Bible Commentaries
2 Reyes 9

La Biblia Anotada de GaebeleinAnotaciones de Gaebelein

Versículos 1-37

8. La unci�n de Jeh�

CAP�TULO 9: 1-10

1. La comisi�n ( 2 Reyes 9:1 )

2. Jeh� ungido ( 2 Reyes 9:4 )

Ha llegado la hora del juicio para la casa de Acab. El instrumento para ello, mencionado hace mucho tiempo a El�as ( 1 Reyes 19:16 ), aparece ahora en escena. El ej�rcito de Joram, rey de Israel, siti� a Ramot de Galaad y Jeh� era el capit�n de las fuerzas. Joram se estaba recuperando de sus heridas en Jezreel. Entonces Eliseo llam� a uno de los hijos de los profetas.

Le entreg� una caja de aceite y lo envi� a Ramot de Galaad. Deb�a cuidar de Jeh�, hijo de Josafat, hijo de Nimshi, y ungirlo por rey sobre Israel. Entonces no deb�a demorarse, sino huir. Jeh� significa "Jehov� es �l"; Josafat, "Jehov� juzga"; Nimshi, "Jehov� revela". �Nombres significativos!)

El mensajero llev� a cabo la comisi�n y al mismo tiempo declara la obra de juicio a la que Dios lo hab�a llamado. Hab�a de ejecutar juicio sobre la casa de Acab, para vengar la sangre de los profetas y los siervos del Se�or de manos de Jezabel. Toda la casa de Acab perecer�a como Jeroboam ( 1 Reyes 14:10 ) y la de Baasa ( 1 Reyes 16:3 ).

�Y los perros comer�n a Jezabel en la porci�n de Jezreel, y no habr� quien la entierre�. Hab�an pasado m�s de quince a�os desde que Jehov� a trav�s de El�as anunci� el destino de la casa de Acab y el destino de Jezabel. Y ahora hab�a llegado la hora de la ejecuci�n. Dios juzgar� al final, aunque nunca se apresura a ejecutar sus juicios amenazados. Seguramente llegar� el d�a en que el Se�or juzgar� a este mundo, cuando especialmente Jezabel ( Apocalipsis 2:20 ), Babilonia la Grande, la madre de rameras y abominaciones de la tierra, ebria de la sangre de los santos, la iglesia ap�stata romana " , �Recibir� su juicio.

�Y en ella se hall� la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los muertos en la tierra� ( Apocalipsis 17:5 ; Apocalipsis 18:24 ).

III. EL PERIODO DE DECLENSI�N Y APOSTAS�A

1. Jeh�, rey de Israel y sus hechos

CAP�TULO 9: 11-37

1. Jeh� es rey ( 2 Reyes 9:11 )

2. Joram, rey de Israel asesinado ( 2 Reyes 9:14 )

3. Ocoz�as asesinado ( 2 Cr�nicas 22:9 )

4. Jezabel y su fin ( 2 Reyes 9:30 )

Jeh� revel� la unci�n secreta como Rey sobre Israel, y bajo el sonido de las trompetas el ej�rcito lo aclama como Rey. "�Jeh� es el Rey!" �Oh! para ese d�a en que nuestro Se�or Jes�s ser� aclamado como Rey para comenzar Su justo juicio sobre la tierra.

Los monumentos asirios dan testimonio interesante de gran parte de la historia contenida en 2 Reyes. Nuestro espacio proh�be una menci�n m�s completa de esto. El nombre de Jeh� tiene un lugar en el obelisco de m�rmol negro que Layard descubri� en Nimrood. La forma asiria de su nombre es "Yahua". Salmanasar II (860-825 a. C.) erigi� este obelisco e inscribi� en �l los anales de su reinado en 190 l�neas en caracteres cuneiformes. Cinco filas de bajorrelieves ilustran los anales. La segunda fila muestra a los portadores del tributo de Jeh� al rey asirio. El obelisco est� en el Museo Brit�nico.

Comienza de inmediato su terrible trabajo de juicio. �l es solo un instrumento usado por un Dios santo y justo para ejecutar Su venganza. De la verdadera comuni�n con el Se�or no sab�a nada. No se registra nada del temor del Se�or o del ejercicio del alma hacia �l, ni leemos que alguna vez ador� o invoc� el nombre del Se�or. Hab�a celo y obediencia en la ejecuci�n de los juicios del Se�or.

��Pero qu� horrible en su car�cter! �En qu� viaje tan terrible env�a esta espada del Se�or! De Ramot a la vi�a de Nabot, de all� a la subida a Gur, de all� a Jezreel, de all� a la trasquiladora, y de all� a Samaria, �y todo el camino marcado con sangre! justicia para ser derramada! Porque aunque la espada que la arroj� no se preocup� por la justicia, sin embargo, en su acci�n, el Se�or suplicaba a la carne de Acab y a su casa, ya que, poco a poco, tendr� mayor pleito, incluso con toda carne, y el muertos por el Se�or ser�n muchos.

�Y cu�l ser� entonces la rapidez y la extensi�n del juicio divino! �Cu�l ser� el viaje de la espada del Se�or, o el 'bast�n de tierra' en ese d�a, cuando 'como el rel�mpago que viene del oriente y alumbra hasta el occidente, as� ser� tambi�n la venida del Hijo del Hombre? ! '"

El registro mismo de c�mo Joram y Ocoz�as cayeron bajo el juicio ejecutado por Jeh� necesita poco comentario. Joram envi� mensajeros desde Jezreel, que Jeh� detuvo, mientras conduc�a furiosamente. Entonces Joram y su sobrino Ocoz�as, rey de Jud�, fueron al encuentro de Jeh�. Cuando se encontraron, la flecha de Jeh� atraves� el coraz�n de Joram y su cuerpo fue arrojado al campo de Nabot, el jezreelita, "conforme a la palabra del SE�OR". Ocoz�as huy�, pero fue herido "por la subida de Gur". Trat� de llegar a Meguido y all� muri�.

Luego viene Jezabel, la malvada. Muri� como hab�a vivido, con maldad y orgullo. Sab�a que ten�a que morir. Las malas noticias hab�an llegado a Jezreel, donde una vez, en su juventud, fue reina y amante. Se pint� la cara para verse hermosa. �Intent� atraer a Jeh�? Dif�cilmente eso, porque era una anciana y ten�a un nieto de veintid�s a�os ( 2 Reyes 8:26 ).

Fue un desaf�o orgulloso: se enfrentar�a a la muerte como una reina. La mujer miserable y condenada, el muladar de toda vileza (Jezabel significa �muladar�), el instigador de los cr�menes, mir� por la ventana, mientras el carro de Jeh� avanzaba tronando. Luego habl�: ��Es paz? �Zimri! asesino de su amo? Fue una burla audaz. Zimri hab�a asesinado a su amo, pero rein� solo siete d�as ( 1 Reyes 16:9 ).

Ella le recuerda la haza�a de Zimri y el destino de Zimri. Los eunucos la arrojaron por la ventana. La sangre salpic� la pared y los caballos encabritados. El carro de Jeh� se precipit� sobre su cuerpo. No prest� atenci�n a su cuerpo destrozado. Jeh� entr� en el palacio real para festejar y luego dio la orden de enterrar a la mujer maldita. Pero poco qued� de ella. Y Jeh� respondi�: Esta es la palabra de Jehov�, que habl� por medio de su siervo El�as tisbita, diciendo: En la porci�n de Jezreel los perros comer�n la carne de Jezabel. Los juicios de Dios suelen ser lentos, pero seguros.

Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre 2 Kings 9". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/2-kings-9.html. 1913-1922.