Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
Attention!
For 10¢ a day you can enjoy StudyLight.org ads
free while helping to build churches and support pastors in Uganda.
Click here to learn more!

Bible Commentaries
Romanos 8

Comentario de Ellicott para Lectores en InglésComentario de Ellicott

Buscar…
Enter query below:

Introducción

VIII.

El Ap�stol ha vuelto a alcanzar un punto culminante en su argumento similar al del comienzo de Romanos 5 . Su tema es una vez m�s la condici�n dichosa del cristiano que ha hecho pleno uso de los medios de gracia que se le ofrecen. Esto se ha resuelto ahora en profundidad y en detalle. El octavo cap�tulo puede, de hecho, describirse no solo como el cl�max de un argumento en particular, sino tambi�n como el cl�max, la cumbre amplia y extendida, por as� decirlo, de la Ep�stola.

Se diferencia de la primera secci�n de Romanos 5 en esto, que si bien ambos describen la condici�n del cristiano regenerado, y ambos cubren todo el rango de tiempo desde la primera admisi�n a la comuni�n cristiana hasta el disfrute final y asegurado de la inmortalidad cristiana, Romanos 5 enfatiza principalmente los momentos iniciales y finales de este per�odo, mientras que Romanos 8 enfatiza m�s bien todo el proceso intermedio.

En el lenguaje t�cnico, uno se centra principalmente en la justificaci�n, el otro en la santificaci�n. El v�nculo de conexi�n entre los dos es la doctrina de la esperanza. El sentido de justificaci�n que Cristo nos trajo da lugar a la esperanza; el sentido de filiaci�n y comuni�n con Cristo, que lleva consigo la seguridad de la redenci�n final, tambi�n da lugar a la esperanza. Se puede decir que la fe tambi�n es un eslab�n de conexi�n; porque la fe en la muerte de Cristo es la misma facultad aprensiva que m�s tarde lleva al creyente el sentido de comuni�n con Cristo.

Se sugiere un v�nculo m�s en las palabras de Romanos 5:5 , "Porque el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo que nos ha sido dado". All� est� la conciencia de justificar el amor que est� tan difundida, pero la doctrina de la agencia especial ejercida por el Esp�ritu Santo se expande ampliamente en Romanos 8 .

Este cap�tulo nos lleva al c�rculo m�s �ntimo y al coraz�n del cristianismo; trata de ese estado peculiar de bienaventuranza, de alegr�a refinada y castigada para la que ninguna forma de secularismo es capaz de proporcionar ni siquiera el m�s remoto equivalente.

Versículo 1

Por lo tanto. - El Ap�stol ya hab�a, al final del �ltimo cap�tulo, "tocado los confines" de ese estado de liberaci�n y de libertad que ahora va a describir. La apertura de este cap�tulo est�, por tanto, relacionada en forma con el cierre del �ltimo. La intervenci�n de Cristo pone fin a la lucha que se libra en el alma. Por tanto, no hay condena, etc.

Condenaci�n. - La condenaci�n que en el presente y final juicio de Dios impone sobre el pecador, es quitada por la intervenci�n de Cristo y por la uni�n del creyente con �l. Por esa uni�n, el poder y el imperio del pecado son desechados y destruidos. (Comp. Romanos 8:3 ) Hay cierto juego con la palabra �condenar�.

�Al� condenar �la ley del pecado, Cristo elimin� la � condenaci�n �del pecador. Lo elimin� objetivamente, o en la naturaleza de las cosas, y esta eliminaci�n se completa subjetivamente en el individuo a trav�s de ese v�nculo de apego m�stico y moral que hace que lo que Cristo ha hecho sea su propio acto y obra.

A los que est�n en Cristo Jes�s. - Aquellos �que viven, se mueven y tienen su ser (espiritual)� en Cristo. "Tener el Esp�ritu de Cristo" es una expresi�n inversa para la misma idea. En un caso, se considera que el creyente se eleva, por as� decirlo, a trav�s de la fe, incorpor�ndose y uni�ndose as� al Esp�ritu de Cristo; en el otro caso, el Esp�ritu de Cristo desciende y se infunde en el creyente. Este es el misticismo peculiar del Ap�stol.

Que no andan seg�n la carne, sino seg�n el Esp�ritu. - Estas palabras faltan en los principales representantes de todos los grupos de autoridades (excepto, quiz�s, las que pertenecen a la regi�n de Siria), y ciertamente deben omitirse. Han sido tra�dos aqu� desde Romanos 8:4 .

Versículos 1-11

(1-11) Se logra as� un resultado que la ley de Mois�s no pudo lograr, pero que se logra en el evangelio. El cristiano est� completamente libre de la ley del pecado y de la muerte, y de la condenaci�n que conlleva. Pero lo es con la condici�n de que esta libertad sea para �l una realidad, que realmente proceda del Esp�ritu de Cristo que mora en nosotros.

Versículo 2

Una declaraci�n de la gran ant�tesis, de la cual el resto de la secci�n es un desarrollo, entre la ley del Esp�ritu de vida y la ley del pecado y de la muerte.

La ley del Esp�ritu de vida. - Frase que define m�s plenamente el modo en que la uni�n con Cristo se hace operativa en el creyente. Comienza imparti�ndole el Esp�ritu de Cristo; este Esp�ritu crea en �l una ley; y el resultado de esa ley es la vida, esa perfecta vitalidad espiritual que incluye en s� misma la prenda de la inmortalidad.

