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Sunday, September 29th, 2024
the Week of Proper 21 / Ordinary 26
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Bible Commentaries
Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés Comentario de Ellicott
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 2 Samuel 10". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/2-samuel-10.html. 1905.
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 2 Samuel 10". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/
Introducción
X.
Los cap�tulos 10-12 dan un relato detallado de la guerra de David con los amonitas y sus aliados los sirios, y del gran pecado de David, por el cual esta guerra dio la ocasi�n. La misma guerra ya se ha mencionado brevemente en 2 Samuel 8:3 ; 2 Samuel 8:13 , en el resumen general del reinado de David, pero aqu� se da con m�s detalles en relaci�n con su pecado.
El mismo relato se puede encontrar en 1 Cr�nicas 19:1 a 1 Cr�nicas 20:3 , pero sin mencionar el pecado con respecto a Betsab� y Ur�as. Hasta este punto, el reinado ha sido de piedad ejemplar y gran prosperidad; de ahora en adelante est� empa�ado por el pecado y su consiguiente castigo.
Este punto de inflexi�n puede estar casi fijado en la mitad del reinado de David. No pudo haber sido mucho m�s tarde, ya que Salom�n naci� unos dos a�os despu�s del adulterio de David, y tuvo un hijo de un a�o cuando subi� al trono ( 1 Reyes 11:43 , con 1 Reyes 14:21 ); ni podr�a haber sido mucho antes, ya que toda la narraci�n representa las principales guerras y conquistas de David como ya se llevaron a cabo.
Esta guerra fue, en conjunto, la m�s grande y cr�tica del reinado de David, y no es de extra�ar que el salmista real la haya marcado con c�nticos. Salmo 60 definitivamente est� asignado a esta �poca por su t�tulo, que est� completamente confirmado por evidencia interna. Algunos escritores tambi�n suponen que Salmo 44 fue escrito durante este per�odo, pero 2 Samuel 10:9 habla de grandes calamidades, de las cuales no tenemos registro en este momento. Salmo 68 tambi�n es asignado por muchos a este per�odo.
Versículo 1
El rey. - Su nombre se da en el siguiente verso y en 1 Cr�nicas 19:1 , como Nahash. Probablemente era un hijo o nieto del Nahash a quien Sa�l conquist� ( 1 Samuel 11 ), ya que deben haber pasado m�s de cincuenta a�os desde ese evento. La bondad que hab�a mostrado a David no est� registrada, pero puede haber sido una ayuda amistosa durante sus vagabundeos, o simplemente una embajada de felicitaci�n por su ascenso.
Versículo 3
Para buscar la ciudad. - La capital, y casi la �nica ciudad de los amonitas, era Rab�; estaba fuertemente fortificado y el conocimiento de su interior ser�a importante para un enemigo. Las sospechas de los amonitas pueden haber sido despertadas por el creciente poder de David, y especialmente por su conquista de los vecinos moabitas.
Versículo 4
Afeitado la mitad de sus barbas. - Seg�n las ideas orientales, el insulto m�s extremo que podr�a haber sido infligido. �Los �rabes consideran que cortarle la barba a una persona es una indignidad bastante equivalente a azotar y marcar con marcas entre nosotros. Muchos preferir�an morir antes que afeitarse la barba (Arvieux, citado por Keil). Es notable que en ninguna de las guerras de David aparezca como agresor.
Versículo 5
Qu�date en Jeric�. - En consideraci�n a sus embajadores mortificados, David les ordena que permanezcan en Jeric�, que se encuentra directamente en su camino. Jeric� hab�a sido destruida en la primera entrada de los israelitas a Cana�n, y se pronunci� una solemne maldici�n sobre quien �se levanta y edifica esta ciudad de Jeric�. Esta maldici�n cay� sobre Hiel, m�s de un siglo despu�s de la �poca de David ( 1 Reyes 16:34 ).
Pero "edifica" aqu�, como a menudo, debe entenderse como "fortificar"; y Jeric�, bajo el nombre de �la ciudad de las palmeras� ( Jueces 1:16 ; Jueces 3:13 ), parece haber sido todo un lugar habitado.
