Bible Commentaries
Ezequiel 14

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

XIV.

Este cap�tulo consta de dos profec�as distintas pero estrechamente relacionadas, la primera de las cuales ( Ezequiel 14:1 ) fue convocada por la llegada de los ancianos para preguntar al profeta, y les anuncia que Dios no responder�, sino destruir� a los buscadores id�latras; mientras que el segundo ( Ezequiel 14:12 ) muestra la falsedad de la esperanza de que Dios perdonar� la tierra por el bien de los justos que puedan estar en ella.

Ambos est�n estrechamente relacionados con las profec�as anteriores, y sin duda est�n colocados en su orden cronol�gico, como se pronuncia en el segundo a�o del ministerio de Ezequiel, el sexto o s�ptimo a�o de su cautiverio.

Versículo 1

Algunos de los ancianos de Israel. - No se pretende hacer distinci�n aqu� entre los ancianos de Israel y los ancianos de Jud� mencionados en 8: 1, y por lo tanto no hay motivo para suponer una delegaci�n enviada al profeta desde Jerusal�n. Israel se est� convirtiendo ahora en el nombre ordinario de la naci�n existente, excepto donde se usa con alguna marca especial de distinci�n. No se menciona el objeto de su investigaci�n, ni siquiera se dice expresamente que hicieron alguna investigaci�n; pero el mensaje para ellos implica esto, y de lo que se les dice, probablemente sepamos lo que estaba m�s arriba en sus mentes.

Ya les hab�an dicho por las profec�as anteriores que Dios no perdonar�a a Jerusal�n por su propio bien, y que Su larga paciencia hasta ese momento no justificaba su continuaci�n, evidentemente todav�a abrigaban la esperanza de que, por pecadores que fueran en s� mismos, su ciudad todav�a lo har�a. sea ??entregado por causa de los santos que habitan en ella. Con esos pensamientos en sus mentes, los ancianos vinieron y se sentaron ante el profeta, en cuyas intr�pidas palabras ya hab�an aprendido a tener confianza, y esperaron lo que pudiera tener que decirles.

Versículo 3

Han puesto sus �dolos en su coraz�n. - No fue la abierta idolatr�a de Judea lo que es reprobado entre estos ancianos del cautiverio; que ya hab�a fallecido, pero a�n as� su coraz�n no estaba bien. Como la esposa de Lot, anhelaban lo que no se atrev�an a hacer. Con tal disposici�n, corr�an el mayor peligro, poniendo "el tropiezo de su iniquidad", la tentaci�n de pecar, directamente delante de ellos.

Y no solo eso, sino que se mantuvieron en un estado de alienaci�n de Dios, de modo que era ocioso imaginar que �l se dejar�a preguntar por ellos. La pregunta implica la respuesta negativa que se expresa plenamente en los siguientes vers�culos.

Versículo 4

Responder� al que venga. - Las palabras que vienen, que no est�n en el original, deben omitirse. El verbo responder en el original est� en pasivo y tiene un sentido reflexivo = �Me mostrar� respondiendo�, una forma m�s suave que en ingl�s. El principio de que cuando el hombre persiste en ir en contra de la voluntad conocida de Dios, le permitir� malinterpretar esa voluntad, est� abundantemente establecido por casos como el de Balaam ( N�meros 22:20 ) y el de Mica�as ( 1 Reyes 22:15 ).

Ning�n hombre puede esperar saber lo que Dios quiere que haga a menos que su propio coraz�n sea verdaderamente sumiso a la voluntad divina. La amenaza aqu� es que el hombre que viene a consultar a Dios con un coraz�n lleno de idolatr�a, no recibir� una respuesta verdadera de esa Omnisciencia que no respeta; sino que m�s bien se encontrar� enga�ado por las ilusiones de su propio coraz�n. Esta idea se desarrolla m�s completamente en el siguiente vers�culo. (Comp. Isa�as 44:20 .)

Versículo 6

R epent y turno. - Los anuncios de los vers�culos anteriores forman la base del llamado ferviente al verdadero arrepentimiento. No puede haber esperanza para Israel en una reforma meramente externa; tienen que ver con el que escudri�a los corazones, y el �nico arrepentimiento aceptable para �l es el que tiene su asiento en los afectos del coraz�n.