El esp�ritu. - Es decir, el Esp�ritu de Cristo, como en Romanos 8:9 , que apenas se concibe todav�a como una personalidad distinta, pero que representa la acci�n e influencia continuas que el Salvador ascendido ejerce sobre el creyente.

En Cristo Jes�s. - Estas palabras se toman mejor con "ha hecho" (m�s bien, hizo, cuando me fue impartido) "me libre". La ley del Esp�ritu de vida, en Cristo ( es decir, operando a trav�s de mi uni�n con Cristo), me liber� de la ley del pecado y de la muerte.

De la ley del pecado y la muerte. - El contraste directo con lo anterior. No aqu� la ley de Mois�s, sino el poder del pecado, el elemento corrupto en nuestra naturaleza, que act�a sobre el alma, y ??�l mismo erige una especie de ley, diciendo: "T� har�s", donde la ley de Dios dice "No har�s". ; " y "No har�s", donde la ley de Dios dice "T� har�s". El efecto de este reino del pecado es la muerte, la muerte espiritual, que lleva en s� la prenda de la muerte eterna.

Versículo 3

�C�mo fui liberado? Por lo tanto. Precisamente en ese mismo punto donde la ley de Mois�s mostr� su impotencia, es decir, en el intento de deshacerse del pecado, lo cual no pudo hacer debido a la influencia contrarrestadora de la carne, precisamente en este mismo punto Dios intervino enviando Su Hijo en un cuerpo de carne similar a aqu�l en el que reside el pecado, y como ofrenda para expiar el pecado humano, y as� destron� y se deshizo del pecado en la carne que hab�a asumido. La carne, escenario de sus antiguos triunfos, se convirti� ahora en escenario de su derrota y expulsi�n.

Lo que la ley no pudo hacer. - Literalmente, lo imposible de la Ley , es decir, "lo que era imposible para la Ley". La construcci�n es lo que se llama nominativus pendens. La frase as� insertada al principio de la oraci�n caracteriza lo que sigue. Dios hizo lo que la Ley no pudo hacer, es decir, conden� el pecado.

En eso era d�bil a trav�s de la carne. - Hab�a un impedimento constante en el camino del �xito de la Ley, que ten�a que ser ejecutada por agentes humanos, acosados ??por la fragilidad humana, fragilidad naturalmente consecuente de la organizaci�n f�sica de la que est� dotado el hombre. La tentaci�n y el pecado tienen sus ra�ces en la parte f�sica de la naturaleza humana y eran demasiado fuertes para la influencia puramente moral de la Ley. La Ley estaba limitada en sus operaciones por ellos y no pudo superarlos.

En semejanza de carne de pecado , es decir, en carne, pero no en carne de pecado . Con un cuerpo humano que era tan parecido a la organizaci�n f�sica del resto de la humanidad, pero que, sin embargo, no estaba en �l, como en otros hombres, la sede del pecado; a la vez similar y diferente.

Y por el pecado. - �sta es la frase que se usa constantemente en la LXX. ("M�s de cincuenta veces en el Libro de Lev�tico solamente" - Vaughan) para la "ofrenda por el pecado". La esencia de la ofrenda por el pecado original fue que fue aceptada por un acto de gracia de parte de Dios, en lugar del castigo personal del ofensor. La naturaleza exacta de este "en cambio" parece quedar como una cuesti�n abierta en las Escrituras, y su definici�n adicional, si es que ha de definirse, pertenece a la esfera de la dogm�tica m�s que a la de la ex�gesis.

Solo debe recordarse que San Pablo usa, con respecto al sacrificio de Cristo, un lenguaje similar al que se usa en el Antiguo Testamento para esta clase particular de sacrificio, la ofrenda por el pecado.

Pecado condenado. - El contexto resalta el significado de esta expresi�n. Es lo que la Ley no pudo hacer por el dominio que el pecado ejerc�a sobre la carne. Ese agarre se hace cesar mediante la participaci�n del creyente en la muerte de Cristo. El pecado es, por as� decirlo, llevado a los tribunales, y se da la causa en su contra. Pierde todos sus derechos y reclama sobre su v�ctima. Es despose�do como quien es despose�do de una propiedad.

En la carne. - En esa misma esfera, la carne, en la que el pecado hasta entonces hab�a dominado, ahora estaba condenada y vencida; ya no pudo ejercer su antiguo dominio.

Versículo 4

La consecuencia de esto fue un gran cambio. Hasta ahora, la Ley no se pod�a guardar debido a la influencia antag�nica de la carne; de ahora en adelante puede mantenerse por la raz�n de que esta influencia ha cesado y que su lugar es tomado por la influencia del Esp�ritu.

La justicia. - La justa exigencia de la Ley, sus debidas y leg�timas reclamaciones.

Puede cumplirse en nosotros. - Que seamos ejemplos de su cumplimiento.

Que no andan en pos de la carne. - Que dirigen nuestra conducta no como la carne nos guiar�a. pero de acuerdo con los dictados y la gu�a del Esp�ritu, es decir, el Esp�ritu de Cristo que mora en Romanos 8:2 , como en Romanos 8:2 .

