Bible Commentaries
Romanos 3

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Versículos 1-8

III.

(1-8) Continuando con el tema, pero con una larga digresi�n en Romanos 3:3 et seq. El Ap�stol pregunta: �Cu�l es el valor real de estas aparentes ventajas? Est� a punto de responder la pregunta por completo, como lo hace m�s adelante en Romanos 9:4 ; pero despu�s de enunciar el primer punto, se dirige a una dificultad que �ste le plantea y no vuelve a completar lo que hab�a comenzado.

Esto, nuevamente, es caracter�stico de su mente ardiente y agudamente especulativa. Problemas como los que �l discute evidentemente le fascinan y le llevan, aqu� como en cualquier otro lugar, a dejar inmediatamente el tema inmediato que tiene ante s� y a entrar con entusiasmo en su discusi�n. Un cerebro m�s let�rgico o t�mido no estar�a bajo tal tentaci�n.

Una ventaja real y s�lida por parte del jud�o fue que fue el destinatario directo de la revelaci�n divina. Este privilegio suyo no es anulado por la deserci�n de una parte del pueblo. No descansa sobre la precaria fidelidad de los hombres, sino sobre la infalible promesa de Dios. Sin embargo, el triunfo final de esa promesa no es una excusa para quienes la han dejado en nada. Ser�n castigados de la misma manera y con raz�n.

De lo contrario, no podr�a haber ning�n juicio. La objeci�n casu�stica de que el pecado pierde su culpa si redunda en la gloria de Dios, o, en otras palabras, que el fin justifica los medios, lleva consigo su propia condenaci�n.

Versículo 2

Principalmente. - En primer lugar; �En segundo lugar�, etc., iba a seguir, pero no lo hace, ya que el Ap�stol se dirige a otros temas (ver arriba).

A ellos se comprometieron. - Esto es parafr�stico. �Oracle� es el objeto y no el sujeto de la oraci�n. "Se les encomend�".

Or�culos. - Una buena traducci�n; las Escrituras del Antiguo Testamento contienen una revelaci�n de Dios.

Versículo 3

�Qu� pasar�a si? -�Qu� (sigue) si, & c. O podemos tomar las dos primeras palabras solas y juntar las dos cl�usulas siguientes. �C�mo est� el caso? Si algunos rechazaron la fe, �su rechazo invalidar� o anular� la fidelidad de Dios?
El Ap�stol considera una objeci�n que podr�a presentarse contra su argumento de que la revelaci�n divina que se les concedi� fue un privilegio especial del pueblo jud�o.

Se podr�a decir que hab�an perdido y cancelado este privilegio por su incredulidad. Primero reduce la objeci�n a sus l�mites adecuados; no eran todos, sino algunos, los que eran incr�dulos. Pero admitiendo que hab�a algunos que no cre�an que este hecho no tendr�a poder para hacer temblar las promesas eternas de Dios.

Versículo 4

�Imposible! M�s bien, permita que Dios sea visto como verdadero aunque toda la humanidad sea falsa, incluso cuando el salmista consider� que su propio pecado sirvi� para realzar el triunfo de la justicia de Dios. Hablando de esa justicia por el momento como si pudiera ser procesada ante el tribunal de un tribunal a�n superior, afirma su absoluta y completa absoluci�n.

Para que seas justificado. - Estrictamente, para que, aqu� como en el hebreo del Salmo. El bien es, en cierto modo, inescrutable para nosotros, extra�do del mal, y esto est� claramente previsto por Dios y forma parte de Su designio, aunque para no interferir con el libre albedr�o del hombre. La religi�n asume que las dos cosas, el libre albedr�o y la omnipotencia, son reconciliables, aunque la forma de reconciliarlas parece un problema insoluble. La misma dificultad se aplica a todos los sistemas, excepto a uno de fatalismo y ate�smo en blanco. Pero la teor�a del fatalismo, si se llevara a cabo de manera l�gica, simplemente destruir�a la sociedad humana.

Salmo 51 , en el que aparece la cita, es com�nmente (de acuerdo con el t�tulo), aunque quiz�s err�neamente, atribuido a David despu�s de su pecado con Betsab�. El efecto de este pecado es poner de manifiesto con el mayor relieve la justicia de la sentencia por la que se sigue y se castiga. El original es: �Para que seas justo en tu hablar; para que seas puro en tus juicios.

