Bible Commentaries
Apocalipsis 19

Comentario Bíblico Católico de HaydockComentario Católico de Haydock

Versículo 1

Aqu� entramos en un nuevo escenario. Ha ca�do Babilonia la grande. Los santos est�n representados aqu� regocij�ndose por la mujer que estaba ebria con la sangre de los santos. (Cap. Xvii. 6.) (Calmet) &mdash- La voz de muchas multitudes .... diciendo: Aleluya. En estas visiones, cuando los m�rtires han triunfado y vencido a los perseguidores, a veces se representan sus alabanzas a Dios en el cielo. Aqu�, en la traducci�n protestante, se conservan Aleluya y Am�n, que como San Agust�n se da cuenta, no sol�a cambiarse ni traducirse a ning�n idioma. (Witham)

Versículo 6

La voz de una gran multitud. Menoquio aplica esta voz a la multitud de �ngeles y santos, que por su fuerza puede compararse con la voz de las aguas turbulentas, y por el terror con que golpea a los malvados. Pastorini entiende por esta voz de muchas aguas, las voces de muchos �ngeles que presiden las naciones, denotadas por las aguas, que antes hab�an gemido bajo la tiran�a del anticristo; y la voz de grandes truenos, la del �ngel que preside el fuego, que, como se emplea en las m�quinas militares, por su explosi�n se asemeja a un trueno. Cabe se�alar que este �ltimo autor lo remite a la �ltima etapa del mundo.

Versículo 7

Para el matrimonio, etc. En el Nuevo Testamento, la palabra matrimonio se�ala el establecimiento de la Iglesia, la vocaci�n de diferentes personas a la fe o el reinado del Mes�as. (Calmet)

Versículo 8

Lino fino. El s�mbolo de la justificaci�n, o las buenas obras y el m�rito de sus santos miembros; el atuendo m�s agradable en el que puede presentarse al Cordero. Su manto es resplandeciente y blanco, porque ha sido purificada como plata en un horno, y blanqueada en las aguas de la tribulaci�n y la persecuci�n. (Pastorini) &mdash- El lino fino, o byssus, aqu� mencionado, es, seg�n Calmet, una especie de seda producida por un marisco, llamado pinna; aunque el mismo comentarista erudito permite que los autores griegos usen esta palabra para lino fino.

Versículo 10

Y ca� ante sus pies, para adorarlo. Los de la pretendida reforma piensan que tienen aqu� una prueba clara de que no se debe veneraci�n a los �ngeles ni a los santos, y que los papistas al hacerlo son id�latras. En respuesta a esto: Primero, hacen culpable al ap�stol San Juan de esa idolatr�a que nos acusan. Porque deben suponer y conceder que San Juan, en cuanto a las disposiciones de su mente y voluntad, estaba listo, o m�s bien cayendo, rindi� un culto id�latra al �ngel; y qu� cristiano puede creer esto de un ap�stol tan grande, que despu�s de haber sido favorecido con todas esas visiones extraordinarias, deber�a ser tan ignorante como para no saber qu� era la idolatr�a, o tan imp�o como para volverse culpable de ello, y dar honor divino a cualquier criatura? �Y qu� hace que St.

Juan totalmente inexcusable, (si hubiera sido idolatr�a) lo encontramos haciendo lo mismo por segunda vez, en el �ltimo cap�tulo del Apocalipsis; (vers. 7 y 8) es decir, caer a los pies del �ngel para adorar. En segundo lugar, como ser�a extravagantemente irrazonable sospechar que este ap�stol, este evangelista, este profeta de la nueva ley, sea culpable de ello, y le d� el honor divino debido �nicamente a Dios a cualquier criatura; as� que en la raz�n no podemos dejar de concluir que �l no estaba a favor de dar honor divino a ning�n �ngel, sabiendo que todos ellos eran criaturas de Dios.

Por lo tanto, si estaba a punto de rendir honores divinos, debemos decir que tom� al que entonces se le apareci� como nuestro Salvador Cristo, Dios y hombre, como algunos lo exponen; o, lo que parece m�s probable, fue s�lo para ofrecer un honor y veneraci�n inferiores al �ngel, como �l sab�a que era l�cito: y por lo tanto, lo hizo despu�s por segunda vez; aunque el �ngel no lo recibir�a de St.

Juan, para hacernos m�s convencidos de la gran dignidad de este ap�stol y profeta, que deber�a ser elevado en el cielo a un grado de gloria, no inferior al de los �ngeles: y as� el �ngel le dice que es su compa�ero. criatura, que con �l debe adorar a Dios Todopoderoso, que por estas profec�as ambos dan testimonio acerca de Jesucristo y su Iglesia, el �ngel al revelarlos, y S.