Versículo 5

Los que son ... - Aquellos que no s�lo caminan (dirigen su conducta) de acuerdo con los impulsos de la carne, sino que son en s� mismos y en toda la inclinaci�n de sus disposiciones los esclavos de estos impulsos.

Presten atenci�n a las cosas de la carne. Toda su actividad mental y moral se basa en nada m�s que la gratificaci�n de estos deseos de los sentidos. La frase "�qui�n importa" no se limita al ejercicio del intelecto, sino que incluye los afectos; de hecho, incluye todos esos motivos, pensamientos y deseos menores que est�n involucrados en la realizaci�n de cualquier gran principio de acci�n, ya sea ego�sta y �carnal� o espiritual.

Versículos 5-8

(5-8) Descripci�n adicional de la ant�tesis entre carne y esp�ritu con respecto a (1) su objeto, Romanos 8:5 ; (2) su naturaleza, Romanos 8:7 ; (3) su fin, Romanos 8:6 .

Versículo 6

Traduce: Porque la mente de la carne es muerte, pero la mente del Esp�ritu es vida y paz. No pensar en nada m�s que en la satisfacci�n de los sentidos es en s� mismo la muerte, esa condici�n muerta del alma que desemboca en la muerte eterna; y, por otro lado, tener los pensamientos y afectos gobernados �nicamente por el Esp�ritu, trae consigo esa armon�a vital y saludable de todas las funciones del alma que es una garant�a segura y un anticipo de una inmortalidad dichosa.

La muerte y la vida est�n aqu�, como en todas partes, con mayor frecuencia en San Pablo, ni muerte espiritual y vida sola, ni muerte eterna y vida sola, sino ambas juntas. El Ap�stol no hace aqu� ninguna distinci�n entre las dos cosas.

Versículo 7

La mente carnal es muerte, porque implica enemistad con Dios, y enemistad con Dios es muerte.

Versículo 8

Entonces ... - M�s bien, y. Tampoco se puede esperar que aquellos que est�n absortos en las cosas de los sentidos sean capaces de agradar a Dios.

Versículo 9

Ese no es tu caso, si al menos el Esp�ritu de Dios y de Cristo mora en ti, como deber�a ser en todo cristiano.

El Esp�ritu de Dios ... el Esp�ritu de Cristo. - Cabe observar que estos dos t�rminos se utilizan como convertibles. El Esp�ritu de Cristo es en verdad la presencia de Cristo mismo en el alma. (Comp. Juan 14:16 ; Juan 14:18 ; Juan 14:20 , �Orar� al Padre, y �l te dar� otro Consolador, para que permanezca contigo para siempre ... No te dejar� sin consuelo ( hu�rfanos ): vendr� a vosotros ... En aquel d�a sabr�is que yo estoy en mi Padre, y vosotros en m�, y yo en vosotros. �)

Habita en ti. - Esta expresi�n es el complemento del otro �estar en el Esp�ritu�, �estar en Cristo�. Denota el contacto e influencia m�s cercanos posible de esp�ritu sobre esp�ritu. Ning�n misticismo, por v�vido e intenso que sea, puede realmente ir m�s all� de esto sin infringir los l�mites de la personalidad y contradecir el testimonio directo de la conciencia.

Versículo 10

Los resultados de la presencia de Cristo en el alma.

El cuerpo est� muerto a causa del pecado. - Aqu� la palabra se usa evidentemente para la muerte f�sica. La condenaci�n que conlleva el pecado todav�a, de hecho, se adhiere al cuerpo, pero solo al cuerpo. El cuerpo, en verdad, debe morir, pero ah� termina la influencia del pecado sobre el cristiano; no puede tocarlo m�s.

El Esp�ritu es vida debido a la justicia. - Pero vu�lvase a otro lado de la naturaleza humana; t�malo en su parte y facultad m�s altas: el esp�ritu. Eso est� lleno de vitalidad porque est� lleno de justicia, primero imputada y luego real. Vida y justicia son t�rminos correlativos, el uno involucra al otro.

Versículo 11

Y esta vitalidad se extiende m�s all� de la tumba. Incluso reaccionar� sobre ese cuerpo material del que se acababa de hablar como entregado a la muerte. Debe morir; pero el mismo Esp�ritu al que el alma debe su vida tambi�n volver� a infundir vida en el cuerpo muerto, as� como el cuerpo de Cristo mismo resucit� de entre los muertos.

Por su Esp�ritu ... - El equilibrio de autoridad est� a favor de la lectura, �por Su Esp�ritu� (como en el margen); la otra es una correcci�n alejandrina. No se puede pensar que Dios dejar�a en la tumba ese cuerpo en el que su propio Esp�ritu ha morado, es decir, con el que ha estado no s�lo en estrecho sino permanente contacto, aunque la cuesti�n psicol�gica, por supuesto, no estaba presente en la mente del hombre. Ap�stol.

Versículo 12

Somos deudores. - Estamos bajo una obligaci�n. Observe que en la secuencia viva del pensamiento se suprime la segunda cl�usula de la ant�tesis: "Estamos bajo una obligaci�n, no con la carne (sino con el Esp�ritu)".

Versículos 12-17

(12-17) Estos vers�culos forman una aplicaci�n exhortadora de lo anterior, con un mayor desarrollo de la idea de vivir despu�s y en el Esp�ritu.