San Pablo adopta la traducci�n de la LXX., Que hace que la �ltima palabra sea pasiva en lugar de activa, haci�ndola as� aplicable, no a la sentencia dada por Dios, sino al juicio imaginario al que por una figura ret�rica esa sentencia misma se supone que debe enviarse.

Versículo 5

Pero si nuestra injusticia. - Una nueva y profunda pregunta surge en la mente del Ap�stol, y su agudo intelecto no la deja pasar: �Si el pecado (aqu� la incredulidad) del hombre s�lo tiende a reivindicar (encomiar o afirmar) la justicia de Dios, �Por qu� deber�a castigarse ese pecado? El mero planteamiento de tal pregunta requiere una disculpa; es s�lo cuando un hombre puede hablar sobre el hombre que se atreve a expresar tal pensamiento.

Esa tambi�n es una objeci�n imposible, porque si se cumpliera, no podr�a haber ning�n juicio. Ning�n pecado ser�a castigado, porque todo pecado servir�a para enfatizar la estricta veracidad de Dios en sus denuncias de �l, y por lo tanto, en �ltima instancia, conducir�a a su gloria. As� dejar�a de ser pecaminoso, y nada nos impedir�a adoptar el principio que se nos atribuye tan calumniosamente: que es l�cito hacer el mal para que venga el bien. Es una calumnia, y cualquier principio de este tipo con todo lo que le pertenece, es decir, con la totalidad del argumento anterior, es justamente condenado.

Versículo 6

Entonces, �c�mo juzgar� Dios al mundo? - San Pablo considera que es una respuesta suficiente el mero hecho de plantear esta pregunta. Tanto �l como aquellos a quienes estaba escribiendo asumieron que deb�a haber un juicio futuro.

La forma en que el obispo Butler trata el argumento de la necesidad es muy similar a esto, sustituyendo solo el presente por el juicio futuro. �Es un hecho que Dios gobierna incluso a las criaturas brutas mediante el m�todo de recompensas y castigos en el curso natural de las cosas. Y los hombres son recompensados ??y castigados por sus acciones - castigados por acciones perjudiciales para la sociedad por serlo, castigados por acciones viciosas como tales - por la instrumentalidad natural de los dem�s bajo la actual conducta de la Providencia �, etc. De ah� que el necesitario se encuentre en este dilema: o su opini�n no es verdadera, o debe ser capaz de armonizarse con estos hechos. Se postulan los hechos mismos.

Versículo 7

La verdad de Dios. - En primera instancia su veracidad como envuelta en sus amenazas y promesas, y luego aquellos otros atributos, especialmente la justicia, que est�n �ntimamente relacionados con esto. La "verdad" se inclina hacia su sentido moral. (Ver nota sobre Romanos 2:8 )

Mi mentira - El Ap�stol pone su supuesto caso en primera persona. �Mentira�, sugerida como ant�tesis de la palabra �verdad�, reci�n usada, tambi�n tiene un significado moral. Es la desviaci�n moral que sigue a la incredulidad.

Versículo 8

Y no mejor dicho. - Y ( por qu� deber�amos ) no ( decir ) , como algunas personas afirman calumniosamente que decimos: Hagamos el mal para que venga el bien. Debe proporcionarse alguna frase como "�Por qu� deber�amos decir?"; "Por qu�" de la cl�usula anterior, "decir" de lo que sigue. O "(�Por qu� deber�amos) no (hacer el mal), como algunas personas afirman calumniosamente que decimos, hagamos el mal", etc. Quiz�s lo �ltimo sea lo mejor, ya que entonces podr�amos suponer que la palabra para "hag�moslo" se repite precisamente en la forma en que se encuentra.

Al Ap�stol no le interesa responder este argumento en detalle; no va a perder el tiempo con tal perversi�n del sentido moral, sino que simplemente dice: "Cuya condenaci�n es justa".
�Qu� pretexto podr�a tener alguien para atribuir tal opini�n a San Pablo? Sin duda, la acusaci�n era completamente falsa cuando se le aplicaba, pero sabemos que su ense�anza fue una excusa para los excesos antinomianos, que no se atribuir�an de manera antinatural al Ap�stol.