Versículo 6
Vi que apestaban. - El hebreo, traducido literalmente, muestra que estaban conscientes de que esto era por su propia culpa - �que se hab�an hecho apestar�, y as� se traduce en 1 Cr�nicas 19:6 .
Contratado. - Chronicles da el monto del subsidio, 1,000 talentos de plata, una suma estimada de diversas formas entre � 125,000 y el doble de esa cantidad. Muestra a la vez la riqueza de Amm�n, la importancia de los auxiliares y el car�cter grave de la guerra.
Sirios de Bet-rehob. - Llamado simplemente Rehob en 2 Samuel 10:8 . Esto se ha entendido de varios lugares diferentes. Dif�cilmente puede haber sido el Rehob (o Bet-rehob) de N�meros 13:21 ; Jueces 18:28 , ya que estaba cerca de Lais y dentro del territorio de los israelitas.
Algunos lo identifican con �Ruhaibeh�, veinticinco millas al NE de Damasco; pero es m�s probable que haya sido "Rehoboth junto al r�o" ( es decir, cerca del �ufrates) de G�nesis 36:37 , ya que esto se corresponde con "fuera de Mesopotamia" en el pasaje paralelo 1 Cr�nicas 19:6 , cuya situaci�n no se conoce con m�s certeza.
Zoba. - Ver nota sobre 2 Samuel 8:3 .
Rey Maacah. - Lee, Rey de Maaca, como en Cr�nicas. Para la situaci�n del pa�s, ver Deuteronomio 3:14 ; Josu� 12:5 . Proporcion� s�lo mil auxiliares.
Ish-tob. - Traducido, hombres de Tob, la primera s�laba no forma parte del nombre propio. Jeft� aqu� encontr� refugio cuando fue exiliado por sus compatriotas ( Jueces 11:3 ; Jueces 11:5 ). Probablemente estaba al este de Galaad, entre Siria y la tierra de Amm�n; no se menciona en Cr�nicas.
El n�mero total de auxiliares mencionados en 1 Cr�nicas 19:7 , treinta y dos mil, es el mismo que se da aqu�, omiti�ndose Maacah del n�mero; pero la composici�n de la fuerza es diferente. Aqu� solo se menciona infanter�a, solo carros y caballer�a. Es evidente por el resultado de la batalla ( 2 Samuel 10:18 en ambos lugares) que se emplearon los tres brazos del servicio; o, por lo tanto, algunas palabras han desaparecido de ambos textos, o el escritor en cada caso no se preocup� por entrar en detalles.
Cr�nicas menciona que los aliados se reunieron en Medeba, un lugar en una colina en la llanura de Belka , a unas cuatro millas al sureste de Hesb�n, y estrat�gicamente bien equipado para repeler un ataque contra Rabbah. Originalmente se le hab�a asignado a la tribu de Rub�n ( Josu� 13:9 ).
Versículo 8
A la entrada de la puerta. - Los amonitas y sus aliados formaron ej�rcitos separados, los primeros se posicionaron inmediatamente antes de la ciudad, los segundos "solos" a cierta distancia, donde el terreno era m�s favorable para las maniobras de sus carros.
Versículo 9
Cuando Joab vio. El ojo agudo de este experimentado general comprendi� de inmediato tanto las ventajas como el peligro de esta disposici�n del enemigo. Lanz� toda su fuerza entre las dos divisiones, organizando su propio ej�rcito en dos partes, una frente a los amonitas y la otra a los sirios, pero cada una capaz de apoyar a la otra en caso de necesidad. El enemigo fue as� cortado en dos, mientras que los israelitas formaron un cuerpo compacto.
�l mismo tom� el mando del ala que enfrentaba a los sirios con las tropas escogidas de Israel, como teniendo al enemigo m�s fuerte al que enfrentarse, mientras que entreg� el resto de las fuerzas que se opon�an a los amonitas en manos de su hermano Abisai.
