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Bible Commentaries
1 Corintios 11

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-34

CAPITULO 11

CENSURA DE LOS DESORDENES EN LAS ASAMBLEAS: LAS MUJERES SIN VELO, Y LOS ABUSOS EN LOS AGAPES.

1. Este vers�culo pertenece al fin del cap�tulo anterior m�s bien que a �ste. Sed imitadores de m�, as� como yo de Cristo�Quien no se agrad� a s� mismo ( Romanos 15:3), sino que se di�, haciendo a un lado su divina gloria y muriendo como hombre por nosotros ( Efesios 5:2; Filipenses 2:4). Hemos de seguir a Cristo primero, y a los maestros terrenales s�lo en cuanto ellos sigan a Cristo.

2. Aqu� debiera de principiar el cap�tulo. en todo os acord�is de m��En vuestra pr�ctica general, aunque en los casos particulares siguientes falt�is. y reten�is las instrucciones m�asgriego: �tradiciones,� o sea, ense�anzas apost�licas dadas verbalmente o por escrito (v. 23; cap. 15:3; 2 Tesalonicenses 2:15). La referencia aqu� es principalmente a las ceremonias; porque en el v. 23, en cuanto a la cena del Se�or, que no es una mera ceremonia, no dice meramente: �Os he ense�ado,� sino tambi�n: �Yo recib� del Se�or.� Aqu� dice solamente �os entregu�,� o �ense��.� Los romanistas arguyen por tanto a favor de la tradici�n oral. Pero lo dif�cil es saber cu�l es la tradici�n apost�lica aut�ntica que debi� ser transmitida para todas las edades. Cualquiera que se compruebe que es aut�ntica debe ser aceptada; aquella cuya autenticidad no pueda comprobarse, debe ser rechazada ( Apocalipsis 22:18). Las que est�n conservadas en la palabra escrita son las �nicas que pueden ser as� comprobadas.

3. Las mujeres corintias, bas�ndose en la abolici�n de la distinci�n de los sexos, y excedi�ndose a los l�mites del decoro, se adelantaban a orar y a profetizar sin llevar el velo acostumbrado. El Evangelio, fuera de duda, elev� a la mujer de la degradaci�n en que se ve�a sumida, especialmente en el Oriente. Sin embargo, aunque se hallaban en el mismo nivel con los varones en lo que se refiere al plan de salvaci�n ( G�latas 3:28), se hab�a de mantener la sujeci�n de ellas en cuanto al orden, la modestia, y el decoro. Pablo aqu� reprueba la conducta indecorosa de ellas tocante al modo de vestir y en el cap. 14:34, se refiere a la modestia que les conven�a en p�blico. El ap�stol basa su reproche en la sujeci�n de la mujer al hombre seg�n el orden de la creaci�n. Cristo es la cabeza�Expresi�n apropiada, cuando est� por tratar el asunto del adorno apropiado de la mujer en p�blico. de todo var�n�( Efesios 5:23) y el var�n es la cabeza de la mujer�(v. 8; G�nesis 3:16; 1 Timoteo 2:11; 1 Pedro 3:1, 1 Pedro 3:5.) y Dios la cabeza de Cristo�(Cap. 3:23; 15:27, 28; Lucas 3:22, Lucas 3:38; Juan 14:18; Juan 20:17; Efesios 3:9.) Jes�s, pues, debe ser de la misma esencia de Dios; porque, dado que el var�n es la cabeza de la mujer y la cabeza es la misma esencia que el cuerpo, y que Dios es la cabeza del Hijo, se deduce que el Hijo es de la misma esencia que el Padre.� [Cris�stomo.] �La mujer fu� hecha de la esencia del var�n, y no hecha por el var�n; as�, tambi�n, el Hijo no es hecho por el Padre, sino de la esencia del Padre.� [Teodoreto, t. 3, p�g. 171.]

