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Sunday, September 29th, 2024
the Week of Proper 21 / Ordinary 26
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Bible Commentaries
Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer Comentario de Meyer
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Samuel 2". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/fbm/2-samuel-2.html. 1914.
Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre 2 Samuel 2". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-11
un pueblo dividido
2 Samuel 2:1
El h�bito de David de preguntarle al Se�or no se interrumpi� cuando ascendi� al trono. Permiti� que el Se�or todav�a ordenara sus pasos, que se deleitaba en el camino de su siervo. �De cu�ntos errores podr�amos salvarnos si nos apoy�ramos menos en nuestro propio entendimiento y confi�ramos en �l con todo nuestro coraz�n! Aquellos que creen as� no necesitan apresurarse.
Esta unci�n en Hebr�n, la segunda en la vida de David, es paralela a la unci�n del Santo recibida por nuestro Se�or en Su ascensi�n. "Habiendo recibido del Padre la promesa del Esp�ritu Santo", dijo Pedro el d�a de Pentecost�s, "ha derramado esto". La casa de Sa�l todav�a estaba decidida a gobernar. Su asiento estaba al otro lado del Jord�n. �No es un tipo de la moda de este mundo, que est� destinado a desaparecer? Entre los que se niegan y los que aceptan la Cruz, con su muerte separadora, no puede haber paz.
La guerra ser� larga y dolorosa, pero el resultado debe terminar en la victoria de la casa de David, de la cual nuestro Se�or es ra�z y descendencia, Apocalipsis 22:16 .
Versículos 12-23
Juego de espadas hasta la muerte
2 Samuel 2:12
Durante siete a�os y medio rein� David sobre la casa de Jud�. Estaba en la flor de la vida, ten�a treinta a�os, y parece haberse entregado a la consolidaci�n de su reino y a las tranquilas santidades del hogar. Mantuvo a lo largo de esos a�os ese esp�ritu de tranquila expectaci�n del que tan a menudo hablan sus salmos. En esto, nos recuerda a nuestro Se�or, quien est� representado sentado al lado de su Padre hasta que sus enemigos se convierten en el estrado de sus pies.
De Hebr�n, la ciudad de la comuni�n, grupos de valientes salieron para luchar con Is-boset, as� como los guerreros de la Cruz, en todas las �pocas, salieron para participar en un conflicto mortal con la incredulidad y el pecado. La muerte de Asahel nos recuerda el martirio de Esteban. �Pero el final a�n no ha llegado! La guerra de la Iglesia no es contra sangre y carne, sino contra los esp�ritus malignos que gobiernan las tinieblas del mundo.
Sus armas, por lo tanto, no son carnales sino espirituales, y particularmente la de "toda oraci�n", Efesios 6:10 .
Versículos 24-32
�Devorar� la espada para siempre?
2 Samuel 2:24
Cuanto m�s devora la espada, m�s amargo es el odio engendrado. Esa ma�ana temprano, cada uno de los veinticuatro j�venes hab�a enterrado su espada en el coraz�n de su antagonista; y, a medida que pasaban las horas, la llama del odio mutuo se hab�a vuelto m�s caliente. No hab�a forma de saber a qu� podr�a conducir. El odio es como el fuego de una pradera en su r�pida propagaci�n y destrucci�n implacable.
Cuando cay� la noche, Abner, alarmado por las perspectivas de una matanza, le pidi� a Joab que detuviera la persecuci�n. De lo contrario, Joab habr�a peleado toda la noche. Sin embargo, apart� a sus hombres, y Abner, a�n temiendo su ira, por una marcha forzada cruz� el Jord�n esa noche.
La referencia de Abner al deseo insaciable de la espada por la vida humana nos recuerda, por la fuerza del contraste, el hambre de Cristo por buscar y salvar lo que est� perdido. Su apetito por ahorrar es una pasi�n que lo consume. Su comida y bebida es ganar almas para la vida eterna que se le ha encomendado impartir.