En el presente cap�tulo Pablo afirma sus derechos y privilegios personales como ap�stol, vers�culos 1 Corintios 9:1-14 ; y luego procede a mostrar c�mo los ha entregado voluntariamente por causa de Cristo, proponiendo as� su propio ejemplo para la imitaci�n de aquellos entre los corintios que estaban dispuestos a insistir en el uso de su libertad cristiana sin tener en cuenta la conciencia de los d�biles.
�No soy libre? tanto en libertad como los otros ap�stoles con respecto a los derechos y privilegios de mi oficio.
visto a Jesucristo ; Lo vi personalmente, y recib� de �l mi comisi�n como ap�stol. Menciona esto para mostrar que no est� a la zaga de los dem�s ap�stoles en cuanto a su oficio apost�lico.
Poder para comer y beber ; un derecho a mantenerse a sus expensas, en lugar de mantenerse a s� mismo mediante el trabajo manual. Hechos 18:3 ; 2 Corintios 11:7-9 .
Poder para guiar a una hermana , una esposa ; ten�a el mismo derecho a casarse y mantener a su familia, como lo ten�an Pedro y otros ap�stoles. Los ministros del evangelio, ya sea que se establezcan en tierras cristianas o sean misioneros en tierras paganas, tienen derecho a contraer matrimonio y mantener a sus familias; aunque a veces puede ser prudente no ejercer este derecho.
No pongas bozal a la boca del buey ; el buey ten�a derecho a recibir sustento de aquellos para quienes trabajaba, y �stos no pod�an retenerlo sin pecar contra Dios, quien lo requer�a de ellos.
Cuida los bueyes ; �Es por causa de los bueyes que se da este precepto? es decir, bueyes solos o principalmente. El ap�stol procede a mostrar que la ley en cuesti�n est� dise�ada para contener un principio general en beneficio de los que trabajan en las cosas espirituales.
Por nuestro bien, esto est� escrito ; para mostrar que es la voluntad de Dios que los ministros del evangelio reciban apoyo de las personas por quienes trabajan, y que todos los que trabajan tienen derecho a una justa recompensa por sus servicios. Las instrucciones espec�ficas contenidas en el Antiguo Testamento, incluso con respecto a las bestias y las cosas inanimadas, son a menudo ilustraciones de principios y est�n dise�adas para instruir a los hombres en todas las �pocas en cuanto al car�cter y la voluntad de Dios, y la naturaleza, variedad y extensi�n de deberes humanos.
Los que ministran y los que esperan ; los sacerdotes y los levitas, quienes, bajo el Antiguo Testamento, dirig�an y atend�an los servicios religiosos en el templo.
Son part�cipes del altar ; se sosten�an de las ofrendas y ofrendas que el pueblo tra�a al altar.
Vive del evangelio ; ser apoyado El sost�n de los ministros de Cristo que dedican sus vidas a la predicaci�n del evangelio no es una donaci�n caritativa, sino una deuda que se debe con justicia, y no puede ser retenida sin injusticia para ellos y deshonra para Cristo.
No us� ninguna de estas cosas ; no les hab�a pedido que lo mantuvieran, ni escribi� esto para inducirlos a hacerlo. Juzg� que tal era entonces el estado peculiar de las cosas, que podr�a hacer m�s bien manteni�ndose a s� mismo.
Haz vac�a mi gloria ; su jactancia de haber predicado el evangelio gratis, al inducirlo a tomar un curso diferente.
Tengo una recompensa ; por cumplir el encargo que se me ha encomendado con �nimo voluntario.
contra mi voluntad ; aunque sea a rega�adientes, todav�a tengo una confianza que debo cumplir. Cuando los ministros del evangelio renuncian a sus justos derechos, se someten a las inconveniencias, realizan trabajos y se sacrifican por hacer un bien mayor, imitan el ejemplo de Cristo, muestran la excelencia de su religi�n y pueden, por la gracia, esperar de �l una distinguida recompensa.
�Cu�l es mi recompensa entonces? en el curso que estaba dispuesto y gozosamente persiguiendo para el bien de ellos. Era la satisfacci�n que emanaba de su trabajo desinteresado, la aprobaci�n de la conciencia y de Dios.
Que no abuse de mi poder ; o derecho, exigi�ndoles su sustento, cuando ello obstaculice su utilidad.
es templado en todas las cosas ; los corredores griegos se somet�an a un entrenamiento muy severo, para que as� pudieran llevar su cuerpo a la condici�n m�s perfecta para la carrera.
