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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
La Biblia Anotada de Gaebelein Anotaciones de Gaebelein
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre 2 Kings 7". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/2-kings-7.html. 1913-1922.
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre 2 Kings 7". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-20
6. La predicci�n de Eliseo y su cumplimiento
CAP�TULO 7
1. La predicci�n de Eliseo ( 2 Reyes 7:1 )
2. El se�or incr�dulo ( 2 Reyes 7:2 )
3. Los cuatro leprosos y su descubrimiento ( 2 Reyes 7:3 )
4. El d�a de las buenas nuevas ( 2 Reyes 7:9 )
5. La predicci�n cumplida ( 2 Reyes 7:16 )
6. La muerte del se�or incr�dulo ( 2 Reyes 7:19 )
Cuando lleg� lo peor, Samaria muriendo de hambre, el rey abatido, la vida de Eliseo amenazada, entonces la misericordia y la bondad de Dios se revelan una vez m�s. El profeta anuncia las buenas nuevas de salvaci�n y liberaci�n. Todo es t�pico del evangelio de la gracia. El se�or incr�dulo que rechaz� las buenas nuevas y se neg� a creerlas representa a los que rechazan el evangelio. Todo en este cap�tulo es sumamente interesante y sugerente.
La gran victoria fue lograda solo por el Se�or. Sus carros hab�an asustado al campamento sirio y los hab�an hecho huir. El pan y el agua, la plata, el oro y los vestidos, todo fue Su provisi�n para un pueblo hambriento y moribundo, y los cuatro leprosos desesperados, que enfrentaban una muerte segura, fueron los primeros en descubrir la victoria de Dios para ellos y el pueblo. Su gran necesidad los llev� a encontrar la salvaci�n necesaria.
Bien puede todo esto aplicarse a la obra de nuestro Se�or por nosotros y a la provisi�n del evangelio. �l solo realiz� la gran salvaci�n y provey� todo, para que los pecadores moribundos y perdidos (representados por los leprosos) pudieran venir a comer y beber, sin dinero y sin precio. Fue un d�a de buenas noticias. Tal es el d�a de salvaci�n que a�n perdura, el d�a de la gracia. Los leprosos que se hab�an saciado primero y hab�an probado la gran salvaci�n de Dios, no pudieron callar.
A trav�s de ellos, toda la ciudad se entera de la provisi�n hecha. Y la gente sali� para ver cu�n maravillosamente se hab�a cumplido la predicci�n de Eliseo. Todos lo disfrutaron. Pero el se�or incr�dulo pereci�, una advertencia de que el que no cree debe morir en sus pecados. La repetici�n al final de este cap�tulo de las palabras del incr�dulo registradas al comienzo de esta historia, tiene un significado solemne.
Dios es fiel a Su Palabra, la Palabra que promete vida a todos los que creen y que amenaza con el castigo eterno a todos los que no creen. "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; y el que no cree en el Hijo, no ver� la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre �l".
2 Reyes 8:1
7. La hambruna pronosticada y los acontecimientos futuros
CAP�TULO 8
1. La hambruna predicha ( 2 Reyes 8:1 )
2. La tierra de la sunamita restaurada ( 2 Reyes 8:3 )
3. Eliseo con Ben-adad y Hazael ( 2 Reyes 8:7 )
4. Joram Rey de Jud� ( 2 Reyes 8:16 ; 2 Cr�nicas 21:5 )
5. La revuelta de Edom ( 2 Reyes 8:20 ; 2 Cr�nicas 21:8 )
6. La revuelta de Libna ( 2 Reyes 8:22 ; 2 Cr�nicas 21:10 )
7. Muerte de Joram ( 2 Reyes 8:24 ; 2 Cr�nicas 21:19 )
8. Ocoz�as y Joram ( 2 Reyes 8:25 ; 2 Cr�nicas 22 )
El juicio amenazado sobre la casa de Acab se acerca ahora r�pidamente. Eliseo, conociendo los secretos del Se�or, predice la hambruna de siete a�os. �Ciertamente el Se�or DIOS no har� nada, sino que revelar� sus secretos a sus siervos los profetas� ( Am�s 3:7 ). La sunamita, esa mujer piadosa, se presenta aqu� una vez m�s.
Como no se menciona a su marido, es posible que ella fuera viuda. Eliseo le advierte de la pr�xima hambruna, y ella prest� atenci�n a la advertencia y residi� durante siete a�os en la tierra de los filisteos. Despu�s de su regreso, el Rey le devolvi� todo. La introducci�n aqu� de Giezi, el sirviente de Eliseo, ha provocado el fuego de los cr�ticos. �Como es poco probable que el rey conversara mucho tiempo con un leproso, y como a Giezi todav�a se le llama 'el siervo del hombre de Dios', el incidente puede narrarse aqu� fuera de orden� (Expositor's Bible).
