1. El derrocamiento de la adoraci�n falsa ( Deuteronomio 12:1 )
2. El verdadero lugar de adoraci�n ( Deuteronomio 12:5 )
3. Con respecto a la comida y la sangre ( Deuteronomio 12:15 )
4. Advertencia contra las abominaciones de la idolatr�a ( Deuteronomio 12:29 )
La ley, y el amor como cumplimiento de esa ley, fue el tema principal de las palabras de Mois�s hasta el final del cap�tulo once. Los cap�tulos que siguen tambi�n contienen exposiciones de los diferentes estatutos, as� como exhortaciones a la obediencia y advertencias en contra de apartarse de Jehov�. �Cu�n importante es que la adoraci�n ocupa un lugar destacado! Una adoraci�n falsa debe ser completamente extirpada, porque alejar�a sus corazones del �nico Jehov�. Todas las im�genes y pilares deb�an ser destruidos. La adoraci�n verdadera siempre est� relacionada con la obediencia y el amor a Jehov�. La adoraci�n falsa es apostas�a.
El �nico lugar se menciona repetidamente, el lugar que Jehov� ha designado para la adoraci�n (vers�culos 5, 11, 14, 18, 21 y 26). �Qu� desobediencia si dejaran ese lugar y se volvieran a otro para adorar! La historia subsiguiente del pueblo antiguo de Dios ense�a los terribles resultados de tal curso. En el Nuevo Testamento tambi�n tenemos mandamientos de adorar. Nuestra adoraci�n es en esp�ritu y en verdad. No est� conectado con un lugar terrenal, un altar terrenal, pero adoramos en el poder del Esp�ritu en el cielo mismo, donde est� nuestro precursor.
Pero la cristiandad tiene un culto falso que simula el culto ritual jud�o. En ese culto tambi�n encontramos im�genes, lugares santos, etc., y eso es a los ojos de Dios una abominaci�n tan grande como el culto cananeo, que Israel encontr� en la tierra prometida.
No volvemos a tocar aqu� el comer carne, la santidad de la sangre, etc. Todo esto lo hemos tenido en Lev�tico al que remitimos al lector. Tampoco entramos en las supuestas contradicciones, que los infieles de hoy en d�a, en el campo de la cristiandad, afirman que existen aqu�. No es m�s que ceguera (a menudo tememos la ceguera voluntaria) lo que puede traer tales cr�ticas y acusaciones contra la Palabra de Dios.
Información bibliográfica Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Deuteronomy 12". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/deuteronomy-12.html. 1913-1922.
Versículos 1-32
8. El lugar de culto
CAPITULO 12
1. El derrocamiento de la adoraci�n falsa ( Deuteronomio 12:1 )
2. El verdadero lugar de adoraci�n ( Deuteronomio 12:5 )
3. Con respecto a la comida y la sangre ( Deuteronomio 12:15 )
4. Advertencia contra las abominaciones de la idolatr�a ( Deuteronomio 12:29 )
La ley, y el amor como cumplimiento de esa ley, fue el tema principal de las palabras de Mois�s hasta el final del cap�tulo once. Los cap�tulos que siguen tambi�n contienen exposiciones de los diferentes estatutos, as� como exhortaciones a la obediencia y advertencias en contra de apartarse de Jehov�. �Cu�n importante es que la adoraci�n ocupa un lugar destacado! Una adoraci�n falsa debe ser completamente extirpada, porque alejar�a sus corazones del �nico Jehov�. Todas las im�genes y pilares deb�an ser destruidos. La adoraci�n verdadera siempre est� relacionada con la obediencia y el amor a Jehov�. La adoraci�n falsa es apostas�a.
El �nico lugar se menciona repetidamente, el lugar que Jehov� ha designado para la adoraci�n (vers�culos 5, 11, 14, 18, 21 y 26). �Qu� desobediencia si dejaran ese lugar y se volvieran a otro para adorar! La historia subsiguiente del pueblo antiguo de Dios ense�a los terribles resultados de tal curso. En el Nuevo Testamento tambi�n tenemos mandamientos de adorar. Nuestra adoraci�n es en esp�ritu y en verdad. No est� conectado con un lugar terrenal, un altar terrenal, pero adoramos en el poder del Esp�ritu en el cielo mismo, donde est� nuestro precursor.
Pero la cristiandad tiene un culto falso que simula el culto ritual jud�o. En ese culto tambi�n encontramos im�genes, lugares santos, etc., y eso es a los ojos de Dios una abominaci�n tan grande como el culto cananeo, que Israel encontr� en la tierra prometida.
No volvemos a tocar aqu� el comer carne, la santidad de la sangre, etc. Todo esto lo hemos tenido en Lev�tico al que remitimos al lector. Tampoco entramos en las supuestas contradicciones, que los infieles de hoy en d�a, en el campo de la cristiandad, afirman que existen aqu�. No es m�s que ceguera (a menudo tememos la ceguera voluntaria) lo que puede traer tales cr�ticas y acusaciones contra la Palabra de Dios.