�colas, sino tambi�n para montar; as� que en el c�ntico de D�bora encontramos: �Habla, los que montas en asnos blancos� ( Jueces 5:10 ); y nuevamente leemos acerca de los treinta hijos de Jair, el juez galaadita, cada uno de los gobernantes de una ciudad, que cabalgaban sobre treinta asnos ( Jueces 10:4 ). Estos pertenecientes a la granja de Kish, probablemente mantenidos con fines de reproducci�n, no estaban atados y, por lo tanto, se extraviaron del vecindario inmediato y se perdieron.

Todo este cap�tulo y parte del siguiente est� lleno de detalles pintorescos de la vida pastoral del pueblo. En muchas de las peque�as im�genes vemos cu�n fuertemente en este per�odo temprano la religi�n del Eterno colore� casi todas las partes de la vida diaria de Israel.

Uno de los sirvientes. - El "sirviente", no "esclavo"; la palabra hebrea para este �ltimo ser�a diferente. El siervo era evidentemente un dependiente de confianza de la casa del padre de Sa�l, y estaba familiarizado con su joven amo. O�mos que dio sabios consejos en el curso de la b�squeda ( 1 Samuel 9:6 ) ; �l era el que estaba a cargo del dinero ( 1 Samuel 9:8 ); y este siervo, se nos dice especialmente, fue tratado por el juez Samuel como un invitado de honor en la fiesta del sacrificio en Ram�.

Tradicionalmente se cre�a que hab�a sido Doeg el edomita, luego tan famoso como uno de los m�s despiadados de los grandes capitanes del rey Sa�l. (V�ase 1 Samuel 22:18 .)

Versículo 4

Y pas� por el monte de Efra�n. La cadena de los montes de Efra�n corr�a hacia el sur hasta el territorio de Benjam�n, donde estaban situadas las posesiones patrimoniales de la casa de Sa�l.

Y pas� por la tierra de Shalisha. - O tierra "de los Tres"; llamado as� porque all� tres valles se un�an en uno, o uno dividido en tres. Se cree que es la regi�n en la que se encontraba Baal-shalisha ( 2 Reyes 4:42 ), quince millas al norte de Diospolis o Lydda.

La tierra de Shalim. - Probablemente un valle muy profundo, derivado de una palabra hebrea, que significa "el hueco de la mano".

Versículo 5

La tierra de Zuph. - Se cre�a que estaba en el suroeste de Benjam�n.

No sea que mi padre ... se preocupe por nosotros. - "La tierna consideraci�n de Sa�l por los sentimientos de su padre aqu� es una indicaci�n favorable de car�cter". - Dr. Kitto.

Versículo 6

Un hombre de Dios. - Cuando Sa�l decidi� dejar de buscar los traseros de su padre, estaba cerca. nacimiento de la ciudad de Samuel el vidente - "Raman de los Vigilantes". El criado le se�ala la torre de la entonces famosa residencia del vidente y juez Samuel. "�No le preguntar�s", sugiere el sirviente, "sobre las bestias desaparecidas?" - el joven compatriota, en la sencillez de su coraz�n, pensando que la ocasi�n de la p�rdida de los culos de su amo era suficiente para justificar una intromisi�n en el profeta-juez de Israel.

Sin embargo, la relaci�n entre Samuel y el pueblo debe haber sido de una naturaleza muy cercana y amistosa, de lo contrario nunca le habr�a ocurrido, ni siquiera a un simple compatriota &mdashcomo probablemente lo era entonces el siervo de Sa�l&mdash haber buscado el consejo de alguien tan grande. como Samuel en tal asunto. Tambi�n dice mucho de la disposici�n bondadosa y desinteresada del viejo profeta que su nombre fuera amado y honrado as�, incluso en las granjas aisladas de la Tierra Prometida.

Un hombre honorable. - Mejor rendido, uno celebrado en honor.

