Bible Commentaries
Ezequiel 9

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

IX.

Este cap�tulo forma parte de la misma visi�n continua con el anterior, pero mientras el primero se ocupa de la exposici�n del pecado, este �ltimo especifica el consiguiente castigo.

Versículo 1

Tambi�n llor� ... con voz fuerte. - El pronombre se refiere al mismo Ser que a lo largo del cap�tulo anterior. Su naturaleza se muestra suficientemente en el discurso que le dirigi� el profeta en Ezequiel 9:8 : "�Ah, Se�or Dios!" La �voz fuerte� fue para dar �nfasis a lo que se dice; es la expresi�n natural de la fiereza de la indignaci�n y la ira divinas.

Los que tienen carga sobre la ciudad. - No oficiales terrenales, sino aquellos a quienes Dios ha confiado especialmente la ejecuci�n de su voluntad con respecto a Jerusal�n. Sin duda, la palabra se usa con bastante frecuencia para referirse a oficiales humanos, pero tal sentido est� necesariamente excluido aqu� por todas las circunstancias de la visi�n. La frase "todo hombre" tampoco indica en absoluto que fueran seres humanos, la misma expresi�n que se usa constantemente para los �ngeles (como en G�nesis 18:1 ; Josu� 5:13 ; Jueces 13:11 ; Daniel 8:16, & c), y la representaci�n aqu� es claramente la de verdugos angelicales de la ira de Dios. Aparecen solo a la luz de los administradores de la venganza, la descripci�n de ellos es que cada uno ten�a "su arma destructora en la mano". Esto se repite en el siguiente verso.

Versículo 2

Uno de ellos estaba vestido de lino. - Estaba entre ellos, pero no entre ellos. Hab�a seis con armas, y este sin arma formaba el s�ptimo, formando as� el n�mero m�stico que se usa con tanta frecuencia en las Escrituras. Estaba �vestido de lino�, la prenda sacerdotal ordinaria, y la prenda especial del sumo sacerdote en las ceremonias del gran D�a de la Expiaci�n ( Lev�tico 16 ); pero tambi�n utilizado por otros, y en otras ocasiones, simplemente como prenda de pureza y distinci�n (comp.

Daniel 10:5 ), por lo que aqu� no hay necesidad de suponer un car�cter sacerdotal adjunto a �ste. Llevaba en su cinto el "tintero", es decir, el peque�o estuche que conten�a bol�grafos, cuchillo y tinta, que sol�a llevar el escriba oriental. Tampoco hay ocasi�n de entender a esta persona, por un lado, como una representaci�n del dios babil�nico Nebo, �el escriba del cielo�, ni, por el otro, como hacen muchos comentaristas, de nuestro Se�or.

No se menciona nada que pueda darle una identificaci�n especial. �l es simplemente una necesidad de la visi�n, un mensajero angelical, para se�alar a aquellos cuya fidelidad a Dios en medio del mal circundante los exime de la condenaci�n com�n (comp. Apocalipsis 7:3 ). Este grupo se ve venir �desde el camino de la puerta superior.

�Los patios del Templo se construyeron en etapas, la m�s interior la m�s alta. Esta, entonces, era la puerta del atrio interior, y estaba al norte, tanto como el lugar donde se le hab�an mostrado las idolatr�as al profeta, como como el lugar desde el cual la destrucci�n caldea se derram� sobre la naci�n. Tomaron su puesto �al lado del altar de bronce�, como el punto central a la vez de la verdadera adoraci�n de Israel y de la profanaci�n actual de esa adoraci�n.

Versículo 3

La gloria ... hasta el umbral. - En Ezequiel 8:4 el profeta hab�a tenido la misma visi�n que describi� en Ezequiel 1 parado a la entrada del patio de los sacerdotes, y all� todav�a permanec�a. La palabra querub�n se usa aqu� colectivamente.

Ahora esa gloria especial sobre los querubines, que representaba al Ser Divino mismo, se hab�a ido de su lugar al umbral de la casa, pero se devuelve nuevamente en Ezequiel 10:1 . Al mismo tiempo, tambi�n se sugiere la idea de que la presencia ordinaria de Dios entre los querubines en el Lugar Sant�simo dentro del Templo ha dejado su lugar y ha salido a la puerta de la casa.