Juan al publicarlas, que parece ser el sentido de las siguientes palabras, porque el testimonio de Jes�s es el esp�ritu de profec�a; o pueden ser expuestas as�, para el testimonio que damos acerca de Cristo y su Iglesia, los dos recibir del divino esp�ritu de Dios, quien revela tales verdades a sus profetas. En tercer lugar, los protestantes estamos por probarnos id�latras por lo que estaba por hacer San Juan, o m�s bien por lo que hizo, expresado en estas palabras, y yo me postr� ante sus pies para adorarlo; o, como en la traducci�n protestante, y me postr� a sus pies para adorarlo.

Ahora bien, es cierto y evidente que estas palabras, ni en lat�n ni en griego, expresan ese culto y honor divinos que se deben, y que se dan solo a Dios, ya sea que consultemos el hebreo o la Septuaginta del Antiguo Testamento, la Las mismas palabras se usan muchas veces para significar nada m�s que un honor inferior otorgado a las criaturas. Esto es algo bien conocido y aceptado por todos los protestantes y cat�licos que han le�do las Escrituras o que saben algo de lat�n, griego o hebreo.

En cuarto lugar, parece muy extra�o, muy inexplicable, que nuestros adversarios no comprendan la diferencia entre el honor divino debido �nicamente a Dios, y un honor, respeto o veneraci�n inferior dado a los �ngeles o santos, a sus reliquias o im�genes, que honran inferior puede, en cierto sentido, llamarse un honor religioso, en la medida en que se paga a personas o cosas que pueden llamarse sagradas o santas.

�No es el honor o la veneraci�n ciertamente diferente, como el Los objetos o cosas a las que rendimos honor, y la intenci�n de quien paga este honor, son diferentes, aunque �quiz�s las marcas exteriores de reverencia, arrodillamiento, postraci�n o beso sean las mismas? Honramos al rey, y tambi�n honramos a sus cortesanos, a sus oficiales y a quienes est�n investidos de dignidad y autoridad por �l: pero �pensar� alguien que rendimos el mismo honor a todas estas personas o cosas que les pertenecen? aunque los orientales se arrodillan o se postran ante reyes o personas con dignidad, �ni dan ni planean darles honor divino y culto supremo solo a Dios? que lo honramos, lo adoramos, lo servimos y lo adoramos solo como el autor de todas las cosas? que nunca planeamos pagar nada m�s que un honor inferior a los m�s altos �ngeles o santos, o sus reliquias e im�genes.

Sabemos, creemos y profesamos que hay una distancia infinita entre Dios el creador y el m�s alto y m�s perfecto de todos los seres creados; de modo que el honor que les damos es infinitamente inferior, como ellos mismos, al honor que con nuestro coraz�n y nuestra mente rendimos a Dios: y hay que decir que damos honor divino a las criaturas, y as� nos convertimos en id�latras, cuando �Nunca debemos dise�arlo, cuando dise�amos todo lo contrario? Esto hizo que el Sr.

Thorndike, en su libro de pesos y medidas justas, les dice a sus hermanos protestantes, que la Iglesia de Roma no puede ser acusada de idolatr�a por sus im�genes reverenciadoras, ni por ninguna otra raz�n; y as� les exhorta a que no pretendan llevar a la gente por la nariz, a hacerles creer en suposiciones que no pueden probar. Ver cap. ii. y xix. (Witham) &mdash- Cay� antes, etc. San Atanasio y San

San Agust�n piensa que San Juan le peg� al �ngel ser Jesucristo, y como tal estaba deseoso de rendirle el homenaje supremo, o griego: latreia. (Calmet) &mdash- San Juan, en muestra de gratitud, ofrece rendir al �ngel el homenaje debido a un ser de su rango, que sin embargo el �ngel se niega a aceptar, dando por raz�n, que es un compa�ero. -servidor del ap�stol y de los hermanos del ap�stol , que dan testimonio de Jesucristo.

(Pastorini) &mdash El testimonio de Jes�s es el esp�ritu de profec�a. El testimonio que das a Cristo, al sufrir por su santo nombre y la profesi�n de su doctrina, es de igual valor que el esp�ritu de profec�a que poseo (Pastorini; Calmet)

[BIBLIOGRAF�A]

Cecidi ante pedes ejus ut adorarum illium: Griego: epeson emprosthen ton podon autou proskunesai auto, proskunein, como el Sr. Legh muestra de otros autores: promiscue de Dei et hominum cultu apud LXX. (la Septuaginta) usurpatur, cui respont apud latinos, adorare, quod est quasi ad aliquem orare, dice Erasmo, capite vel corpore inclinato. Tenemos much�simos ejemplos en la Sagrada Escritura, donde tanto el griego: proskunein como el griego: latreuein significan no solo el honor divino, sino tambi�n el honor que se paga a los hombres.

