Mois�s habl� a esta nueva generaci�n de la santa ley de Dios, ya que no la hab�an o�do en el Sina�. En vista del pr�ximo fallecimiento del gran Legislador, fue necesario reeditarlo. El nombre de este libro significa la segunda entrega de la Ley.
El Mar Rojo en Deuteronomio 1:1 , av, debe ser reemplazado por Suph, rv Evidentemente estaba en alg�n lugar en las cercan�as de Pisgah. Nos conviene en un cumplea�os, o en alg�n aniversario parecido, repasar la forma en que el Se�or nuestro Dios nos ha conducido. �l es el Dios de nuestros padres y del pacto.
Ante nosotros est� puesta la tierra de nuestra herencia. Dios nos llama a entrar y poseerlo. �l nos ha �bendecido con todas las bendiciones espirituales� en Cristo�, pero debemos apropiarnos y poseer por fe. Y la fe que reclama depende de la obediencia que se ajusta a la Ley divina, Efesios 1:3 ; 2 Pedro 1:3 .
Hay poco que distinga a Cades-barnea entre las dunas de arena del desierto. Estaba situado en la frontera, donde Cana�n se desvanece en el desierto del sur. Pero es un lugar notable en la carta espiritual, y pocos son los que no han pasado por alguna experiencia notable all�. Fue all� donde Israel pens� m�s en sus enemigos y dificultades que en la diestra del Alt�simo. Cuando miramos las circunstancias fuera de Dios; cuando consideramos nuestras tentaciones y corrupciones innatas demasiado dominantes para ser subyugadas; cuando los gigantes son m�s grandes que el Cristo ascendido, tambi�n nos volvemos del Descanso de Dios a los vagabundeos est�riles de los desperdicios. Dios permite estas dificultades como un contraste de su poder y gracia y para entrenarnos a logros elevados.
No podemos obtener por nuestra impetuosidad e insistencia lo que Dios ofrece solo como un don gratuito a nuestra fe. La Tierra Prometida no se obtiene con la fuerza de la mano, sino con el alma que vive en la voluntad de Dios. Incluso cuando somos rebeldes e incr�dulos, Dios no nos olvida ni nos abandona, Deuteronomio 2:7 .
�l conoce nuestro caminar por el gran desierto que hemos elegido. A lo largo de los cuarenta a�os, �l acompa�a a su pueblo como compa�ero de peregrinaje. Incluso en tales circunstancias, no les falta nada que sea necesario para una vida completa y bendecida.
Edom no iba a ser lastimado, debido a la antigua concesi�n, G�nesis 32:3 . As� sucedi� con Moab. Los dones y el llamado de Dios son sin arrepentimiento. �l recordar� a Sus Abrahams y Su Suerte mucho despu�s de que hayan pasado de esta esfera mortal, y cuidar� de sus hijos y de los hijos de sus hijos. Ver Isa�as 59:21 .
Información bibliográfica Meyer, Frederick Brotherton. "Comentario sobre Deuteronomy 1". "Comentario 'A través de la Biblia' de F.B. Meyer". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/fbm/deuteronomy-1.html. 1914.
Versículos 1-18
Mois�s recuerda el comienzo de Horeb
Deuteronomio 1:1
Mois�s habl� a esta nueva generaci�n de la santa ley de Dios, ya que no la hab�an o�do en el Sina�. En vista del pr�ximo fallecimiento del gran Legislador, fue necesario reeditarlo. El nombre de este libro significa la segunda entrega de la Ley.
El Mar Rojo en Deuteronomio 1:1 , av, debe ser reemplazado por Suph, rv Evidentemente estaba en alg�n lugar en las cercan�as de Pisgah. Nos conviene en un cumplea�os, o en alg�n aniversario parecido, repasar la forma en que el Se�or nuestro Dios nos ha conducido. �l es el Dios de nuestros padres y del pacto.
Ante nosotros est� puesta la tierra de nuestra herencia. Dios nos llama a entrar y poseerlo. �l nos ha �bendecido con todas las bendiciones espirituales� en Cristo�, pero debemos apropiarnos y poseer por fe. Y la fe que reclama depende de la obediencia que se ajusta a la Ley divina, Efesios 1:3 ; 2 Pedro 1:3 .
Versículos 19-40
la pena de la incredulidad
Deuteronomio 1:19
Hay poco que distinga a Cades-barnea entre las dunas de arena del desierto. Estaba situado en la frontera, donde Cana�n se desvanece en el desierto del sur. Pero es un lugar notable en la carta espiritual, y pocos son los que no han pasado por alguna experiencia notable all�. Fue all� donde Israel pens� m�s en sus enemigos y dificultades que en la diestra del Alt�simo. Cuando miramos las circunstancias fuera de Dios; cuando consideramos nuestras tentaciones y corrupciones innatas demasiado dominantes para ser subyugadas; cuando los gigantes son m�s grandes que el Cristo ascendido, tambi�n nos volvemos del Descanso de Dios a los vagabundeos est�riles de los desperdicios. Dios permite estas dificultades como un contraste de su poder y gracia y para entrenarnos a logros elevados.
Versículos 41-46
Viajando y muriendo en el desierto
Deuteronomio 1:41 ; Deuteronomio 2:1
No podemos obtener por nuestra impetuosidad e insistencia lo que Dios ofrece solo como un don gratuito a nuestra fe. La Tierra Prometida no se obtiene con la fuerza de la mano, sino con el alma que vive en la voluntad de Dios. Incluso cuando somos rebeldes e incr�dulos, Dios no nos olvida ni nos abandona, Deuteronomio 2:7 .
�l conoce nuestro caminar por el gran desierto que hemos elegido. A lo largo de los cuarenta a�os, �l acompa�a a su pueblo como compa�ero de peregrinaje. Incluso en tales circunstancias, no les falta nada que sea necesario para una vida completa y bendecida.
Edom no iba a ser lastimado, debido a la antigua concesi�n, G�nesis 32:3 . As� sucedi� con Moab. Los dones y el llamado de Dios son sin arrepentimiento. �l recordar� a Sus Abrahams y Su Suerte mucho despu�s de que hayan pasado de esta esfera mortal, y cuidar� de sus hijos y de los hijos de sus hijos. Ver Isa�as 59:21 .