O, tomando su ense�anza tal como est�, bien podr�amos imaginar a los jud�os o al grupo judaizante discutiendo consigo mismos: �Este hombre viola abiertamente la ley, y sin embargo afirma estar en el camino correcto y que todo le ir� bien�. ; �No es esto hacer el mal para que venga el bien? �Piensa �l ganar el reino mesi�nico por la infracci�n de la Ley, y no por su observancia? "

Versículo 9

Somos mejores que ellos? - "�Podemos reclamar una preferencia?" La forma del verbo griego es peculiar. En general, parece mejor tomarlo como medio en lugar de activo, lo que aparentemente no tendr�a igual, pero es defendible como una cuesti�n de lenguaje y parece estar obligado por el contexto. No hay una oposici�n real entre el "de ninguna manera" de la respuesta y el "mucho en todos los sentidos" de Romanos 3:2 . All� la referencia era a las ventajas externas, aqu� al valor real y esencial a los ojos de Dios; tanto como para decir: "Con todas nuestras ventajas, �somos realmente mejores?"

Demostrado. - Adopte m�s bien la traducci�n marginal, porque antes acusamos tanto a jud�os como a gentiles de estar todos bajo pecado.

Los vers�culos son un ejemplo sorprendente de la forma en que el Ap�stol entrelaza pasajes tomados de diferentes fuentes. Tambi�n ofrece un ejemplo de las corrupciones en el texto del Antiguo Testamento a las que dio lugar esta pr�ctica. El pasaje completo tal como est� aqu� se encuentra en algunos manuscritos de la LXX. como parte de Salmo 14 , de donde se ha copiado no solo en la Vulgata sino tambi�n en nuestro propio Libro de Oraciones, que se ver� diferir de la versi�n de la Biblia.

Las citas tienen diferentes grados de adecuaci�n, en la medida en que pueden considerarse en el sentido moderno m�s probatorio que ilustrativo. El primero, de Salmo 14 , est� redactado en t�rminos tan generales como para estar directamente en el punto; la segunda y la tercera, de los Salmos 5, 140, est�n dirigidas especialmente contra los opresores del salmista; y tambi�n el cuarto, de Salmo 10 , pero de forma m�s general y abstracta; el de Isa�as indica la degradaci�n moral entre los contempor�neos del profeta que hab�a llevado al cautiverio; mientras que el �ltimo, de Salmo 36 , es una expresi�n que se aplica, no a todos los hombres, sino particularmente a los malvados.

Versículos 9-20

(9-20) Una vez m�s el argumento vuelve a la v�a principal, y finalmente el Ap�stol afirma clara y categ�ricamente lo que ya hab�a probado indirectamente, que el jud�o es tan malo como el gentil.

Versículo 12

Juntos se vuelven in�tiles. - Aqu� el adjetivo se usa para expresar un estado de corrupci�n moral y depravaci�n. "Juntos" significa "en conjunto"; "Toda la masa de la humanidad, con un consentimiento, ha ca�do en la ruina".

Versículo 13

Su garganta es un sepulcro abierto - es decir, su forma de hablar es a la vez corrupto y corruptor. Se compara con una "tumba que bosteza", no simplemente con un pozo en el que puede caer un hombre, sino con una especie de abismo pest�fero que bosteza y rapatea, por as� decirlo, en busca de su presa.

Han usado el enga�o. - Estrictamente, estaban enga�ando; una acci�n continua tra�da hasta la actualidad.

Debajo de sus labios. - Como la bolsa de veneno de la serpiente est� directamente debajo del tipo de diente por el cual se descarga su veneno.

Versículo 14

Amargura. - Malignidad; de la noci�n de que la hiel conten�a veneno. (Comp. Hechos 8:23 .)

Versículo 18

El temor de Dios, que es propiamente un sentimiento subjetivo, se proyecta aqu�, por as� decirlo, y se considera una regla externa de vida.