Cuando Dios dio los diez mandamientos (�xodo xx) prohibi� a su pueblo adorar a dioses extra�os; non adorabis ea, neque coles; Griego: ou proskuneseis autois, oude me latreuseis autois. Sin embargo, las mismas palabras se usan en muchos lugares, donde es evidente que no se ha dise�ado una adoraci�n o culto divino, como leemos de Abraham (G�nesis xxvii. 7.) adoravit populum terr�, griego: prosekunese a lao tes ges; G�nesis xlii.

6. de los hermanos de Jos�, cum adorassent eum fratres sui, griego: prosekunesan auto epi prosopon. V�ase tambi�n 1 Reyes xx. 41. donde se dice que David adoraba a Jonat�n, cadens pronus in terram adoravit, griego: epesen epi prosopon kai prosekunesen auto tris. V�ase igualmente 3 Reyes i. 16. donde se dice que Betsabee [Betsab�] adoraba al viejo rey David, adoravit regem, griego: prosekunese to basilei.

Aunque en estos y muchos otros lugares se entiende la adoraci�n suprema debida solo a Dios: �Betsab� tom� a su anciano, deca�do y moribundo esposo, David, como Dios, o se propuso rendirle honor divino? Entonces, nada es m�s fr�volo que tales argumentos extra�dos de palabras similares, que tienen diferentes significados.

Versículo 11

He aqu� un caballo blanco. Los t�tulos y el car�cter que se le dio al que estaba sentado en este caballo blanco, muestran que por este medio fue representado Jesucristo, llamado tambi�n aqu� la palabra de Dios, ver. 13; y ver. 16, y en su manto y en su muslo tiene escrito: Rey de reyes y Se�or de se�ores, etc. (Witham) &mdash- Y el que se sent�, etc. Los cielos se abren y San Juan ve a Jesucristo, el Hijo de Dios, descendiendo, sentado sobre un caballo blanco.

Es conocido por las peculiares denominaciones de fiel y verdadero. Fiel en la protecci�n de sus siervos; y verdadero, manteniendo siempre estrictamente todo lo que promete. (Pastorini)

Versículo 12

Llama, etc. Lo que muestra su indignaci�n. &mdash Que (nombre) nadie conoce sino �l mismo. Algunos int�rpretes piensan que San Juan alude a una antigua costumbre que todav�a prevalece entre los orientales, de tener un nombre secreto, que no descubren a nadie.

(Calmet) &mdash- Pastorini entiende que este es el nombre de la palabra de Dios, como se menciona en el vers�culo siguiente; que es tan completo en su significado, que la raz�n humana no puede sondearlo, y nadie lo conoce sino �l mismo.

Versículo 13

Rociado con sangre, etc. Lo que presagia la carnicer�a cometida entre sus enemigos.

Versículo 14

Los ej�rcitos, etc. Los ej�rcitos celestiales de santos siguen al Hijo de Dios, como su capit�n y comandante; todos son como �l, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio, s�mbolo de su m�rito y gloria. (Pastorini)

Versículo 15

Espada afilada de dos filos. El poder que Cristo ejerce sobre los imp�os. (Menochius) &mdash Algunos de los atributos aqu� mencionados tambi�n son atribuidos a Cristo, por el profeta Isa�as. Cap. lxiii. 2, 3. "�Por qu�, pues, es rojo tu vestido, y tus vestidos como los de los que pisan el lagar? Yo solo he pisado el lagar, y de las naciones no hay hombre conmigo; los he pisoteado en mi indignaci�n, y los pis� en mi ira, y su sangre fue rociada sobre mis vestidos, y manch� toda mi ropa ". (Pastorini)

Versículo 17

Un �ngel .... en el sol, ... con voz fuerte invita a todas las aves del cielo al m�s abundante entretenimiento que les est� preparando, donde podr�n llenarse de carne humana de todo tipo; del de los reyes al de los siervos; (v. 18) y con la carne de los caballos y la de los que pecan sobre ellos: y cuadro expresivo de la inmensa matanza que se va a realizar. Parecer�a que esta sangrienta escena terminar� en la noche del d�a, cuando se entregue la invitaci�n a una cena. (Pastorini)

Versículo 19

Acabamos de ver al capit�n celestial a caballo, a la cabeza de su santa tropa, marchando a la batalla; y ahora vemos qui�nes son los enemigos con los que se encuentra. Aqu� est� la bestia, o el anticristo, con prodigiosos ej�rcitos reunidos de todas partes de la tierra y encabezados por sus reyes y pr�ncipes. (Pastorini)

Versículo 20

La bestia, etc. El Anticristo es tomado vivo. (Menochius)

Información bibliográfica
Haydock, George Leo. "Comentario sobre Revelation 19". "Comentario Bíblico Católico de Haydock". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/hcc/revelation-19.html. 1859.