Habiendo sido as� entregado, David regres� a Siclag. En su ausencia lo hab�an saqueado los amalecitas. Inmediatamente, el verdadero esp�ritu de hero�smo patri�tico se agit� dentro de �l, y se movi� con r�pida determinaci�n para vengar el mal.
Tuvo un �xito absoluto, infligiendo castigos a sus enemigos y rescatando de ellos a todos los que eran suyos.
Es a partir de esta historia que la historia avanza hacia el pr�ximo Libro. Despu�s de haber recogido el bot�n de sus enemigos, David envi� presentes a todos los ancianos de Jud�, y con este acto sin duda prepar� el camino para establecerse entre ellos.
No tenemos ninguna garant�a para pensar que esto fue simplemente un acto de pol�tica por parte de David para obtener el trono. Ser�a mucho m�s cercano a la verdad decir que al reconocer su posici�n como el ungido de Dios, estaba ardiendo en su determinaci�n de librar a su pueblo de sus enemigos y de aumentar su ej�rcito al obtener la simpat�a de los l�deres de la tribu.
Información bibliográfica Morgan, G. Campbell. "Comentario sobre 1 Samuel 30". "Exposición de Morgan sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gcm/1-samuel-30.html. 1857-84.
Versículos 1-31
Habiendo sido as� entregado, David regres� a Siclag. En su ausencia lo hab�an saqueado los amalecitas. Inmediatamente, el verdadero esp�ritu de hero�smo patri�tico se agit� dentro de �l, y se movi� con r�pida determinaci�n para vengar el mal.
Tuvo un �xito absoluto, infligiendo castigos a sus enemigos y rescatando de ellos a todos los que eran suyos.
Es a partir de esta historia que la historia avanza hacia el pr�ximo Libro. Despu�s de haber recogido el bot�n de sus enemigos, David envi� presentes a todos los ancianos de Jud�, y con este acto sin duda prepar� el camino para establecerse entre ellos.
No tenemos ninguna garant�a para pensar que esto fue simplemente un acto de pol�tica por parte de David para obtener el trono. Ser�a mucho m�s cercano a la verdad decir que al reconocer su posici�n como el ungido de Dios, estaba ardiendo en su determinaci�n de librar a su pueblo de sus enemigos y de aumentar su ej�rcito al obtener la simpat�a de los l�deres de la tribu.