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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
La Biblia Anotada de Gaebelein Anotaciones de Gaebelein
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Lamentations 5". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/lamentations-5.html. 1913-1922.
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Lamentations 5". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-22
CAP�TULO 5 La oraci�n de esperanza
Las lamentaciones terminan con una oraci�n: �Acu�rdate, oh SE�OR, de lo que nos ha sucedido; considera y contempla nuestro oprobio �. Es la oraci�n de confesi�n y de esperanza, que llega al coraz�n del Dios de Israel. El profeta, en nombre de la naci�n, derrama su confesi�n: �La corona ha ca�do de nuestra cabeza; �Ay de nosotros por haber pecado! �. Y esperanza hay en el Se�or que permanece, cuyo trono es de generaci�n en generaci�n.
La oraci�n: �Vu�lvenos a ti, oh SE�OR, y seremos convertidos; renueva nuestros d�as como anta�o �. ( Lamentaciones 5:21 ) alg�n d�a ser� felizmente contestada. El Salmo Octog�simo contiene la misma oraci�n varias veces, y all� se menciona quien salvar� a su pueblo Israel de sus pecados. �Sea tu mano sobre el var�n de tu diestra, sobre el Hijo del Hombre, a quien para ti fortaleciste. As� que, �no volveremos de ti? vivif�canos e invocaremos tu Nombre. Haznos volver, oh SE�OR, Dios de los ej�rcitos, haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos �.
�El profeta presenta ahora en este cap�tulo toda la aflicci�n del pueblo a Dios, como objeto de compasi�n y misericordia. Este es un paso adelante en el camino de estos profundos ejercicios del coraz�n. Est� en paz con Dios; est� en su presencia; ya no es un coraz�n que lucha con la miseria interior. Todo se confiesa delante de Jehov�, quien es fiel a su pueblo, para que pueda invocar a Dios para que considere la aflicci�n a fin de que pueda recordar a su pueblo que sufre seg�n la grandeza de su compasi�n.
Porque Jehov� no cambia ( Lamentaciones 5:19 ). El sentido de la aflicci�n permanece en su totalidad, pero Dios es tra�do, y habiendo sido recordado y juzgado ante �l, todo lo que hab�a sucedido siendo aclarado en el coraz�n, Jerem�as puede descansar en las relaciones apropiadas y eternas entre Dios y Su amado. gente; y, encerr�ndose en sus relaciones directas con su Dios, se vale de su bondad, como estando en esas relaciones, para encontrar en la aflicci�n del pueblo amado una oportunidad para llamar su atenci�n sobre ellos.
�sta es la verdadera posici�n de la fe, la que alcanza como resultado de sus ejercicios ante Dios al ver la aflicci�n de su pueblo (una aflicci�n tanto m�s profunda por ser causada por el pecado).
�Este libro de Lamentaciones es notable porque vemos en �l la expresi�n de los pensamientos del Esp�ritu de Dios, es decir, los producidos en personas bajo Su influencia, los vasos de Su testimonio, cuando Dios se vio obligado a dejar a un lado lo que �l hab�a establecido en el mundo como suyo. No hay nada parecido en todo el c�rculo de las revelaciones y de los afectos de Dios. �l mismo dice: �C�mo podr�a tratarlos como a Adma y Zeboim? Cristo lo atraves� en toda su extensi�n.
Pero lo atraves� en Su propia perfecci�n con Dios. Actu� as� con respecto a Jerusal�n y llor� por ella. Pero aqu� se encuentra que el hombre ha perdido la esperanza de que Dios interponga en nombre de su pueblo Dios no abandonar�a a un hombre que era uno de este pueblo, que los amaba, que entend�a que Dios los amaba, que eran el objeto de su afecto. El era uno de ellos. �C�mo pod�a soportar la idea de que Dios los hab�a desechado? Sin duda, Dios los restablecer�a.
Pero en el lugar donde Dios los hab�a puesto, toda esperanza se perdi� para siempre. En la propia presencia del Se�or, nunca se pierde. Es en vista de esto que todos estos ejercicios del coraz�n se llevan a cabo, hasta que el coraz�n pueda entrar plenamente en la mente y los afectos de Dios mismo, de hecho, esto es siempre cierto.
�El Esp�ritu nos da aqu� una imagen de todos estos ejercicios. �Qu� gracia! Ver al Esp�ritu de Dios entrar en todos estos detalles, no solo de los caminos de Dios, sino tambi�n de lo que pasa por un coraz�n en el que el juicio de Dios se siente por gracia, hasta que todo se arregle en la presencia de Dios. �l mismo. La inspiraci�n nos da no solo los pensamientos perfectos de Dios, y Cristo la perfecci�n del hombre ante Dios, sino tambi�n todos los ejercicios producidos en nuestros pobres corazones, cuando el Esp�ritu perfecto act�a en ellos, en cuanto estos pensamientos, todos mezclados como est�n. , se refieren principalmente a Dios, o son producidos por �l.
�As� que realmente se preocupa por nosotros! �l escucha nuestros suspiros, aunque con ellos se mezclan muchas imperfecciones y de lo que pertenece a nuestro propio coraz�n. Es esto lo que vemos en el libro de Lamentaciones, en los Salmos y en otros lugares, y abundantemente, aunque de otra manera, en el Nuevo Testamento �(Sinopsis de la Biblia).