Versículo 19

Con el fin de llevar a casa este testimonio de la Escritura m�s directamente a los jud�os, y para evitar cualquier subterfugio por el cual pudieran intentar cambiar la referencia de ellos mismos a los gentiles, el Ap�stol llama la atenci�n sobre el hecho de que la Ley, es decir, la ley El Antiguo Testamento, del que ha estado citando, habla especialmente a aquellos a quienes se les dio.

Dice ... dice. - Aqu� se utilizan diferentes palabras en griego; el primero es aplicable tanto a la materia como al enunciado de lo hablado, el segundo se refiere especialmente al acto exterior por el cual se enuncia o promulga; esto est� dirigido a determinadas personas.

Culpable ante Dios. - M�s bien, culpable ante Dios; el dativo expresa la persona a quien se debe la pena.

Versículo 20

Por lo tanto. - M�s bien, porque. Toda la humanidad debe por igual el castigo por sus pecados. Porque ni siquiera la Ley puede proteger a sus devotos. No tiene poder para justificar. Todo lo que puede hacer es exponer en sus verdaderos colores la pecaminosidad del pecado.

La proposici�n se presenta en una forma general: no por las obras de la Ley (jud�a), sino por "obras de la ley", es decir, por cualquier obra realizada en obediencia a cualquier ley. La ley, en abstracto, como tal, es incapaz de justificar. Tal vez, deducimos de porciones posteriores de la Ep�stola, si los hombres pudieran realmente guardarla, pero ninguna ley puede cumplirse estricta y completamente.

Conocimiento del pecado. - "Conocimiento completo y profundo".

En el estado anterior a la ley, se supone que el hombre no debe saber qu� es pecaminoso y qu� no. La conciencia, desarrollada gradualmente, llega para darle una idea de la distinci�n, pero el pleno conocimiento del bien y del mal, en todos sus detalles, est� reservado para la introducci�n del derecho positivo. Sin embargo, el derecho s�lo tiene esta facultad esclarecedora; sostiene el espejo hasta la culpa, pero no puede quitarlo.

Versículo 21

Pero ahora. - En estos d�as pasados. El Ap�stol concibe la historia del mundo dividida en per�odos; el per�odo del Evangelio sucede al de la Ley, y a �l pertenecen el Ap�stol y sus lectores. (Comp. Para esta concepci�n del evangelio, tal como se manifiesta en una �poca particular, Romanos 16:25 ; Hechos 17:30 ; G�latas 3:23 ; G�latas 3:25 ; G�latas 4:3 ; Efesios 1:10 ; Efesios 2:12 ; Colosenses 1:21 ; Colosenses 1:26 ; 1 Timoteo 2:6 ; 2 Timoteo 1:10 ; Hebreos 1:1 ; 1 Pedro 1:20 .)

La justicia de Dios. - M�s bien, una justicia de Dios , es decir, �otorgada por Dios�, �realizada por �l�, como en Romanos 1:17 . La referencia es nuevamente, aqu� como all�, a la concepci�n ra�z de la justicia como el gran objeto y condici�n del reino mesi�nico.

Sin ley. - En completa independencia de cualquier ley, aunque sea atestiguada por la Ley de Mois�s. El nuevo sistema es uno en el que no entra la idea de derecho.

Se manifiesta. - Ha sido y contin�a manifest�ndose. El momento inicial es el de la aparici�n de Cristo en la tierra. El esquema que comenz� entonces todav�a est� evolucionando.

Ser presenciado. - El Ap�stol no pierde de vista la funci�n preparatoria de la antigua dispensaci�n y su radical afinidad con la nueva. (Comp. Romanos 1:2 ; Romanos 16:26 ; Lucas 18:31 ; Lucas 24:27 ; Lucas 24:44 ; Lucas 24:46 ; Juan 5:39 ; Juan 5:46 ; Hechos 2:25 ; Hechos 2:31 ; Hechos 3:22 ; Hechos 3:24 ; Hechos 17:2 ; Hechos 26:22 ; 1 Pedro 1:10 .)

Versículos 21-22

(21-22) Tal era la condici�n del mundo hasta la venida de Cristo. Pero ahora, en contraste con el estado de cosas anterior, ha aparecido en escena un nuevo sistema. En este sistema, la ley se deja completamente de lado, aunque el sistema en s� mismo fue anticipado y atestiguado por esos mismos escritos en los que se encarn� la ley. La ley ahora es reemplazada, el gran fin de la ley, la introducci�n de la justicia, se cumple de otra manera, es decir, mediante la fe en Cristo, por la cual se sobreinduce un estado de justicia sobre todos los creyentes.