Versículo 7

�Qu� traemos? - Al principio parecer�a extra�o que alguien como Samuel se acercara con regalos, pero la costumbre de ofrecer regalos era en muchos casos un acto de respetuoso homenaje a un superior m�s que un mero pago. Compare, por ejemplo, los muchos relatos detallados de los presentes ofrecidos y aceptados, narrados en los variados registros sagrados, como el peque�o presente de especias, etc., enviado por Jacob al gran ministro o visir del fara�n de Egipto ( G�nesis 43:11 ), y los diez quesos que Isa� le dio al capit�n de los mil en los que estaban sirviendo sus hijos, y en los d�as de la m�s alta civilizaci�n y cultura conocida en Israel, los obsequios ofrecidos por la reina de Saba al magn�fico Salom�n ( 1 Reyes 10:10 ).

Versículo 8

La cuarta parte de un siclo de plata. - �Probablemente este siclo de plata estaba toscamente estampado y dividido en cuatro cuartos con una cruz, y quebrado cuando era necesario. No podemos decir cu�l era su valor proporcional en los d�as de Samuel, porque la plata entonces era escasa ". - Dean Payne Smith.

Versículo 9

Antes en Israel. - Este vers�culo fue evidentemente insertado en el libro original de memorias de los d�as de Samuel por una mano posterior. En los escritos divinos se encuentran tres palabras especiales para los mensajeros o int�rpretes inspirados de la voluntad eterna; de estos, el t�tulo vidente ( roeh ) era el m�s antiguo. Es el t�tulo, evidentemente, por el que se conoc�a generalmente a Samuel durante su vida. "�Est� aqu� el vidente?" leemos en este pasaje; y "�D�nde est� la casa del vidente?" y �Yo soy el vidente.

"Con el paso del tiempo, el t�rmino, en el sentido de un hombre inspirado de Dios, se volvi� obsoleto, y la palabra chozeh, " un observador ". en visiones extra�as, parec�a haber sido la palabra usada para alguien inspirado. El t�tulo nabi , profeta, comenz� a ser de uso com�n en la �poca de Samuel, a quien el t�rmino se aplica con frecuencia. La palabra nabi, o profeta, se encuentra en casi todos los libros del Antiguo Testamento, desde G�nesis hasta Malaqu�as, aunque rara vez en los escritos anteriores.

Esta nota fue insertada por alg�n escriba que vivi� comparativamente m�s tarde (quiz�s en la �poca de Esdras), pero que debi� haber sido un revisor del texto sagrado de muy alta autoridad, ya que esta �nota� nos ha llegado como parte integral. del texto hebreo recibido. El motivo de la inserci�n es obvio. El t�tulo roeh - vidente - a medida que pasaba el tiempo, ya no pertenec�a exclusivamente a �un hombre de Dios.

�El escriba que puso esta expresi�n deseaba se�alar que cuando Samuel viv�a era la palabra que siempre se usaba para un profeta del Se�or. En esos primeros d�as no se hab�a deteriorado su significado.

Versículo 10

Hacia la ciudad. - No se da el nombre de la ciudad donde Samuel y Sa�l se encontraron por primera vez de esta extra�a manera. Sin embargo, la impresi�n que deja la narraci�n en la mente es que era la residencia habitual de Samuel: "Ram�". Sabemos que Samuel hab�a construido un altar al Se�or en Ram� ( 1 Samuel 7:17 ); el d�a de la llegada de Sa�l se llev� a cabo un gran sacrificio en el altar del lugar alto de la ciudad.

Nuevamente, en esta ciudad sin nombre, el vidente ten�a una casa propia (ver 1 Samuel 9:18 ; 1 Samuel 9:25 ). Samuel tambi�n era conocido por el siervo de Sa�l por vivir en este lugar.

Versículo 12

Vino hoy. - La peque�a escena - en s� misma de ninguna manera notable - es relatada por un testigo ocular, evidentemente como introduciendo consecuencias trascendentales.

Cada detalle de los procedimientos de ese d�a fue de gran inter�s para Israel. Algunas de las doncellas de Raman estaban junto al pozo, sacando agua para sus hogares. Los dos extra�os los abordan con las palabras: "�El vidente que habita entre ustedes est� aqu� ahora mismo?" y ellos responden con entusiasmo: �S�, este mismo d�a vino de su casa al pueblo. Es un d�a festivo, lo encontrar�s presidiendo all� �, se�alando, sin duda, el lugar alto, donde se ofrec�an los sacrificios.

Cada palabra pronunciada por las muchachas de Ram�, amantes de charlar y exhibir su conocimiento local y su inter�s en su gran conciudadano, el vidente y juez, para quien, en com�n con los habitantes de Ram�, eran, sin duda, mucho adjunto, fue recordado en otro tiempo por Sa�l y su compa�ero.