4. todo var�n que ora�en p�blico (v. 17). o profetiza�predicando con el Esp�ritu (cap. 12:10). cubierta la cabeza�Caso supuesto para ilustrar lo impropio del caso de la mujer. Era la costumbre griega (y as� tambi�n la de Corinto) que el hombre en el culto estuviese descubierto, mientras que los jud�os llevaban el Talith, o velo, para demostrar su reverencia delante de Dios y su indignidad de mirarle a �l ( Isa�as 6:2); sin embargo, Maim�nides (Mishna) except�a los casos donde (como en Grecia) era distinta la costumbre del lugar. afrenta su cabeza�no �a Cristo� (v. 3), como opina Alford, sino literalmente, del modo que se usa el t�rmino �cabeza� en la frase precedente. Deshonra su cabeza (la parte principal del cuerpo) llevando un velo que sea se�al de sujeci�n (o que le haga mirar hacia abajo en vez de hacerlo mirar hacia arriba) a su Cabeza espir�tual, Cristo, a quien solo debe someterse. �Por qu�, entonces, no debe el var�n llevar un velo en se�al de sujeci�n a Cristo, como la mujer lo lleva en se�al de sujeci�n al var�n? �Cristo es invisible; el var�n es visible. As�, el velo del que est� bajo Cristo no se ve; pero el velo de la que est� bajo el var�n, s� se ve.� [Bengel.] (comp. v. 7.)

5. toda mujer que ora o profetiza�Este ejemplo de mujeres que hablaban en culto p�blico era un caso extraordinario, y se justificaba s�lo por los dones milagrosos que serv�an a tales mujeres de credenciales; por ejemplo, Ana la profetisa y Priscila (as� se relata en Hechos 2:18). La regla ordinaria para las mujeres cristianas era el silencio en p�blico (cap. 14:34, 35; 1 Timoteo 2:11). La receptividad y la actividad mentales en la vida familiar se reconocen en el cristianismo como las actitudes m�s concordantes con el destino de la mujer. Este pasaje no necesariamente sanciona el que las mujeres hablen en p�blico, aun cuando posean los dones milagrosos; sino que sencillamente hace constar lo que tuvo lugar en Corinto, sin expresar una opini�n sobre el particular, reservando la censura de ello hasta el cap. 14:34, 35. Aun las mismas mujeres que ten�an el don de la profec�a, hab�an de ejercer su don, a otra hora y en otro lugar, antes que en la congregaci�n p�blica. no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza�por cuanto obra contrariamente a la ordenaci�n divina y al decoro que le corresponde. Al hacer a un lado el velo, hace a un lado la se�al de su sujeci�n al var�n, que es su verdadera �honra:� porque por �l ella tiene relaci�n con Cristo, la cabeza del hombre. Adem�s, como el velo era el emblema de la modestia virginal, ante el var�n ( G�nesis 24:65), y de la castidad conyugal ( G�nesis 20:16). as�, tener la cabeza no cubierta indicaba que ya no quer�a estar bajo el poder del marido, de ah� que a la mujer sospechada le descubr�a la cabeza el sacerdote ( N�meros 5:18). Alford entiende que �su cabeza� de ella ser�a el var�n, su cabeza simb�lica, no la literal; pero como es literal en la frase anterior, debe serlo en la posterior. lo mismo es que si se rayese�Ya que el cabello de la mujer le es dado por naturaleza como velo (v. 15), el cort�rselo, como el var�n, ser�a indecoroso: por tanto, quitarse el velo tambi�n, como el var�n, ser�a asimismo indecoroso. A ella le es natural criar cabellos en lugar de velo; y debe, por tanto, agregar lo otro (llevar el velo sobre su cabeza) para dar a conocer que ella hace de voluntad propia lo que la naturaleza misma ense�a que debe hacer, en se�al de su sujeci�n a su marido.

6. Si es deshonesto a la mujer trasquilarse � c�brase�A la mujer no le gustar�a ser trasquilada, ni (lo que es peor) ser afeitada; pero si ella escoge estar sin velo, est�se tambi�n sin cabello, esto es �trasquilada.� (comp. vv. 13-15.) De modo que es �deshonesto� que sean afeitadas las monjas.