Versículos 21-26

(21-26) Esto introduce entonces la solemne enunciaci�n, repetida m�s completamente de Romanos 1:16 , del gran tema de la Ep�stola, la declaraci�n de ese nuevo esquema por el cual, a trav�s de Cristo, Dios hab�a quitado la culpa que el La ley (ya sea jud�a o cualquier otra) no pudo eliminar.

Versículo 22

Una definici�n m�s amplia de la naturaleza de la justicia que Dios le ha dado al cristiano; es una justicia que tiene su ra�z en la fe, y es coextensiva con la fe, estando presente en todo creyente.

Por la fe de Jesucristo , es decir, por la fe que tiene a Cristo por objeto, "fe en Cristo". La �fe� en los escritos de San Pablo implica un intenso apego y devoci�n. Tiene una base intelectual, que implica necesariamente la creencia en la existencia, y en ciertos atributos, de la Persona a quien se le ofrece; pero es moral en su funcionamiento, una refundici�n de toda la naturaleza emocional de acuerdo con esta creencia, junto con un cambio consiguiente en el car�cter y la pr�ctica. (Ver Excursus B: Sobre el significado de la palabra Fe ) .

Y sobre todos. - Estas palabras faltan en el mejor manuscrito y deben omitirse.

Porque no hay diferencia. - La justicia que Dios da se da a todos los que creen, sin distinci�n de jud�o o gentil; porque todos lo necesitan por igual, y es gratis por igual para todos.

Versículo 23

Todos han pecado y se han quedado cortos. - Estrictamente, todos pecaron; el Ap�stol mirando hacia atr�s sobre un acto realizado en el tiempo pasado bajo la antigua dispensaci�n legal, sin referencia inmediata al presente: luego contin�a diciendo que el resultado de ese acto (a diferencia del acto mismo) contin�a en el presente. El resultado es que la humanidad, en un cuerpo, como �l los ve ahora, y antes de entrar dentro del alcance del nuevo sistema cristiano, no alcanza, pierde o no obtiene la gloria de Dios.

Gloria de Dios. - �Qu� es esta gloria? Probablemente no aqu�, como en Romanos 8:18 ; Romanos 8:21 , Romanos 8:21 , la gloria que ser� inaugurada para los santos en el Parusi�, o Segunda Venida del Mes�as - porque eso es algo futuro - pero, m�s bien, algo que se puede conferir en el presente, a saber.

, la gloria que proviene del favor y la aprobaci�n de Dios. Este favor y aprobaci�n, tanto jud�os como gentiles, hasta ahora no hab�an podido obtener, pero ahora estaba abierto a todos los que se convirtieron en miembros del reino mesi�nico. (Comp. Para el sentido, Romanos 2:29 , y para el uso de la palabra, as� como el sentido, Juan 12:43 , �amaban la alabanza [ gloria ] de los hombres m�s que la alabanza [ gloria ] de Dios . �)

Versículo 24

Estar justificado. - Deber�amos decir con m�s naturalidad, "pero ahora estamos justificados". La construcci�n en griego es peculiar y puede explicarse de dos maneras. O la frase �estando justificados� puede tomarse como correspondiente a �todos los que creen� en Romanos 3:22 , siendo el cambio de caso una irregularidad sugerida por la forma de la oraci�n inmediatamente anterior; o la construcci�n puede considerarse regular, y el participio "siendo justificado" depender�a entonces del �ltimo verbo finito: " est�n destituidos de la gloria de Dios, y en ese mismo estado de miseria son justificados".

Libremente. - Gratuitamente, sin esfuerzo ni m�rito de su parte. (Comp. Mateo 10:8 ; Apocalipsis 21:6 ; Apocalipsis 22:17 .)

Por su gracia. - Por su propia gracia. El medio por el cual se realiza la justificaci�n es la muerte y la expiaci�n de Cristo; su causa ulterior es la gracia de Dios, o readmisi�n gratuita a Su favor, que �l concede al hombre.

