Bible Commentaries
Salmos 42

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Introducción

Libro II .

XLII.

No es necesario desperdiciar argumentos en lo que todo lector ve de un vistazo, que los Salmos 42, 43 forman en realidad un solo poema. En estilo, en tema, en tono, podr�an haber sido reconocidos como de una �poca y pluma, incluso si hubieran sido separados en la colecci�n en lugar de seguir uno a otro, e incluso si el estribillo no los hubiera marcado como partes de una composici�n. (Para expresiones y sentimientos que entrelazan, por as� decirlo, el texto junto, comp.

Salmo 42:9 ; Salmo 42:2 ; Salmo 42:4 , con 43: 2, 4, 4, respectivamente.) Se ve que los poemas as� unidos en uno tienen tres estrofas iguales. Las tres estrofas expresan la queja de un sufriente que se hunde bajo el peso de sus desgracias; el estribillo, en cambio, expresa un sentimiento de resignaci�n religiosa, de confianza inalterable en la protecci�n y el favor divinos.

Incluso podemos darnos cuenta de la propia situaci�n de quien la sufre. Lo encontramos no solo lejos de Jerusal�n, y anhelando ansiosamente regresar all�, sino tambi�n en la frontera, cerca de las orillas del Jord�n, no lejos de las fuentes del r�o, en la gran ruta de las caravanas entre Siria y el lejano oriente. en las laderas del Herm�n. Parece que lo vemos forzar la vista desde estas alturas extra�as para captar la �ltima mirada de sus propias colinas nativas, y del tono de sus arrepentimientos, arrepentimientos inspirados no por consideraciones mundanas o incluso patri�ticas, sino por la separaci�n forzosa del servicio coral. del Templo, conjeturamos que hab�a sido un sacerdote o un levita.

T�tulo. (Ver t�tulo, Salmos 4, 32) "Para los hijos de Cor�". Este es un t�tulo de los Salmos 42, 44-49, 84, 85, 87, 88.

Vemos en 1 Cr�nicas 6:16 , que los core�tas eran, cuando se escribi� esa historia, m�sicos profesionales. Kuenen, en Historia de la religi�n, p. 204, ha se�alado que en los documentos m�s antiguos los cantores y porteadores se mencionan por separado de los levitas ( Esdras 7:7 ; Esdras 7:24 ; Esdras 10:23 ; Nehem�as 7:1), y s�lo en los de fecha posterior los encontramos incluidos en esa tribu, cuando �se hab�a establecido la convicci�n de que era necesario que todo aquel que fuera admitido en cualquier capacidad al servicio del Templo ser un descendiente de Levi "; no se puede confiar en los linajes que trazan esta descendencia y, por lo tanto, consideramos a estos "hijos de Cor�" (en un pasaje una denominaci�n a�n m�s vaga, "hijos de los core�tas", 2 Cr�nicas 20:19 ), no como descendientes lineales del Cor� de N�meros 16:1 , pero como una de las entonces divisiones del cuerpo de m�sicos que fueron, de acuerdo con la idea mencionada anteriormente, tratados como Lev�ticos.

Versículo 1

Como el ciervo brama. - �He visto grandes bandadas de estos ciervos jadeantes reunirse alrededor de los arroyos de los grandes desiertos de Siria central, tan abrumados por la sed que uno pod�a acercarse a ellos antes de que huyeran� (Thomson, Land and Book, p. 172 ).

Versículo 2

Sed. - La met�fora ocurre exactamente en la misma forma ( Salmo 63:1 ), y solo requiere ser notada ya que "Dios" mismo es aqu� hecho sujeto de la sed, en lugar de la justicia, o el conocimiento, o el poder, como en lo familiar y uso frecuente de la met�fora en otras partes de la Biblia y en otra literatura.

El Dios vivo. - Evidentemente, desde la met�fora, considerada como fuente o fuente de vida. (Comp. Salmo 84:2 ; Salmo 36:9 )

Pres�ntate ante Dios. - �xodo 23:17 muestra que esta era la frase habitual para frecuentar el santuario (comp. Salmo 84:7 ), aunque la brevedad po�tica aqu� alter� ligeramente su forma y construcci�n.

