Los ap�stoles en el concilio de Jerusal�n le hab�an encargado a San Pablo que recogiera limosnas de los fieles de otras Iglesias para sus hermanos pobres en Palestina. El ap�stol se cumpli� de su cometido con el mayor celo posible, y desea en este cap�tulo incitar a los corintios a una conducta igualmente generosa con los g�latas: (Calmet) una ordenanza pastoral, esto para limosnas, que deben ser prontas y gratuitas. y proporcional a nuestros medios. Es simplemente preferir las necesidades de los hijos de la Iglesia a otras, particularmente en aquellos lugares donde se ha recibido la luz de la fe, Jerusal�n y Roma.
El [1] primer d�a de la semana, que es domingo, y nuestro s�bado, no el s�bado jud�o, como observa San Juan Cris�stomo, de modo que antes de este tiempo, los ap�stoles hab�an se�alado el primer d�a de la semana para el culto. de Dios. (Witham)
[BIBLIOGRAF�A]
Per unam, que es primam Sabbati, griego: eis mian sabbaton. San Juan Cris�stomo, griego: om. m., toutesti kuriaken, p�g. 530.
Ahora vendr�. San Pablo lleg� a Corinto un a�o despu�s de haber escrito esta ep�stola. Tito, su disc�pulo predilecto, lleg� a Corinto antes que San Pablo, y fue recibido con las mayores muestras de estima: por �l envi� su segunda ep�stola a los corintios. (Calmet)
Se me abre una puerta, grande y evidente; es decir, una buena y justa ocasi�n de trabajar para convertir a muchos, donde hay muchos adversarios. (Witham) &mdash- La obra de Dios se lleva a cabo por el poder de la cruz, y en medio de contradicciones y persecuciones. Si permitimos que esto enfr�e nuestro valor, nos olvidamos de que somos ministros de un maestro crucificado y debemos llevar su librea.
En cuanto a nuestro hermano. San Pablo aqu� se disculp� por enviarles a Timoteo, que era un hombre joven, y no tan famoso por su elocuencia y santidad como Apolo, inform�ndoles que Apolo no quer�a venir, quiz�s debido a las conmociones que estaban en Corinto. a su cuenta. (Estius)
Un cristiano es un soldado, rodeado y atacado por todos lados por enemigos. Es su deber protegerse de las sorpresas. Nunca debe abandonar el puesto de fe, ni la fortaleza de la Iglesia, a menos que desee ser presa f�cil de sus adversarios. Debe luchar con valent�a, y despu�s de cada ataque, reparar cuidadosamente las brechas hechas por el enemigo, para que est� en condiciones de soportar nuevos ataques por la caridad, que es el principio, el alma, la vida y el coraz�n de todos nuestros. acci�n.
Sea anatema, maldito. Maran Atha, [2] que, seg�n San Jer�nimo y San Juan Cris�stomo, significan que el Se�or ya ha venido, por lo que debe tomarse como una advertencia a los que dudaban de la resurrecci�n, y ponerlos en Tenga en cuenta que Cristo, el Juez de vivos y muertos, ya ha venido. Los escritores rab�nicos nos dicen que hay tres maldiciones entre los jud�os llamados por diferentes nombres: que la primera era niddui, que implicaba una expulsi�n de la sinagoga por un tiempo; el segundo era mayor, ya que estaba bastante aislado de la sociedad com�n, llamada Cherem; el tercero, Maran Atha, el Se�or viene, viene o ha venido, que fue seguido por juicios y castigos ejemplares.
As� Mons. Hure, en su Bible Dictionary, Mr. Legh, en su Critica Sacra, y tambi�n Mr. Nary. Pero si esto est� mejor fundamentado que muchas otras historias rab�nicas, que otros juzguen. (Witham)
[BIBLIOGRAF�A]
Maran Atha, griego: maran atha. San Juan Cris�stomo, griego: ti de esti maran atha; o kurios emon elthe, & c. St. Hierom [St. Jer�nimo], Epist. ad Marcellam. Tom�s. ii. pag. 706 y de nominibus Hebraicis. Tom�s. iv. pag. 78.
Feliz, tres veces feliz el pastor, cuya vida, labores, celo y el testimonio de su propia conciencia lo animan a decir con San Pablo, que ama al reba�o de Jesucristo, que solo los ama por Jesucristo, y en Jesucristo, en virtud del Esp�ritu Santo.
