Bible Commentaries
1 Corintios 2

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-16

CAPITULO 2

EL TEMA DE LA PREDICACION DE PABLO: EL CRISTO CRUCIFICADO, PRESENTADO NO EN LA SABIDURIA MUNDANA, SINO EN LA CELESTIAL, ENTRE LOS PERFECTOS. As� que,� cuando fu�Yo [Conybeare], como. uno de los �necios, flacos, y viles� instrumentos empleados por Dios (cap. 1:27, 28); �glori�ndome en el Se�or,� no en la sabidur�a humana (cap. 1:31). V�ase cap. 1:23: �nosotros.� no fu� con altivezHechos 18:1, etc.). Pablo, si hubiese querido, podr�a haber usado un estilo ornado, ya que hab�a estudiado la erudici�n secular en Tarso de Cilicia, la que Estrab�n prefer�a como escuela a Atenas y a Alejandr�a; all�, sin duda, ley� los poemas del ciliciano Arato (que �l cita, Hechos 17:28), y a Epim�nides ( Tito 1:12), y a Menandro ( 1 Corintios 15:33). El desarrollo intelectual griego fu� un elemento importante en la preparaci�n del camino para el evangelio, pero no logr� regenerar al mundo, lo que demostr� que para esto hac�a falta un poder sobrehumano. El juda�smo helenista (grecista) en Tarso y en Alejandr�a, fu� el eslab�n de enlace entre las escuelas de Atenas y las rab�nicas. No pudo haber otro suelo natal m�s propicio para el ap�stol de los gentiles que la ciudad de Tarso, libre como estaba de las influencias pervertidoras de Roma, de Alejandr�a y de Atenas. Ten�a al mismo tiempo la ciudadan�a romana que le proteger�a de la violencia repentina. Adem�s, fu� criado en la divina ley hebraica en Jerusal�n. As� pues, como los tres elementos: la cultura griega, la pol�tica romana ( Lucas 2:1), y la ley divina dada a los jud�os, se combinaron precisamente en el tiempo de Cristo para preparar al mundo para el evangelio, as� tambi�n los mismos tres elementos, en la maravillosa providencia de Dios, se reunieron en el ap�stol de los gentiles. [Conybeare y Howson.] a anunciaros el testimonio de Cristo�(cap. 1:6), o �de Dios,� seg�n los manuscritos. Por tanto Cristo es Dios.

2. La idea en el griego es �La �nica cosa determinada que me propuse saber entre vosotros era, conocer a Jesucristo (su persona) y a �l crucificado (su oficio) [Alford], no ensalzado sobre el trono terrenal de David, sino ejecutado cual criminal m�s vil. El hecho hist�rico de la crucificci�n de Cristo habr�a recibido una publicidad menos prominente de parte de los buscadores de la humana sabidur�a en la iglesia de Corinto, para evitar el ofender a los eruditos paga nos y jud�os. La persona de Cristo y el oficio de Cristo constituyen la esencia del evangelio.

3. Y estuve yo con vosotros�Es decir, �Yo, el predicador�. El v. 2 describe el tema: �Cristo crucificado,� y el v. 4, la manera en que fu� predicado: no �con palabras persuasivas � mas con demostraci�n � de poder.� con flaqueza�personal y corporal ( 2 Corintios 10:10; 2 Corintios 12:7, 2 Corintios 12:9; G�latas 4:13). y temblor�(comp. Filipenses 2:12). No miedo personal, sino una ansiedad temblorosa por efectuar un deber; y la ansiedad de hacerlo a conciencia en contraste con el hecho de �servir al ojo� ( Efesios 6:5). [Conybeare y Howson.]

4. ni mi palabra��mi manera de hablar,� en privado�ni mi predicaci�n�en p�blico. [Bengel.] Alford lo explica as�: �Mi discurso sobre doctrinas, y mi predicaci�n, o narraci�n de los hechos�. fu� � de humana sabidur�a�La palabra �humana� es omitida por las autoridades m�s antiguas; con todo. �sabidur�a� se refiere a la de los hombres. mas con demostraci�n del Esp�ritu�La persuasi�n es el medio que emplea el hombre para conmover a su pr�jimo. El medio que Dios usa es la demostraci�n que no deja lugar a dudas, que inspira la fe sincera por la poderosa obra del Esp�ritu (obra que entonces se hab�a manifestado externamente en los milagros, e internamente hab�a obrado en el coraz�n y que ahora solamente obra en el coraz�n, siendo esto lo de mayor importancia ( Mateo 7:29; Hechos 6:10; Hebreos 4:12 : comp. tambi�n Romanos 15:19). Este mismo sencillo poder acompa�a a la verdad divina ahora. y produce una persuasi�n y una conversi�n ciertas cuando el Esp�ritu se manifiesta por medio de �l.

