Bible Commentaries
2 Crónicas 6

Exposición de Morgan sobre toda la BibliaExposición de Morgan

Versículos 1-42

En presencia de la manifestaci�n de gloria, el rey pronunci� una bendici�n sobre el pueblo que se fundi� en, o tom� la forma de, una bendici�n ofrecida a Dios, mientras relataba el camino de la gu�a divina, atribuy�ndole todo el honor solo a �l.

Despu�s de la alabanza vino la oraci�n. Este es siempre el verdadero orden en la adoraci�n. Con demasiada frecuencia lo invertimos o, lo que es peor, olvidamos por completo los elogios en nuestro deseo de obtener regalos. La oraci�n precedida de alabanza no es menos poderosa, pero lo es m�s. En las palabras de estas maravillosas peticiones, Salom�n se revela en la real realeza de su naturaleza mucho m�s que en todo el esplendor material con el que se rodeaba, y que en ese momento detuvo su alabanza y paraliz� su oraci�n.

El verdadero rey viv�a para y en su pueblo, y la amplitud del pensamiento y el deseo de Salom�n por aquellos sobre quienes reinaba se muestra gr�ficamente. Estaba consciente de la necesidad fundamental de la presencia y el gobierno continuos de Dios. Pensaba en su propio pueblo en sus ejercicios regulares de adoraci�n y en sus momentos especiales de necesidad, a trav�s del pecado, en la batalla, en la sequ�a, en el hambre. La amplitud del coraz�n real inclu�a a los extranjeros que habitar�an en el territorio de los elegidos; y, finalmente, or� tiernamente por la naci�n en los d�as en que, debido a su insensatez y pecado, ser�a llevada al cautiverio. La oraci�n es grandiosa por su amplitud y comprensi�n del coraz�n de Dios.

Información bibliográfica
Morgan, G. Campbell. "Comentario sobre 2 Chronicles 6". "Exposición de Morgan sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gcm/2-chronicles-6.html. 1857-84.