As� que corre , no tan inseguro ; no como quien corre al azar, sin saber su meta ni c�mo alcanzarla. El ap�stol quiere decir que vivi� de tal manera que estaba seguro de obtener la aprobaci�n de Dios y recibir una corona de gloria.
Mantente debajo de mi cuerpo ; literalmente, golpearlo en la cara, a la manera de un boxeador. Esto representa la severa disciplina a la que someti� sus apetitos y pasiones seg�n la palabra de Dios. Los ministros de Cristo que han predicado el evangelio durante mucho tiempo, no est�n por eso seguros del cielo. Tampoco pueden depender con seguridad de ninguna experiencia anterior. Deben gobernar habitualmente sus apetitos, pasiones y conducta por la voluntad revelada de Dios, o estar�n en peligro de perder sus almas. Si este es el caso de los ministros, debe serlo con todos los dem�s; y esa esperanza de salvaci�n que no lleva a los hombres a obedecer los mandamientos de Dios, perecer� en la entrega del esp�ritu.
Información bibliográfica Edwards, Justin. "Comentario sobre 1 Corinthians 9". "Nuevo Testamento de la Biblia Familiar de Edwards". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/fam/1-corinthians-9.html. Sociedad Americana de Tratados. 1851.
Versículo 1
En el presente cap�tulo Pablo afirma sus derechos y privilegios personales como ap�stol, vers�culos 1 Corintios 9:1-14 ; y luego procede a mostrar c�mo los ha entregado voluntariamente por causa de Cristo, proponiendo as� su propio ejemplo para la imitaci�n de aquellos entre los corintios que estaban dispuestos a insistir en el uso de su libertad cristiana sin tener en cuenta la conciencia de los d�biles.
�No soy libre? tanto en libertad como los otros ap�stoles con respecto a los derechos y privilegios de mi oficio.
visto a Jesucristo ; Lo vi personalmente, y recib� de �l mi comisi�n como ap�stol. Menciona esto para mostrar que no est� a la zaga de los dem�s ap�stoles en cuanto a su oficio apost�lico.
mi trabajo ; convertido por mi ministerio.
Versículo 2
Sede de mi apostolado ; su conversi�n fue evidencia de que Pablo era un ap�stol de Jesucristo.
Versículo 3
Exam�name ; concerniente a sus credenciales como ap�stol, y sus privilegios como tales.
Versículo 4
Poder para comer y beber ; un derecho a mantenerse a sus expensas, en lugar de mantenerse a s� mismo mediante el trabajo manual. Hechos 18:3 ; 2 Corintios 11:7-9 .
Versículo 5
Poder para guiar a una hermana , una esposa ; ten�a el mismo derecho a casarse y mantener a su familia, como lo ten�an Pedro y otros ap�stoles. Los ministros del evangelio, ya sea que se establezcan en tierras cristianas o sean misioneros en tierras paganas, tienen derecho a contraer matrimonio y mantener a sus familias; aunque a veces puede ser prudente no ejercer este derecho.
Versículo 6
Poder para abstenerse de trabajar ; abstenerse de trabajar para su propio sustento.
Versículo 8
como un hombre ; meramente en los principios comunes de justicia.
la ley ; la ley de Dios. Deuteronomio 25:4 .
Versículo 9
No pongas bozal a la boca del buey ; el buey ten�a derecho a recibir sustento de aquellos para quienes trabajaba, y �stos no pod�an retenerlo sin pecar contra Dios, quien lo requer�a de ellos.
Cuida los bueyes ; �Es por causa de los bueyes que se da este precepto? es decir, bueyes solos o principalmente. El ap�stol procede a mostrar que la ley en cuesti�n est� dise�ada para contener un principio general en beneficio de los que trabajan en las cosas espirituales.
Versículo 10
Por nuestro bien, esto est� escrito ; para mostrar que es la voluntad de Dios que los ministros del evangelio reciban apoyo de las personas por quienes trabajan, y que todos los que trabajan tienen derecho a una justa recompensa por sus servicios. Las instrucciones espec�ficas contenidas en el Antiguo Testamento, incluso con respecto a las bestias y las cosas inanimadas, son a menudo ilustraciones de principios y est�n dise�adas para instruir a los hombres en todas las �pocas en cuanto al car�cter y la voluntad de Dios, y la naturaleza, variedad y extensi�n de deberes humanos.
Versículo 11
sembrado en vosotros cosas espirituales ; trabajado por el bien de vuestras almas.
cosecha tus cosas carnales ; recibir a cambio lo necesario para el sustento.
Versículo 12
este poder ; el derecho a una pensi�n alimenticia.
