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Bible Commentaries
Romanos 4

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

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Versículo 1

Volviendo a la pregunta de Romanos 3:1 , repetida en Romanos 3:9 , �en qu� consisti� realmente la superioridad de Abraham, el gran representante de la raza jud�a?

En cuanto a la carne. - La construcci�n de estas palabras parece estar determinada por su posici�n en la oraci�n. Seg�n el mejor MSS. est�n claramente separados de "ha encontrado" y se unen con "nuestro padre". Por lo tanto, significar�an simplemente "nuestro padre seg�n la carne" , es decir, por descendencia natural, como en Romanos 1:3 .

Ha encontrado. - Ha obtenido, o ganado, a modo de ventaja.

Versículos 1-25

IV.

(1-25) El tema del cap�tulo es una aplicaci�n de lo anterior al caso especial (y crucial) de Abraham, con especial referencia a dos ideas que se repiten continuamente a lo largo del �ltimo cap�tulo: (1) la supuesta superioridad de los jud�os a Gentile (y, a fortiori, del gran progenitor de los jud�os); (2) la idea de jactarse o enorgullecerse sobre la base de esta superioridad. Siguiendo esto, el Ap�stol muestra c�mo incluso el caso de Abraham habla, no en contra, sino a favor de la doctrina de la justificaci�n por la fe.

De hecho, el mismo Abraham cay� bajo ella. Y no solo eso, sino que aquellos que act�an sobre esta doctrina son espiritualmente descendientes de Abraham. Es completamente un error suponer que los de la circuncisi�n solo son la simiente de Abraham. La verdadera simiente de Abraham son aquellos que siguen su ejemplo de fe. �l puso fe en la promesa, ellos deben poner su fe en el cumplimiento de la promesa.

Versículo 2

Sabemos que obtuvo la justificaci�n. Si esa justificaci�n se hubiera ganado por sus propias obras, entonces habr�a sido algo de lo que estar orgulloso; ser�a un orgullo que pudiera tener una relaci�n justa tanto con los hombres como con Dios; porque a los hombres podr�a se�alar la posici�n privilegiada que hab�a ganado, y ante los ojos de Dios podr�a alegar cierto m�rito propio. Pero �l tiene no este m�rito.

Su justificaci�n no fue ganada, pero le fue otorgada, no por sus obras, sino por su fe. Esta es la declaraci�n expresa de las Escrituras. Y de ah� se sigue que aunque su posici�n privilegiada a los ojos de los hombres permanece, no tiene nada de qu� jactarse ante Dios.

Pero no ante Dios. - Este es un ejemplo de la dial�ctica �gil y �vida del Ap�stol. Si se hubiera dado todo el hilo del pensamiento, probablemente habr�a corrido mucho como el anterior, pero la mayor parte est� suprimida, y el Ap�stol ataca directamente en el �nico punto que ten�a la intenci�n de poner de relieve. (Sea lo que sea que haya delante de los hombres) no hay jactancia ante Dios.

Versículo 3

El Ap�stol da una prueba de esto en las Escrituras. Abraham no fue justificado por las obras y, por lo tanto, no ten�a nada de qu� jactarse ante los ojos de Dios. Fue justificado por la fe. Su justicia no fue real, sino imputada. Su fe fue tratada como si hubiera sido equivalente a una justicia de obras. Se encontr� con la misma aceptaci�n a los ojos de Dios que habr�a hecho una justicia de obras. Pero, contin�a el argumento, la fe no conlleva una idea de m�rito o deuda como las obras. Se encuentra con un acto puro de gracia por parte de Dios.

Abraham crey� a Dios. - La cita est� tomada de G�nesis 15:6 , donde aparece como un comentario sobre la creencia de Abraham en la promesa de que tendr�a una posteridad numerosa. Fil�n y otros comentan detalladamente el mismo pasaje, por lo que parece haber sido un tema com�n en las escuelas jud�as.