7-9. Aqu� hallamos otro argumento que aclara la relaci�n m�s inmediata del var�n con respecto a Dios, y la relaci�n de la mujer con respecto al var�n. el var�n � es imagen y gloria de Dios�al haber sido creado en la �imagen� de Dios, primera y directamente; la mujer, subsecuente, e indirectamente, lo es por la mediaci�n del var�n. El hombre es el representante de la �gloria� de Dios (este ideal del hombre fu� realizado m�s plenamente en el Hijo del hombre: Salmo 8:4; comp. 2 Corintios 8:23). Se declara en la Escritura que el hombre fu� creado a la �imagen� y �semejanza de Dios� (comp. Santiago 3:9). Pero la �imagen� se aplica solamente al Hijo de Dios ( Colosenses 1:15; comp. Hebreos 1:3). �La imagen misma� el griego: las caracter�sticas de Dios. El divino Hijo no es meramente �como� Dios, �l es Dios, �siendo de una substancia (esencia) con el Padre.� [Credo de Nicea.] la mujer es gloria del var�n�No dice: �La mujer fu� hecha a la imagen del var�n�, porque los sexos difieren. Adem�s, la mujer fu� creada a la imagen de Dios, tanto como el var�n ( G�nesis 1:26). Pero como la luna en relaci�n con el sol ( G�nesis 37:9), as� la mujer brilla no tanto con la luz directa de Dios, como con la luz derivada del var�n, esto es, en su orden de creaci�n; no que ella no entre en la gracia, individualmente, en directa comuni�n con Dios; sino que mucho de su conocimiento le es dado inmediatamente por intervenci�n del var�n, del que es naturalmente dependiente.

8. el var�n no es de la mujer�el var�n, no tom� su ser de la mujer: con referencia a la creaci�n original de la mujer, quien fu� �tomada del var�n� (v�ase G�nesis 2:23). La mujer fu� hecha por Dios por medio del var�n, el que fu� un velo o medio colocado entre ella y Dios, y por tanto, la mujer debe llevar el velo en el culto p�blico, en reconocimiento de esta subordinaci�n al hombre en el orden de la creaci�n. Como el var�n fu� hecho inmediatamente por Dios como su gloria, es decir sin alguien que mediara entre ellos, no tiene que usar un velo entre s� y Dios. [Faber Stapulensis en Bengel.]

9. tampoco el var�n fu� criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del var�n�Otro argumento: El var�n es el objeto inmediato de la creaci�n de la mujer ( G�nesis 2:18, G�nesis 2:21). La iglesia, o sea la novia, es hecha para Cristo; y con todo, en la creaci�n natural as� como en la espiritual, la novia, si bien hecha para el novio, en el cumplimiento de dicha finalidad alcanza la propia �gloria� suya, y trae sobre s� la �verg�enza� o la �deshonra� si se aparta de la virtud (vv. 4, 6).

10. la mujer debe tener se�al de potestad sobre su cabeza�Debe usar un pa�uelo: en franc�s �couvrechef.� pa�uelo para la cabeza, el emblema de la �potestad sobre su cabeza:� la se�al de estar ella bajo la potestad del var�n, y de ejercer bajo �l la autoridad delegada. San Pablo ten�a en la mente la conexi�n radical entre los t�rminos hebraicos traducidos �velo� (Radid),, y �sujeci�n� (Radad). por causa de los �ngeles�que est�n presentes en nuestras asambleas cristianas (comp. Salmo 138:1, �dioses,� esto es, �ngeles), los cuales se deleitan en la subordinaci�n decorosa de las varias clases de adoradores de Dios en sus respectivos lugares, siendo el porte y el vestido externo de ellos indicativos de aquella humildad interna que los �ngeles saben que es lo m�s agradable a su com�n Se�or (cap. 4:9; Efesios 3:10; Eclesiast�s 5:6). Hammond cita a Cris�stomo: �T� est�s de pie con los �ngeles; con ellos entonas cantos e himnos; y con todo �est�s ri�ndote?� Bengel explica: �Los �ngeles est�n en la misma relaci�n con Dios, como la mujer lo est� en relaci�n con el var�n. El rostro de Dios est� sin cubrir; los �ngeles en su presencia est�n cubiertos ( Isa�as 6:2). El rostro del var�n no se cubre; la mujer en presencia de �l ha de estar cubierta. Porque la que no lo hiciera, ofender�a, por lo indecoroso que es, a los �ngeles ( Mateo 18:10, Mateo 18:31). Ella, por su flaqueza, necesita especialmente de la ministraci�n de ellos; y por tanto, debiera ser tanto m�s cuidadosa para no ofenderlos.�

11. Con todo, ning�n sexo est� aislado e in dependiente del otro en la vida cristiana. [Alford.] El uno necesita del otro en la relaci�n sexual; y con respecto a Cristo (�en el Se�or�), el hombre y la mujer juntos (porque los dos son indispensables) realizan el ideal de la humanidad redimida representada por la novia, la iglesia.