Versículo 7

O del extra�o. - Seg�n la legislaci�n mosaica, "el extranjero" que viv�a entre los israelitas estaba obligado a observar una cierta deferencia externa a la ley de la tierra, as� como un extranjero en cualquier pa�s ahora est� obligado a respetar en ciertas cosas la ley del pa�s en que vive. Siendo Israel una teocracia, su ley fundamental contra la idolatr�a no pod�a ser violada impunemente por quienes buscaban la protecci�n de su gobierno ( Lev�tico 17:10 ; Lev�tico 20:1 , & c.

). En este caso, sin embargo, no se alega la idolatr�a externa, ya que las acusaciones de este vers�culo y Ezequiel 14:4 refieren �nicamente a la idolatr�a secreta del coraz�n; y el punto en el que se insiste no es tanto el culto a los �dolos en s� mismo, sino la hipocres�a de intentar unir con esto la indagaci�n del Se�or. Dios declara que �l responder� a tal hipocres�a, en quienquiera que se encuentre, no por el profeta a trav�s del cual se hace la pregunta, sino por �l mismo interviniendo para castigar al investigador y para convertirlo en un ejemplo para disuadir a otros de un proceder similar.

Versículo 8

Le har� una se�al. - Aqu� es preferible el texto del hebreo a su margen, que ha sido seguido por nuestros traductores, as� como por las versiones antiguas. Hay una amenaza similar en Deuteronomio 28:37 ; y la cl�usula deber�a traducirse, "lo dejar� desolado (o lo destruir�) por se�al y proverbio". Los ingleses casi pierden la idea de la maravilla que ser� ocasionada por la severidad de los tratos de Dios con el adorador falso.

Versículo 9

Y si el profeta es enga�ado. - El sentido exacto del original es: "Si un profeta es persuadido y habla una palabra, yo, el SE�OR, he persuadido a ese profeta". El pensamiento est�, pues, en estrecha relaci�n con lo que precede; en Ezequiel 14:3 ; Ezequiel 14:7 , el Se�or se ha negado a permitir una respuesta a trav�s del profeta al investigador hip�crita; pero si el profeta, al dar la respuesta deseada, se permite participar del pecado que Dios aborrece, entonces Dios lo tratar� de acuerdo con ese m�todo general de tratar con el pecado que se describe aqu�.

�l �persuade� al profeta en el mismo sentido en que endureci� el coraz�n de Fara�n, al hacer de esa persuasi�n la consecuencia natural de las inmutables leyes morales que �l ha ordenado. Los hombres son apartados del pecado solo por el propio Esp�ritu Santo de Dios que los atrae hacia �l. Cuando dejan esto a un lado al transgredir los mandamientos de Dios, la tendencia inevitable - la tendencia bajo las leyes morales que Dios ha establecido - es seguir pecando.

Por lo tanto, el profeta que se dejaba persuadir, contrariamente al mandato de Dios, de responder al investigador hip�crita, inevitablemente se ver�a persuadido a�n m�s de responderle de acuerdo con sus deseos. Dios no obliga a los hombres a recibir la verdad ni a actuar con rectitud. Si, a pesar de Sus protestas, sus corazones est�n puestos en el mal, �l incluso los abandonar� y �les enviar� un fuerte enga�o para que crean una mentira� ( 2 Tesalonicenses 2:11 ).

Con demasiada frecuencia se nos dice en las Escrituras acerca de este m�todo del trato divino como para dejar espacio para que malinterpretemos el principio. El resultado es terrible, pero est� bastante de acuerdo con todo lo que podemos observar del trabajo Divino en la naturaleza. El hombre que rechaza la medicina, debe hundirse bajo la enfermedad. El principio est� claramente ejemplificado en el caso de Acab ( 1 Reyes 22:19 ), donde se representa al Se�or enviando un esp�ritu de mentira a la boca de los profetas, para que pudieran aconsejar al rey sobre el camino equivocado que ya estaba tomando. decidido a tomar.