Cabe se�alar que la palabra "fe" no se utiliza en el mismo sentido en el original y en la aplicaci�n. En el caso de Abraham fue la confianza en el cumplimiento de la promesa divina, en el sentido de San Pablo es una adhesi�n m�s bien entusiasta a una persona. Esto es parte de la ampliaci�n y profundizaci�n general de la terminolog�a del Antiguo Testamento por San Pablo. Un escritor de menor profundidad (aunque marcado por cualidades sorprendentes y elevadas), el autor de la Ep�stola a los Hebreos, aplica la palabra de manera m�s estricta.

(Ver Hebreos 11:8 y siguientes. ) En Santiago 2:23 la palabra tiene el significado a�n m�s tenue de un asentimiento meramente intelectual. San Pablo cita el mismo pasaje en el mismo sentido que aqu� en G�latas 3:6 . (Ver Excursus B: Sobre el significado de la palabra Fe ) .

Le fue contado. - Cabe se�alar que las mismas palabras est�n traducidas aqu� por la versi�n autorizada, �le fue contado �; en Romanos 4:9 , "la fe le fue contada a Abraham"; en Romanos 4:22 , "le fue contado "; en G�latas 3:6 , "le fue contado "; en Santiago 2:23 , "le fue imputado ". Un defecto en la traducci�n que, sin embargo, apenas oscurece el verdadero significado.

El sentido de la imputaci�n no debe eliminarse. Es claramente un acto forense. La justicia atribuida a Abraham no es una justicia real, sino algo m�s que se considera y se trata como si fuera equivalente a dicha justicia. Dios lo trata as� actuando como juez de los hombres. (V�ase Excursus E: Sobre la doctrina de la justificaci�n por la fe y la justicia imputada ) .

Versículo 4

Esta, entonces (la justicia atribuida a Abraham), fue un acto de gracia por parte de Dios, y no por m�rito por parte del hombre. Por lo tanto, no lleva consigo ning�n motivo de jactancia.
La proposici�n se presenta de forma general. Aquellos que basan su reclamo en obras tienen derecho a su recompensa. No se les concede por ning�n tipo de imputaci�n, pero es su m�rito. Por otro lado ( Romanos 4:5 ), a los que conf�an �nicamente en la fe, aunque sean imp�os, se les imputa la justicia. Este �ltimo fue el caso de Abraham, y no el primero. (La aplicaci�n espec�fica a Abraham no est� expresa, sino impl�cita).

La recompensa. - Literalmente, su salario. La relaci�n entre lo que recibe y lo que hace es la del salario por el trabajo realizado. Puede reclamarlo, si es necesario, en un tribunal de justicia. No hay en �l ning�n elemento de gracia, favor o concesi�n.

Versículo 5

Pero al que no presenta obras, sino que tiene fe en Dios, el cual justifica a los hombres, no por su justicia, sino a pesar de sus pecados, etc.

Los imp�os. - Aqu� se usa una palabra m�s fuerte que simplemente "el injusto", "el imp�o" o "imp�o". Su impiedad les es tolerada en virtud de su �nico ejercicio de fe. Es caracter�stico del Ap�stol no retroceder ante la expresi�n m�s atrevida, aunque, de hecho, las dos cosas, la fe y la impiedad positiva, dif�cilmente se encontrar�an juntas. "El imp�o" pertenece claramente a la forma general de la proposici�n, y no tiene la intenci�n de aplicarse a Abraham.

Versículo 6

Como llano. - En estricta conformidad con esta descripci�n del estado de justificaci�n tenemos otro, el de David.

Describe la bienaventuranza. - M�s bien, habla la felicitaci�n, felicita o pronuncia bienaventurado.

Versículos 6-8

(6-8) David proporciona otro ejemplo de la naturaleza de la justificaci�n que procede de la fe. De su evidencia parecer� que tal justificaci�n implica, no la ausencia del pecado, sino su perd�n; no su destrucci�n real, sino la paciencia de Dios para imputarlo. Es una amnist�a, no una absoluci�n.

