Bible Commentaries
Job 38

La Biblia Anotada de GaebeleinAnotaciones de Gaebelein

Versículos 1-41

V. EL TESTIMONIO DEL SE�OR SOBRE EL TRABAJO Y LA CONTROVERSIA CON �L

CAP�TULO 38: 1-38

1. El Se�or le habla a Job ( Job 38:1 )

2. Las preguntas del Se�or ( Job 38:4 )

Job 38:1 . La voz del hombre se calla; la voz del Se�or comienza a hablar. El Todopoderoso, el Creador, el Se�or de todo entra ahora en escena. �l tambi�n, como Eli�, hab�a escuchado en silencio; Escuch� la queja y los lamentos de Job y los balbuceos de sus amigos. La maravillosa expresi�n de Eli�, inspirada por el Se�or, termin�. La tormenta est� encendida, sin duda una tormenta literal, las nubes oscuras se juntan ...

Luego, desde el norte, llega una luz dorada.

Dios aparece en maravillosa majestad ( Job 37:22 ).

La luz dorada de la propia presencia y gloria de Dios eclipsa la escena. Desde el torbellino se oye su propia voz. Es esa voz que David en el �Salmo de la tormenta� ( Salmo 29:1 ) describe tan maravillosamente. La voz que est� sobre las aguas, llena de majestad, la voz que quebranta los cedros; la voz que divide las llamas del fuego.

Cuando David exalt� as� la voz del Se�or, muestra las demandas de esa voz. �Dad a Jehov�, oh valientes, dad a Jehov� gloria y poder. Dad al SE�OR la ??gloria debida a su nombre; adora al Se�or en la hermosura de la santidad �. Y esa voz, aunque terrible en majestad, traer� paz. "El SE�OR bendecir� a su pueblo con paz". �Qu� escena debi� haber sido all� en la tierra de Uz, cuando la voz del SE�OR habl� desde el torbellino! Podemos imaginar lo bueno que Eli� se hizo a un lado y se cubri� el rostro.

Y Elifaz, Bildad y Zofar, aterrorizados, cayeron sobre sus rostros en el polvo, mientras Job silencioso, asombrado, no se atreve a mirar hacia arriba. Y lo que habla es con el �nico gran prop�sito de humillar a Job, de llevarlo al polvo.

La �ltima declaraci�n de Job fue esta: ��Oh, si el Todopoderoso me respondiera!� (31:35). �l le responde ahora. "�Qui�n es este que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?" Qu� error han cometido los expositores al hablar de las palabras amables y verdaderas de Eli�, como �un juicio severo� y que Dios lo reprende en este vers�culo. No; Dios no reprende a Eli� que hab�a exaltado Su Nombre y Sus obras. �l reprende a Job. Hab�a oscurecido el consejo por la multitud de palabras sin sentido. Dios responde a Job. Le va a hacer preguntas.

Job 38:4 . Si examin�ramos minuciosamente estas cuestiones, que la br�jula de nuestro trabajo no permite, tendr�amos que escribir muchas p�ginas. Hay 40 preguntas que el Se�or le hace a Job, su criatura, acerca de sus propias obras en la creaci�n. Se relacionan con la tierra y sus fundamentos sobre los que descansa todo. los l�mites del mar

Cuando decret� para ella mi l�mite

Y puso sus rejas y puertas y le dijo:

Hasta aqu�, no m�s lejos, oc�ano, vendr�s:

Y aqu� se detendr�n tus orgullosas olas.

Pregunta por la luz de la ma�ana y las profundidades desconocidas, las profundidades inexploradas del mar, con sus secretos ocultos, y las puertas de la muerte. Pregunta sobre los elementos, los tesoros de la nieve, el dep�sito de granizo, la lluvia, los vientos y el hielo ...

�De qui�n es el �tero de donde sale el hielo?

Y la escarcha del cielo, �qui�n la dio a luz?

Como convertidas en piedra, las aguas se esconden;

La superficie de lo profundo, congelada, se cohesiona.

�Y qu� hay de las cosas de arriba, las estrellas y sus maravillosas constelaciones?

�Puedes unir firmemente el racimo de las Pl�yades?

�O puedes desatar las ataduras del gran Ori�n?

�Puedes dirigir los signos mensuales del Zod�aco?

�O puedes guiar a Arturo y sus hijos?

