Bible Commentaries
Ezequiel 36

Versículos 1-38

En contraste con el monte Seir, el profeta coloc� los montes de Israel, mientras les comunicaba la palabra del Se�or. Hab�an sido el desprecio de sus enemigos, que los hab�an desolado y se los hab�an tragado. Por tanto, Jehov� proceder�a contra estos enemigos y librar�a a Israel de su opresi�n. Como resultado de tal liberaci�n, toda la tierra, sus monta�as y sus colinas, sus cursos de agua y sus valles ser�an abundantemente fruct�feros. Se multiplicar�an los hombres, se habitar�an las ciudades y se construir�an los lugares desolados.

En medio de esta promesa de liberaci�n viene una gran revelaci�n del secreto de todo: "He aqu�, yo soy para ti". Luego se le encarg� al profeta que explicara esta predicci�n de la restauraci�n final afirmando primero que su propio pecado caus� su sufrimiento.

Luego, de nuevo y con mayor claridad, declar� el motivo de su restauraci�n. Jehov� tuvo piedad de Su santo nombre, y tanto por la reprobaci�n como por la restauraci�n avanz� hacia la santificaci�n de Su nombre entre las naciones.

El profeta luego declar� el m�todo de su restauraci�n. Reunidos por Dios de todos los pa�ses, las personas ser�an limpiadas interior y espiritualmente, y ser�an capacitadas para hacer lo correcto al ser llevadas a una nueva comuni�n con el Esp�ritu de Dios.

Los resultados de la restauraci�n ser�an su arrepentimiento y el regreso de toda esa prosperidad que por el pecado hab�an perdido y, en consecuencia, una renovaci�n de su testimonio a las naciones alrededor de la verdad acerca de Jehov�.