Redenci�n. - Literalmente, rescate. La noci�n de rescate contiene en s� misma la triple idea de una servidumbre, una liberaci�n y el pago de un equivalente como medio de esa liberaci�n. La servidumbre es el estado de pecado y de culpa, con la expectativa del castigo; la liberaci�n es la eliminaci�n de este estado y la apertura, en su lugar, de una perspectiva de felicidad y gloria eternas; el equivalente pagado por Cristo es el derramamiento de su propia sangre.

Este �ltimo es el eje sobre el que gira toda la idea de la redenci�n. Por lo tanto, es claro que la redenci�n del pecador es un acto realizado objetivamente y, en primer lugar, independientemente de cualquier cambio de condici�n en �l, aunque tal cambio est� involucrado en la apropiaci�n de la eficacia de ese acto para s� mismo. No se puede explicar como un proceso puramente subjetivo realizado en el pecador a trav�s de la influencia de la muerte de Cristo.

La idea de morir y revivir con Cristo, aunque es un aspecto distintivo de la expiaci�n, no puede abarcarlo por completo. No s�lo est� impl�cito un cambio en el destinatario de la expiaci�n, sino tambi�n un cambio realizado sin su cooperaci�n en las relaciones entre Dios y el hombre. Hay, si se puede decir as�, en la muerte de Cristo algo que determina la voluntad de Dios, as� como algo que act�a sobre la voluntad del hombre.

Y la influencia particular que se ejerce sobre los consejos de Dios se representa bajo la figura de un rescate o el pago de un equivalente. Este elemento es demasiado esencialmente una parte de la met�fora, y est� establecido con demasiada claridad por otras met�foras paralelas, como para ser explicado; aunque lo que pueden significar los t�rminos �propiciaci�n� y �equivalente�, aplicados a Dios, no lo sabemos, y tal vez no nos resulte demasiado curioso investigarlo.

La doctrina de la expiaci�n as� expresada no es peculiar de San Pablo y no se origin� en �l. Tambi�n se encuentra en los Evangelios Sin�pticos, Mateo 20:28 (= Marco 10:45 ), "El Hijo del Hombre vino a dar su vida en rescate por muchos", y en Hebreos 9:15 , "Y por esta causa �l es el Mediador del Nuevo Testamento, para que por medio de la muerte, por la redenci�n ( rescate ) de las transgresiones que estaban bajo el primer testamento, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

�(Comp. 1 Juan 2:2 ; 1 Pedro 1:18 ; 1 Pedro 2:24 , et al. )

Versículo 25

Ha puesto en marcha. - M�s bien, expuesto, exhibido p�blicamente, en el �nico acto de la muerte en la cruz.

Una propiciaci�n. - La palabra griega significa propiamente "lo que hace propicio". Aqu�, "lo que hace a Dios propicio". De alguna manera, que no se explica en absoluto en este pasaje, y que se explica de manera imperfecta en otra parte, la muerte de Cristo actu� de manera que hizo a Dios "propicio" para con los hombres. Estaba m�s dispuesto a perdonar a medida que ellos estaban m�s ansiosos por ser perdonados.

Hay un uso notable de la misma palabra griega en la LXX. versi�n del Antiguo Testamento para expresar el propiciatorio, es decir, la tapa o cubierta del arca que fue rociada por el sumo sacerdote con la sangre de la v�ctima en el D�a de la Expiaci�n. Algunos han pensado que hay una referencia a esto aqu�. Cristo es el propiciatorio del Nuevo Pacto. Sobre �l, por as� decirlo, reside la gracia divina, extra�da por Su propia sangre expiatoria.

Dif�cilmente ser�a una objeci�n concluyente a este punto de vista que, seg�n �l, Cristo ser�a representado a la vez como la v�ctima cuya sangre es rociada y la cubierta del arca sobre la que se roc�a; pues una doble referencia similar ocurre ciertamente en Hebreos 9:11 , donde Cristo es tipificado al mismo tiempo tanto por la v�ctima cuya sangre es derramada como por el sumo sacerdote por quien es ofrecida.

