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1 Timoteo 4

Comentario Bíblico Católico de HaydockComentario Católico de Haydock

Versículo 1

En los �ltimos tiempos. Literalmente, �ltimos d�as; es decir, en el futuro o en los d�as venideros. &mdash- A los esp�ritus del error y las doctrinas de los demonios; o, a los esp�ritus seductores y las doctrinas de los demonios, como en la traducci�n protestante. El sentido debe ser que los hombres ense�ar�n doctrinas falsas por sugerencia del diablo. (Witham)

Versículo 2

Su conciencia cauterizada; endurecido: una met�fora de la costumbre de quemar a los malhechores con un hierro candente. (Witham)

Versículo 3

Prohibir casarse, abstenerse de comer carnes, etc. Aqu� dice que San Juan Cris�stomo [1] fue predicho y denotado a los herejes llamados Encratitas, los Marcionitas, Maniqueos, etc. quien conden� todos los matrimonios como malvados, como puede verse en San Ireneo, Epifanio, San Agust�n, Teodoreto, etc. Estos herejes ten�an un dios que era el autor de las cosas buenas y otro dios que era el autor o la causa de todos los males; entre estos �ltimos contaban matrimonios, carnes, vino, etc.

La doctrina de los cat�licos es muy diferente, cuando condenan los matrimonios de sacerdotes y de aquellos que han hecho un voto a Dios de llevar siempre una vida �nica; o cuando la Iglesia proh�be a las personas comer carne en Cuaresma o en d�as de ayuno, a menos que su salud lo requiera. Sostenemos que el matrimonio en s� mismo no solo es honorable, sino un sacramento de instituci�n divina. Creemos y profesamos que el �nico Dios verdadero es el autor de todas las criaturas que son buenas en s� mismas; que todos los comestibles deben ser comidos con acci�n de gracias, y ninguno de ellos debe ser rechazado, como proveniente del autor del mal.

Cuando condenamos a los sacerdotes por casarse, es por romper sus votos y promesas hechas a Dios de vivir solteros y de llevar una vida m�s perfecta; los condenamos con la Escritura, que nos ense�a que los votos hechos deben cumplirse; con San Pablo, quien en el pr�ximo cap. (ver. 12) nos ense�a que aquellos que rompen tales votos incurren en su condenaci�n. Cuando la Iglesia, a la que se nos manda obedecer, prescribe la abstinencia de la carne o restringe las horas de comer en d�as de humillaci�n y ayuno, es por medio de la abnegaci�n y la mortificaci�n: para que no sea el carnes, sino la transgresi�n del precepto, que en tales ocasiones contamina la conciencia de los transgresores.

"Usted objetar�, (dice San Juan Cris�stomo) que impedimos que las personas se casen; Dios no lo quiera", etc. San Agust�n, (lib. 30. cont. Faustum. Cap. Vi.) "Ves (dice �l) la gran diferencia en abstenerse de las carnes por causa de la mortificaci�n, y como si Dios no fuera el autor de ellas". Podemos observar que Dios, en la ley de Mois�s, prohibi� la carne de cerdo y muchos otros comestibles; y que incluso los ap�stoles, en el Concilio de Jerusal�n, prohibieron a los cristianos (al menos en Antioqu�a) comer en ese momento sangre y cosas estranguladas; no es que fueran malos consigo mismos, como pretend�an los maniqueos.

(Witham) &mdash- San Pablo habla aqu� de los gn�sticos y otros herejes antiguos, que condenaron absolutamente el matrimonio y el uso de toda clase de carne, porque pretend�an que toda carne proven�a de un principio maligno: mientras que la Iglesia de Dios as� lejos de condenar el matrimonio, lo considera un santo sacramento, y no lo proh�be a nadie que no sea el que por voto ha elegido la mejor parte; y no proh�be el uso de ninguna carne en absoluto, en tiempos y estaciones apropiados, aunque no juzga todo tipo de dieta adecuada para los d�as de ayuno y penitencia.

(Challoner) &mdash- Podemos ver en las primeras edades [siglos] del cristianismo, que algunos de los herejes m�s infames e impuros que jam�s salieron de la Iglesia, condenaron todo matrimonio como ilegal, permitiendo al mismo tiempo que los m�s inauditos de abominaciones: hombres sin religi�n, sin fe, sin pudor, sin honor. Ver San Clemente, lib. 3. Strom.

