Bible Commentaries
2 Samuel 10

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

X.

Los cap�tulos 10-12 dan un relato detallado de la guerra de David con los amonitas y sus aliados los sirios, y del gran pecado de David, por el cual esta guerra dio la ocasi�n. La misma guerra ya se ha mencionado brevemente en 2 Samuel 8:3 ; 2 Samuel 8:13 , en el resumen general del reinado de David, pero aqu� se da con m�s detalles en relaci�n con su pecado.

El mismo relato se puede encontrar en 1 Cr�nicas 19:1 a 1 Cr�nicas 20:3 , pero sin mencionar el pecado con respecto a Betsab� y Ur�as. Hasta este punto, el reinado ha sido de piedad ejemplar y gran prosperidad; de ahora en adelante est� empa�ado por el pecado y su consiguiente castigo.

Este punto de inflexi�n puede estar casi fijado en la mitad del reinado de David. No pudo haber sido mucho m�s tarde, ya que Salom�n naci� unos dos a�os despu�s del adulterio de David, y tuvo un hijo de un a�o cuando subi� al trono ( 1 Reyes 11:43 , con 1 Reyes 14:21 ); ni podr�a haber sido mucho antes, ya que toda la narraci�n representa las principales guerras y conquistas de David como ya se llevaron a cabo.

Esta guerra fue, en conjunto, la m�s grande y cr�tica del reinado de David, y no es de extra�ar que el salmista real la haya marcado con c�nticos. Salmo 60 definitivamente est� asignado a esta �poca por su t�tulo, que est� completamente confirmado por evidencia interna. Algunos escritores tambi�n suponen que Salmo 44 fue escrito durante este per�odo, pero 2 Samuel 10:9 habla de grandes calamidades, de las cuales no tenemos registro en este momento. Salmo 68 tambi�n es asignado por muchos a este per�odo.

Versículo 1

El rey. - Su nombre se da en el siguiente verso y en 1 Cr�nicas 19:1 , como Nahash. Probablemente era un hijo o nieto del Nahash a quien Sa�l conquist� ( 1 Samuel 11 ), ya que deben haber pasado m�s de cincuenta a�os desde ese evento. La bondad que hab�a mostrado a David no est� registrada, pero puede haber sido una ayuda amistosa durante sus vagabundeos, o simplemente una embajada de felicitaci�n por su ascenso.

Versículo 3

Para buscar la ciudad. - La capital, y casi la �nica ciudad de los amonitas, era Rab�; estaba fuertemente fortificado y el conocimiento de su interior ser�a importante para un enemigo. Las sospechas de los amonitas pueden haber sido despertadas por el creciente poder de David, y especialmente por su conquista de los vecinos moabitas.

Versículo 4

Afeitado la mitad de sus barbas. - Seg�n las ideas orientales, el insulto m�s extremo que podr�a haber sido infligido. �Los �rabes consideran que cortarle la barba a una persona es una indignidad bastante equivalente a azotar y marcar con marcas entre nosotros. Muchos preferir�an morir antes que afeitarse la barba (Arvieux, citado por Keil). Es notable que en ninguna de las guerras de David aparezca como agresor.

Versículo 5

Qu�date en Jeric�. - En consideraci�n a sus embajadores mortificados, David les ordena que permanezcan en Jeric�, que se encuentra directamente en su camino. Jeric� hab�a sido destruida en la primera entrada de los israelitas a Cana�n, y se pronunci� una solemne maldici�n sobre quien �se levanta y edifica esta ciudad de Jeric�. Esta maldici�n cay� sobre Hiel, m�s de un siglo despu�s de la �poca de David ( 1 Reyes 16:34 ).

Pero "edifica" aqu�, como a menudo, debe entenderse como "fortificar"; y Jeric�, bajo el nombre de �la ciudad de las palmeras� ( Jueces 1:16 ; Jueces 3:13 ), parece haber sido todo un lugar habitado.

Versículo 6

Vi que apestaban. - El hebreo, traducido literalmente, muestra que estaban conscientes de que esto era por su propia culpa - �que se hab�an hecho apestar�, y as� se traduce en 1 Cr�nicas 19:6 .