Versículo 13

�l bendice el sacrificio. - Se ha comentado bien que tenemos aqu�, en esta nota de la conducta del pueblo en el banquete de sacrificio del "Raman de los Vigilantes", un ejemplo muy temprano de la pr�ctica devota entre los hebreos de pedir una bendici�n en las comidas.

Versículo 14

He aqu�, Samuel sali� contra ellos. - �Sa�l se presenta ante Samuel, persiguiendo t�midamente su humilde b�squeda, en aparente inconsciencia del poder que dormita dentro de �l de aspirar y alcanzar el lugar m�s alto; el gran vidente lo recibe de una manera muy diferente a todo lo que �l podr�a haber esperado o temido. En el momento de su encuentro, el vidente ha salido de su casa de camino a las solitarias alturas sagradas de Ram�, la ciudad de su residencia, donde ofrece sacrificios en el altar a Yahveh, o suele participar de una comida de sacrificio sagrado. con algunos de sus amigos m�s cercanos.

Inmediatamente desea llevarse tambi�n a Saulo consigo, dici�ndole de antemano lo poco importante que era el objeto inmediato de sus preguntas, y que el asunto ya estaba resuelto; pero que para �l y toda su casa estaba reservado un destino muy diferente y mucho mejor en Israel. Y aunque Saulo, en su modesta sencillez, quisiera renunciar al honor que se insin�a oscuramente (tan poco conoce a�n su mejor yo), el hombre santo, m�s perspicaz, lo lleva con �l a la comida del sacrificio, que ya est� preparada. ; es m�s, le asigna el lugar de honor entre los treinta invitados antes invitados, mientras se le sirve con una porci�n de la carne del sacrificio, por as� decirlo, especialmente para �l: porque de la misma manera una porci�n diferente y superior a la de el cielo hab�a reservado para �l durante mucho tiempo a los hombres corrientes �. - Ewald.

Versículo 15

Le hab�a dicho a Samuel en su o�do. - Literalmente, hab�a destapado la oreja de Samuel. La imagen se toma de la acci�n de apartar el tocado, para poder susurrar m�s c�modamente algunas palabras al o�do. Esta es una de las pocas insinuaciones m�s directas en los registros sagrados de una de las formas en que el Esp�ritu de Dios comunic� pensamientos divinos al esp�ritu humano. Aqu� se representa al Esp�ritu Eterno susurrando al o�do del hombre.

�El verdadero esp�ritu de Jahveh (Jehov�), lleno de compasi�n, ya le hab�a susurrado a Samuel el d�a anterior que para la liberaci�n del pueblo de Janveh ... un benjamita deb�a ser ungido rey�. - Ewald.

Versículo 16

Los filisteos. - Esta declaraci�n evidentemente apunta al hecho - del cual, un poco m�s tarde, tenemos evidencia tan amplia - que en esta coyuntura los filisteos estaban nuevamente acosando el territorio israelita con sus incursiones destructivas. El poder de los filisteos fue quebrantado, pero de ninguna manera destruido, en la gran batalla de Mizpa. Sabemos que durante todo el reinado del rey Sa�l y en los primeros d�as del rey David, estas invasiones se repitieron con �xito variable.

La declaraci�n de 1 Samuel 7:13 debe entenderse no como una representaci�n de que la victoria de Mizpa de una vez por todas destruy� el poder filisteo, sino que a partir de ese d�a el poder de estos enemigos decididos de Israel comenz� a declinar. Se debe considerar que las palabras de 1 Samuel 7:13 incluyen el resultado final de la gran victoria hebrea.

Est� claro que la molestia de estas incursiones e incursiones filisteas fueron la causa inmediata de la oraci�n por un rey. El deseo de esta forma de gobierno, sin duda, durante mucho tiempo hab�a existido entre la gente, pero esta necesidad apremiante de un l�der m�s joven y m�s belicoso que su antiguo profeta. El juez impuls� la solicitud a Samuel.

