Bible Commentaries
2 Crónicas 10

Versículos 1-19

El despotismo rara vez es transmisible. Que Salom�n hab�a sido un aut�crata y hab�a gobernado con mano de hierro bajo el terciopelo se evidencia en las palabras de los hombres de Israel: "Tu padre ha agravado nuestro yugo". Si esta es una sugerencia sorprendente, la historia da testimonio de la probabilidad de que sea correcta. Algunos de los peores tiranos del mundo le hab�an robado a la gente sus derechos y los hab�an mantenido pasivos ante la droga mortal de las magn�ficas demostraciones. Lo mismo hizo Lorenzo de Medici en Florencia; tambi�n lo hizo nuestro propio Carlos I.

Con la muerte de Salom�n, los hombres respiraron de nuevo y descubrieron sus cadenas. Esta fue la ocasi�n para una apuesta por la libertad. Jeroboam regres� de Egipto para ser portavoz de la paz. Roboam mostr� su locura al seguir el consejo de los j�venes exaltados de su corte. Intent� continuar el despotismo de su padre, aunque carec�a del refinamiento y la capacidad de fascinaci�n de su padre. El resultado fue inmediato. Las diez tribus se rebelaron. La naci�n estaba dividida en dos y, a juzgar por c�lculos puramente humanos, Jud� estaba al borde de una guerra que habr�a terminado en su derrota.