Se declara que Dios hizo esto porque fue el resultado bajo Sus leyes morales del esp�ritu inicuo y dominante del rey que hab�a ahuyentado a los verdaderos profetas y reunido a su alrededor a aquellos que estaban dispuestos a pervertir su oficio y profetizar falsamente para satisfacer sus deseos. . Por supuesto, esto no supone suponer que Dios pueda ser el autor del pecado y el enga�o; pero �l ha ordenado que el pecado se castigue a s� mismo, y cuando el coraz�n lo rechaza, �l retira Su Esp�ritu de �l y lo entrega a sus propios enga�os.

As�, cuando el coraz�n de Sa�l se alej� de Dios, y "el Esp�ritu del Se�or se apart� de" �l, se dice que el esp�ritu maligno, que vino en su lugar, es "del Se�or" ( 1 Samuel 16:14 ). Este tipo de juicio es necesariamente m�s com�n en tiempos de gran y general declinaci�n de la derecha. Por lo tanto, los falsos profetas fueron especialmente abundantes hacia el fin del reino de Jud�, y forman una caracter�stica marcada en las profec�as del Nuevo Testamento de "los �ltimos d�as". No se puede imaginar un juicio m�s terrible que el de entregar al pecador a las consecuencias de su propio pecado.

Lo destruir� de en medio de mi pueblo Israel. - Esta no es la palabra que se usa con tanta frecuencia en las penas de la ley, "lo apartar� de mi pueblo". Este �ltimo se refiere �nicamente a la excomuni�n, a la exclusi�n de los privilegios del pueblo elegido; pero esto significa que el profeta falso ser� literalmente destruido, como Balaam ( N�meros 31:8 ), entre los enemigos de Dios con quienes hab�a echado su suerte.

Versículo 11

Puede que no se extrav�e m�s. - Aqu� se da el objeto de toda la severidad del juicio anterior: que Israel pueda ser llevado a un verdadero arrepentimiento y reunirse en comuni�n con Dios.

El profeta ahora est� dirigido, en una comunicaci�n distinta, a enfrentar el pensamiento que evidentemente estaba en la mente de la gente, que Jerusal�n a�n se salvar�a por el bien de los justos que moran en ella, como se le hab�a prometido a Abraham incluso en el caso. de Sodoma y Gomorra ( G�nesis 18:23 ). El curso del pensamiento es este: si alguna tierra pecara tan gravemente como lo hab�a hecho Israel, y Dios enviara un juicio, no se salvar�a, aunque No�, Daniel y Job estuvieran en ella.

Esto se repite en relaci�n con cada uno de los cuatro juicios mencionados sucesivamente; y luego se alcanza el cl�max, que mucho menos se puede salvar a Jerusal�n cuando se combinan todos estos juicios. Al final, se reconocer� la justicia de los tratos divinos.

Unos a�os antes, Jerem�as ( Jeremias 14:15 ) hab�a pronunciado una profec�a muy similar en relaci�n con la denuncia de los falsos profetas ( Jeremias 14:13 ; Jeremias 14:15 ) en la que no solo �l mismo tiene prohibido interceder por el pueblo. Jeremias 14:11 ), pero se dice ( Jeremias 15:1 ) que la presencia de Mois�s y Samuel ser�a in�til.

Versículo 13

Cuando la tierra peca. - El art�culo definido no est� en hebreo y debe omitirse, ya que la proposici�n es general. Tambi�n los tiempos futuros a lo largo del vers�culo deben traducirse como presente, de acuerdo con este car�cter de una declaraci�n general: �Cuando una tierra peca ... y yo me estiro ... y rompo la vara ... y env�o hambre ... . y cortar. " El juicio particular del hambre se vio amenazado en las advertencias de la ley ( Lev�tico 26:26 ; Deuteronomio 28:38 ), y tambi�n, en conexi�n inmediata con �l, todos los dem�s ayes aqu� mencionados.

