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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
La Biblia Anotada de Gaebelein Anotaciones de Gaebelein
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Zechariah 8". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gab/zechariah-8.html. 1913-1922.
Gaebelein, Arno Clemens. "Comentario sobre Zechariah 8". "La Biblia Anotada de Gaebelein". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-23
CAP�TULO 8
1. La restauraci�n anunciada ( Zacar�as 8:1 )
2. La paz de Jerusal�n ( Zacar�as 8:4 )
3. El regreso a la tierra ( Zacar�as 8:6 )
4. La bendici�n de la tierra y el pueblo ( Zacar�as 8:9 )
Zacar�as 8:1 . Se da ahora la respuesta a la pregunta, y es una respuesta que ninguno de los peticionarios esperaba. La respuesta est� estrechamente relacionada con la tercera visi�n nocturna en el cap�tulo 2, porque aqu� hay una profec�a ampliada sobre la restauraci�n de Jerusal�n. Jehov� estaba celoso de Jerusal�n. La ira cay� sobre los gentiles y derram� su furor sobre ellos (que por supuesto es futuro).
Cuando eso ha sucedido, regresa a Sion y establece Su morada en medio de Su pueblo. Entonces Jerusal�n ya no ser� pisoteada por los gentiles. Su nombre es un nuevo nombre, "la Ciudad de la Verdad". �Qu� diferente de los otros nombres que llevaba en su humillaci�n! La llamaron inmunda Lamentaciones 1:8 ; Lamentaciones 1:17 ; una ramera y un asesino Isa�as 1:21 ; Sodoma y Egipto Apocalipsis 11:1 .
Zacar�as 8:4 . La miseria de Jerusal�n fue grande mientras estaba bajo juicio. Todo cambiar� "en ese d�a". La ciudad tendr� paz y prosperidad y estar� mayoritariamente habitada. Por lo tanto, no habr� m�s necesidad de llorar por su pasado y su desolaci�n, porque ha llegado una gloria mayor.
Zacar�as 8:6 . Todos regresan a la tierra. En el segundo cap�tulo se mencion� el pa�s del norte (Rusia); y su regreso anunciado. Aqu� se nombran el este y el oeste, el lejano oriente, India, China, Jap�n; y Occidente, los pa�ses europeos y Am�rica.
Zacar�as 8:9 . �Qu� contraste con los d�as anteriores de juicio, dispersi�n y miseria! Porque antes de estos d�as no hab�a salario para el hombre, ni salario para las bestias ... Se cosechaba poco fruto de la tierra; no hab�a nada para el hombre ni para las bestias ... Tampoco hubo paz para el que sal�a o entraba a causa de la aflicci�n.
... No hubo descanso, ni paz, sino incertidumbre y aflicci�n. Los que salieron de la tierra no tuvieron paz, y los que entraron en la tierra no encontraron paz. La maldici�n dec�a: No hay descanso para la planta de sus pies, y cu�n literalmente se ha cumplido. Nuevamente la gente busca un lugar de descanso en la tierra sin su Dios y su Salvador, todo en la confianza de la carne. Tendr�n �xito en sus planes de restauraci�n solo para encontrarse finalmente en mayores dificultades y enfrentando peores aflicciones que nunca.
Entonces cada uno estar� en contra de su vecino ( Zacar�as 8:10 ). El dinero gastado por millones en la construcci�n de canales para riego, la plantaci�n de �rboles y enredaderas, la construcci�n de ferrocarriles, etc. (justo lo que el sionismo moderno propone y se ha comprometido a hacer), puede lograr transformar la tierra en algunos lugares en un jard�n fruct�fero, pero el el tiempo de angustia de Jacob barrer� todo eso. El Se�or tendr� misericordia de la tierra misma en el d�a de Su manifestaci�n. Habr� un tiempo de paz, la vid dar� su fruto, la tierra su fruto, los cielos su roc�o.
Entonces, la maldici�n se convertir� en una bendici�n y el remanente ser� un pueblo santo. Los d�as de ayuno se convierten en d�as de fiesta; se olvidan las calamidades nacionales del pasado, y en lugar del llanto hay alabanza y adoraci�n. Los c�nticos de alabanza con los que se cierra el libro de los Salmos, sin duda, ser�n cantados por la naci�n restaurada. Este gran cap�tulo de la restauraci�n se cierra con una visi�n de la conversi�n del mundo entero ( Zacar�as 8:20 ).
Las naciones buscan al Se�or de los ej�rcitos en Jerusal�n para orar delante de �l. Entonces el jud�o ya no ser� un deshonrado entre los gentiles, sino que ser�n los mensajeros del Rey entre las naciones; y con gusto tomar�n el borde del jud�o para llevarlo a Jerusal�n.