Versículo 13

Si por el Esp�ritu ... - Si bajo la influencia del Esp�ritu reducen a una condici�n de muerte y atrofia todas aquellas pr�cticas a las que los impulsos de su naturaleza material los impulsar�an.

Versículos 14-17

(14-17) Esta vida en el Esp�ritu implica una relaci�n especial con Dios: la de los hijos. Digo de los hijos; porque cuando recibiste el Esp�ritu Santo por primera vez, no fue un esp�ritu de esclavitud y un reino de terror al que fuiste admitido, sino m�s bien a la relaci�n filial m�s cercana a Dios. Esta relaci�n filial est� atestiguada por el Esp�ritu Divino respaldando la evidencia de nuestra propia conciencia, e incluye todo lo que tal relaci�n incluir�a naturalmente: filiaci�n, herencia, no, una coherencia en la gloria de Cristo, quien es �l mismo pre eminentemente el Hijo.

Esta idea de �filiaci�n� tambi�n se desarrolla en la Ep�stola a los G�latas (G�latas G�latas 3:25 ; G�latas 4:1 ). Es la transformaci�n cristiana de la vieja idea teocr�tica. El israelita, qu� israelita, hab�a estado en esta relaci�n especial con Dios; ahora est� abierto al Israel espiritual de cualquier raza que sea.

La idea en s� misma tambi�n se ampl�a y profundiza en gran medida por las doctrinas adicionales de la agencia continua del Esp�ritu y del Mesianismo de Jes�s. El sentido de filiaci�n es despertado y mantenido vivo por el Esp�ritu; y de todos aquellos en quienes se encuentra, el Mes�as mismo est� a la cabeza, asegur�ndoles una participaci�n en su propia gloria.

Versículo 15

Esp�ritu de esclavitud. - El griego se corresponde muy cerca de lo que deber�amos entender naturalmente por la frase en ingl�s, "un esp�ritu como el que se encontrar�a en los esclavos". La palabra "esp�ritu" var�a mucho en significado en estos vers�culos. Aqu� est� el "h�bito o estado de �nimo dominante"; en el siguiente vers�culo se usa tanto para el Esp�ritu de Dios como para el esp�ritu del hombre.

De nuevo al miedo. - Para volver a llevarte al viejo terrorismo de la Ley. La Ley, si conten�a promesas, era a�n m�s esencialmente un sistema de amenazas; pues las amenazas surtieron efecto, mientras que las promesas quedaron ineficaces, porque la Ley no pudo cumplirse.

Esp�ritu de adopci�n. - Ese esp�ritu que caracteriza a los que se toman por hijos, que, como el cristiano en su bautismo, son admitidos en esta relaci�n de filiaci�n.

Por lo que lloramos. - La intensidad del sentimiento del Ap�stol se manifiesta en esta sencilla definici�n. En lugar de una elaboraci�n m�s formal de su significado, dice que el Esp�ritu de adopci�n es lo que impulsa el grito apasionado: "Abba, Padre".

Abba, padre. - �Abba� es el equivalente arameo de padre. La repetici�n es de cari�o y s�plica, tomada del impulso natural de los ni�os de repetir un nombre amado en diferentes formas. Comp. Himno de Newton -

�Jes�s, mi Pastor, Esposo, Amigo,
Mi Profeta, Sacerdote y Rey�, etc.

Versículo 16

El Esp�ritu mismo da testimonio. - �Cu�l es la naturaleza de este testimonio concurrente? Parecer�a ser algo de este tipo. La timidez del creyente le asegura su filiaci�n. Sabe que la relaci�n en la que se siente frente a Dios es la de un hijo. Pero, adem�s de esto, es consciente de una causa objetiva eterna para este sentimiento. Esa causa es la influencia del Esp�ritu Santo.

Este pasaje deja claro que el Ap�stol, a pesar del tono fuertemente m�stico de su lenguaje en otras partes, nunca confunde lo humano y lo divino.

Versículo 17

Una caracter�stica del hijo es que es el heredero de su padre. As� sucede con el cristiano. �l tambi�n tiene una herencia, una herencia de gloria que compartir� con Cristo. Pero no debe sorprenderse si, antes de compartir la gloria, tambi�n comparte los sufrimientos.

Sufre con �l. - Se considera que todos los que sufren por causa del evangelio sufren con Cristo. Ellos �beben de la copa� que �l bebi� ( Mateo 20:22 ). ( Filipenses 3:10, 2 Corintios 1:5 ; Filipenses 3:10 ; Colosenses 1:24 .)

Versículo 18

Revelado en nosotros. - Sobre nosotros , es decir, alcanz�ndonos, ilumin�ndonos y transfigur�ndonos. La venida de Cristo se concibe siempre as� como una manifestaci�n visible de gloria en quienes participan en ella.

Versículos 18-25

(18-25) La menci�n de �sufrimiento� y de �gloria� recuerda al Ap�stol a un sentido de su propia posici�n: lo que tuvo que atravesar y cu�l era la esperanza que ten�a para animarlo y animarlo. Hechos 19:23 da una v�vida impresi�n de la tormentosa vida del Ap�stol en este per�odo ; 2 Corintios 6:4 ; 2 Corintios 11:23 .