Contratado. - Chronicles da el monto del subsidio, 1,000 talentos de plata, una suma estimada de diversas formas entre � 125,000 y el doble de esa cantidad. Muestra a la vez la riqueza de Amm�n, la importancia de los auxiliares y el car�cter grave de la guerra.

Sirios de Bet-rehob. - Llamado simplemente Rehob en 2 Samuel 10:8 . Esto se ha entendido de varios lugares diferentes. Dif�cilmente puede haber sido el Rehob (o Bet-rehob) de N�meros 13:21 ; Jueces 18:28 , ya que estaba cerca de Lais y dentro del territorio de los israelitas.

Algunos lo identifican con �Ruhaibeh�, veinticinco millas al NE de Damasco; pero es m�s probable que haya sido "Rehoboth junto al r�o" ( es decir, cerca del �ufrates) de G�nesis 36:37 , ya que esto se corresponde con "fuera de Mesopotamia" en el pasaje paralelo 1 Cr�nicas 19:6 , cuya situaci�n no se conoce con m�s certeza.

Zoba. - Ver nota sobre 2 Samuel 8:3 .

Rey Maacah. - Lee, Rey de Maaca, como en Cr�nicas. Para la situaci�n del pa�s, ver Deuteronomio 3:14 ; Josu� 12:5 . Proporcion� s�lo mil auxiliares.

Ish-tob. - Traducido, hombres de Tob, la primera s�laba no forma parte del nombre propio. Jeft� aqu� encontr� refugio cuando fue exiliado por sus compatriotas ( Jueces 11:3 ; Jueces 11:5 ). Probablemente estaba al este de Galaad, entre Siria y la tierra de Amm�n; no se menciona en Cr�nicas.

El n�mero total de auxiliares mencionados en 1 Cr�nicas 19:7 , treinta y dos mil, es el mismo que se da aqu�, omiti�ndose Maacah del n�mero; pero la composici�n de la fuerza es diferente. Aqu� solo se menciona infanter�a, solo carros y caballer�a. Es evidente por el resultado de la batalla ( 2 Samuel 10:18 en ambos lugares) que se emplearon los tres brazos del servicio; o, por lo tanto, algunas palabras han desaparecido de ambos textos, o el escritor en cada caso no se preocup� por entrar en detalles.

Cr�nicas menciona que los aliados se reunieron en Medeba, un lugar en una colina en la llanura de Belka , a unas cuatro millas al sureste de Hesb�n, y estrat�gicamente bien equipado para repeler un ataque contra Rabbah. Originalmente se le hab�a asignado a la tribu de Rub�n ( Josu� 13:9 ).

Versículo 8

A la entrada de la puerta. - Los amonitas y sus aliados formaron ej�rcitos separados, los primeros se posicionaron inmediatamente antes de la ciudad, los segundos "solos" a cierta distancia, donde el terreno era m�s favorable para las maniobras de sus carros.

Versículo 9

Cuando Joab vio. El ojo agudo de este experimentado general comprendi� de inmediato tanto las ventajas como el peligro de esta disposici�n del enemigo. Lanz� toda su fuerza entre las dos divisiones, organizando su propio ej�rcito en dos partes, una frente a los amonitas y la otra a los sirios, pero cada una capaz de apoyar a la otra en caso de necesidad. El enemigo fue as� cortado en dos, mientras que los israelitas formaron un cuerpo compacto.

�l mismo tom� el mando del ala que enfrentaba a los sirios con las tropas escogidas de Israel, como teniendo al enemigo m�s fuerte al que enfrentarse, mientras que entreg� el resto de las fuerzas que se opon�an a los amonitas en manos de su hermano Abisai.

Versículo 12

Tenga buen �nimo y hagamos el papel de hombres. - Literalmente, sea ??fuerte y d�janos fortalecernos. La misma frase se traduce en Cr�nicas, "An�mense y actuemos con valent�a". (Comp�rese con 1 Samuel 4:9 ) Joab sinti� que la batalla era cr�tica, y de ella depend�a el bienestar e incluso la seguridad de "nuestro pueblo" y "las ciudades de nuestro Dios". La �ltima expresi�n es en reconocimiento del hecho de que toda la tierra pertenec�a a Dios, quien permiti� que su pueblo la usara.

