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Bible Commentaries
Romanos 14

Comentario Bíblico Católico de HaydockComentario Católico de Haydock

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Versículo 1

No en disputas sobre pensamientos. [1] Es decir, sin culpar ni condenar los pensamientos y razonamientos (como aparece por el griego) de esos nuevos conversos, que hab�an sido jud�os, y que todav�a ten�an esta opini�n, de que deb�an abstenerse de las carnes prohibidas por la ley jud�a, y observar los d�as festivos jud�os . Debes soportar caritativamente la debilidad de tales conversos. (Witham) &mdash- Sea tierno con el que es d�bil en la fe; no entres en disputas con �l, que s�lo sirven para extinguir la caridad y crear prejuicios inveterados.

[BIBLIOGRAF�A]

Non in disceptationibus cogitationum, griego: me eis diakriseis dialogismon. Non in condemnationem rationum vel cogitationum.

Versículo 2

Come todas las cosas. Verbigracia. sin observar la distinci�n entre carnes limpias e inmundas, prescrita por la ley de Mois�s: que ya no era obligatoria. Algunos cristianos d�biles, convertidos de entre los jud�os, como aqu� deducimos del ap�stol, ten�an escr�pulos en comer carnes consideradas inmundas por la ley: como la carne de cerdo, etc. que los cristianos m�s fuertes com�an sin escr�pulos.

Ahora bien, el ap�stol, para reconciliarlos, exhorta a los primeros a no juzgar ni condenar a los segundos, haciendo uso de su libertad cristiana; y los segundos para cuidar de no despreciar, o escandalizar a sus hermanos m�s d�biles, ya sea llev�ndolos a comer lo que en su conciencia creen que no deben comer, o d�ndoles tal ofensa, que ponga en peligro su expulsi�n de la religi�n cristiana. . (Challoner) &mdash- Porque el que no es tan d�bil, pero est� bien instruido, cree, est� convencido de que puede comer de todas las cosas, ya que la distinci�n de carnes limpias e inmundas ya no es obligatoria bajo la nueva ley de Cristo.

El que es d�bil y no est� convencido de esta libertad cristiana, que coma hierbas o cosas que considere no prohibidas. Es probable que algunos de ellos se abstuvieran muchas veces de todo tipo de carne, para que no se encontraran con lo que se hab�a ofrecido a los �dolos, o para que algo prohibido por la ley se mezclara. (Witham)

Versículos 3-4

Dios le ha llevado al que come de cualquier tipo de carne; lo considera su siervo y lo recompensa como tal. &mdash- Dios puede hacer que se levante y lo justificar� ante su tribunal. (Witham)

Versículo 5

Entre el d�a, etc. A�n observando los s�bados y las fiestas de la ley. (Challoner.) &mdash- Y otro juzga todos los d�as. Es decir, piensa que todos los d�as se quitan, que se deben guardar, simplemente porque lo ordena la ley jud�a. Y ahora, tanto los que guardan los d�as como los que no los guardan; y los que comen o se abstienen, hacen estas cosas teniendo en cuenta a Dios y seg�n su conciencia, que nadie juzgue ni condene a una parte ni a la otra; en estas cosas, que cada uno abunde en su propio sentido.

Es infundado que algunos pretendan de ah� que los cristianos no pueden estar obligados a ayunar o abstenerse de comer carne en ciertos d�as. El ap�stol habla s�lo de la distinci�n de carnes, llamadas limpias e inmundas, y de ayunos o fiestas propias de la ley de Mois�s. De ah� no se sigue que la Iglesia Cat�lica no tenga poder para ordenar d�as de ayuno y abstinencia, por abnegaci�n o humillaci�n.

(Witham) &mdash- El ap�stol aqu� trata solo del tema en cuesti�n, a saber. las distinciones mosaicas de carnes limpias e inmundas: y en esto permite, por ahora, que cada uno siga su propio juicio privado. San Juan Cris�stomo observa que San Pablo no deseaba que los d�biles se dejaran a su propio juicio en esto, como en un punto sin importancia; pero que deben esperar un tiempo. A los conversos no se les prohibieron de inmediato sus pr�cticas habituales, pero fueron toleradas en ellas por un tiempo, hasta que fueron plenamente instruidas.