Versículo 1
Los ap�stoles en el concilio de Jerusal�n le hab�an encargado a San Pablo que recogiera limosnas de los fieles de otras Iglesias para sus hermanos pobres en Palestina. El ap�stol se cumpli� de su cometido con el mayor celo posible, y desea en este cap�tulo incitar a los corintios a una conducta igualmente generosa con los g�latas: (Calmet) una ordenanza pastoral, esto para limosnas, que deben ser prontas y gratuitas. y proporcional a nuestros medios. Es simplemente preferir las necesidades de los hijos de la Iglesia a otras, particularmente en aquellos lugares donde se ha recibido la luz de la fe, Jerusal�n y Roma.
Versículo 2
El [1] primer d�a de la semana, que es domingo, y nuestro s�bado, no el s�bado jud�o, como observa San Juan Cris�stomo, de modo que antes de este tiempo, los ap�stoles hab�an se�alado el primer d�a de la semana para el culto. de Dios. (Witham)
[BIBLIOGRAF�A]
Per unam, que es primam Sabbati, griego: eis mian sabbaton. San Juan Cris�stomo, griego: om. m., toutesti kuriaken, p�g. 530.
Versículo 5
Ahora vendr�. San Pablo lleg� a Corinto un a�o despu�s de haber escrito esta ep�stola. Tito, su disc�pulo predilecto, lleg� a Corinto antes que San Pablo, y fue recibido con las mayores muestras de estima: por �l envi� su segunda ep�stola a los corintios. (Calmet)
Versículo 9
Se me abre una puerta, grande y evidente; es decir, una buena y justa ocasi�n de trabajar para convertir a muchos, donde hay muchos adversarios. (Witham) &mdash- La obra de Dios se lleva a cabo por el poder de la cruz, y en medio de contradicciones y persecuciones. Si permitimos que esto enfr�e nuestro valor, nos olvidamos de que somos ministros de un maestro crucificado y debemos llevar su librea.
Versículo 12
En cuanto a nuestro hermano. San Pablo aqu� se disculp� por enviarles a Timoteo, que era un hombre joven, y no tan famoso por su elocuencia y santidad como Apolo, inform�ndoles que Apolo no quer�a venir, quiz�s debido a las conmociones que estaban en Corinto. a su cuenta. (Estius)
Versículo 13
Un cristiano es un soldado, rodeado y atacado por todos lados por enemigos. Es su deber protegerse de las sorpresas. Nunca debe abandonar el puesto de fe, ni la fortaleza de la Iglesia, a menos que desee ser presa f�cil de sus adversarios. Debe luchar con valent�a, y despu�s de cada ataque, reparar cuidadosamente las brechas hechas por el enemigo, para que est� en condiciones de soportar nuevos ataques por la caridad, que es el principio, el alma, la vida y el coraz�n de todos nuestros. acci�n.
Versículo 15
Las primicias de Acaya; el primero all� convertido. (Witham)
Versículo 17
Lo que faltaba por tu parte, lo han suplido, inform�ndome y d�ndome un relato completo de todo. (Witham)
Versículo 22
Sea anatema, maldito. Maran Atha, [2] que, seg�n San Jer�nimo y San Juan Cris�stomo, significan que el Se�or ya ha venido, por lo que debe tomarse como una advertencia a los que dudaban de la resurrecci�n, y ponerlos en Tenga en cuenta que Cristo, el Juez de vivos y muertos, ya ha venido. Los escritores rab�nicos nos dicen que hay tres maldiciones entre los jud�os llamados por diferentes nombres: que la primera era niddui, que implicaba una expulsi�n de la sinagoga por un tiempo; el segundo era mayor, ya que estaba bastante aislado de la sociedad com�n, llamada Cherem; el tercero, Maran Atha, el Se�or viene, viene o ha venido, que fue seguido por juicios y castigos ejemplares.
As� Mons. Hure, en su Bible Dictionary, Mr. Legh, en su Critica Sacra, y tambi�n Mr. Nary. Pero si esto est� mejor fundamentado que muchas otras historias rab�nicas, que otros juzguen. (Witham)
[BIBLIOGRAF�A]
Maran Atha, griego: maran atha. San Juan Cris�stomo, griego: ti de esti maran atha; o kurios emon elthe, & c. St. Hierom [St. Jer�nimo], Epist. ad Marcellam. Tom�s. ii. pag. 706 y de nominibus Hebraicis. Tom�s. iv. pag. 78.
Versículo 24
Feliz, tres veces feliz el pastor, cuya vida, labores, celo y el testimonio de su propia conciencia lo animan a decir con San Pablo, que ama al reba�o de Jesucristo, que solo los ama por Jesucristo, y en Jesucristo, en virtud del Esp�ritu Santo.