Versículo 14

No�, Daniel y Job. - Estos tres son seleccionados, sin duda, no solo como ejemplos de santidad eminente ellos mismos, sino como hombres a quienes se les hab�a permitido ser el medio para salvar a otros. Por el bien de No�, toda su familia se hab�a salvado ( G�nesis 6:18 ); Daniel fue el medio para salvar a sus compa�eros ( Daniel 2:17 ); y los amigos de Job se hab�an salvado como consecuencia de su intercesi�n ( Job 42:7 ).

Mois�s y Samuel podr�an parecer ejemplos a�n m�s notables del valor de la oraci�n de intercesi�n; pero Jerem�as ya los hab�a citado ( Jeremias 15:1 ). La menci�n de Daniel, un contempor�neo de Ezequiel, con los antiguos patriarcas, No� y Job, no debe ser motivo de sorpresa. La distancia en el tiempo entre No� y Job era mayor que entre Job y Daniel, y se ha dicho bien que era necesario mencionar a un contempor�neo para resaltar el pensamiento: �estaban en Jerusal�n los hombres m�s santos del pasado o del pasado? en los tiempos actuales no servir�a de nada.

Tambi�n hay que recordar que Daniel fue separado de Ezequiel por circunstancias que crearon una distancia entre ellos correspondiente a la que lo separ� en el tiempo de los patriarcas. Ezequiel fue cautivo entre los cautivos; Daniel hab�a estado ahora durante unos doce a�os en un cargo importante en la corte real y pose�a el rango m�s alto. Por lo tanto, no hay motivo para la extra�a suposici�n de que la referencia es a alg�n Daniel mayor, de tal eminencia que se puede hablar de la forma en que est� aqu� y en Ezequiel 28:3 , y sin embargo, cuyo nombre se ha desvanecido por completo. de la historia.

Pero adem�s de todo esto, hab�a una propiedad especial, e incluso una necesidad para el prop�sito en cuesti�n, que se mencionara a Daniel. No solo ocupaba un alto cargo, sino que era el consejero de confianza de Nabucodonosor por quien Jerusal�n iba a ser destruida. Tambi�n era un hombre muy santo y un israelita sumamente patriota. Los jud�os, por lo tanto, bien podr�an haber pensado que su influencia valdr�a para evitar la calamidad amenazada y colocar su nombre en la lista. su �ltima esperanza era verse frustrada como no pod�a ser por nada m�s.

Versículos 15-20

(15-20) In these verses the same declaration is repeated, for the sake of emphasis, with each one of three other instruments of punishment, with only such variations of phraseology as are required for rhetorical reasons. The phrase �their own souls is here also simply equivalent to �themselves.� The judgments mentioned are all taken from the warnings in Lev�tico 26, the famine from Lev�tico 26:26, the wild beasts from Lev�tico 26:22, the sword and also the pestilence from Lev�tico 26:25.

Versículo 21

Mis cuatro dolorosos juicios. - La ense�anza de los ocho vers�culos anteriores se recoge aqu� en su cl�max. En el caso de cualquiera de los cuatro castigos mencionados en sucesi�n, la presencia del m�s santo de los hombres deber�a ser in�til para evitarlo; cu�nto m�s, entonces, cuando todos estos se combinen en el juicio sobre Jerusal�n, ser� imposible detener su ruina.

Versículo 22

Ye shall be comforted concerning the evil. � In this and the following verse it is promised that a remnant shall be brought from Jerusalem; and it is clearly implied that they shall come to Babylonia. There the present exiles shall see them, and thus be comforted. But in what sense comforted? The connection absolutely decides this: �when ye see their ways and their doings, ye shall know that I have not done without cause all that I have done in it.

Es decir, cuando veas la maldad de este remanente, dejar�s de lamentarte por el juicio, porque no puedes dejar de percibir que fue un acto justo de Dios. La expresi�n �hijos e hijas� se usa en Ezequiel 14:22 con referencia a la misma frase en Ezequiel 14:16 ; Ezequiel 14:18 ; Ezequiel 14:20 ; y la forma "te consolar�n" en Ezequiel 14:23 se explica por lo que se dice en Ezequiel 14:22 , no como "te dar�n consuelo", sino "ser�n motivo de consuelo" mostr�ndote su iniquidad excesiva.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Ezekiel 14". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/ezekiel-14.html. 1905.