[BIBLIOGRAF�A]

San Juan Cris�stomo, griego: om. ib. ou koluomen, yo genoioto. San Jer�nimo, (lib. 1. cont. Jovinian. Tom. 4. p. 156) Si nupserit Virgo, non peccavit .... non illa Virgo, qu� se semel Dei cultui dedicavit; harum enim si qua nupserit, habebit damnationem. V�ase San Agust�n (lib. 30. cont. Faust. Cap. Vi.) Tanto en lo que respecta al matrimonio como a las carnes.

Versículo 5

Est� santificado por la palabra de Dios y la oraci�n. Es decir, rezar para que, por el abuso que hacemos de ellos, no sean una ocasi�n para nosotros de pecar y ofender a Dios. (Witham) &mdash- El uso de todo tipo de carne es bueno en s� mismo; pero si no lo fuera, ser�a santificado por la oraci�n que solemos pronunciar sobre �l, y por la palabra de Cristo, quien ha declarado que no lo que entra por la boca contamina al hombre. (Calmet)

Versículo 7

F�bulas de viejas. [2] Algunos entienden las tradiciones infundadas de los jud�os; otros, las rid�culas ficciones de Simon Magus y sus seguidores. En griego se les llama f�bulas profanas. (Witham)

[BIBLIOGRAF�A]

Griego: Bebelous.

Versículo 8

Algunos piensan que San Pablo alude en este vers�culo a los ejercicios corporales de los luchadores, que les procuraron un poco de renombre, mientras que las obras de piedad tienen una recompensa m�s duradera. (Menochius, Tirinus) &mdash- Ejercicios corporales de templanza, mortificaci�n, etc. son buenos, pero no se pueden comparar con las virtudes espirituales de la caridad, la piedad, etc. (San Bernardo)

Versículo 10

De todos los hombres, y especialmente de los fieles, que han recibido la gracia de la fe. (Witham)

Versículo 12

Que nadie desprecie tu juventud. Es decir, que tu comportamiento sea tal que nadie pueda tener ocasi�n de despreciarte. Entonces parece tener unos cuarenta a�os. (Witham)

Versículo 13

Asistir a la lectura, etc. Le recomienda la lectura de las Sagradas Escrituras; que dice San Ambrosio, (lib. 3. de fid. cap. vii.) es el libro de los sacerdotes. (Witham)

Versículo 14

No descuides la gracia. El griego parece implicar los dones del Esp�ritu Santo, dados por los sacramentos, [3] por profec�a; lo que puede significar, cuando te fue otorgado el don de predicar o de exponer profetas. &mdash- Con la imposici�n de las manos del [4] sacerdocio. Algunos lo exponen, cuando recibiste el orden del sacerdocio, o fuiste nombrado obispo; pero el sentido parece ser m�s bien, cuando las manos de los sacerdotes de primer orden (i.

mi. de los obispos) fueron impuestos sobre ti, seg�n San Juan Cris�stomo. (Witham) &mdash- San Agust�n dice que ning�n hombre puede dudar de que las �rdenes sagradas sean un sacramento; y que nadie puede argumentar que usa el t�rmino incorrectamente, y sin la debida precisi�n, une este sacramento en la naturaleza y el nombre con el bautismo (Cont. Ep. Parmen. lib. 2. cap. xiii.) San Ambrosio sobre este vers�culo entiende en las palabras imposici�n de manos, toda la acci�n santa y las palabras sagradas hechas y pronunciadas sobre �l cuando fue nombrado sacerdote; por lo cual, dice el santo, fue dise�ado para la obra y recibi� la autoridad de que se atrev�a a ofrecer sacrificio en lugar de nuestro Se�or a Dios.

[BIBLIOGRAF�A]

Gratiam, griego: charismatos.

[BIBLIOGRAF�A]

Presbyterii, griego: tou presbuteriou. Ver Lucas xxii. 26. y Hechos xxii. 5. donde griego: presbuterion se toma para varios sacerdotes jud�os.

Información bibliográfica
Haydock, George Leo. "Comentario sobre 1 Timothy 4". "Comentario Bíblico Católico de Haydock". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/hcc/1-timothy-4.html. 1859.