Sufre todas las cosas ; todos los inconvenientes y penalidades de no ser apoyados por el pueblo.
Versículo 13
Los que ministran y los que esperan ; los sacerdotes y los levitas, quienes, bajo el Antiguo Testamento, dirig�an y atend�an los servicios religiosos en el templo.
Son part�cipes del altar ; se sosten�an de las ofrendas y ofrendas que el pueblo tra�a al altar.
Versículo 14
ordenado ; fijado; requerido.
Vive del evangelio ; ser apoyado El sost�n de los ministros de Cristo que dedican sus vidas a la predicaci�n del evangelio no es una donaci�n caritativa, sino una deuda que se debe con justicia, y no puede ser retenida sin injusticia para ellos y deshonra para Cristo.
Versículo 15
No us� ninguna de estas cosas ; no les hab�a pedido que lo mantuvieran, ni escribi� esto para inducirlos a hacerlo. Juzg� que tal era entonces el estado peculiar de las cosas, que podr�a hacer m�s bien manteni�ndose a s� mismo.
Haz vac�a mi gloria ; su jactancia de haber predicado el evangelio gratis, al inducirlo a tomar un curso diferente.
Versículo 16
Nada de lo que gloriarse ; nada del hecho de su predicaci�n.
La necesidad me es impuesta ; despu�s de la comisi�n que hab�a recibido de Cristo, no pod�a, de acuerdo con el deber, abstenerse de predicar.
Versículo 17
Tengo una recompensa ; por cumplir el encargo que se me ha encomendado con �nimo voluntario.
contra mi voluntad ; aunque sea a rega�adientes, todav�a tengo una confianza que debo cumplir. Cuando los ministros del evangelio renuncian a sus justos derechos, se someten a las inconveniencias, realizan trabajos y se sacrifican por hacer un bien mayor, imitan el ejemplo de Cristo, muestran la excelencia de su religi�n y pueden, por la gracia, esperar de �l una distinguida recompensa.
Versículo 18
�Cu�l es mi recompensa entonces? en el curso que estaba dispuesto y gozosamente persiguiendo para el bien de ellos. Era la satisfacci�n que emanaba de su trabajo desinteresado, la aprobaci�n de la conciencia y de Dios.
Que no abuse de mi poder ; o derecho, exigi�ndoles su sustento, cuando ello obstaculice su utilidad.
Versículo 19
Libre de todo ; libres de la obligaci�n para con los hombres de predicar el evangelio gratuitamente.
Gana m�s ; llevar m�s almas a Cristo.
Versículo 20
Se convirti� en jud�o ; cumpl�a con sus costumbres hasta donde inocentemente pod�a.
Versículo 21
Los que est�n sin ley ; los gentiles, que no ten�an la ley escrita de Dios.
como sin ley ; omiti� los cumplimientos de la ley ceremonial que practicaba cuando estaba entre jud�os.
Bajo la ley de Cristo ; obligado en todo a obedecerle.
Versículo 22
Hizo todas las cosas a todos los hombres ; cumplido, en todo lo l�cito, con sus deseos.
Versículo 23
part�cipe de la misma ; de las bendiciones que confiere el evangelio.
Versículo 24
Correr en una carrera ; la carrera a pie, con la que los corintios estaban familiarizados.
Versículo 25
es templado en todas las cosas ; los corredores griegos se somet�an a un entrenamiento muy severo, para que as� pudieran llevar su cuerpo a la condici�n m�s perfecta para la carrera.
Versículo 26
As� que corre , no tan inseguro ; no como quien corre al azar, sin saber su meta ni c�mo alcanzarla. El ap�stol quiere decir que vivi� de tal manera que estaba seguro de obtener la aprobaci�n de Dios y recibir una corona de gloria.
Versículo 27
Mantente debajo de mi cuerpo ; literalmente, golpearlo en la cara, a la manera de un boxeador. Esto representa la severa disciplina a la que someti� sus apetitos y pasiones seg�n la palabra de Dios. Los ministros de Cristo que han predicado el evangelio durante mucho tiempo, no est�n por eso seguros del cielo. Tampoco pueden depender con seguridad de ninguna experiencia anterior. Deben gobernar habitualmente sus apetitos, pasiones y conducta por la voluntad revelada de Dios, o estar�n en peligro de perder sus almas. Si este es el caso de los ministros, debe serlo con todos los dem�s; y esa esperanza de salvaci�n que no lleva a los hombres a obedecer los mandamientos de Dios, perecer� en la entrega del esp�ritu.