Versículo 3

Mis lagrimas. - Comp. Salmo 80:5 ; Salmo 102:9 ; y Ovid Metam. X. 75, " Cura dolorque animi lacrim�que alimenta fuere".

�D�nde est� tu Dios? - Por esta burla amarga comp. Salmo 79:10 ; Salmo 115:2 ; Joel 2:17 , etc.

Versículo 4

Cuando I. - La conjunci�n "cuando" no se expresa, pero puede estar impl�cita en la siguiente cl�usula. Otros traducen, �d�jame recordar estos d�as ( es decir, lo que sigue), d�jame derramar mi alma dentro de m� (literalmente, sobre m�. Comp. Salmo 142:3 ). Pero la Versi�n Autorizada es mejor, "cuando pienso en ello, mi coraz�n debe desbordarse". La expresi�n, "derramo mi alma sobre m�", puede, sin embargo, significar, "lloro inundaciones de l�grimas por m� mismo" , es decir , "por mi suerte".

Porque yo hab�a ido con la multitud. - La LXX. y Vulg., as� como la extra�eza de las palabras traducidas como �multitud� y �se fueron con ellos�, indican una corrupci�n del texto. Afortunadamente, el sentido general y la referencia del verso son independientes de las expresiones dudosas. El poeta se entrega a un agradecido recuerdo de alguna gran fiesta, probablemente la Fiesta de los Tabern�culos. (Ver LXX.)

Que guardaba el d�a festivo. - Literalmente, bailando o tambale�ndose. Pero la palabra se usa absolutamente ( �xodo 5:1 ; Lev�tico 23:41 ) para �xodo 5:1 una fiesta, y especialmente la Fiesta de los Tabern�culos. El baile parece haber sido una parte reconocida del ceremonial. (Comp. 2 Samuel 6:16 .)

Versículo 5

�Por qu� eres t�? - El estribillo aqu� interrumpe la canci�n como un suspiro, el esp�ritu de abatimiento luchando contra el esp�ritu de fe.

Echar abajo. - Mejor, como en el margen, inclinado, y en el original con un sentido medio, "�por qu� te inclinas a ti mismo?"

Inquieto. - De la ra�z pariente ay con el significado de nuestra palabra "hum". La idea de "emoci�n interna" se deriva f�cilmente de su uso. Vemos el proceso en expresiones como Isa�as 16:11 , "Mis entra�as sonar�n como arpa para Moab".

Por la ayuda de su rostro. - No hay duda de que debemos leer el estribillo aqu� tal como est� en Sal. 42:12, y en Salmo 43:5 . La LXX. y Vulg. ya lo han hecho, y un manuscrito hebreo. advierte la acentuaci�n incorrecta del texto aqu�. El ritmo sin este cambio es defectuoso y el estribillo alterado innecesariamente.

Sin embargo, tal alteraci�n de la comparaci�n de Salmo 24:8 ; Salmo 24:10 ; Salmo 49:12 ; Salmo 49:20 ; Salmo 56:4 ; Salmo 56:10 ; Salmo 59:9 ; Salmo 59:17 , no es inusual.

Versículo 6

Echar abajo. - El poeta, aunque la fe condena su abatimiento, todav�a lo siente y no puede evitar expresarlo. El coraz�n no estar� tranquilo de una vez, y la expresi�n de su aflicci�n, tan natural, tan pat�tica, mucho tiempo despu�s servir�, en las mismas palabras de la LXX., Para expresar un dolor m�s profundo y marcar una crisis m�s tremenda ( Juan 12:27 ; Mateo 26:38 ).

Por eso lo har� yo . Mejor, por eso me acuerdo de ti. (Comp. Jon�s 2:7 )

De la tierra del Jord�n , es decir , las tierras altas del noreste, donde nace el r�o. El poeta no ha pasado del todo a la tierra del exilio, el pa�s m�s all� de Jordania, pero ya est� en sus fronteras, y mientras sus ojos tristes se vuelven una y otra vez hacia el amado pa�s que deja, sus sagradas cumbres comienzan a desaparecer, mientras cada vez m�s cerca y m�s alto se elevan los picos nevados del Herm�n.