Parece haber, sin embargo, en general, razones para suministrar m�s bien la idea de "sacrificio", que est� m�s enteramente en consonancia con el contexto, y se apoya especialmente en las dos frases, "a quien Dios ha presentado ( es decir, exhibido p�blicamente, mientras que el arca estaba confinada al secreto del Lugar Sant�simo), y "en Su sangre". Deber�amos traducir, por tanto, propiciatorio o expiatorio ( sacrificio ).

Por la fe. - La fe es la causa apprehendens por la cual el perd�n ofrecido surte efecto en el alma del creyente.

En su sangre. - En general, parece mejor no unir estas palabras con �por la fe�, sino referirlas a la palabra principal de la oraci�n. "A quien Dios estableci� mediante el derramamiento de su sangre como ofrenda propiciatoria por medio de la fe". Fue en el derramamiento de sangre que consisti� la esencia de la expiaci�n exhibida en la cruz. Sin duda, otras porciones de la vida de Cristo condujeron a �sta; pero este fue el acto culminante, visto como una expiaci�n.

Versículos 25-26

La muerte de Cristo tuvo un doble objeto o causa final: - (1) Deb�a ser, como los sacrificios del antiguo pacto, una ofrenda propiciatoria a Dios, y actualizada en el creyente a trav�s de la fe. (2) Era para demostrar la justicia de Dios mostrando que el pecado implicar�a castigo, aunque podr�a no ser castigado en la persona del pecador. La aparente ausencia de una retribuci�n adecuada por los pecados de las �pocas pasadas hizo necesario que, mediante un caso conspicuo, se demostrara que esto no se deb�a en ning�n sentido a una ignorancia de la verdadera naturaleza del pecado.

La justicia retributiva de Dios permaneci� intacta en todo momento. La muerte de Cristo sirvi� para su reivindicaci�n, al mismo tiempo que se abri� un camino para escapar de sus consecuencias a trav�s de la justificaci�n del creyente.
Precisamente en qu� sentido el castigo de nuestros pecados recay� sobre Cristo, y en qu� sentido la justicia de Dios fue vindicada por su ca�da, es otro punto que no podemos determinar.

Podemos estar seguros de que nada puede estar involucrado que est� en �ltimo conflicto con la moralidad. Al mismo tiempo, vemos que bajo el gobierno ordinario de Dios, los inocentes sufren por los culpables, y puede haber alg�n tipo de transferencia de esta analog�a a la esfera trascendental. Tanto el gobierno natural como el sobrenatural de Dios son esquemas "imperfectamente comprendidos". En cualquier caso, Cristo era inocente y Cristo sufri�.

Seg�n cualquier teor�a, existe una conexi�n entre Su muerte y el pecado humano. Qu� conexi�n, es una pregunta a la que, quiz�s, s�lo se pueda dar una respuesta parcial. Algunas observaciones importantes sobre este tema se encuentran en Butler's Analogy of Religion, Part II., Romanos 5 (�ltima parte).

Versículo 26

Declarar. - El segundo objetivo de la muerte de Cristo fue eliminar los conceptos err�neos que pudieran ser causados ??por la aparente condonaci�n de los pecados cometidos en tiempos anteriores a la revelaci�n cristiana. Se usa una palabra especial para indicar que estos pecados no fueron borrados y descartados por completo, sino m�s bien �pasados ??por alto� o �pasados ??por alto�. Esto se debi� a la paciencia de Dios, quien, por as� decirlo, suspendi� la ejecuci�n de su venganza. Ahora el Ap�stol muestra con la muerte de Cristo que la justicia que aparentemente hab�a dormido fue reivindicada.

As�, Dios apareci� en un car�cter doble, a la vez como justo o justo �l mismo, y como produciendo un estado de justicia en el creyente. Bajo el Antiguo Testamento, Dios se hab�a revelado como justo; pero la justicia o la justicia de Dios no se encontr� con ninguna justicia correspondiente por parte del hombre, y por lo tanto, solo podr�a dar lugar a la condenaci�n. Bajo el Nuevo Testamento la justicia de Dios sigue siendo el mismo, pero se encuentra con un estado correspondiente de la justicia en el creyente una justicia, sin embargo, no es inherente, pero superinduced por Dios mismo a trav�s del proceso de la justificaci�n por la fe. De esta manera se cumpli� la gran condici�n mesi�nica de justicia.

