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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer Comentario de Meyer
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Chronicles 32". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/fbm/2-chronicles-32.html. 1914.
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Chronicles 32". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-15
Preparado para enfrentarse al enemigo
2 Cr�nicas 32:1
Podr�amos haber supuesto que la fidelidad de Ezequ�as al limpiar el templo y restaurar la adoraci�n de Jehov� le habr�a asegurado a �l y a su pueblo total inmunidad contra la invasi�n. Seguramente para un siervo tan leal, Dios se interpondr�a gentilmente y se defender�a del campamento de Senaquerib en el suelo sagrado del pa�s del sur. Se nos ense�a la lecci�n de que la fe no es recompensada por el verano ininterrumpido de prosperidad, sino probada, probada y madurada por las tormentas de ataques y peligros. El gran Labrador min� a Ezequ�as para que pudiera producir m�s fruto.
Estos cuidadosos preparativos hechos por el rey y su pueblo para cortar el suministro de agua y equipar a los soldados y las fortificaciones contra los ataques, eran perfectamente compatibles con una verdadera fe. La m�xima confianza de Ezequ�as no estaba en estas cosas, sino en ese Mayor que indudablemente estaba con ellas, 2 Cr�nicas 32:7 .
Hab�a considerable sutileza en los mensajes de Senaquerib, pero no entend�a cu�nto significaba ese altar y cu�n diferente era Jehov� de los �dolos de las naciones, 2 Cr�nicas 32:12 ; 2 Cr�nicas 15:1 .
Versículos 16-23
el grito al cielo respondido
2 Cr�nicas 32:16
Los generales de Senaquerib eran incluso m�s insolentes que �l. Su objetivo era desanimar a la gente y socavar su fe. Destruir la confianza en Dios es el m�todo m�s seguro de ataque y victoria. Una descripci�n significativa de su fanfarroner�a se da en 2 Cr�nicas 32:19 . El �nico efecto, sin embargo, fue llevar al rey y al profeta a la oraci�n, 2 Cr�nicas 32:20 .
Este es el talism�n de la victoria. Isa�as cuenta c�mo Ezequ�as extendi� la carta blasfema del invasor ante Dios y desafi� Su ayuda, para que los reinos de la tierra pudieran conocer Su poder, ya que Su car�cter estaba en juego ante los paganos.
Un �ngel fue suficiente para la obra de liberaci�n y Senaquerib regres� a casa como un hombre desacreditado, para ser asesinado por sus propios hijos. El Se�or no solo salv� a Israel, sino que los �gui� por todos lados. �No reclamaremos un trato similar? Y cuando somos fieles a Dios, podemos confiar en que �l nos dar� el favor de los hombres y enriquecer� nuestras vidas con Sus tesoros escondidos. "A los que me honran, yo honrar�".
Versículos 24-33
Un defecto en una buena vida
2 Cr�nicas 32:24
Lo que era esta se�al se dice m�s claramente en Isa�as 38:1 . Las grandes interposiciones de parte de Dios imponen responsabilidades correspondientes. Si ha recibido beneficios especiales, aseg�rese de volver a rendir de acuerdo con el beneficio obtenido. Cuando fue visitado por los embajadores de Babilonia, como en 2 Reyes 20:13 , Ezequ�as los recibi� con un esp�ritu de vanidad, demasiado natural para la mayor�a de nosotros, y mostr� una presunci�n en sus adquisiciones que excluy� tal reconocimiento del amor y cuidado divinos. como era debido. Desde el punto de vista del hombre, eso era simplemente una peque�a debilidad, algo de lo que sonre�r y excusarse, pero era incompatible con la intimidad en la que Ezequ�as hab�a sido introducido por su Amigo celestial.
Por piadoso y devoto que sea un hombre, si no camina con cuidado, se derrumbar� en alguna prueba crucial. Es m�s f�cil resistir la invasi�n de Senaquerib que los halagos de Babilonia. Necesitamos protegernos contra el orgullo de coraz�n. Comp�rese con 2 Cr�nicas 32:25 ; 2 Cr�nicas 31:1 .
El ostentoso despliegue de Ezequ�as de su riqueza y tesoro excit� la codicia de los enviados babil�nicos y sembr� la semilla de la invasi�n de Nabucodonosor, aunque el golpe fue temporalmente evitado por el arrepentimiento del rey y la naci�n, 2 Cr�nicas 32:26 .