Bible Commentaries
Job 42

Exposición de Morgan sobre toda la BibliaExposición de Morgan

Versículos 1-17

La respuesta de Job est� llena de la majestuosidad de una gran sumisi�n. Al pronunciar las palabras de rendici�n, parece m�s poderoso en su sumisi�n que todas las cosas a cuya presencia ha sido llevado. En su confesi�n de la suficiencia de Dios, de la locura de su propio discurso pasado, de su presente arrepentimiento a la luz de la gloria de Dios, se revela una gloria de Dios que no se manifiesta en ninguna otra parte del universo descrita.

Esta rendici�n es la victoria de la reivindicaci�n de Dios. No ha habido explicaci�n del dolor, pero el dolor se olvida, y todas las circunstancias del juicio contra las cuales el esp�ritu del hombre se ha rebelado est�n fuera de la vista. Se ha encontrado a s� mismo en relaci�n con Dios. Lo que Elifaz le pidi� que hiciera, pero no pudo ense�arle c�mo, ahora lo ha hecho. Conocedor de Dios, su tesoro est� depositado en el polvo, y ha descubierto que Jehov� es toda su riqueza.

Con la victoria obtenida en el alma de Job, Jehov� trata con sus amigos. Su ira se enciende contra ellos y, sin embargo, se mezcla con misericordia. Su intenci�n era correcta, pero sus palabras estaban equivocadas. En su intento de explicar a Dios, no hab�an dicho de �l "lo que era correcto". A pesar de todas sus murmuraciones, es m�s, en la misma afirmaci�n de su incapacidad para comprender, Job hab�a dicho una verdad m�s profunda acerca de Dios que ellos.

La reivindicaci�n de Dios de �l para ellos est� marcada por el hecho de que �l habla de �l como "Mi siervo", el mismo t�rmino que us� al principio. Tambi�n est� marcado en el nombramiento de Su siervo como intercesor en su nombre. Hab�an intentado devolverle Job a Dios mediante la filosof�a. Ahora ser� el medio para restaurarlos mediante la oraci�n. Como al principio hab�a cosas que decir a su favor, as� al final. Su sinceridad se muestra en el hecho de que se someten, traen sus ofrendas y hacen confesi�n.

Hasta este punto, parecer�a que las circunstancias de Job no hab�an cambiado. Las ataduras de su cautiverio se rompieron en la actividad de oraci�n a favor de otros. Todo lo dem�s se cuenta en breves frases. Job hab�a estado en el fuego, y ahora sali� de �l, y sus �ltimos d�as en la tierra se caracterizaron por una prosperidad a�n mayor que la de los primeros.

Al terminar nuestra consideraci�n de este gran Libro, no intentemos formular una filosof�a que incluya una soluci�n al problema del dolor. Esto al menos lo sabemos, que a trav�s de �l este hombre gan�, y ah� lo dejamos.

Información bibliográfica
Morgan, G. Campbell. "Comentario sobre Job 42". "Exposición de Morgan sobre la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/gcm/job-42.html. 1857-84.