Pero lo consider� nada ( Filipenses 3:8 ) en comparaci�n con su triunfal mirada hacia el futuro. Aqu�, entonces, sigue una declaraci�n de la naturaleza de la esperanza cristiana vista, no solo en cuanto afecta al individuo, sino tambi�n en su aspecto c�smico.

Versículo 19

Tampoco la nuestra es una esperanza meramente aislada; tenemos nuestro lugar -

"Movimientos inclinados hacia adelante infinitos,
haciendo un objetivo seguro".

Toda la creaci�n est� buscando seria e intensamente la misma manifestaci�n de gloria que nosotros.

Esperanza sincera : una sola palabra en griego y muy llamativa. Significa, literalmente, un avance con la cabeza extendida, tal como podr�amos imaginar a la multitud fuera de un hip�dromo tirando de las cuerdas para ver a los corredores; una expectativa ansiosa e intencionada. La misma palabra se usa una vez m�s en el Nuevo Testamento ( Filipenses 1:20 ).

Criatura. - Creaci�n, todo el mundo de la naturaleza, animado e inanimado.

Espera. - Otra palabra fuerte, "espera con anhelo y expectaci�n concentrados".

Manifestaci�n. - Traduzca m�s bien por la palabra ordinaria, revelaci�n, como en el �ltimo vers�culo ("gloria que ser� revelada" ). La Parusia, o venida de Cristo, debe ir acompa�ada de una aparici�n de los redimidos en forma glorificada.

Versículo 20

Para la criatura. - El Ap�stol da la raz�n de esta sincera expectativa en el estado actual de naturaleza; se�alando qu� es la creaci�n . Si la creaci�n fuera perfecta y cumpliera el prop�sito m�s noble posible, no habr�a motivo para mirar hacia el futuro con esperanza.

Fue sometido a la vanidad. - "Vanidad" = "vac�o" o "nada". La creaci�n est� cumpliendo un fin indigno en lugar de digno y noble. (Comp. G�nesis 3:17 .) Fue sometido a esto "no voluntariamente", es decir, por su propio acto o con su propia concurrencia, sino "por causa de Aquel que lo someti�" , es decir, en cumplimiento del prop�sito soberano y el consejo de Dios. Lo �nico que le quita el aguij�n a esta condici�n empobrecida y degradada es la esperanza.

No hace falta decir que esto no es darwinismo, pero es f�cilmente reconciliable con la evoluci�n. De hecho, tal teor�a parece darle fuerza y ??�nfasis adicionales. Ayuda a resaltar tanto la �vanidad� presente como la esperanza para el futuro, y a mostrar ambas como partes de un �prop�sito creciente� que se ampl�a a trav�s de los siglos. �Teniendo en cuenta las irregularidades y fluctuaciones, en general, han aparecido formas de vida cada vez m�s elevadas.

Indiscutiblemente ha habido un enorme avance entre la �poca del Eozoon Canadense y la nuestra. Y, adem�s, debemos notar que recientemente ha aparecido un nuevo tipo de progreso, de mucha mayor importancia intr�nseca que la mera mejora f�sica. Me refiero al progreso intelectual y moral, como se ve en el hombre ... Y este progreso, dir�a yo, es m�s importante en nuestro argumento en cuanto al car�cter de Dios, porque est� lleno de promesas de cosas mucho mejores que esto. El mundo triste que jam�s haya visto. Apunta m�s decididamente a una supremac�a del poder para el bien, y una gran esperanza de felicidad final para nuestra raza ". (Rev. ST Gibson, Religi�n y ciencia, p. 34.)

Versículo 21

Porque la criatura. - La raz�n de la esperanza que sobrevive a trav�s de la degradaci�n de la naturaleza; lo que ser� la creaci�n .

Porque. - Quiz�s m�s bien �eso�, que se unir� al final del �ltimo vers�culo, �en la esperanza de que la creaci�n tambi�n�, etc. Entonces Meyer y Ellicott.

Liberado de la esclavitud de la corrupci�n. - El estado de decadencia y ruina en el que ha ca�do el mundo por naturaleza, se considera como una servidumbre opuesta al estado de libertad en el que ser� introducido en la venida de Cristo.

Libertad gloriosa de los hijos de Dios. - Traducir m�s bien, a la libertad de la gloria de los hijos de Dios , es decir, al estado de libertad o emancipaci�n que asistir� a la aparici�n del Mes�as y Sus redimidos. Su estado ser� uno de libertad, y en esa libertad toda la creaci�n espera compartir.

Versículo 22

Gime y sufre. - En vista del mal f�sico y la miseria que prevalecen en el mundo, el Ap�stol atribuye una conciencia humana del dolor al resto de la creaci�n. Gime y sufre juntos, es decir, todos sus miembros en com�n con los de su especie. La idea de dar a luz, como en el parto, hace referencia a la perspectiva futura de un parto feliz. (Comp. Juan 16:21 .)

Hasta ahora. - Esta conciencia de dolor e imperfecci�n ha sido continua e inquebrantable (ni cesar� hasta que la venida de Cristo le ponga fin).

Versículo 23

Tampoco es s�lo el resto de la creaci�n el que gime. Los cristianos tambi�n, aunque poseemos las primicias del Esp�ritu, no obstante, gemimos por dentro, suspirando por el tiempo en que nuestra adopci�n como hijos de Dios ser� completa, e incluso nuestros cuerpos mortales se transfigurar�n.