Versículo 12
Tenga buen �nimo y hagamos el papel de hombres. - Literalmente, sea ??fuerte y d�janos fortalecernos. La misma frase se traduce en Cr�nicas, "An�mense y actuemos con valent�a". (Comp�rese con 1 Samuel 4:9 ) Joab sinti� que la batalla era cr�tica, y de ella depend�a el bienestar e incluso la seguridad de "nuestro pueblo" y "las ciudades de nuestro Dios". La �ltima expresi�n es en reconocimiento del hecho de que toda la tierra pertenec�a a Dios, quien permiti� que su pueblo la usara.
El Se�or lo haga. - M�s bien, el Se�or lo har�. El valor de Joab se elev� aqu� hasta ese punto m�s alto que est� marcado por la plena confianza de que cualquiera que sea el resultado, ser� el que mejor le parezca a la sabidur�a y al amor infinitos.
Versículo 13
Contra los sirios. - Se inici� el ataque, no contra ambas partes del enemigo a la vez, pero Joab lanz� el peso de sus fuerzas contra la divisi�n m�s fuerte del enemigo mientras Abisai miraba y controlaba a los amonitas. Sus t�cticas fueron completamente exitosas. Los sirios huyeron, y los amonitas, viendo que ahora todo el ej�rcito de Israel pod�a ser arrojado sobre ellos, se retiraron precipitadamente a la ciudad.
Versículo 14
Lleg� a Jerusal�n. - No se dice por qu� la victoria no fue seguida de inmediato. Quiz�s el ej�rcito de Israel estaba demasiado agotado por su victoria; quiz�s no estaban provistos de lo necesario para un asedio; y quiz�s la temporada ya estaba demasiado avanzada. Cualquiera que haya sido la causa, la demora dio a los aliados la oportunidad de unirse.
Versículo 16
Hadarezer. - Sobre la forma del nombre, v�ase la nota sobre 2 Samuel 8:3 . Sinti� la importancia de la derrota que hab�a sufrido y ahora, evidentemente, hizo un esfuerzo por reunir a todas sus fuerzas, incluso convocando a tribus vasallas de m�s all� del �ufrates.
Llegaron a Helam. - La palabra hebrea aqu� no es necesariamente un nombre propio, y podr�a traducirse como su anfitri�n; pero como el nombre indudablemente aparece en 2 Samuel 10:17 , es mejor tomarlo aqu� tambi�n como un nombre propio. Se omite por completo en Cr�nicas. Se desconoce su situaci�n exacta, pero de 2 Samuel 8:3 ; 1 Cr�nicas 18:3, est� claro que estaba en la direcci�n general del �ufrates y no muy lejos de Hamat.
Versículo 17
Se reuni� ... y pas�. - David, al enterarse del gran mitin sirio, sali� al campo en persona. Joab pudo haber estado con �l, pero lo m�s probable es que estuviera empleado en el sur para mantener a raya a los amonitas y evitar que formaran una uni�n con sus aliados.
Versículo 18
Setecientos carros. - En esta campa�a, David asest� un golpe demoledor a sus enemigos, del que no se recuperaron durante el resto de su reinado ni el de su hijo. Porque los setecientos aqu� 1 Cr�nicas 19:18 tiene siete mil, que es casi un n�mero incre�ble de carros, y el n�mero aqu� es evidentemente el m�s correcto; pero el mismo lugar tiene cuarenta mil infantes, mientras que aqu� hay cuarenta mil jinetes.
Probablemente, ambas declaraciones pretenden incluir tanto a la infanter�a como a la caballer�a, aunque solo una de ellas se menciona especialmente en cada caso. Comp. Nota sobre 2 Samuel 10:6 .
Versículo 19
Siervos de Hadarezer. - Los reyes vasallos, que hab�an sido tributarios de Hadarzer, ahora transfirieron su lealtad a David; pero no se dice que Hadarzer mismo lleg� a ser tributario, aunque est� claro en 2 Samuel 8:3 , que estaba muy debilitado y sufri� la p�rdida de un gran bot�n. De 1 Reyes 11:23 , est� claro que un dependiente fugitivo de Hadarzer se mantuvo en el territorio de Damasco como enemigo de Israel; tambi�n se afirma en 1 Reyes 4:21 , que Salom�n "rein� sobre todos los reinos" desde el �ufrates hasta la frontera de Egipto. Por tanto, es probable que Hadarzer tambi�n reconociera la soberan�a de David y Salom�n.