Versículo 7

Perdonado. - El �nfasis est� en esta palabra; �Cuyos pecados no son abolidos, sino perdonados; no aniquilado, sino encubierto, quitado de la vista, escondido por la gracia absolutoria de Dios �.

Versículo 9

Viene esta bienaventuranza. - Lo haremos, quiz�s. Es mejor ver la fuerza de las part�culas �entonces� y �para� si sacamos la oraci�n de su forma interrogativa. �Se sigue del lenguaje de David que la bienaventuranza as� predicada pertenece tanto a los incircuncisos como a los circuncidados, porque� - luego viene la primera premisa del argumento por el cual esto se prueba. Fue el acto de fe que fue la causa de la justificaci�n de Abraham.

Pero tanto el acto de fe como la justificaci�n consiguiente fueron anteriores a la instituci�n del rito de la circuncisi�n. La narraci�n de esta instituci�n se encuentra en G�nesis 17 , cuando Abraham ten�a noventa y nueve a�os, e Ismael, su hijo, trece ( G�nesis 17:1 ; G�nesis 17:24 ), mientras que la visi�n y promesa de G�nesis 15 aparentemente lleg�. antes del nacimiento de Ismael.

Versículos 9-12

(9-12) �Qu� relaci�n tiene esto con la relaci�n entre jud�os y gentiles? �La bienaventuranza del estado justificado est� reservada solo para el primero? �Se limita a los circuncidados? Por el contrario, el estado de justificaci�n se le atribuy� al mismo Abraham antes de ser circuncidado. La justificaci�n es el resultado de la fe, no de la circuncisi�n. La circuncisi�n est� tan lejos de reemplazar a la fe que fue solo el signo o sello de ella.

�sta, entonces, es la gran prueba. Aquellos que la tienen pueden esperar la justificaci�n, ya sea que su descendencia de Abraham sea espiritual o literal.

Versículo 11

La se�al de la circuncisi�n , es decir, la circuncisi�n como se�al. La expresi�n es un ejemplo de lo que se conoce en griego como �genitivo de aposici�n�, pero es com�n en ingl�s. As� hablamos de la City de Londres, el condado de Kent.

Abraham es padre (1) de fieles incircuncisos, siendo �l mismo, y (2) de circuncidados, pero solo de fieles circuncidados.

Un sello de la justicia ... - El Ap�stol aqu� presenta su punto de vista sobre la verdadera importancia de la circuncisi�n. No era (como supon�an muchos de sus contempor�neos) la causa o condici�n de los privilegios de Israel, sino el signo o ratificaci�n de los mismos. Ratific� un estado de cosas ya existente cuando fue instituido. Por lo tanto, para aquellos que heredaron ese estado de cosas (justificaci�n por la fe), la falta de circuncisi�n no era un obst�culo.

Versículo 12

Y por otro lado, la mera ejecuci�n del rito no era garant�a de justificaci�n, a menos que fuera acompa�ada de una fe como la de Abraham. De las dos cosas, la fe misma y la circuncisi�n, el signo de la fe, la primera solo era esencial y la segunda era in�til sin ella.

Versículo 13

Abraham fue el padre de todos los que siguen sus pasos. Porque todo esto no est� limitado por la ley m�s de lo que est� limitado por la circuncisi�n. La promesa de esa herencia mundial no fue dada por la agencia de la Ley (que en ese momento no exist�a), sino como un efecto de la justicia que procede de la fe.

Heredero del mundo. - Esta promesa fue explicada por los jud�os de la soberan�a universal del Mes�as.

Por la justicia de la fe. - Como consecuencia adicional de esa justicia (imputada) que procede de la fe. Se indican tres etapas: (1) fe, (2) justicia imputada, (3) acceso al reino mesi�nico con todos sus privilegios.

Versículo 14

Se anula. - Literalmente, vaciado de su significado, se convierte en un nombre vac�o, y la promesa se vuelve nula. No queda nada por hacer para ninguno de los dos, si los devotos de la ley, simplemente como tales, han de ser los herederos del reino mesi�nico.

