Bible Commentaries
1 Samuel 8

Comentario Bíblico Católico de HaydockComentario Católico de Haydock

Versículo 1

Viejo. Houbigant traducir�a, "cuando estaba envejeciendo", senesceret, ya que supone que ahora tiene casi sesenta a�os, habiendo juzgado unos veinticinco a�os y viviendo otros veinte como socio de Sa�l. (Prol. Lxii.) V�ase el cap. vii. 15. (Haydock) &mdash Josefo dice que uno de ellos estaba destinado en Betel. (Antig�edades vi. 3.)

Versículo 2

En, o "tan lejos como" Bersabee, de Dan, es decir, en toda Palestina. (Calmet)

Versículo 3

Juicio. Samuel no ten�a la culpa y, por lo tanto, no fue castigado como Heli. (Menochius) &mdash Es sorprendente que la mayor�a de los grandes hombres que se mencionan en la historia, tuvieran hijos degenerados. (Calmet) &mdash- Tales eran algunos de los hijos de David, as� como Cambises, el hijo de Ciro, etc.

(Haydock) &mdash "Tenemos aqu�, dice Josefo, una prueba manifiesta de que los hijos no siempre se parecen a sus padres, pero a veces los buenos hombres surgen de los malvados, y por el contrario, los virtuosos tienen una descendencia malvada".

Versículo 5

Juzguennos, de una manera diferente a lo que se hab�a hecho hasta ahora. (Haydock) &mdash Como todos, & c. Parece que prefieren el dominio de los reyes, que gobernaron sobre las naciones b�rbaras circundantes como cre�an apropiado, (Haydock) antes que uno que deber�a estar atado a observar las leyes, prescritas por Dios, (Menochius) en caso de que los israelitas quisieran hacerlo. tener un rey, Deuteronomio xvii. (Haydock) &mdash- En Oriente, la monarqu�a era la forma de gobierno m�s antigua. (T�cito, Hist. Iv .; Just. I.) "Principio, imperium penes Reges erat."

Versículo 6

Samuel. Nada pod�a ser m�s irrespetuoso para �l, ni m�s ingrato para Dios, que los hab�a distinguido de todas las dem�s naciones, hab�a tomado el gobierno sobre s� mismo y hab�a designado a los jueces como sus lugartenientes. Los necios israelitas deseaban deshacerse de este dulce yugo y ser gobernados de manera arbitraria, como los infieles, como si Dios no pudiera protegerlos de sus enemigos.

&mdash- Se�or. Josefo dice que pas� la noche sin comer ni dormir, y el Se�or se le apareci�. La voluntad o petici�n "del pueblo", llen� de gran malestar a Samuel, quien por su justicia innata, no le gustaba el poder regio, por ser demasiado exorbitante. M�s bien aprobaba una aristocracia, como m�s propicia para el bienestar de la gente. gente." (Antig�edades, vi. 4.) Se refiere a la aristocracia a la que estaban acostumbrados los israelitas, bajo la gu�a de hombres comisionados divinamente, de donde en otros lugares muy propiamente la llama una teocracia, o "el gobierno de Dios". (Haydock)

Versículo 7

El e. "Dios, con ira, concede a una persona lo que desea injustamente". (San Agust�n) &mdash Rechazado, etc. El gobierno de Israel hab�a sido hasta entonces una teocracia: en la que Dios mismo gobern� inmediatamente, por leyes que �l hab�a promulgado y por jueces extraordinariamente levantados por �l mismo: y por eso se queja de que su pueblo lo rechaz�, al desear un cambio de gobierno, (Challoner) y que deseen nombrar sus propios magistrados. Los sacerdotes y jueces hab�an sido comisionados por Dios, �xodo xix. Y Deuteronomio xvii. (Worthington)

Versículo 8

El e. Consuela a Samuel, observando que no fue tanto culpa suya, como el habitual temperamento inconstante de la gente, lo que les hizo buscar este cambio. (Menochius)

Versículo 9

La derecha. Es decir, la manera ( mishpat) despu�s de la cual proceder�, sin que nadie lo controle, cuando tenga el poder en sus manos. (Challoner) &mdash Pero los santos Padres observan, que aqu� hacen lo que es injusto y contrario a la ley de Dios. San Gregorio comenta que Achab es castigado por tomar el vi�edo de Nabot (3 Reyes xxi.

) mientras que David no tomar� un terreno de Ornan, ni siquiera para un altar, sin antes pagar un precio justo por �l, 1 Paralipomenon xxi. 25. Algunos de estos derechos o costumbres est�n prohibidos al rey, Deuteronomio xvii. 16. Es cierto que los reyes gozan de grandes prerrogativas por encima de los jueces, pero nunca contrarias a la ley. No pueden tomar los bienes de sus s�bditos: pero estos �ltimos est�n obligados a contribuir al mantenimiento del gobierno; y, si se niegan, pueden ser obligados.

Si los reyes fueran culpables de excesos, "sin embargo, no deben ser depuestos por el pueblo ... sino que deben ser tolerados con paciencia, paz y mansedumbre, hasta que Dios, por su autoridad soberana, dejado en su Iglesia, disponga de ellos, lo cual su divina sabidur�a y bondad a menudo difiri� hacer, como aqu� expresamente advierte, (ver. 18) porque castigar� los pecados del pueblo al permitir que reine pr�ncipes malignos, "Job xxxiv.