5. Para que vuestra fe no est� fundada�Es decir, para que no deba su origen ni su continuaci�n �a la sabidur�a de hombres.�

6, 7. Sin embargo, la predicaci�n del evangelio, lejos de ser contraria a la verdadera �sabidur�a� es una sabidur�a infinitamente superior a la de los sabios del mundo. hablamos sabidur�a�Aqu� Pablo reasume el �nosotros� (los predicadores, yo, Apolos, etc.), que us� cuando dijo: �nosotros predicamos� (cap. 1:23), s�lo que aqu� se refiere a algo menos p�blico (comp. vv. 7, 13. �misterio.� escondido�). Porque �sabidur�a� aqu� denota no el todo de la doctrina, sino sus principios m�s sublimes y profundos. entre perfectos�S�lo aquellos que se han perfeccionado en la experiencia y el conocimiento cristianos, pueden comprender la verdadera superioridad de la sabidur�a cristiana que Pablo predicaba. Son distintos no solamente de los hombres mundanos y carnales, sino tambi�n de los ni�os en Cristo, que si bien est�n �en Cristo,� retienen mucho de lo �carnal,� y no pueden por tanto entender las verdades profundas del cristianismo (cap. 14:20; Filipenses 3:15; Hebreos 5:14). Pablo al usar los t�rminos �misterio� o �sabidur�a oculta� (v. 7), no di� a entender alguna tradici�n oculta distinta del evangelio (como la �disciplina arcana,� y la doctrina de la reserva practicada por la iglesia de Roma), sino el desenvolvimiento de los tesoros del conocimiento, una vez escondidos, en los consejos de Dios mas ahora anunciados a todos, los cuales ser�n comprendidos inteligentemente en proporci�n a la medida en que la vida interior del oyente sea transformada a la imagen de Cristo. Comp�rense ejemplos de tales �misterios,� o sean las �verdades� cristianas m�s profundas que no fueron predicadas por Pablo en su primera visita a Corinto, cuando se limit� a los elementos fundamentales (v. 2), pero que ahora habla de ellas con los �perfectos� (cap. 15:51; Romanos 11:25; Efesios 3:5.). La palabra �Perfecto� aqu�, no significa la perfecci�n absoluta, sino la perfecci�n en contraste con los �ni�os,� o sean los menos maduros en el crecimiento cristiano (comp. Filipenses 3:12, con 1 Juan 2:12). �Dios� (v. 7) est� en contraste con el mundo, los ap�stoles con �los pr�ncipes (grandes y eruditos) de este mundo� (v. 8; cap. 1:20). [Bengel.] ni de los pr�ncipes � que se deshacen�Comp. con �lo que no es� (1:28). Es decir, son pasajeros, no inmortales. Por tanto, su sabidur�a no es verdadera [Bengel.] La idea es, seg�n Alford, �que son deshechos,� ya que Dios escoge las �cosas que no son (las flacas y despreciadas cosas del evangelio), para deshacer (el mismo verbo en cada caso) las que son� (cap. 1:28).