12. As� como la mujer fu� formada del hombre, as� tambi�n el var�n nace de la mujer; pero todas las cosas, inclusive el var�n y la mujer, tienen su origen en Dios. ( Romanos 11:36; 2 Corintios 5:18). Dependen mutuamente el uno de la otra, y ambos de Dios.

13. Aqu� el ap�stol apela al propio sentido de decoro de ellos. �es honesto orar la mujer a Dios no cubierta?�Al rechazar el emblema de sujeci�n (el velo), ella puede de un salto, en la oraci�n p�blica, superar al hombre y a los �ngeles. [Bengel.]

14. El hecho de que la naturaleza ha provisto a la mujer, no al var�n. de cabellos largos, prueba que estaba destinado que el var�n estuviera con la cabeza descubierta y la mujer con la cabeza cubierta. El nazarita, sin embargo, criaba cabellos l�citamente por ser ellos parte del voto sancionado por Dios ( N�meros 6:5). Comp�rese tambi�n el caso de Absalom ( 2 Samuel 14:26; y Hechos 18:18).

15. en lugar de velo le es dado el cabello�Esto no significa que ella no necesite de algo m�s, sino que su cabello le indica que debe cubrir su cabeza cuanto m�s le sea posible. La voluntad debe concordar con la naturaleza. [Bengel.]

16. En resumen Pablo termina su argumento apelando a la costumbre universal de las iglesias. si alguno parece ser contencioso�Mejor, como el griego: �si alguno piensa� (comp Mateo 3:9). Es decir, �si alguno opta, aun despu�s de escuchar mi argumento, por ser contencioso. O m�s bien, si alguno es contencioso, y cree tener raz�n en serlo. El ap�stol aqu� reprende la arrogancia y el esp�ritu contencioso de los corintios (cap. 1:20). nosotros�los ap�stoles: o bien, nosotros los de la naci�n jud�a, de los que hab�is recibido el evangelio, y cuyas pr�cticas, en todo lo que sea bueno, debierais observar. [Estio.] La explicaci�n anterior es la mejor, ya que a los jud�os no se hace referencia en el contexto; pero s� se refiere a menudo a s� mismo y a los ap�stoles con la expresi�n �nosotros� (cap. 4:9, 10; 5:6). no tenemos tal costumbre�La de que la mujer ore sin velo. No como Cris�stomo: �la de ser contenciosos�. El t�rmino griego indica un uso, m�s bien que un h�bito mental ( Juan 18:39). Las pr�cticas de las verdaderas �iglesias� (plural: no como Roma lo emplea, �la iglesia,� como entidad abstracta; sino que �las iglesias,� como un n�mero de testigos independientes) de Dios� (las iglesias que Dios mismo reconoce), son un argumento v�lido en el caso de los ritos externos, especialmente, en un sentido negativo, por ejemplo: Tales ritos no fueron recibidos entre ellas; por tanto, no deben ser admitidos entre nosotros. Pero en cuestiones de doctrina o de cosas esenciales del culto, el argumento no es v�lido [Sclater.] (cap. 7:17; 14:33). ni las iglesias de Dios�El uso cat�lico (general) no es prueba infalible de la verdad, pero lo es, en general, de la decencia.

17. Esto�que sigue. os denuncio�M�s bien: �os ordeno,� como se entiende siempre este t�rmino en griego. Los manuscritos m�s antiguos leen: �Esto (os) denuncio no alabando (os)�. quepor cuanto no por mejor � Aqu� califica su alabanza (v. 2). �Os dije que os alababa por haber guardado las tradiciones que os fueron entregadas; pero ahora debo amonestaros en el nombre del Se�or en cuanto a un asunto en que no os alabo, a saber, tocante a la cena del Se�or� (v. 23; cap. 14:37). que no por mejor�No a fin de progresar hacia lo mejor. sino por peor os junt�is�A fin de retroceder hacia lo peor. El resultado de semejante forma de reuni�n debe ser la �condenaci�n� (v. 34).