Pero no es as�. Est� completamente en orden. A Giezi se le conoc�a como el sirviente de Eliseo y se le menciona por su posici�n anterior para que se eliminen todas las dudas sobre su personalidad. Que el siervo depuesto estaba con el rey ap�stata es de mucho inter�s y tiene sus lecciones.
�Me parece que Giezi se encuentra aqu� en una posici�n dolorosa. Herido por la mano de Dios, porque su coraz�n se aferr� a la tierra, incluso en presencia del poderoso y sufrido testimonio de Jehov�, ahora es un par�sito en la corte del rey, que relata las cosas maravillosas en las que ya no particip�. Este pobre mundo se cansa lo suficiente de s� mismo como para llevarlo a disfrutar un poco de o�r hablar de cualquier cosa que tenga realidad y poder.
Siempre que no llegue a la conciencia, la escuchar�n para divertirse, atribuy�ndose tal vez el m�rito de una mente ampliada y liberal, que no est� esclavizada por aquello que todav�a puede reconocer filos�ficamente en su lugar. Pero esa es una posici�n triste, que hace evidente que antes est�bamos conectados con un testimonio, mientras que ahora solo relatamos sus maravillas en la corte. Sin embargo, Dios se sirve de �l; y no se sigue que no haya verdad en Giezi. Pero levantarse en el mundo y entretener al mundo con las poderosas obras de Dios, es caer muy profundo �(Sinopsis de la Biblia).
Despu�s de esto, Eliseo sali� de la tierra de Israel a Damasco. Guiado por el Se�or, a quien sirvi� con tanta fidelidad, visit� al rey enfermo de Siria. Al referirnos a 1 Reyes 19:15 , encontramos que la comisi�n de ungir a Hazael, rey de Siria, le hab�a sido dada a El�as. No hay ning�n registro del que sepamos que El�as lo hab�a hecho.
Y ahora Eliseo se encuentra con Hazael, quien vino a �l como el mensajero del rey enfermo Ben-adad, trayendo regalos costosos. Y el rey hizo la pregunta: "�Me recuperar� de esta enfermedad?" La respuesta del profeta fue breve. La enfermedad en s� no era fatal, ciertamente se recuperar�a y, sin embargo, el Se�or le hab�a mostrado que el rey seguramente morir�a. Esto significaba que si bien la enfermedad en s� misma no resultar�a en la muerte de Ben-adad, deber�a morir por otros medios.
Entonces el semblante de Eliseo decay� y el hombre de Dios llor�. Entonces Eliseo le dijo a Hazael que llor� por las horribles atrocidades que cometer�a contra los hijos de Israel. El cumplimiento de la predicci�n de Eliseo se encuentra en 2 Reyes 10:32 ; 2Re 12:17; 2 Reyes 13:3 .
El llor�n Eliseo presagia a nuestro Se�or llorando sobre Jerusal�n cuando vio lo que vendr�a sobre la ciudad que tanto amaba. Y Hazael, con una humildad fingida, expres� sorpresa. Pero el profeta revel� los pensamientos m�s �ntimos de su malvado coraz�n al decirle que ser�a rey de Siria; este era su objetivo. Y as� regres� a Ben-adad, trayendo un mensaje mutilado y asesin� al rey inmediatamente despu�s.
El registro de los reyes de Jud� e Israel se da ahora brevemente. Todo est� madurando r�pidamente para el juicio largamente amenazado. Despu�s de la muerte de Josafat, su hijo Joram se convirti� en el �nico gobernante de Jud�. Camin� en los malos caminos de los reyes de Israel y el registro dice la raz�n, "porque la hija de Acab era su esposa". Despu�s de �l vino su hijo Ocoz�as. Nuevamente se menciona a la malvada Atal�a, su madre.
(La lectura marginal "nieta" es correcta. Ella era la hija de Acab y la nieta de Omri.) Su conexi�n con Acab se destaca. Tambi�n hizo lo malo ante los ojos del Se�or e hizo una alianza con el hijo de Acab, Joram (o Joram), que todav�a era rey en Israel. Joram fue herido por los sirios y Ocoz�as, rey de Jud�, lo visit� en Jezreel. �Pobre de m�! la alianza imp�a de Josafat, rey de Jud�, con el malvado asesino Acab, rey de Israel ( 1 Reyes 22 ) hab�a resultado en el matrimonio de su hijo con Atal�a, la malvada hija de un padre malvado. Y Joram, el hijo de Josafat, fue arrastrado por ella y se convirti� en la ruina de su hijo Ocoz�as. �Una cosecha espantosa!