Hermonitas. - M�s bien, de los Hermons, es decir, colectivamente para toda la cordillera (como en general de las monta�as, los Balcanes, etc.) o con referencia a la apariencia de la monta�a como una cresta con un pico conspicuo en cada extremo. (V�ase Thomson, Land and Book, p. 177.) En realidad, sin embargo, el grupo conocido especialmente como Herm�n tiene tres cumbres, situadas, como los �ngulos de un tri�ngulo, a un cuarto de milla entre s�, y de casi iguales elevaci�n. (V�ase Smith's Bible Dict ., �Hermon�. Comp. Our Work in Palestine, p. 246.)

El cerro Mizar. - Marg., La peque�a colina. Entonces LXX. y Vulg., un monte modico. (Comp. La obra de teatro sobre el nombre Zoar en G�nesis 19:20 .) Por eso, algunos piensan que el poeta est� contrastando a Herm�n con Si�n. En tal caso, sin embargo, la costumbre de la poes�a hebrea era exaltar a Si�n, y no despreciar las monta�as m�s altas, y es muy natural suponer que alguna cresta o paso m�s bajo, sobre el cual se supone que el exiliado sigue su triste camino, en realidad se llamaba "el peque�o" o "el menos".

Versículo 7

El abismo llama al abismo al ruido de tus trombas marinas. - Mejor, el diluvio llama al diluvio por el ruido de tus cataratas. El exiliado est� describiendo lo que estaba ante sus ojos y en sus o�dos. Por lo tanto, hay pocas dudas de que, como observ� Dean Stanley, esta imagen fue proporcionada por los sinuosos y r�pidos del Jord�n, cada uno apresur�ndose a lanzarse con una vehemencia a�n m�s feroz de agua sonora sobre alg�n saliente de rocas opuesto "en cataratas despu�s de catarata al mar.

As�, cada paso dado en ese viaje doloroso ofrec�a un emblema de los dolores que se acumulaban en el coraz�n del exiliado. La palabra traducida como tromba de agua solo aparece adem�s en 2 Samuel 5:8 , donde la Versi�n Autorizada tiene "canal�n", pero podr�a traducirse como "curso de agua".

Todas tus olas y tus olas. - De derivaci�n, rompedores y rodillos. El poeta olvida la fuente de su imagen en su intensidad, y del pensamiento de la catarata de aflicciones pasa al m�s general de "un mar de problemas", cuyas olas rompen sobre �l o ruedan sobre su cabeza. La imagen es com�n en toda la poes�a. (Comp. "Y como un mar de males impulsa sus olas; una cayendo, otra, con una enorme (literalmente, tercera ) cresta, subiendo". - �sch., Seven against Thebes, 759.)

Versículo 8

Sin embargo, el Se�or. - Mejor, de d�a Jehov� mandar� (o, literalmente, ordenar� Jehov� ) su gracia.

Y por la noche su c�ntico , es decir , un c�ntico para �l; pero la enmienda sh�rah, " canci�n " , para sh�r�h, "su canci�n", se recomienda a s� misma. El paralelismo de este vers�culo parece confirmar la conclusi�n extra�da de la oraci�n al final del Libro II, de que el t�tulo "oraci�n" y "canci�n" se usaban indiscriminadamente para cualquiera de los himnos de uso religioso.

Versículo 9

Aparentemente ahora tenemos las mismas palabras de la oraci�n que acabamos de mencionar.

Versículo 10

Como con una espada. - Margen, matar; mejor, aplastante. La inserci�n de la conjunci�n es err�nea. Render, con una rotura de mis huesos. Esto, sin duda, se refiere al maltrato real del exiliado por parte de sus conductores, que amontonaban golpes, as� como insultos, a sus cautivos. Incluso podemos suponer que esta violencia se dirigi� especialmente a esta v�ctima en particular, que no pudo evitar detenerse y mirar atr�s, e irritar tanto a su convoy, que naturalmente tendr�a prisa por seguir adelante. �Cu�n v�vidamente, tambi�n, es la imagen de la burla insultante, "�D�nde est� tu Dios?" Lev�ntate ante nosotros, si pensamos en los soldados que escuchan las exclamaciones de oraci�n del exiliado.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Psalms 42". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/psalms-42.html. 1905.