Versículo 17

Observen al hombre. - Este vers�culo, debe recordarse, sigue de cerca a 1 Samuel 9:14 , las declaraciones de 1 Samuel 9:15 est�n entre par�ntesis. El joven Saulo y su criado se acercaron para abordar al vidente en su camino a la altura sagrada; Samuel, impresionado de inmediato por la gran estatura y la espl�ndida belleza del extra�o que se acerca a �l, pregunta a su Maestro en silencio: �Se�or, �es �ste, entonces, de quien me susurraste ayer, a quien ibas a confiar el destino de tu pueblo? " Las palabras "He aqu� el hombre", etc., fueron la respuesta silenciosa de Dios a la oraci�n silenciosa de Su antiguo siervo.

Reinar�. - La palabra "reinar�", que fue susurrada por el "Esp�ritu" al coraz�n atento del vidente, deber�a haberse traducido m�s bien, "dominar�" o "restringir�". Era una palabra que, mirando al futuro reinado de Sa�l, la representaba como una regla severa y severa.

Versículo 18

En la puerta. - La LXX. (Versi�n griega) aqu� dice, "en medio de la ciudad". No es improbable que esta sea la lectura original, siendo muy posible que un escriba escribir la palabra hebrea "puerta" para "ciudad".

Versículo 19

Sube delante de m� al lugar alto. - El deseo de que el joven forastero lo precediera al lugar p�blico del sacrificio era una se�al de distinguido honor desde uno del rango de Samuel hasta un joven caminante desconocido como Sa�l. Estas palabras de cort�s respeto fueron dirigidas solo a Saulo: "Sube t� delante de m�". El profeta-juez luego les habla a los dos, Sa�l y su siervo: �comer�is.

�El verbo aqu� est� en plural e invita a ambos al banquete de los sacrificios; y luego de nuevo Samuel confina sus palabras a Sa�l: "Te dir� todo" - "todo lo que hay en tu coraz�n". El vidente le informa que al d�a siguiente se propone hacer extra�as revelaciones a este joven, quien, sin saber todo lo que le esperaba, acababa de acercarse y abordarlo, el anciano juez y vidente. S�, al d�a siguiente le mostrar�a a este joven benjamita que �l, Samuel, era en verdad un vidente; le dir�a todos sus pensamientos y aspiraciones secretos; en cuanto a esos asnos por cuya suerte estaba tan ansioso, que los elimine por completo de sus pensamientos. Ya fueron encontrados. Pensamientos mucho m�s serios que el bienestar y la desgracia cotidianos de una granja en el monte Efra�n ten�an que ser discutidos al d�a siguiente.

Todo el deseo de Israel. - �Todo el deseo de Israel�, o, como la Vulg. lo traduce, "optima qu�que Israel", "el mejor de Israel" (Lutero). Las palabras no significan el deseo de Israel, todo lo que desea , sino todo lo que posee de lo que es precioso o digno de desear. Las oscuras y oscuras palabras del vidente sobre esto, con motivo de su primer encuentro con Saulo, ten�an la intenci�n de apartarlo de pensar en los asnos y las peque�as cosas que hasta ese momento hab�an llenado su vida, y elevarlo a pensamientos y pensamientos m�s elevados. aspiraciones.

Las palabras del anciano vidente fueron vagas e indefinidas, ciertamente, pero vinieron como lo hicieron de los labios de alguien tan alto en dignidad, conocido por ser el poseedor de muchos secretos extra�os del futuro oculto al conocimiento de los hombres mortales, y sosteniendo un la perspectiva de una gloria futura inimaginable para Sa�l, asombr� al joven; y �l, lleno de asombro y asombro, respondi�: "�Me hablas de tales glorias, miembro de una familia insignificante de la m�s peque�a de las tribus de Israel?"

Versículo 22

Y Samuel tom� a Sa�l. - El vidente no le dio a Saulo respuesta a esta pregunta, en la que el joven expresaba el asombro de que alguien tan insignificante fuera elegido para un destino tan elevado. Samuel simplemente deseaba, en primera instancia, despertar pensamientos y aspiraciones nuevos y m�s grandiosos en este coraz�n joven, y sin respuesta procedi� a conducir a sus invitados al lugar del sacrificio en el lugar alto.