7. hablamos sabidur�a de Dios�enf�ticamente contrastada con la sabidur�a de los hombres y de este mundo. (vv. 5, 6.) en misterio�Es decir, �hablamos como tratando de un misterio�, esto es, no de algo que deba guardarse en secreto, sino de algo que una vez fu� oculto, pero que ahora es revelado. Mientras que los misterios paganos eran revelados solamente a los pocos escogidos, los del evangelio se hac�an notorios a todos los que obedeciesen a la verdad. �Si nuestro evangelio est� encubierto, est� encubierto a los que se pierden� ( 2 Corintios 4:3), �a aquellos que el dios de este siglo ha cegado.� Com�nmente usamos el vocablo �misterio� en referencia a aquellos de los cuales se retiene el conocimiento; los ap�stoles lo usaban en referencia a aquellos a los cuales es revelado. [Whately.] Est� encubierto mientras no se publica, y cuando se publica sigue encubierto a los imperfectos. [Bengel.] predestin��(comp. v. 9), fu� �preparado para aquellos que le aman.� antes de los siglos�Esto es, desde la eternidad. La sabidur�a de Dios supera en antig�edad a toda humana sabidur�a. No s�lo existi� antes que la sabidur�a del mundo, sino que existi� eternamente antes que el mundo mismo con sus siglos. para nuestra gloria�Nuestra gloria ahora, as� como en el m�s all�, de parte del �Se�or de gloria.�

8. La que ninguno � conoci��Es decir, la sabidur�a de Dios. Esta es la prueba m�s poderosa de que el hombre natural carec�a completamente de la sabidur�a celestial. porque � nunca hubieran crucificado al Se�or de gloria�Esto denota la conexi�n inseparable de la humanidad y la divinidad de Cristo. El Se�or de gloria (de la cual ten�a derecho aun antes de que el mundo fuese, Juan 17:4) fu� crucificado. Antes��Pero (ha acontecido) como est� escrito.� Cosas que ojo no vi�, etc.�Alford traduce: Las cosas que ojo no vio,� las cosas que Dios prepar� � nos las revel� Dios por el Esp�ritu.� De esta manera se ignora el �empero� del v. 10. Constr�yase m�s bien, como Estio: �Hablamos (que viene del v. 8) de cosas que ojo (antes) no vi� � cosas que ha preparado Dios � pero que Dios nos las revel� a nosotros �� La cita no aparece palabra por palabra, pero s� es una exposici�n inspirada de la �sabidur�a� (v. 6, tomada de Isa�as 64:4). Las palabras �fuera de ti, oh Dios,� no se citan, directamente, pero se expresan virtualmente en la exposici�n de ellas (v. 10): �Nadie, oh Dios, fuera de ti ve estos misterios, y Dios nos los ha revelado por su Esp�ritu.� Ni han subido en coraz�n�Un hebra�smo comp. la expresi�n: �ni vendr� al pensamiento�, (Jeremias 3:16). Dios ha preparado�En Isa�as 64 leemos: �Dios � hiciese por el que en �l espera� aqu�, �para los que le aman.� Isa�as hablaba a los que aguardaban la futura aparici�n del Mes�as; Pablo, a los que aman al Mes�as que ya ha aparecido ( 1 Juan 4:19, Joel 4:19), comp. v. 12: �lo que Dios ha dado.� [Bengel.]

10. Dios nos lo revel� � por el Esp�ritu�La inspiraci�n de los pensamientos (en cuanto concierne a la verdad esencial para la salvaci�n es lo que hace a un cristiano (cap. 3:16; 12:3; Mateo 16:17; Juan 16:13; 1 Juan 2:20, Joel 2:20, 1 Juan 2:27, Joel 2:27); la inspiraci�n de las palabras, hace a un PROFETA ( 2 Samuel 23:1; 1 Reyes 13:1, 1 Reyes 13:5) �por la palabra del Se�or� (v. 13; Juan 20:30; 2 Pedro 1:21). Los secretos de la revelaci�n est�n velados para algunos, no porque aquellos que los conocen no quieran revelarlos (porque en efecto la misma palabra revelaci�n sugiere el apocalipsis de lo velado), sino porque aquellos que los escuchan no tienen la voluntad, o el poder, para comprenderlos. Por tanto, s�lo aquellos que son ense�ados del Esp�ritu conocen estos secretos (Salmo 25:14; Proverbios 3:32; Juan 7:17; Juan 15:15). a nosotros�Es decir, los �perfectos,� o los experimentados en la vida cristiana (v. 6). Los inteligentes podr�n entender el bosquejo de las doctrinas, pero sin la revelaci�n del Esp�ritu Santo seguir� para ellos un mero bosquejo�un esqueleto, correcto acaso, pero sin vida [Cautions for the Times xiv] ( Lucas 10:21). el Esp�ritu todo lo escudri�a�Obra en nosotros y con nuestros esp�ritus (comp. Romanos 8:16, Romanos 8:26). El Antiguo Testamento nos revela a Dios (el Padre) para nosotros. Los Evangelios, a Dios (el Hijo) con nosotros. Los Hechos y las Ep�stolas, a Dios (el Esp�ritu Santo) en nosotros [Monod] ( G�latas 3:14). lo profundo de Dios�(Salmo 92:5.) Su naturaleza divina, atributos y consejos. El Esp�ritu se deleita en explorar las infintas profundidades de su propia mente divina para revel�rnoslas conforme a nuestra capacidad para comprenderlas ( Deuteronomio 29:29). Esto prueba la personalidad y la divinidad del Esp�ritu Santo. La divinidad no puede ser separada del Esp�ritu de Dios, as� como la humanidad no puede ser separada del esp�ritu del hombre. [Bengel.]