Que tienen las primicias del Esp�ritu. - Aunque hemos recibido el primer derramamiento parcial del Esp�ritu, en contraposici�n a la plenitud de gloria que nos aguarda.

La adopci�n. - El cristiano que ha recibido el don del Esp�ritu ya es hijo adoptivo de Dios. (Ver Romanos 8:15 .) Pero esta adopci�n a�n tiene que ser ratificada y perfeccionada, lo cual no ser� hasta la Venida de Cristo.

La redenci�n de nuestro cuerpo. - Un signo de la filiaci�n imperfecta del cristiano es ese cuerpo mortal y corruptible en el que est� aprisionada su parte mejor y celestial. Eso tambi�n ser� transformado y glorificado y limpiado de todos los defectos de su condici�n terrenal. (Comp.1 1 Corintios 15:49 ; 2 Corintios 5:1 et sea .; Filipenses 3:21 .)

Versículo 24

�Por qu� digo que "esperamos la adopci�n"? Porque la esperanza en el futuro es la esencia misma de la vida del cristiano. Fue por la esperanza que se salv�. La esperanza, en el momento en que crey� por primera vez, le hizo darse cuenta de su salvaci�n, aunque todav�a est� en el futuro. De hecho, esto est� impl�cito en la naturaleza misma de la esperanza. Su objeto apropiado es aquello que es futuro e invisible.

Por esperanza. - Por lo general, es la fe m�s que la esperanza lo que se representa como medio o instrumento de salvaci�n. Tampoco se puede decir con raz�n que la esperanza es un aspecto de la fe, porque la fe y la esperanza se distinguen expresamente y se colocan como coordinadas entre s� en 1 Corintios 13:13 : �y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estos Tres." La esperanza es m�s bien una causa secundaria de la salvaci�n, porque pone la salvaci�n v�vidamente ante el creyente y, por lo tanto, lo hace esforzarse por obtenerla.

Sin embargo, no debe pasarse por alto que la frase traducida como "con esperanza" puede interpretarse m�s bien como "con" o "con esperanza". Entonces servir� para limitar la idea de salvaci�n. Fuimos salvos, de hecho, de una manera incipiente e imperfecta, pero nuestra salvaci�n plena sigue siendo un tema de esperanza y, por lo tanto, no es pasado sino que a�n est� en el futuro.

Versículo 25

Si la salvaci�n fuera algo que pudiera verse, algo que pudiera captarse con la vista, entonces no habr�a lugar para la esperanza. Tal como est�, no lo vemos; nos hacemos esperanza para ella; y, por tanto, soportamos pacientemente los sufrimientos que acechan en el camino hacia ella.

Versículo 26

Igualmente. - Mientras que por un lado la perspectiva de la salvaci�n lo sostiene, por otro lado el Esp�ritu divino se interpone para ayudarlo. La �nica fuente de aliento es humana (su propia conciencia humana de la certeza de la salvaci�n), la otra es divina.

Enfermedades. - La lectura correcta es el singular, "enfermedad". Sin esta ayuda, podr�amos ser demasiado d�biles para aguantar, pero el Esp�ritu ayuda y fortalece nuestra debilidad al inspirar nuestras oraciones.

Con gemidos indecibles. - Cuando las oraciones del cristiano son demasiado profundas e intensas para las palabras, cuando son m�s un suspiro del coraz�n que cualquier expresi�n formal, entonces podemos saber que son impulsadas por el Esp�ritu mismo. Es �l quien est� orando a Dios por nosotros.

Versículos 26-27

Una segunda raz�n de la paciencia del cristiano que sufre. El Esp�ritu ayuda a su debilidad y se une a sus oraciones.

Versículo 27

Dios reconoce la voz de Su propio Esp�ritu, porque las oraciones que el Esp�ritu impulsa est�n estrictamente de acuerdo con Su voluntad.

�Qu� es la mente del Esp�ritu? - Cu�les son los pensamientos del Esp�ritu y, por tanto, cu�l es el eco de esos pensamientos en las oraciones que se le ofrecen.

Versículo 28

Todas las cosas. - Persecuci�n y sufrimiento incluidos.

Trabajar juntos. - Contribuir.

Hay una lectura bastante notable aqu�, que se encuentra en los manuscritos vaticanos y alejandrinos, y en Or�genes, insertando "Dios" como el sujeto del verbo, y haciendo de "todas las cosas" el objeto. "Dios obra con todas las cosas" o "coopera en todas las cosas". Esta lectura es muy temprana, si no original.

A los que son llamados. - M�s descripci�n de los "que aman a Dios". Tambi�n, como en Sus consejos eternos �l hab�a dise�ado que fuera, obedecieron el llamado que se les dio en la predicaci�n del evangelio, y definitivamente se inscribieron en el reino del Mes�as.

Versículos 28-30

(28-30) Estos vers�culos contienen una tercera raz�n para la paciencia del cristiano. �l sabe que pase lo que pase, todas las cosas realmente funcionan juntas para su bien.