Las dos ideas son de hecho distintas y, sin embargo, de ninguna manera incapaces de mezclarse en la imaginer�a de una visi�n. El significado del primero es que el mandato de juicio procede del mismo Templo al que los jud�os fariseos consideraban la garant�a de su seguridad; mientras que el otro significar�a que el Se�or ya hab�a comenzado a abandonar Su Templo. Ambos pensamientos son verdaderos y ambos se enfatizan en el curso de la visi�n.

Versículo 4

Deja una marca en la frente. - La palabra marca es literalmente Tau, la �ltima letra del alfabeto hebreo. Esto, en muchos de los alfabetos antiguos, y especialmente en el que se usaba entre los hebreos hasta ese momento, y que se conservaba durante mucho tiempo en sus monedas, ten�a la forma de una cruz: X o +. Los escritores cristianos m�s antiguos, Tertuliano, Or�genes, Cipriano y Jer�nimo, pusieron mucho �nfasis en este uso de la se�al de la cruz como marca de la misericordia divina.

Esta marca se hizo, es cierto, en visi�n, pero el simbolismo est� tomado de pasajes como G�nesis 4:15 ; �xodo 12:7 ; �xodo 12:13 ; �xodo 28:36 ; y se usa varias veces en el Apocalipsis ( Ezequiel 7:3 ; Ezequiel 9:4 ; Ezequiel 14:1 ).

Tales marcas pueden ser necesarias para la gu�a de los ejecutores angelicales de los mandamientos de Dios y, en todo caso, el simbolismo es de valor para la mente humana. Es con referencia a tales casos b�blicos de marcaci�n, sin duda, que la Iglesia ha previsto la se�alizaci�n de los bautizados con la se�al de la cruz. Debe observarse aqu� que la distinci�n del marcado se refiere total y exclusivamente al car�cter. No se tiene en cuenta el nacimiento o la posici�n; ellos y s�lo ellos est�n marcados que lloraron por la pecaminosidad prevaleciente, y se mantuvieron apartados de ella.

Versículo 5

Id tras �l. - No se permite intervalo. Aqu�, como en las visiones correspondientes en Apocalipsis mencionadas anteriormente, el juicio espera s�lo hasta que aquellos a quienes la misericordia perdonar� hayan sido protegidos. (Comp. La liberaci�n de Lot, G�nesis 19:22 .) La destrucci�n iba a ser total y completa, y deb�a comenzar en el santuario, donde hab�a culminado el grave pecado del pueblo.

Este es uno de esos muchos pasajes importantes en las Escrituras (comp. Mateo 25:41 ; Lucas 23:30 ; Apocalipsis 6:16 , etc.) en el que Dios se revela como alguien que finalmente se vengar� sin piedad de aquellos que han rechazado. e insult� su misericordia y bondad paciente. La revelaci�n de la ira futura no es menos clara y distinta que la del amor a quienes conf�an en �l.

Versículo 7

Profanar la casa. - La mayor contaminaci�n posible bajo la econom�a mosaica fue el toque de un cad�ver. (Ver N�meros 19:11 ; 1 Reyes 13:2 ; 2 Reyes 23:16 .

) Se podr�a pensar que el Templo se librar�a de esta contaminaci�n; Pero no solo la ejecuci�n de la justicia debe anular todos los tecnicismos, como en la ejecuci�n de Joab ( 1 Reyes 2:28 ), sino que en este caso la misma profanaci�n fue parte del juicio, ya que Dios estaba a punto de abandonar Su santuario, y entregue incluso esto a las desolaciones de los paganos. Desde el Templo, los �ngeles destructores pasaron a la ciudad.

Versículo 8

Fui dejado. - Las palabras implican dejado solo. El profeta acababa de ver los atrios del santuario atestados de id�latras en la plena gloria de su pecado que desaf�a el cielo. Ahora es una ciudad de muertos, y �l est� solo en medio de los muertos. Cae sobre su rostro consternado y ruega que �el resto de Israel� no sea completamente destruido. La severidad de la respuesta divina no deja lugar a la esperanza de mitigar el juicio.

Aqu� no se hace menci�n de aquellos que iban a ser salvos; eran tan pocos entre la masa que no ten�an ning�n efecto sobre la impresi�n general de la visi�n. Sin embargo, no se olvidan; y para mostrar que no lo son, en el siguiente vers�culo (11) se representa al hombre de lino informando que hab�a ejecutado la orden que se le hab�a dado.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Ezekiel 9". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/ezekiel-9.html. 1905.