18. lo primero�Es decir, en primer lugar. Las �disensiones,� o �divisiones� (griego: �cismas�), no son meramente causadas por las diferentes opiniones (cap. 1:10), sino por actos abiertos en las fiestas de amor que practicaban los cristianos (�gapes, v. 21). El no sigue luego con lo que corresponder�a al �en segundo lugar.� No obstante, un segundo abuso estaba en su mente cuando dijo: �en primer lugar,� a saber, el abuso de los dones espirituales, el que tambi�n motiv� des�rdenes en las asambleas [Alford] (cap. 12:1, etc.; 14:23, 26, 33, 40). en la iglesia, oigo, que hay entre vosotros disensiones�No se refiere aqu� al lugar de culto; porque Isidoro de Pelusio niega que hubiese tales lugares especialmente destinados para el culto en el tiempo de los ap�stoles (Ep�stola 246:2); sino �en la asamblea� o �congregaci�n:� en convocaci�n para el culto, donde deb�an de predominar el amor, el orden y la armon�a. La misma ordenanza institu�da para la unificaci�n de los creyentes en un cuerpo, fu� hecha la ocasi�n de �divisiones.� y en parte la creo�As� except�a a los inocentes. �No quiero creer todo lo que oigo decir, pero algo de ello no puedo hacer otra cosa sino creerlo� [Alford]; pero mi amor no es afectado por ello. [Bengel.]

19. preciso es que haya � herej�as�No meramente �cismas� o �divisiones� (v. 18). como resultado de las �recientes disensiones de la congregaci�n por las diferencias de opini�n� [Agust�n, citado por �French Synonyms, New Testament�], sino tambi�n �herej�as,� esto es, �cismas que se han inveterado.� �Sectas� [Campbell, vol. 2, P�g. 126, 127] como en Hechos 5:17; Hechos 15:5, traducci�n del mismo griego. Hab�a en efecto disensiones en las fiestas de amor; pero San Pablo, recordando las palabras de Jes�s ( Mateo 18:7; Mateo 24:10, Mateo 24:12; Lucas 17:1), prev� que �ha de haber tambi�n� separaciones maduradas y partidos establecidos en secesi�n, como separatistas. Este �preciso es� se debe al pecado en los cristianos profesos que por fuerza lleva sus frutos naturales: �stos son contrarrestados por Dios para probar el car�cter de los piadosos as� como de los imp�os, y para la disciplina de los primeros para gloria. El t�rmino �herej�as� a�n no ten�a su acepci�n t�cnica eclesi�stica, que se refiere a errores doctrinarios: significa cismas confirmados. La regla de San Agust�n es una regla de oro respecto a cuestiones relacionadas con la herej�a y la catolicidad: �En cuestiones dudosas, debe haber libertad; en las esenciales, unidad; en todas, caridad.� para que los que son probados se manifiesten�Por la desaprobaci�n (reprobaci�n) los her�ticos son manifestados ( Lucas 2:35; 1 Juan 2:19, Joel 2:19).

20. Cuando pues os junt�is�Aqu� se reasume el hilo de discurso desde el v. 18. esto no es comer la cena del Se�or�M�s bien: �no hay tal cosa como comer la cena del Se�or.� No es posible que �sta se celebre donde cada uno �vidamente se pone a comer �su propia cena,� y algunos quedan exclu�dos del todo al no hab�rseles esperado; donde algunos est�n �embriagados,� y otros est�n con �hambre� (v. 21). El �gape com�nmente preced�a a la cena del Se�or (como la Pascua fu� seguida por la cena del Se�or la primera vez que fu� celebrada). Era una fiesta social, donde cada uno llevaba su porci�n, y los ricos llevaban porciones adicionales para los pobres. De esta fiesta se sacaba el pan y el vino para la cena conmemorativa; y era en �sta donde tuvieron lugar los excesos que hac�an imposible la verdadera celebraci�n de la cena del Se�or, con el verdadero discernimiento de su solemnidad.

21. cada uno toma antes�Los ricos �antes que� los pobres, que no ten�an nada de suyo, en lugar de �esperarse� unos a otros (v. 33); de ah� el precepto del cap. 12:21, 25. su propia cena��Su propio vientre es su dios� ( Filipenses 3:19); �la cena del Se�or,� la fiesta espiritual, nunca ocupa su mente. el uno tiene hambre, y el otro est� embriagado�El uno tiene m�s de lo que le conviene; el otro carece de medios. [Bengel.]