11. nadie conoci� las cosas de Dios�ni �ngel, ni hombre. Esto prueba la imposibilidad de conocer las cosas de Dios salvo por instrumentalidad del Esp�ritu de Dios (quien es el �nico que las conoce, puesto que aun en el caso del hombre, tan infinitamente inferior en la mente a Dios, ninguno de sus semejantes sino solamente su propio esp�ritu conoce las cosas que est�n ocultas en su interior.)

12. hemos recibido, no el esp�ritu del mundo�el malvado �esp�ritu que ahora obra en los hijos de desobediencia� ( Efesios 2:2). Este esp�ritu es natural en el no regenerado, y no necesita ser recibido. sino el Esp�ritu que es [de parte] de Dios�Lo hemos recibido como un don de Dios, pues es su mismo Esp�ritu, as� como nuestro esp�ritu es el esp�ritu que est� en nosotros los hombres (v. 11). para que conozcamos lo que Dios nos ha dado�Es decir, el actual conocimiento experimental, para nuestro indecible consuelo, de sus profundos misterios llenos de sabidur�a, y de nuestra futura posesi�n de las buenas �cosas que ha preparado Dios para los que le aman� (v. 9).

13. Lo cual tambi�n�No s�lo conocemos por el Esp�ritu Santo �las cosas que Dios nos ha dado abundantemente�, sino que tambi�n por �l hablamos de las mismas. (v. 12). hablamos � con doctrina, etc.�Las cosas que el Esp�ritu ense�a. acomodando etc.�Es decir, interpretando las inspiradas Escrituras del Antiguo Testamento, y compar�ndolas con el evangelio que Jes�s por el mismo Esp�ritu revel� [Grocio.]; y asimismo ilustrando los misterios del evangelio compar�ndolos con los tipos del Antiguo Testamento. [Cris�stomo.] Por esto la misma palabra griega �comparar� se traduce en 2 Corintios 10:12. Wahl (Clavis) traduce: �explicando (seg�n la traducci�n griega en la Versi�n de los Setenta de G�nesis 40:8) a los espirituales (a los que son ense�ados del Esp�ritu) cosas espirituales (cosas que el Esp�ritu nos ha ense�ado).� S�lo los que son ense�ados del Esp�ritu pueden comprender las verdades espirituales. Esto concuerda con los vv. 6, 9, 10, 14, 15; cap. 3:1. Alford traduce: �Juntando (combinando) lo espiritual con lo espiritual;� esto es, aplicando las palabras espirituales a las cosas espirituales, lo que no har�amos si solamente us�ramos palabras de buena sabidur�a para explicar cosas espirituales (as� vv. 1, 4; 1 Pedro 4:11). Tal vez aqu� se emplean los neutros con frecuencia para abarcar impl�citamente estas varias nociones: Se compara, o acomoda lo espiritual con lo espiritual; se declara que las cosas espirituales se adaptan solamente a las personas espirituales (as� el t�rmino �cosas� comprende personas en el cap. 1:27), y tambi�n que las verdades espirituales se combinan solamente con palabras espirituales (no con palabras de humano saber); y por fin, que las cosas espirituales de los dos Testamentos s�lo pueden ser comprendidas por la mutua comparaci�n o combinaci�n, no con la �sabidur�a� mundana, ni con las percepciones naturales (cap. 1:21, 22; 2:1, 4-9; comp. Salmo 119:18).