Versículos 14-17

(14-17) Este reino mesi�nico no puede tener nada que ver con la ley; porque si lo tuviera, la fe y la promesa dejar�an de tener oficio. La fe y la ley no pueden coexistir. Son los opuestos entre s�. El efecto propio de la ley es el castigo; porque la ley s�lo expone el pecado. La fe, por otro lado, es la verdadera clave de la herencia. Pone en movimiento la gracia; y la gracia, a diferencia de la ley, no excluye a nadie. Est� abierto por igual a los descendientes legales y espirituales de Abraham; en otras palabras (como lo testifica la Escritura misma), a toda la humanidad, como el representante de quien Abraham est� ante Dios.

Versículo 15

Pero en realidad la Ley no puede admitirlos en esto. Tiene una funci�n totalmente contraria, a saber, invocar el castigo de las ofensas que revela. La Ley y la fe, por tanto, se excluyen mutuamente, y se deja que la fe sea el �nico �rbitro de la salvaci�n.

Donde no hay ley. - La transgresi�n es ex vi termini la transgresi�n o infracci�n de la ley y, por tanto, no existe en esa �poca de moral inconsciente que precede a la introducci�n de la ley.

Versículo 16

Por tanto, es de fe. - Deben proporcionarse las palabras "es". �Eso� representa la herencia mesi�nica o, en t�rminos comunes, la salvaci�n. La fe por parte del hombre es correlativa con la gracia por parte de Dios, y la salvaci�n, al depender as� de la gracia, es tan amplia y universal como la gracia misma. No conoce ninguna restricci�n de la ley.

No s�lo a lo que es de la ley. - No solo a la parte del g�nero humano que pertenece a la dispensaci�n de la Ley, sino tambi�n a la que en sentido espiritual desciende de Abraham imitando su fe.

Versículo 17

Antes que �l. - M�s bien, en presencia de. Estas palabras deben estar estrechamente relacionadas con las que preceden al par�ntesis: "Quien es el padre de todos nosotros en la presencia de ese Dios en quien �l crey�". Se considera que Abraham (por as� decirlo) se enfrenta al Todopoderoso, como lo hab�a hecho cuando se le dio la promesa por primera vez.

Quien da vida. - �El que da vida a lo que est� muerto, y da su mandato a lo que no es como si lo fuera�. Las palabras hacen referencia, en primera instancia, a los tratos de Dios con Abraham, descritos en los vers�culos que siguen - (1) a la invalidaci�n de las leyes de la naturaleza indicadas en Romanos 4:19 ; (2) a la declaraci�n, "As� ser� tu simiente". Sin embargo, tambi�n hay una referencia oculta al llamado de los gentiles: "Llamar� pueblo m�o al que no era mi pueblo, y al que no era amado, a la amada".

Versículo 18

OMS. - Debe notarse que el pariente aqu� se refiere a Abraham, mientras que en el vers�culo anterior se refiere a Dios.

Cre�do en la esperanza. - La fuerza de la preposici�n da m�s bien a la oraci�n el significado de "basaba su fe en la esperanza", esa esperanza interna subjetiva que era fuerte en �l, aunque no hab�a motivos objetivos para la esperanza.

Que podr�a llegar a ser. - As� como por el ejercicio de la fe para llevar a cabo el prop�sito de Dios.

Versículos 18-22

(18-22) Descripci�n ampliada de la fe de Abraham.

Versículo 19

Considerado no. - El negativo debe emitirse, de acuerdo con la evidencia del mejor SMS. �El cual, por no ser d�bil en la fe, consider� en verdad - tuvo plenamente en cuenta - los impedimentos naturales para el cumplimiento de la promesa, y sin embargo no dud�.

Versículo 20

Con fe. - Mejor, a trav�s de o por la fe, correspondiente a �a trav�s de la incredulidad� en la cl�usula anterior. La incredulidad no le hizo dudar, pero la fe le dio confianza y fortaleza.