22. Pues qu�, �no ten�is casas en que com�is y beb�is?�(Comp. v. 34)�. All� es donde se debe saciar el hambre, no en la asamblea de los hermanos. [Alford.] �o menospreci�is la iglesia de Dios?�Es decir, despreci�is la congregaci�n que est� compuesta mayormente de pobres, �elegidos por Dios� ( Santiago 2:5). Comp�rese la frase �de Dios� aqu�, que se�ala el verdadero honor de la iglesia. avergonz�is a los que no tienencasas en donde comer y beber, los que deb�an, pues, recibir su porci�n en los �gapes de parte de sus hermanos pudientes. En esto no os alabo�Reasumiendo las palabras del v. 17.

23. El prop�sito del ap�stol es ense�ar lo indigna que era tal conducta en vista de la dignidad de la santa cena. yo�Enf�ticamente en el griego. Queriendo decir que no era una invenci�n suya. sino una instituci�n del Se�or. Recib� del Se�or�por revelaci�n inmediata ( G�latas 1:12; comp. Hechos 22:17; 2 Corintios 12:1). El haber sido reprobada la instituci�n de la cena del Se�or, mediante una revelaci�n especial hecha a Pablo, encarece su solemnidad. La similitud entre el relato de San Lucas y el de San Pablo de dicha instituci�n, favorece la suposici�n de que el primero recibi� su informaci�n del ap�stol, de quien era compa�ero de viaje. As�, esta coincidencia impensada es una prueba de la autenticidad de esta ordenanza. Que el Se�or Jes�s, la noche�La hora fijada para la pascua ( �xodo 12:6): aunque el tiempo para la cena del Se�or no est� fijo. que fu� entregado�Estando el traidor a la mesa, y su muerte tan cercana, Jes�s dej� este mandamiento como su �ltimo don a nosotros para conmemorar su muerte. Aunque estaba a punto de recibir tan grande da�o de parte del hombre, no obstante le di� una prenda de su admirable amor hacia �l.

24. tom� pan � lo parti� y dijo�El partimiento del pan envuelve la repartici�n del mismo, y reprueba la pr�ctica de los corintios, en la fiesta de amor, de �tomar cada uno, antes que los dem�s, su propia cena.� esto es mi cuerpo que por vosotros es partido��Dado� ( Lucas 22:19) por vosotros (griego: en vuestro favor) y �partido� para ser distribu�do entre vosotros. Los manuscritos m�s antiguos omiten �partido,� dejando que sea suplido por el t�rmino �parti�. Dos versiones antiguas, copiando a Lucas, leen �dado.� El cuerpo literal no pod�a ser el sentido de esta frase, pues Cristo estaba presente palpablemente entre sus disc�pulos cuando dijo: �Esto es mi cuerpo.� Ellos solamente pod�an entenderle en sentido simb�lico y anal�gico: Como este pan es para el bien de vuestra salud f�sica, as� es mi cuerpo para la salud espiritual de cada creyente que participa. Las palabras, �tomad, comed,� no est�n en los manuscritos m�s antiguos.

25. tom� tambi�n la copa despu�s de haber cenado�El griego: �despu�s de comida la cena�, es decir, la cena pascual que hab�a precedido a la cena del Se�or, as� como el �gape, o fiesta de amor, m�s tarde. Por tanto, vosotros corintios, debi�rais hacer una separaci�n entre las comidas ordinarias y la cena del Se�or. [Bengel.] diciendo: Esta copa es el nuevo pacto�o �convenio.� La copa viene a ser, simb�licamente, el pergamino donde est� escrito mi nuevo convenio, o testamento, firmado y sellado, que os traspasa a vosotros toda bendici�n ahora y para siempre. en mi sangre�Es decir, ratificado por mi sangre, mi muerte: �no por la sangre de machos cabr�os ni de becerros� ( Hebreos 9:12). haced esto todas las veces que bebiereis�Lo que insin�a que se hab�a de celebrar a menudo. en memoria de m��Esto lo expresa Lucas, lo cual es entendido por Mateo y Marcos. Pablo lo repite la segunda vez, por cuanto conven�a a sus prop�sitos. Los antiguos sacrificios continuamente tra�an los pecados a la memoria ( Hebreos 10:1, Hebreos 10:3). La cena del Se�or conmemora a Cristo y su sacrificio hecho una vez por todas para la plena y final remisi�n de pecados.