Y luego las nubes de lluvia, los rel�mpagos y su control. Qu� preguntas son estas. Cubren todos los departamentos de lo que el hombre llama �ciencias naturales�: geolog�a, meteorolog�a, geograf�a, oceanograf�a, astronom�a, etc. Job no ten�a una sola respuesta a estas preguntas y si hubiera dicho sus palabras, habr�a sido una locura. Y nosotros, 3000 a�os o m�s despu�s, con todo nuestro progreso jactancioso, descubrimientos cient�ficos de las grandes leyes de la naturaleza, todav�a somos incapaces de responder estas preguntas de manera satisfactoria.

Todas las jactancias de la ciencia de llegar a los secretos de la creaci�n no son m�s que espuma. Un soplo de las especulaciones del Todopoderoso y del hombre, aparte de �l y Su Palabra, se esparcen por los vientos. Pero, �cu�l es el prop�sito del Se�or al plantear estas preguntas? Mostrar que Dios es m�s grande que el hombre y humillar al hombre, llevar a Job al verdadero conocimiento necesario de s� mismo y librarlo del orgullo de su coraz�n.

Cap�tulo S 38: 39&mdash39: 30

1. Las bestias de presa ( Job 38:39 )

2. Las cabras monteses, el asno, el unicornio y el avestruz ( Job 39:1 )

3. El caballo, el halc�n y el �guila ( Job 39:19 )

Job 38:39 . La propia sabidur�a y el poder de Dios en la naturaleza, como �l mismo lo atestigua, es seguido por Su testimonio en cuanto al sustento de Sus criaturas, cu�n misericordiosamente �l provee para sus necesidades. Esta secci�n comienza con la consulta "�Lo conoces?" �Podr�a cazar la presa del le�n o saciar el voraz apetito de sus cr�as? Dios considera a las cr�as como un ave tan inmunda como el cuervo tiene su alimento provisto por Dios.

Es maravilloso leer que los cuervos j�venes, en su impotencia, claman a Dios. Las bestias reconocen al Creador por sus instintos y buscan comida en �l, aunque no sea el dulce canto de una alondra, sino s�lo el croar de un cuervo. C�mo nos recuerda el testimonio del mismo Creador que habla aqu�, cuando estaba vestido en forma de criatura. �Considere los cuervos; porque no siembran ni cosechan; que no tienen almac�n ni granero; y Dios los alimenta.

�Cu�nto m�s vosotros sois mejores que las aves? �( Lucas 12:24 ). Y lo sorprendente es que comienza llamando la atenci�n de Job sobre las bestias salvajes primero, aunque ahora son enemigas del hombre a trav�s del pecado del hombre. Dios, en su infinita sabidur�a y benevolencia, se preocupa por ellos.

Job 39:1 . Entonces, �qu� pasa con las cabras de la roca y sus cr�as? Su ojo omnisciente los contempl� en las rocas del desierto y cuid� de sus cr�as. �No podr�a, entonces, observar los pasos de su criatura superior, incluso de su descendencia, el hombre? Luego el asno salvaje, tambi�n un animal del desierto. No puede ser domesticado. Dios lo hizo as�.

El unicornio (los uros) con su fuerza tambi�n es conocido por Dios. Tiene el poder de convertirlo en un esclavo voluntario; el hombre no puede hacerlo. Y el pavo real con sus hermosas alas y el avestruz, que deja sus huevos en la tierra y los calienta en el polvo. �Qui�n cuida estos huevos escondidos, que el pie puede aplastar y los animales salvajes romper? Ser�a divertido, si no fuera tan triste, cuando los cr�ticos declaren que el autor de �el poema� se equivoc� al hablar de los huevos de avestruz. Pero no es un "autor" quien habla, sino el Creador mismo y �l sabe m�s acerca de Sus criaturas que todos los "cient�ficos" del mundo.

Job 39:19 . A continuaci�n la descripci�n del noble caballo. �Job le dio al caballo de guerra su fuerza o visti� el cuello con la crin crujiente, o lo hizo saltar como la langosta? La imagen del caballo de guerra en batalla tambi�n es sublime. Dios le muestra a Job un destello de sus obras y la sabidur�a que las ha creado, as� como su cuidado en guardarlas. Tal Dios es Aquel a quien Job ha difamado.

El halc�n tambi�n puede darle una lecci�n. �Es por las instrucciones de Job que el halc�n vuela alto en el aire, y es por su orden que el �guila monta y construye su nido en las alturas vertiginosas, desde donde ve a su presa? Job no pudo dar ninguna respuesta. Su silencio es asentimiento. Dios es grande e inescrutable y Job es el gusano rebelde del polvo.

Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Job 38". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/job-38.html. 1913-1922.