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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer Comentario de Meyer
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Chronicles 29". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/fbm/2-chronicles-29.html. 1914.
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Chronicles 29". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-11
un avivamiento de justicia
2 Cr�nicas 29:1
Fue una bendici�n para Jud� que Acaz dejara como sucesor a un hijo que no hered� ninguno de los rasgos de su padre. Ezequ�as se ubica como uno de los mejores reyes que ocuparon el trono de David. Este cap�tulo est� lleno de incidentes ilustrativos e interesantes. En el primer mes de su reinado, el joven rey comenz� su obra de reforma reuniendo en su ayuda a los sacerdotes y levitas, y les pidi� que hicieran todo lo posible para limpiar el templo.
El toque de clar�n de esta exhortaci�n a�n resuena y nos invita a limpiar el santuario interior de nuestro coraz�n de toda inmundicia de carne y esp�ritu. Apresur�monos a abrir las puertas, encender las l�mparas y quemar incienso en la c�mara interior de oraci�n del coraz�n. Y lo que es cierto para el individuo se aplica igualmente a la conciencia nacional. La religi�n es la salvaguardia de nuestra prosperidad; y quienes se aseguran un sano sentimiento religioso contribuyen tanto al bienestar de su patria como los estadistas y pol�ticos de fama mundial.
Versículos 12-24
Eliminando la inmundicia
2 Cr�nicas 29:12
Los nombres de los levitas asistentes se mencionan especialmente, porque su cooperaci�n obediente cont� mucho en la reconstrucci�n nacional. Durante ocho d�as, los sacerdotes y ellos realizaron la gran obra de limpiar el templo de la suciedad que se hab�a acumulado por la negligencia. La deriva de la tormenta de arena, el caos de la maleza, la multitud de seres vivos que vienen del aire y de la tierra para criar y reproducirse en edificios abandonados, hab�an provocado una triste desfiguraci�n y ruina en la santa y hermosa casa que David y Salom�n vivieron. hab�a construido para Dios.
El deterioro del coraz�n y la vida, de la Iglesia y del Estado, es el resultado seguro de la negligencia. El jard�n del perezoso dif�cilmente podr�a ser m�s in�til o peligroso para el cultivo ordenado que lo rodea, que el coraz�n del hombre, cuando descuida la cultura de sus afinidades espirituales. Fuimos creados para Dios y no podemos estar perfectamente sanos o felices sin �l. Estos pecados deben ser expiados con sangre. Una lecci�n profunda est� contenida en 2 Cr�nicas 29:20 . Vea Hebreos 9:22 .
Versículos 25-36
Sacrificio y canto
2 Cr�nicas 29:25
Entre los sacrificios habituales que siguen a la purificaci�n, el holocausto ocupaba un lugar destacado, como expresi�n de una devoci�n sincera y completa a Dios. Note que cuando comenz� el holocausto tambi�n comenz� el c�ntico. El autosacrificio y la entrega del coraz�n y la vida a Dios siempre conducen al gozo. Primero la limpieza, luego el perd�n y la eliminaci�n del pecado, y finalmente la reconsagraci�n a Dios, tales son los pasos inevitables que conducen al alma desde las profundidades de la depresi�n al gozo de la salvaci�n de Dios.
Es la vida ensimismada y autosuficiente la que es miserable. Note cu�n contagioso es el gozo de Dios. De Ezequ�as se extendi� a su pueblo y condujo a la elevaci�n de toda la naci�n. Es interesante saber que este feliz estallido de fervor religioso surgi� de una preparaci�n divina, que durante mucho tiempo hab�a estado trabajando por debajo de la superficie de la vida nacional.