El Se�or lo haga. - M�s bien, el Se�or lo har�. El valor de Joab se elev� aqu� hasta ese punto m�s alto que est� marcado por la plena confianza de que cualquiera que sea el resultado, ser� el que mejor le parezca a la sabidur�a y al amor infinitos.

Versículo 13

Contra los sirios. - Se inici� el ataque, no contra ambas partes del enemigo a la vez, pero Joab lanz� el peso de sus fuerzas contra la divisi�n m�s fuerte del enemigo mientras Abisai miraba y controlaba a los amonitas. Sus t�cticas fueron completamente exitosas. Los sirios huyeron, y los amonitas, viendo que ahora todo el ej�rcito de Israel pod�a ser arrojado sobre ellos, se retiraron precipitadamente a la ciudad.

Versículo 14

Lleg� a Jerusal�n. - No se dice por qu� la victoria no fue seguida de inmediato. Quiz�s el ej�rcito de Israel estaba demasiado agotado por su victoria; quiz�s no estaban provistos de lo necesario para un asedio; y quiz�s la temporada ya estaba demasiado avanzada. Cualquiera que haya sido la causa, la demora dio a los aliados la oportunidad de unirse.

Versículo 16

Hadarezer. - Sobre la forma del nombre, v�ase la nota sobre 2 Samuel 8:3 . Sinti� la importancia de la derrota que hab�a sufrido y ahora, evidentemente, hizo un esfuerzo por reunir a todas sus fuerzas, incluso convocando a tribus vasallas de m�s all� del �ufrates.

Llegaron a Helam. - La palabra hebrea aqu� no es necesariamente un nombre propio, y podr�a traducirse como su anfitri�n; pero como el nombre indudablemente aparece en 2 Samuel 10:17 , es mejor tomarlo aqu� tambi�n como un nombre propio. Se omite por completo en Cr�nicas. Se desconoce su situaci�n exacta, pero de 2 Samuel 8:3 ; 1 Cr�nicas 18:3, est� claro que estaba en la direcci�n general del �ufrates y no muy lejos de Hamat.

Versículo 17

Se reuni� ... y pas�. - David, al enterarse del gran mitin sirio, sali� al campo en persona. Joab pudo haber estado con �l, pero lo m�s probable es que estuviera empleado en el sur para mantener a raya a los amonitas y evitar que formaran una uni�n con sus aliados.

Versículo 18

Setecientos carros. - En esta campa�a, David asest� un golpe demoledor a sus enemigos, del que no se recuperaron durante el resto de su reinado ni el de su hijo. Porque los setecientos aqu� 1 Cr�nicas 19:18 tiene siete mil, que es casi un n�mero incre�ble de carros, y el n�mero aqu� es evidentemente el m�s correcto; pero el mismo lugar tiene cuarenta mil infantes, mientras que aqu� hay cuarenta mil jinetes.

Probablemente, ambas declaraciones pretenden incluir tanto a la infanter�a como a la caballer�a, aunque solo una de ellas se menciona especialmente en cada caso. Comp. Nota sobre 2 Samuel 10:6 .

Versículo 19

Siervos de Hadarezer. - Los reyes vasallos, que hab�an sido tributarios de Hadarzer, ahora transfirieron su lealtad a David; pero no se dice que Hadarzer mismo lleg� a ser tributario, aunque est� claro en 2 Samuel 8:3 , que estaba muy debilitado y sufri� la p�rdida de un gran bot�n. De 1 Reyes 11:23 , est� claro que un dependiente fugitivo de Hadarzer se mantuvo en el territorio de Damasco como enemigo de Israel; tambi�n se afirma en 1 Reyes 4:21 , que Salom�n "rein� sobre todos los reinos" desde el �ufrates hasta la frontera de Egipto. Por tanto, es probable que Hadarzer tambi�n reconociera la soberan�a de David y Salom�n.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre 2 Samuel 10". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/2-samuel-10.html. 1905.