14. el hombre animallit., hombre de alma animal. Se compara aqu� el hombre espiritual con el hombre animal, quien se gobierna por el alma animal (natural), la cual se impone a su esp�ritu porque no posee el Esp�ritu de Dios ( Judas 1:19). As� el cuerpo animal (natural), o sea el cuerpo que es guiado por la inferior naturaleza animal (incluyendo el raciocinio y el coraz�n del hombre ca�do), se contrasta con el cuerpo vivificado por el Esp�ritu (cap. 15:44-46). El hombre carnal (quien es guiado por los apetitos f�sicos, y por un esp�ritu jactancioso, ajeno a la vida divina) es pariente cercano del hombre animal; as� tambi�n el terrenal. El hombre �diab�lico� o �demon�aco� que es �guiado por un esp�ritu malvado,� es el mismo hombre animal que ha descendido a su condici�n m�s baja. ( Santiago 3:15). no percibe las cosas � del Esp�ritu��no las recibe��aunque le son ofrecidas y son �dignas de ser recibidas de todos� ( 1 Timoteo 1:15). porque le son locura�Por cuanto anda en busca de la �sabidur�a� (cap. 1:22). no las puede entender�No s�lo no las sabe, tampoco puede saberlas, y por tanto no las quiere �recibir� ( Romanos 8:7).

15. el espiritual��El hombre espiritual se distingue de sus semejantes en que en �l rige el Esp�ritu. En el no regenerado, su esp�ritu, que debiera de ser el �rgano del Esp�ritu Santo (el que lo es en el regenerado), est� sujeto por el alma animal de tal manera que nunca puede ser llamado �espiritual.� juzga todas las cosas�y a todas las personas, como verdaderamente son (comp. cap. 16:2-4; 1 Juan 4:1, Joel 4:1), a la medida de su espiritualidad. Tiene una comprensi�n pr�ctica de las verdades del evangelio, aunque no es infalible tocante a todos los puntos te�ricos. Si un individuo puede tener al Esp�ritu sin ser infalible, �por qu� no puede la iglesia tener el Esp�ritu, y con todo no ser infalible? (He aqu� una refutaci�n al argumento romanista en pro de la infabilidad de la iglesia, Mateo 28:20; Juan 16:13) As� como el creyente y la Iglesia tienen el Esp�ritu, y no son por eso impecables, del mismo modo �l y la iglesia tienen el Esp�ritu, y no son por eso infalibles ni impecables. La iglesia y el creyente son infalibles e impecables, s�lo en proporci�n al grado en que sean guiados por el Esp�ritu. El Esp�ritu gu�a a toda verdad y santidad; pero su influencia en los creyentes y en la iglesia es hasta ahora parcial. Solamente Jes�s quien ten�a el Esp�ritu sin medida ( Juan 3:34), es infalible tanto como impecable. La Escritura, como fu� escrita por hombres que cuando escrib�an eran infaliblemente inspirados, es verdad sin mistura ( Proverbios 28:5; 1 Juan 2:27, Joel 2:27).

16. Porque �qui�n conoci� � etc.�Esto prueba lo que dice el v. 15, que el hombre espiritual �no es juzgado de nadie.� Para poder juzgar al hombre espiritual, el hombre com�n necesita conocer �la mente del Se�or.� Pero �qui�n de los hombres comunes la conoce? �qui�n le instruy�?�Es decir, �qui�n conoce la mente del Se�or de modo que pueda aconsejarle (cita de Isa�as 40:13)? As� se traduce en la Versi�n de los Setenta el verbo griego que significa probar, convencer, en Hechos 9:22. Los hombres naturales, que juzgan a los espirituales que viven conforme a la mente de Dios (�Nosotros tenemos la mente de Cristo�), virtualmente desean instruir a Dios, y llevarle a tomar otro criterio como si fuesen los consejeros que ayudan a su rey a tomar decisiones correctas. nosotros tenemos la mente de Cristo�a la medida de nuestra capacidad para comprenderla. Isa�as en el cap. 40, aplica estas palabras a Jehov�; por tanto, como este pasaje se aplica a Cristo, aqu� �l es Jehov�.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 2". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-corinthians-2.html. 1871-8.