26. Porque�Como una prueba de que la cena del Se�or es �en conmemoraci�n de �l.� la muerte del Se�or anunci�isp�blicamente. El griego no significa representar dram�ticamente, sino �profesar p�blicamente que el Se�or ha muerto por m�.� [Wahl.] La palabra �anunci�is�, as� como el �es�, en el acto de instituir la cena (vv. 24, 25), denota no la presencia literal, sino una realizaci�n v�vida de Cristo en la cena del Se�or, como persona viviente, no un mero dogma abstracto, sino �hueso de nuestro hueso, y carne de nuestra carne� ( Efesios 5:30; v�ase G�nesis 2:23), y de nosotros mismos como �miembros de su cuerpo, de su carne, y de sus huesos,� �nuestros cuerpos pecaminosos hechos limpios por su cuerpo (una vez por todas ofrecido), y nuestras almas lavadas por su precios�sima sangre.� [Libro de Oraci�n de la Iglesia Anglicana.] �Anunciar� es una expresi�n aplicable a cosas nuevas; v�ase en cuanto a la pascua, �xodo 13:8. As� pues, la muerte del Se�or debe siempre estar fresca en nuestra memoria. Comp�rese Apocalipsis 5:6. El que la cena del Se�or se celebre en conmemorac��n de �l, da a entender que �l est� corporalmente ausente, aunque presente espiritualmente, porque no se puede decir que conmemoremos a uno que est� ausente. El hecho de que no solamente anunciamos la muerte del Se�or en la cena, sino que tambi�n comemos y bebemos los s�mbolos de ella, s�lo pod�an entenderlo los jud�os, acostumbrados a tales fiestas despu�s de los sacrificios expiatorios, como significando la apropiaci�n personal de los beneficios de aquella muerte. hasta que venga�Cuando ya no haya m�s necesidad de s�mbolos que representen su cuerpo, estando manifiesto el cuerpo mismo. El griego expresa la certeza de su venida. Roma ense�a que comemos a Cristo que est� presente corporalmente, �hasta que �l venga� corporalmente; una contradicci�n de t�rminos. Los panes de la proposici�n (lit., de la presencia) quedaban en el santuario, mas no en el lugar sant�simo ( Hebreos 9:1); as� la cena del Se�or en el cielo, que est� representado por el lugar sant�simo, ser� sustitu�da por la misma presencia corporal de Cr�sto; entonces el vino ser� bebido �nuevo� en el reino del Padre, por Cristo y su pueblo juntos, banquete celestial, del cual la cena del Se�or es una gozosa anticipaci�n espiritual ( Mateo 26:29). Entre tanto que �l viene, pues, as� como los panes de la proposici�n eran colocados nuevos cada s�bado sobre la mesa delante del Se�or ( Lev�tico 24:5), as� la muerte del Se�or era anunciada de nuevo, en la mesa del Se�or, el primer d�a de cada semana en la iglesia primitiva. Somos ahora �sacerdotes para Dios� en la dispensaci�n de la presencia espiritual de Cristo, que era representada por el Lugar Santo. La dispensaci�n perfecta y eterna, que ser� hasta que Cristo venga, era representada por el Lugar Sant�simo. y a esta dispensaci�n s�lo Cristo, nuestro Sumo sacerdote, ha entrado en carne hasta ahora ( Hebreos 9:6); en la cual empero. en su venida, nosotros los creyentes tambi�n entraremos ( Apocalipsis 7:15; Apocalipsis 21:22). La cena enlaza los dos per�odos concluyentes de las dispensaciones antigua y nueva. Las venidas primera y segunda se consideran como una venida; de ah� la expresi�n �venida� y no �retorno� (v�ase con todo, Juan 14:3).

27. cualquiera que comiere � o bebiere indignamente, etc.�As� leen tres de los cuatro manuscritos m�s antiguos, la Vulgata y Cipriano (S�lo un manuscrito lee: �comiere y bebiere�). Los romanistas citan esta lecci�n para favorecer la comuni�n usando un solo elemento. Este no es el significado. El ap�stol dice que: Quienquiera que es culpable de conducta indigna al comer el pan o al beber la copa, es culpable del cuerpo y de la sangre de Cristo. La impropiedad en uno de los dos elementos corrompe la comuni�n en los dos. Por tanto, enseguida el ap�stol no dice que ser� �culpado del cuerpo o de la sangre,� sino �del cuerpo y de la sangre.� Todo el que toma el pan sin el vino, o el vino sin el pan, �indignamente� participa, y as� �es culpado� del cuerpo y de la sangre de Cristo: porque desobedece al mandamiento expreso de Cristo de participar de ambos. Si no participamos del s�mbolo de la muerte del Se�or dignamente, participamos de la culpa de aquella muerte. (V�ase �crucificar de nuevo para s� al Hijo de Dios,� Hebreos 6:6.) La indignidad en la persona no es lo que debiera excluir a nadie, sino la participaci�n indigna. Por indignos que fu�semos, si nos examinamos de modo de comprobar que aun siendo penitentes creemos en el Evangelio de Cristo, podemos participar dignamente.