En la habitaci�n de invitados, donde se reunieron treinta de las personas m�s distinguidas presentes en el solemne sacrificio. Samuel coloca a Sa�l y su compa�ero, sin duda para su gran sorpresa, en los asientos principales. �El sal�n� es una traducci�n desafortunada de la palabra hebrea aqu�, que significa la �celda� o �c�mara� adjunta al edificio en el lugar alto, para prop�sitos como el presente. Estas solemnes comidas de sacrificio eran el complemento habitual de un sacrificio solemne.

Sa�l no solo fue as� altamente honrado en p�blico como el futuro rey, sino tambi�n su siervo. Si, como nos dice la tradici�n, este sirviente era Doeg el edomita, �l tambi�n en esta ocasi�n tuvo un anticipo de su posici�n futura, una prueba del rango y poder que recibir�a cuando fuera uno de los grandes oficiales de estado de Sa�l.

Versículo 23

Y Samuel dijo al cocinero. - El significado de esta declaraci�n es simplemente este: todo lo que tuvo lugar en la reuni�n del profeta y Sa�l en la fiesta del sacrificio, y posteriormente en la casa de Samuel, fue arreglado de antemano; todos los eventos fueron previstos y previstos, incluso los detalles triviales, todo fue simb�lico en esta preparaci�n para el gran cambio en la constituci�n de Israel, que, bajo la providencia de Dios, estuvo plagado de consecuencias tan importantes.

El mismo trozo de carne que se le puso a Samuel en el banquete de Ram� no fue un trozo de casualidad, sino que, debido, sin duda, a que se consideraba el m�s selecto, se le hab�a reservado cuidadosamente cuando se preparaba el banquete del sacrificio.

Versículo 24

Y Samuel dijo. - Aqu� hay un error en la traducci�n al ingl�s que requiere correcci�n. Aunque el asunto no es de gran importancia, es importante y profundamente interesante notar los peque�os detalles que el historiador inspirado ha considerado correcto preservar en relaci�n con toda esta transacci�n. Sin duda, exist�a una tradici�n muy antigua y aut�ntica de la circunstancia de esta unci�n del primer rey, que, por supuesto, se ensay� a menudo en las sagradas asambleas de Israel.

�El nombre de Samuel no se da en hebreo, y aunque est� insertado por la LXX. y Vulg., es as� solo por un error manifiesto. El sir�aco y el caldeo, como el hebreo, hacen que el cocinero sea el hablante. La traducci�n correcta es: Y el cocinero alz� la paleta con lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Sa�l, y dijo: He aqu�, lo que ha sido reservado est� puesto (un participio, y no el imperativo) delante de ti; come, porque te ha sido guardado hasta el tiempo se�alado, del cual �l ( i.

e., Samuel) habl�, diciendo: He invitado al pueblo. La palabra traducida en la Versi�n Autorizada, "ya que dije", es una que significa decir, y nada m�s; y como lo que sucede antes no contiene verbo al que dice se puede referir, es evidente que existe una elipse. Pero si el cocinero es el que habla, el significado es claro, como sigue: - Cuando, el d�a anterior, se hizo la revelaci�n a Samuel de que el futuro rey de Israel se presentar�a al d�a siguiente, el profeta inmediatamente hizo los preparativos para recibirlo. con la debida solemnidad, y para este prop�sito organiz� un sacrificio e invit� a treinta de los principales ciudadanos de Ram� a reunirse en el lugar alto y sentarse en el banquete con �l.

Y luego fue, cuando le comunic� al cocinero su invitaci�n, que dio �rdenes de que la porci�n de honor se reservara cuidadosamente, para que se pusiera en el momento oportuno ante el extra�o. La charla del cocinero es completamente a la manera de los tiempos antiguos, y le mostrar�a a Sa�l cu�n completamente se hab�a previsto y previsto su venida ". - Dean Payne Smith, en Pulpit Comm.

Versículo 25

Y cuando bajaron. - Despu�s de la comida de sacrificio p�blico en la que se hab�an mostrado tan se�alados honores al forastero benjamita y a su sirviente, el profeta-juez detuvo a Sa�l para que no continuara su viaje de regreso a casa y lo persuadi� de que permaneciera como su invitado esa noche en Ram�. Lo condujo a la azotea de su casa, a menudo el lugar favorito en el Este para conversar tranquilamente o descansar, y donde frecuentemente se alojaba el invitado de honor por la noche: all� el profeta tuvo una larga entrevista con su joven invitado. esa noche probablemente no se volvi� en contra de la dignidad real, que tan pronto ser�a conferida a Saulo; de eso Samuel habl� extensamente, lo sabemos, a la ma�ana siguiente.