Dando gloria a Dios. - Esta frase no se refiere necesariamente a una atribuci�n verbal de alabanza, pero puede usarse para cualquier cosa que tienda a la gloria de Dios, ya sea en pensamiento, palabra o obra (comp. Josu� 7:19 ; Esdras 10:11 ; Jeremias 13:16 ; Lucas 17:18 ; Juan 9:24 ; Hechos 12:23 ); aqu� parece aplicarse al franco reconocimiento de la omnipotencia de Dios involucrada en la fe de Abraham.

Versículos 23-25

(23-25) Aplicaci�n de lo anterior. La historia de Abraham es un tipo de la dispensaci�n de la gracia; su fe, la imputaci�n de justicia a �l y su recompensa, cada uno de ellos es un tipo de las mismas cosas en el cristiano. Incluso en los detalles, el parecido se mantiene. Abraham puso fe en un Dios "que da vida a los muertos", y de la misma manera el cristiano debe poner fe en Dios como el Autor de un plan de salvaci�n atestiguado por la resurrecci�n de Cristo. La muerte de Cristo fue el fundamento de ese plan, la resurrecci�n de Cristo su prueba, sin la cual no habr�a sido llevado a casa al hombre.

Versículo 24

Eso se levant�. - Es una asociaci�n de ideas la que lleva al Ap�stol hasta este punto. El nacimiento de Isaac se asemeja a la resurrecci�n de Cristo en que implic� el ejercicio de la Omnipotencia, y en esa Omnipotencia Abraham crey� y nosotros debemos creer. El ap�stol se ve llevado adem�s a aludir a la resurrecci�n (aunque hasta ahora no le ha dado tanto �nfasis) debido al lugar que ocupaba en su teor�a del evangelio.

Versículo 25

Fue entregado - es decir, a la muerte, como en Isa�as 53:12 (versi�n LXX.); Mateo 17:22 ; et al.

Por nuestras ofensas. - A causa de nuestras ofensas , es decir, para poder expiarlas.

Para nuestra justificaci�n. - Debido a nuestra justificaci�n , es decir, esa justificaci�n podr�a surtir efecto en nosotros.

La muerte de Cristo es la causa adecuada de justificaci�n, o medio de expiaci�n, seg�n San Pablo; la resurrecci�n de Cristo es s�lo la causa media o secundaria de ella. La eficacia expiatoria resid�a en Su muerte, pero la prueba de esa eficacia, la prueba de que realmente fue el Mes�as quien muri�, se vio en la Resurrecci�n. La resurrecci�n, por tanto, dio el mayor impulso a la fe en la eficacia expiatoria de la muerte en la cruz, y de esta manera ayud� a producir la justificaci�n.

Comp. especialmente 1 Corintios 15:17 , �Si Cristo no resucit�, vuestra fe es vana; todav�a est�is en vuestros pecados �, es decir, no tiene ninguna garant�a de que sus pecados realmente hayan sido perdonados; si la muerte de Cristo no hubiera sido seguida por Su resurrecci�n, se habr�a deducido que fue simplemente la muerte de un hombre com�n y sin ninguna eficacia salvadora especial.

Debe observarse cuidadosamente la distinci�n entre la relaci�n de estos dos actos, la muerte y la resurrecci�n de Cristo, sobre las doctrinas de la justificaci�n y la santificaci�n, respectivamente. Para este �ltimo ver especialmente Romanos 6:2 et seq.

Al repasar el argumento de este cuarto cap�tulo, sentimos que se trata de un argumento ad hominem agudo y sutil , dirigido a los jud�os y basado en su propio m�todo de interpretaci�n. Su valor permanente se deriva de su relaci�n con el sistema teol�gico del mismo San Pablo: las doctrinas de la fe, la gracia, la no jactancia, el poder supremo de disposici�n de Dios, la eficacia salv�fica de la muerte de Cristo.

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Romans 4". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/romans-4.html. 1905.
 
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