28. pru�bese cada uno�Examine su propio estado mental respecto a la muerte de Cristo, y a su capacidad para �discernir el cuerpo del Se�or� (vv. 29, 31). No es necesaria la confesi�n auricular ante un sacerdote, sino la autoexaminaci�n. y coma as��Esto es, despu�s del debido examen de s� mismo. de aquel pan, y beba de aquella copa�En el v. 27, donde el recibir fu� indignamente, la expresi�n fu� �comiere este pan � bebiere esta copa� sin la preposici�n �de.� Aqu� el �de� sugiere la debida circunspecci�n al participar en la santa cena. [Bengel.] el que come y bebe�Su autoexamen no es con el fin de poder ausentarse de la mesa, sino con el fin de poder participar.

29. juicio come y bebe�Un juicio temporal (vv. 30-32). no discerniendo el cuerpo del Se�orNo juzgando debidamente, no distinguiendo en juicio (as� el griego): el pecado y su castigo se�alados como correspondiendo el uno al otro entre la comida com�n y los elementos que simbolizan el cuerpo del Se�or. La mayor�a de los manuscritos m�s antiguos omiten �del Se�or.� Omitiendo tambi�n �indignamente,� como lo omite la mayor parte de los manuscritos m�s antiguos, debemos traducir: �El que come y bebe, juicio come y bebe para s�, si no discierne el cuerpo� ( Hebreos 10:29). La iglesia es �el cuerpo de Cristo� (cap. 12:27): el cuerpo del Se�or es su cuerpo literal apreciado y discernido por el alma en la recepci�n fiel del mismo, pero no est� presente en los elementos mismos.

30. hay muchos enfermos y debilitados entre nosotros�Los primeros que naturalmente est�n sin fuerzas, y los segundos, que han perdido las fuerzas por la enfermedad. [Titm. Sin�nimos.] y muchos duermen�Est�n adormecidos al acercarse la muerte: no una muerte violenta, sino una a consecuenia de la enfermedad enviada como castigo del Se�or, para que el individuo obtenga la salvaci�n al enderezar su actitud mental en su lecho de enfermo (v. 31).

31. Que si nos examin�semos � no ser�amos juzgados��Si nos juzg�ramos debidamente, no ser�amos (o hubi�ramos sido) juzgados,� esto es, evitar�amos (o hubi�ramos evitado) nuestros castigos actuales. A fin de poder juzgar debidamente o �discernir (apreciar) el cuerpo del Se�or,� debemos �juzgarnos debidamente a nosotros mismos.� Esta es una advertencia presciente en contra del dogma de la absoluci�n sacerdotal, despu�s de haberse confesado plenamente ante el sacerdote, como una pr�ctica necesaria antes de recibir la cena del Se�or.

32. somos castigados�( Apocalipsis 3:19.) para que no seamos condenados con el mundo�Los que, siendo bastardos y no hijos, no reciben el castigo (purificador) ( Hebreos 12:8).

33. cuando os junt�is a comer, esperaos�En contraste con el v. 21. La expresi�n no significa que �se den una porci�n los unos a los otros,� porque todas las viandas eran propiedad com�n, y por tanto, deb�an de �esperarse� mutuamente hasta que todos estuviesen reunidos para participar juntos de la com�n fiesta de confraternidad. [Teofilacto.] (v. 22).

34. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa�El que no pueda �esperar a otros,� que satisfaga su hambre en casa [Alford.] (v. 22). Las dem�s cosas ordenar� cuando llegare�Es decir, �las dem�s cuestiones de vuestra carta con respecto a la celebraci�n debida de la cena del Se�or.� No otras cuestiones en general, porque en efecto �ordena� otras cuestiones generales despu�s en esta ep�stola.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 11". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-corinthians-11.html. 1871-8.
 
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