Versículo 27

Est� excluido. - Estrictamente, fue excluido , en el momento en que se introdujo la ley de la fe, es decir, el evangelio.

�Por qu� ley? - Bien, �por qu� tipo de ley? �Es esta ley la que se deshace de la jactancia, la que exige obras? �O es uno que llama a la fe?

La ley de la fe. - Otro nombre para el evangelio.

Versículos 27-31

(27-31) Una revisi�n de las consecuencias de este proceso de justificaci�n. �C�mo afecta las pretensiones del jud�o? Los excluye poniendo m�s �nfasis en las obras, que eran el debido cumplimiento de la primera ley tal como estaba, sino en la fe. La fe es el verdadero medio de justificaci�n. Y la fe pertenece tanto a los gentiles como a los jud�os. Porque la fe es el medio designado por el cual toda la humanidad ser� justificada; y todos ser�n justificados ante el mismo tribunal, sean circuncidados o no. Sin embargo, esto no implica derogaci�n de la Ley, sino m�s bien una confirmaci�n de la misma.

Versículo 28

Por lo tanto .... - Hay una divisi�n notable de algunas de las mejores autoridades en este vers�culo entre "por tanto" y "porque". El peso de la autoridad parece estar a favor de "para", que tambi�n tiene el mejor sentido. Que la jactancia est� excluida es m�s una consecuencia que la causa del principio de que el hombre es justificado por la fe. Este principio el Ap�stol considera suficientemente probado por su argumento anterior.

Concluimos. - Esto transmite demasiado la idea de una inferencia; la declaraci�n se hace m�s bien en forma de una afirmaci�n, "consideramos" o "sostenemos". "Porque sostenemos que el hombre (cualquier ser humano, sea jud�o o griego) es justificado por la fe, independientemente de las obras prescritas por la ley".

Versículo 29

�No es �l tambi�n? - Inserte "o". "�O debemos suponer que Dios es el Dios de (literalmente, pertenece a ) s�lo los jud�os?" - retomando el punto en el �ltimo vers�culo, que cualquier hombre, simplemente qu� hombre, y sin tener en cuenta la distinci�n de raza, era capaz de justificaci�n.

Versículo 30

Verlo es ... - Con un ligero cambio de lectura, si al menos; si, como estamos seguros es el caso.

El argumento es estrictamente l�gico. Si ha de haber alguna distinci�n entre jud�os y gentiles, esto solo puede ser asumiendo que hay m�s dioses que uno por quien ser�n justificados, o que ser�n justificados por alguna ley diferente, de alguna manera diferente. Pero ninguno de estos es el caso. Por tanto, se sigue que no hay distinci�n.

Justificar�. - El futuro significa �en toda la dispensaci�n cristiana�, dondequiera que se extienda el sistema cristiano.

Por fe. - Por la fe. En un caso, la fe se considera como el instrumento, en el otro, como el medio; pero las dos expresiones llegan a ser casi convertibles. Del mismo modo, no hay diferencia esencial indicada por el hecho de que el primer sustantivo no tiene el art�culo, mientras que el segundo lo tiene. El primero es m�s abstracto: la calidad de la fe en el hombre; la �ltima m�s concreta: la fe encarnada en el evangelio. Las dos preposiciones, "by" y "through", est�n en ingl�s casi convertibles, o no se diferencian entre s� m�s que "instrument" y "means".

Versículo 31

�Entonces invalidamos la ley? - En oposici�n a muchos comentaristas, parece correcto tomar esto como una afirmaci�n aislada que se elaborar� despu�s ( Romanos 6:1 y siguientes ) de manera m�s completa. No puede, sin esforzarse, conectarse directamente con lo que sigue. El Ap�stol trata con dos objeciones a su teor�a de la justificaci�n por la fe: (1) que deber�a haber una regla diferente para el jud�o y para el gentil; (2) que si no, la ley est� pr�cticamente abolida.

Se encuentra con este �ltimo por una contradicci�n, diciendo que no est� abolido, sino confirmado. Sin embargo, esto se basa en el acervo de conclusiones de su propia mente a las que hab�a llegado mediante el proceso de meditaci�n; la prueba detallada est� reservada.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Romans 3". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/romans-3.html. 1905.