Versículos 29-30

A los que antes conoci�, tambi�n los predestin�. - El proceso ya resumido bajo estas dos frases ahora se resuelve m�s completa y exactamente en sus partes, con la inferencia sugerida que para aquellos que est�n bajo la gu�a divina en cada paso de su carrera, nada puede actuar sino para bien. Las dos frases indican dos pasos distintos. Dios, en Su infinita presciencia, sab�a que ciertas personas se someter�an a ser conformadas a la imagen de Su Hijo, y las predestin� para esto.

Cuando argumentamos deductivamente desde la omnisciencia y omnipotencia de Dios, el libre albedr�o humano parece ser borrado. Por otro lado, cuando argumentamos deductivamente del libre albedr�o humano, la presciencia divina y el poder para determinar la acci�n parecen estar excluidos. Y, sin embargo, ambas verdades deben recibirse sin detrimento de la otra. Tampoco sabemos estrictamente qu� son la omnipotencia y la omnisciencia de Dios (seg�n un uso m�s exacto del lenguaje, deber�amos decir, tal vez, �poder y conocimiento perfectos�, poder y conocimiento que pertenecer�an a lo que somos incapaces de concebir, un Ser perfecto), ni sabemos qu� es el libre albedr�o humano en s� mismo.

Es un postulado necesario para que haya alguna s�ntesis de la vida humana; porque sin �l no puede haber distinci�n alguna entre lo bueno y lo malo. Pero realmente no sabemos m�s que eso, es esa facultad hipot�tica en el hombre en virtud de la cual es un agente responsable.

Ser conformados ... - La causa final de todo este proceso divino es que el cristiano pueda ser conformado a la imagen de Cristo, para que sea como �l no solo en esp�ritu, sino tambi�n en ese cuerpo glorificado, que es para ser la copia del Redentor ( Filipenses 3:21 ), y as� ser un asistente adecuado para �l en Su reino mesi�nico.

Primog�nito entre muchos hermanos. - El reino mesi�nico se concibe aqu� m�s bien como una familia. En esta familia, Cristo tiene los derechos de primogenitura, pero todos los cristianos son sus hermanos; y el objeto de Su misi�n y del gran plan de la salvaci�n (en todas sus etapas: conocimiento previo, llamado, justificaci�n, etc.) es hacer que los hombres se parezcan lo suficiente a �l para ser sus hermanos, y as� llenar el n�mero de cristianos. familia.

La palabra "primog�nito" ocurre en una conexi�n similar en Colosenses 1:15 , "primog�nito de toda criatura" (o m�s bien, de toda la creaci�n ) , y en Hebreos 1:6 , "Cuando trae al primog�nito ( primog�nito ) en el mundo.

Implica dos cosas: (1) prioridad en el tiempo, o en otras palabras, la preexistencia del Hijo como Verbo Divino; y (2) supremac�a o soberan�a como el Mes�as. El uso mesi�nico de la palabra se basa en Salmo 89:27 , "Tambi�n lo har� mi primog�nito, m�s alto que los reyes de la tierra".

Entre muchos hermanos. - Comp. Hebreos 2:11 y siguientes, �No se averg�enza de llamarlos hermanos�, etc. Hay un �nfasis en "muchos". El objeto del esquema cristiano es que Cristo no est� solo en la gloria aislada de Su preexistencia, sino que pueda estar rodeado por una numerosa hermandad formada a Su semejanza como �l es a semejanza de Dios.

Versículo 30

Predestinar. - Este es el t�rmino que parece interferir m�s con el libre albedr�o humano. La presciencia no interfiere con el libre albedr�o, porque la presciencia, aunque anterior en el tiempo, es posterior en el orden de causalidad al acto de elecci�n. Un hombre no elige una determinada acci�n porque se la conoce de antemano, sino que se conoce de antemano porque la elegir�. La predestinaci�n (la palabra no est� mal traducida) parece implicar una necesidad m�s rigurosa.

Todo lo que podemos decir es que no debe interpretarse en ning�n sentido que excluya el libre albedr�o. El libre albedr�o es un postulado sobre el que debe apoyarse toda la superestructura de la moral y la religi�n. La mente religiosa, mirando hacia atr�s en el curso por el cual ha sido conducida, ve en ella predominando la mano de Dios; pero por grande que sea el elemento divino en la salvaci�n, al final debe ser aprehendido por la fe, que es un acto de libre albedr�o.

Y las acciones subsiguientes de las cuales la fe es la causa motriz, aunque realizadas bajo una influencia divina cooperante, pertenecen a la esfera de la libertad humana. (Ver Nota sobre Romanos 2:6 ) Debe recordarse que San Pablo no escribe ahora con el temperamento sereno del an�lisis filos�fico, sino en un intenso acceso de emoci�n religiosa, y por lo tanto no se queda a poner en todo el cl�usulas de calificaci�n que la filosof�a pueda requerir. Es bueno para la humanidad que lo haya hecho. En todas las mentes religiosas grandes y creativas, la conciencia del libre albedr�o se ha retirado a un segundo plano.

Llamada. - Present�ndoles el evangelio, directa o indirectamente, mediante la predicaci�n de Cristo y sus Ap�stoles.

Justificado. - En el sentido paulino, como en Romanos 3:24 , et al.

Glorificado. - Estrictamente, la glorificaci�n del cristiano le espera en el futuro, pero el Ap�stol considera todos estos diferentes actos como enfocados juntos como si estuvieran en un solo punto en el pasado. La glorificaci�n est� involucrada en la justificaci�n.