Las solemnes palabras del anciano esa noche en el techo de la casa en "Ram� de los Vigilantes" se refer�an, sin duda, al triste declive religioso y pol�tico del pueblo de Dios, del cual �l (Samuel) hab�a trabajado, no sin �xito. , para rescatarlos, �a la oposici�n de las naciones paganas, las causas de la impotencia de Israel para oponerse a sus enemigos, la necesidad de un cambio religioso en el pueblo, y de un l�der completamente obediente al Se�or.

�- Otto von Gerlach, citado en Lange. Se ha sugerido que esta conversaci�n fue el v�nculo de conexi�n entre la de la altura ( 1 Samuel 9:19 ) y la comunicaci�n que Samuel le hizo a Sa�l a la ma�ana siguiente. La LXX. dice aqu�, en lugar de �hablar con Sa�l en la parte superior de la casa�, �le pusieron un lecho a Sa�l en la parte superior de la casa, y �l se acost�.

�Pero las versiones caldea y sir�aca concuerdan con el texto hebreo. La extra�a LXX. la variaci�n es aparentemente una correcci�n. Estos traductores griegos no pudieron entender una conversaci�n del profeta y Saulo que tuvo lugar por la noche, cuando el anuncio de la corona se hizo tan formalmente a la ma�ana siguiente. �Por qu� Samuel no le cont� a Sa�l la intenci�n de Dios durante esa noche que pasamos juntos?

Versículo 26

Y se levantaron temprano. - La traducci�n al ingl�s de este vers�culo es enga�osa. Debe ser as�: �Y se levantaron temprano, es decir, cuando amaneci�. Samuel llam� a Sa�l a la azotea: Lev�ntate, para que yo te env�e, etc. La traducci�n en ingl�s parece suponer que se levantaron primero, y luego, alrededor de la primavera del d�a (el amanecer de la ma�ana), Samuel llam� a Sa�l, siendo el hecho de que, como es frecuente en la narraci�n hebrea, la segunda cl�usula simplemente relata el mismo evento. como ya lo hab�a hecho la primera cl�usula, solo que con mayor detalle.

El sentido entonces es obvio. Saulo, evidentemente cansado despu�s de la emocionante escena y las revelaciones del d�a anterior, durmi� profundamente, probablemente profundamente, en su lecho extendido en el techo de la casa del profeta. Desde este tejado, Samuel llama a Sa�l temprano en la ma�ana, deseando conducirlo �l mismo fuera de la ciudad, ya que ten�a una comunicaci�n a�n m�s importante que hacer a su asombrado y asombrado visitante.

Versículo 27

Para mostrarte la palabra de Dios. - El asombro de Sa�l por el extra�o honor y distinci�n que le mostr� el famoso profeta-juez, un benjamita relativamente desconocido, aument� sin duda con la propuesta de Samuel de acompa�arlo un poco en su viaje de regreso a casa. El significado de todo lo que le hab�a sucedido el d�a anterior, sin embargo, ahora estaba por ser revelado: la graciosa bienvenida como un invitado distinguido evidentemente buscado, la cort�s hospitalidad en la casa del juez; y, m�s que todo, las largas instrucciones privadas que Samuel le hab�a dado esa noche sobre el estado de Israel.

El profeta ahora ordena que el siervo sea enviado solo, para que pueda con toda solemne confianza impartir a Sa�l "la palabra de Dios", es decir, todo lo que el Dios de Israel le hab�a revelado a �l, el vidente, acerca del nombramiento de Sa�l. .

Hubiera sido interesante haber aprendido algo del estado mental de Saulo cuando se le hizo por primera vez esta sorprendente revelaci�n de la elecci�n de Dios.

El escritor aqu� guarda silencio, pero en el pr�ximo cap�tulo ( 1 Samuel 9:6 ) leemos que el Esp�ritu del Se�or fue especialmente prometido a este elegido. Cuando Dios impone nuevos deberes, nunca se olvida de otorgar el don de nuevos poderes.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 1 Samuel 9". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/1-samuel-9.html. 1905.
 
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