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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
La Biblia Anotada de Gaebelein Anotaciones de Gaebelein
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Job 31". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/job-31.html. 1913-1922.
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Job 31". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-40
Cap�tulo 31
1. Mi castidad y justicia ( Job 31:1 )
2. Mi filantrop�a ( Job 31:13 )
3. Mi integridad y hospitalidad ( Job 31:24 )
4. Que Dios y el hombre me refuten ( Job 31:35 )
Job 31:1 . Su �ltima palabra es la �ltima palabra en su justificaci�n de justicia propia. Le da a Elifaz la mentira. Hace un repaso de su vida para demostrar que es limpio a los ojos de Dios y de los hombres. Incluso si despu�s de este arrebato sus amigos quisieran responderle, no podr�an haberlo hecho. Los silenci� para siempre.
Pero, �cu�les son sus declaraciones despu�s de todo? Nada m�s que los harapos sucios de su propia justicia, las vanas jactancias de un hombre bueno y moral, como o�mos por todos lados. Demuestra que en su car�cter era moralmente puro. Hab�a evitado los graves pecados de la carne. Incluso se hab�a abstenido de una mirada que pudiera avivar su pasi�n. Sab�a que Dios lo miraba y, por lo tanto, evit� el pecado de adulterio; no pec� contra la esposa del vecino.
Si alguna vez hab�a hecho eso, que se violara la santidad de su hogar y de su propia esposa. Luego enumera su gran filantrop�a. Ten�a respeto por la viuda; comparti� su pan con los hu�rfanos; a los que estaban desnudos los hab�a vestido.
Job 31:24 . No era un adorador del oro, un hombre codicioso, ni hab�a adorado como otros a su alrededor, el sol y la luna, o lo que hac�an los adoradores del sol, besando la mano y lanz�ndola hacia el sol. Era un hombre hospitalario y de buen coraz�n; ni cubri� sus transgresiones como lo hizo Ad�n, ni escondi� su iniquidad en su seno. El suyo fue un caminar en integridad.
Job 31:35 . "He aqu� mi firma, que el Todopoderoso conteste". Firmo con mi nombre todo lo que he dicho; Lo juro. Que mi enemigo tambi�n presente sus acusaciones y las firme tambi�n. Desaf�a a Dios y al hombre. E incluso a la tierra apela que todas sus transacciones fueron justas. Se acaban las palabras de Job. Uno tiene ganas de decir: "�Gracias a Dios!"
Su �ltima palabra se puede condensar en una frase: "Estoy limpio". La pr�xima vez que habla y abre los labios, dice: "He aqu�, soy vil". C�mo lleg� a esto, el resto del libro nos lo ense�ar�.
IV. EL TESTIMONIO DE ELIHU
Si el libro de Job se terminara ahora, la �ltima palabra ser�a la de Job. Adem�s, el enigma del sufrimiento permanecer�a sin explicaci�n y el car�cter de Dios ser�a acusado. Elifaz, Bildad y Zofar dejaron de responder a Job porque �l era justo a sus propios ojos. Pero de repente aparece otro en escena. No se dice c�mo lleg� all�; sin embargo, debe haber escuchado la controversia, porque eval�a toda la situaci�n y resume todo el asunto en unas pocas declaraciones concisas.
Los cr�ticos y la mayor�a de los expositores han hablado con bastante desprecio de Eli�. Hace algunos a�os escuchamos a un prominente maestro de la Biblia hablar de �l como "un joven te�logo que acaba de ser ordenado y que piensa que tiene mucho conocimiento". Otros lo llaman �un joven fil�sofo engre�do� y que sus balbuceos deben ser tratados con silencioso desprecio. Tales declaraciones solo prueban que los hombres que las hacen no han profundizado en el significado de este libro y que carecen de discernimiento espiritual.
Precisamente uno as�, enviado por Dios, es necesario para ejercer una funci�n mediadora y preparar el camino para que el Se�or mismo entre en escena. Generalmente se se�ala que Dios lo reprende en las palabras de Job 38:2 . Pero Dios le habla a Job, quien se lo aplica a s� mismo. La vindicaci�n de Eli� de tal cr�tica al hombre se encuentra en el �ltimo cap�tulo.