Versículos 31-39

(31-39) Sigue ahora la sublime y triunfante conclusi�n de lo anterior, expresada con apasionada energ�a y con la m�s intensa conciencia de la realidad de una creencia cristiana en penetrar y sostener la mente en todas las pruebas externas, por severas que sean.
Erasmo comenta sobre esto, que "Cicer�n nunca dijo nada m�s grandioso". Es innecesario agregar que, dejando de lado otras consideraciones, Cicer�n no fue ni por un momento comparable en intensidad espiritual, y por lo tanto en verdadera elocuencia, a San Pablo.

Versículos 33-34

�Qui�n pondr� algo ...? - La puntuaci�n y la disposici�n de estas cl�usulas son algo dif�ciles. En general, parece mejor conectar las dos cl�usulas al final de Romanos 8:33 y al comienzo de Romanos 8:34 .

Todo el pasaje hasta el final del cap�tulo constituir� una prueba continua de la certeza de que todas las cosas le ser�n dadas gratuitamente al cristiano. Nada puede frustrar esto: ni del lado de Dios, porque cuando �l justifica, nadie puede condenar; o del lado de Christy, cuya muerte, resurrecci�n, ascensi�n e intercesi�n son promesas de que nada puede separarnos de Su amor.

�Qu� tenemos que temer? Cuando Dios pronuncia nuestra absoluci�n, nadie puede pronunciar nuestra condenaci�n. Literalmente, Dios es el que justifica, �qui�n puede entonces condenar? Y respondiendo a esto en el siguiente vers�culo que tenemos, Cristo es el que muri�, etc. Esta es la respuesta doble a la pregunta: "�Qui�n se presentar� para acusar a los elegidos de Dios?" Es una respuesta concluyente a esto afirmar la relaci�n en la que se encuentra el acusado con Dios y con Cristo.

Los elegidos de Dios. - Cristianos como tales con especial referencia al proceso que el Ap�stol ha estado describiendo en Romanos 8:29 .

Versículo 34

Es Cristo ... - El resto de este vers�culo debe estar estrechamente relacionado con la apertura del siguiente. "El que muri�, resucit�, etc., es Cristo: �qui�n, pues, nos separar� de su amor?" Las dos preguntas, "�Qui�n es el que condenar�?" y "�Qui�n nos separar�?" son realmente partes de la respuesta a la pregunta principal lanzadas en forma interrogativa. En otro momento, la sentencia probablemente se habr�a formulado de manera diferente, pero la mente del Ap�stol est� en una actitud de desaf�o.

S�, mejor dicho. - S�, m�s. Las promesas que Cristo nos ha dado de su amor no terminaron, sino que solo comenzaron con su muerte.

Versículo 35

El amor de Cristo. - Es decir, el amor que Cristo tiene por nosotros, no el que tenemos por Cristo.

�Ser� la tribulaci�n ? - Comp. 2 Corintios 6:4 ; 2 Corintios 11:23 . El Ap�stol habla desde su propia experiencia actual.

Versículo 36

Por ti nos matan. - La cita est� tomada de Salmo 44:22 , que aparentemente fue escrita en alg�n per�odo de gran angustia nacional, en qu� per�odo preciso los datos no nos permiten decir, pero probablemente no antes que Jos�as. Los sufrimientos del pueblo de Dios en todo momento son t�picos unos de otros.

Existe la raz�n adicional para la aplicaci�n en el texto de que el Salmo no enfatiza la culpa del pueblo, sino que considera sus sufrimientos como sufridos por la causa de la teocracia. Al mismo tiempo, el tono del salmista quiere la confianza exultante y triunfante del Ap�stol.

Versículo 37

No. - A�n, o Pero. Lejos de ser vencidos, somos vencedores: cuando somos d�biles, somos fuertes.

Versículo 38

Ni muerte, ni vida ... - La enumeraci�n que sigue tiene la intenci�n de incluir (po�ticamente m�s que l�gicamente) todas las categor�as posibles de seres, especialmente aquellos poderes invisibles del mal contra los cuales la guerra del cristiano estaba dirigida m�s particularmente.

Ni principados. - Comp. Efesios 6:12 , "Luchamos ... contra principados, contra potestades"; t�rminos pertenecientes a la enumeraci�n jud�a de �ngeles. Sin embargo, la evidencia cr�tica es absolutamente decisiva para separar los "poderes" de los "principados" en este caso y colocarlos despu�s de "lo presente, ni lo por venir". Por lo tanto, ser�a mejor tomarlo en un sentido m�s amplio: "Agencias de todo tipo, personales o impersonales".

Versículo 39

Ni altura ni profundidad. - Sin lejan�a en el espacio. (Comp. Salmo 139:8 y siguientes. "Si subo al cielo", etc.)

Cualquier otra criatura. - Cualquier otra cosa creada.

El amor de Dios. - Debe observarse que para la frase m�s corta, "el amor de Cristo", el Ap�stol sustituye ahora la frase m�s plena pero, como parece, equivalente, "el amor de Dios en Cristo".

Información bibliográfica
Ellicott, Charles John. "Comentario sobre Romans 8". "Comentario de Ellicott para Lectores en Inglés". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/ebc/romans-8.html. 1905.
 
adsfree-icon
Ads FreeProfile