30. (Conc. Posteriormente. C. Iii. De h ?ret. [Cuarto Concilio de Letr�n, constituci�n iii., �Sobre los herejes?]) (Worthington) V�ase Santo Tom�s de Aquino, [Summa Theologiae] 2. 2. q. 12. a. 2. &mdash- Tambi�n podemos comentar aqu�, que el pueblo pidi� un rey, pero Dios tom� la decisi�n; y, cuando se mostr� rebelde, eligi� a otro de la mano de Samuel, aunque permiti� que el primero disfrutara de su dignidad hasta la muerte, cap.

xiii. y xxxi. (Haydock) &mdash- Grocio (Jur. I. 1., y 4.) sostiene que Samuel aqu� propone los derechos justos del rey, y que el pr�ncipe tiene un derecho mayor a la propiedad personal de cualquiera, por el bien p�blico, que �l mismo. En efecto, los reyes orientales consideraban esclavos a sus s�bditos. Pero los que gobernaban a los hebreos deb�an seguir una conducta diferente; y Samuel est� tan lejos de aprobar lo que har�an algunos de ellos, que menciona su tiran�a, para disuadir al pueblo de lo que pidieron tan desconsideradamente.

(Calmet) &mdash- La mala conducta de los gobernantes, es uno de los inconvenientes m�s penosos a los que puede estar expuesta una naci�n. En tales circunstancias, "soporta, dice un historiador pagano, (Haydock) el lujo y la avaricia de los que dominan, como con otros males naturales. Habr� vicios mientras los hombres subsistan, pero estos tampoco continuar�n para siempre, y se compensan con la intervenci�n de mejores cosas u hombres.

" Meliorum interventu pensantur. (T�cito) &mdash- Grocio finalmente parece concluir, (Sup. C. Iv. P. 97) que el derecho del rey aqu� especificado es s�lo aparente, en la medida en que incluye" la obligaci�n de no oponer resistencia. "(Haydock)

Versículo 11

Carros; para ser conductores, (Menochius) o los har� luchar contra ellos. &mdash- Lacayos o guardias. Jenofonte coloca a 4000 armados con escudos delante, y 2000 con lanzas alrededor del carro de Ciro. Ver el cap. xxii. 17.

Versículo 12

Centuriones o guardaespaldas. (Menochius) &mdash- Estos oficios pueden ser honorables, pero al mismo tiempo desagradables, cuando la gente se ve obligada a aceptarlos y a descuidar su empleo agr�cola m�s agradable. La multitud de oficiales aumenta los gastos del pr�ncipe y pesa sobre el pueblo. (Calmet)

Versículo 14

Vi�edos, como hizo Achab, aunque primero propuso comprarlo.

Versículo 15

D�cimo. Dios ya hab�a reclamado un diezmo, que hab�a abandonado a sus ministros sagrados. No leemos que los reyes de los hebreos alguna vez reclamaron (Calmet) un segundo diezmo precisamente, (Haydock) aunque podr�an haberlo hecho a ejemplo de otros reyes, Lev�tico xxvii. 30. Jos� hab�a afirmado la quinta parte de los ingresos de Egipto para sus monarcas, G�nesis xlvii. 26. &mdash- Eunucos. Saris hebreo , denota un oficial de la corte. No era l�cito para los israelitas hacer eunucos, pero pod�an emplear a extranjeros.

Versículo 16

Lo m�s bueno, en fuerza (Calmet) y belleza. (Menochius) &mdash Tambi�n especifican, "el diezmo de asnos por su trabajo". (Haydock)

Versículo 17

CAPITULO VIII

Sirvientes o esclavos. Los hebreos gozaron de mayor libertad que cualquiera de las naciones de Oriente, sin embargo, son llamados esclavos, cap. xvii. 8. Estaban casi en pie de igualdad con los antiguos alemanes. "Cada uno gobern� en su propio lugar de residencia. El Se�or les exige una cantidad de ma�z, ganado o ropa, y hasta donde el esclavo obedece"; servus hactenus paret. (T�cito, germen.) Los hebreos tambi�n estaban obligados a seguir al rey a la batalla.

Los egipcios, persas, etc., estaban bajo una mayor opresi�n. Herodoto (iii. 31) nos informa que cuando Cambises plane� casarse con su propia hermana, sus consejeros respondieron que no encontraron ninguna ley expresa al respecto; pero hab�a otro, "que el rey de Persia haga lo que le plazca". Los oficiales m�s altos, e incluso sus hermanos, fueron llamados "esclavos, griego: Douloi, del gran rey". (Arist�teles, Mund.)

Versículo 18

La cara, en privado; porque ni siquiera los gemidos ser�n gratuitos. (Menoquio) &mdash Escucharte, para librarte de la opresi�n, aunque siempre est� dispuesto a escuchar a los que verdaderamente se arrepienten. (Worthington)

Versículo 19

Sobre nosotros. La poblaci�n es generalmente inconstante y le gustan los cambios. (Menochius)

Versículo 20

Naciones. No somos ni mejores ni peores que el resto. �Qu� extravagancia! �Que un pueblo abandone el estado de felicidad y el dominio de Dios y prefiera el servicio de un hombre! (Calmet) &mdash- Para nosotros. Este fue el pretexto, ya que Naas los amenaz� con la guerra, cap. xii. 12. (Menoquio)

Información bibliográfica
Haydock, George Leo. "Comentario sobre 1 Samuel 8". "Comentario Bíblico Católico de Haydock". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/hcc/1-samuel-8.html. 1859.