Esto lo vemos en muchos de los conversos en Jerusal�n, quienes todav�a eran observadores de las ordenanzas mosaicas; esto fue tolerado, para que la sinagoga fuera enterrada con honor. (Estius)

Versículo 11

El ap�stol aqu� da una prueba notable de la divinidad de nuestro Salvador. No podr�a ser m�s r�pido. Hab�a dicho en el vers�culo anterior que todos los hombres deb�an comparecer ante el tribunal de Cristo; para probar esta afirmaci�n, aduce este testimonio del profeta Isa�as: "Vivo yo, dice el Se�or, que ante m� se doblar� toda rodilla, y toda lengua confesar� a Dios". (Isa�as cap. Xlv.

) As� todos reconocer�n el poder, la divinidad y el dominio soberano de Cristo, doblando la rodilla; y al confesarle, le reconocer� como amo y juez de toda la humanidad. (Calmet)

Versículo 14

Nada es inmundo en s� mismo. Porque la ley que los hizo inmundos no es ahora obligatoria por s� misma, sin embargo, el hombre no debe actuar contra su conciencia, ni debe, cuando pueda evitarlo, escandalizar u ofender al d�bil, ni causar divisiones o disensiones. (Witham)

Versículo 15

San Pablo repite esto, casi con las mismas palabras, en 1 Corintios cap. viii. y claramente nos da el entendimiento, que Cristo muri� por la salvaci�n de todos los hombres, al suponer que un hermano cristiano, por quien Cristo hab�a muerto, estaba en peligro de perecer por el esc�ndalo dado por otro. Esta suposici�n nunca podr�a haberse hecho, si la muerte de Cristo solo se ofreciera por los elegidos: pero aqu� aprendemos de S.

Pablo, para que aquellos por quienes Cristo derram� su sangre y sufri� la muerte de cruz, perezcan eternamente; y, por tanto, todos, incluso los m�s grandes r�probos, pueden salvarse, si lo desean eficazmente, en virtud de la muerte de nuestro divino Redentor.

Versículo 16

No permitas, pues , que se hable mal de nuestro bien, o del que tenemos la libertad cristiana de hacer con buena conciencia , a causa de las disputas y disputas que tienes al respecto. (Witham)

Versículo 17

El reino de Dios no es carne, etc. No consiste en comer, ni en abstenerse, ambos que se pueden hacer sin pecado, sino en justicia, paz, etc. (Witham)

Versículo 20

No destruyas la obra de Dios por la carne. Es decir, no obstaculices la salvaci�n de tu hermano, por quien, quienquiera que sea, muri� Cristo, que puede estar tan ofendido por la libertad que tomas, como para abandonar la religi�n cristiana; o puedes hacerle pecar contra Dios, comiendo con tu ejemplo contra su conciencia d�bil. (Witham)

Versículo 22

�Tienes fe? [2] No significa aqu�, dice San Juan Cris�stomo, una fe para creer las verdades divinas. Pero t�, por la fe, est�s persuadido en mente y conciencia de que comer carnes antes prohibidas, ahora l�citas, t�ngalas dentro de s�, permanezca en esta fe y conciencia, pero no lo haga aparecer, cuando sea perjudicial para su hermano d�bil. &mdash- Bienaventurado el que no se condena a s� mismo, que no se hace culpable de condenaci�n, dando esc�ndalo, usando esa libertad que est� convencida de que se le concede. O feliz es el que no act�a en contra de su conciencia, haciendo lo que ve que otros le permiten, pero que su conciencia le dice que no debe hacer. (Witham)

[BIBLIOGRAF�A]

Tu fidem habes? sobre el cual San Juan Cris�stomo, griego: om ks. pag. 209. Griego: ou ten peri dogmaton (pistin) alla ten peri tes prokeimenes upotheseos.

Versículo 23

El que discierne o juzga que debe abstenerse de tales carnes, si come, se condena a s� mismo, porque no act�a seg�n su fe. Porque todo lo que el hombre hace, y no est� de acuerdo con lo que cree que puede hacer, o todo lo que est� en contra de la conciencia del hombre, es pecado en �l. Es un error del sentido de este lugar, pretender que toda acci�n moral realizada por un infiel, debe ser necesariamente un pecado, como cuando da una limosna para aliviar las necesidades de los pobres.

(Witham) &mdash De fe. Por fe se entiende aqu� juicio y conciencia: actuar contra lo cual siempre es pecado. (Challoner)

Información bibliográfica
Haydock, George Leo. "Comentario sobre Romans 14". "Comentario Bíblico Católico de Haydock". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/hcc/romans-14.html. 1859.
 
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