Bible Commentaries
1 Corintios 6

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-20

CAPITULO 6

1-11. LOS LITIGIOS DE CRISTIANOS EN LAS CORTES PAGANAS SON CENSURADOS: EL QUE ESTOS OCURRAN DEMUESTRA QUE HAY UN ESPIRITU MALO: MEJOR ES SOPORTAR EL MAL AHORA, PUES EN EL PORVENIR LOS MALHECHORES SERAN EXCLUIDOS DEL CIELO.

1. �Osa alguno�Esta palabra insin�a una traici�n contra la hermandad cristiana. ir a juicio delante de los injustos�Se llaman �injustos� aqu� a los jueces gentiles para usar un ep�teto propio del tema tratado, a saber, tocante a la justicia. Aunque no todos los gentiles son injustos en todos respectos, sin embargo, lo son seg�n el ideal de justicia que reconoce a Dios como Juez supremo. Los cristianos, por otra parte, que reconocen a Dios como la �nica fuente de justicia, no deber�an esperar justicia de parte de aqu�llos. y no delante de los santos?�En aquel tiempo se permit�a a los jud�os en el extranjero referir sus contiendas a los arbitrios jud�os [Josefo, Antig�etades 14:10, 17]. Por tanto, se permit�a a los cristianos que tuviesen arbitrios cristianos.

2. O no sab�is�Como si fuese una verdad universalmente reconocida por los cristianos. No obstante vuestra jactancia en vuestro �conocimiento,� est�is obrando contrariamente a �l (cap. 1:4, 5; 8:1). ��O no sab�is?� es una expresi�n que indica sorpresa. que los santos han de juzgar al mundo?�Es decir, �regir�n,� inclusive el juicio: como asesores de Cristo. Mateo 19:28 : �juzgando,� equivale a �rigiendo,� o �reinando.� Comp. Salmo 49:14; Daniel 7:22, Daniel 7:27; Apocalipsis 2:26; Apocalipsis 3:21; Apocalipsis 20:4. Algunos de los mejores expositores hacen una distinci�n muy marcada entre los santos que juzgan o rigen, y el mundo por ellos regido; as� como la hay entre los doce ap�stoles elegidos ( Mateo 20:23) que se sientan en los tronos juzgando, y las doce tribus de Israel que son juzgadas por ellos. Reinar y ser salvos no son necesariamente sin�nimos. As� como Jehov� emple� a �ngeles para hacer que se llevara a efecto la ley cuando descendi� a Sina� para establecer su trono en Israel. as�, con su venida, los santos administrar�n el reino para �l y bajo �l. Las naciones de la tierra, e Israel la primera, en la carne, ser�n, seg�n esta interpretaci�n. los s�bditos del reino del Se�or y de sus santos en cuerpos glorificados. El error de los quiliastas (milenialistas) fu� que adoptaron solamente la interpretaci�n carnal, limitando el reino a la parte terrenal. Esta parte tambi�n ser� beneficiada al recibir las bendiciones espirituales y temporales que la presencia de Cristo deba producir. Adem�s de esta gloria terrenal, habr� la gloria celestial de los santos que reinar�n en cuerpos transfigurados y que tendr�n tan bendita comunicaci�n con los mortales como la que tuvieron Cristo, Mois�s y El�as, con Pedro, Jacobo y Juan, en la transfiguraci�n ( 2 Timoteo 2:12; 2 Pedro 1:16). Pero aqu� el t�rmino �mundo� parece referirse al mundo incr�dulo que ha de ser �condenado� (cap. 11:22), m�s bien que al mundo entero, inclusive aquellas naciones sujetas que han de ser incorporadas en el reino de Cristo; sin embargo, puede ser que incluya tanto a los que han de ser condenados, junto con los �ngeles malos, como a los que han de sujetarse en obediencia al reino de Cristo con sus santos. Comp. Mateo 25:32, Mateo 25:40 : �todas las naciones;� �estos mis hermanos� que est�n sobre el trono con �l. Los eventos deben decidir la verdad de esta opini�n. si el mundo ha de ser juzgado por vosotroslit., �en vosotros:� delante de vosotros (v�ase cap. 3:22). �sois indignos de juzgar cosas muy peque�as?�Las m�s graves de las cuestiones que han de decidirse son infinitamente peque�as en comparaci�n con aquellas que se decidir�n en el d�a del juicio.

3. hemos de juzgar a los �ngeles�Esto es, a los �ngeles malos. Nosotros, que ahora somos un �espect�culo� para los �ngeles�, �juzgaremos a los �ngeles� entonces. Los santos participar�n en la aprobaci�n de la sentencia final que dar� el Juez sobre aqu�llos ( Judas 1:6). Los creyentes, como administradores del reino de Jes�s, sojuzgar�n a todo imperio que sea hostil a Dios. Acaso, tambi�n, los �ngeles buenos recibir�n de parte del Juez, con la aprobaci�n de los santos, honores superiores.

4. si hubiereis de tener juicios�Esto es, casos en que deber� hacerse juicio. poned para juzgar a los que son de menor estima�lit., los de ninguna estima. Cualesquiera, sin embargo, por inferiores que sean, antes que a los paganos (cap. 1:28). Las cuestiones de propiedad terrenal son de consecuencia secundaria a los ojos de los cristianos verdaderos, y deben ser delegadas a los que tienen una posici�n secundaria en la iglesia. Para avergonzaros lo digo�As� el ap�tsol reprueba el esp�ritu jactancioso de ellos (cap. 5:2; comp. cap. 15:34). Para avergonzaros, para que dej�is vuestra presente conducta de presentar litigaciones ante los gentiles, digo (dije, v. 4): �Poned (as� el griego) para que juzguen, a los de menor estima.� Esto es aun mejor que vuestra costumbre actual. �Pues qu���Est�is en un estado tan impotente que �? no hay entre vosotros sabio�Aunque en otros casos os jact�is de vuestra �sabidur�a� (cap. 1:5, 22). San Pablo alude probablemente al t�tulo de �Cacham,� o sabio, que se aplicaba a cada rabino de los concilios judaicos. ni aun uno�Ni uno siquiera, entre tantos que hay en vuestro medio de reputada sabidur�a (cap. 3:18; 4:6). que pueda juzgar�cuando se le pida. entre sus hermanoslit., hermano; es decir, juzgar entre hermano y hermano. Al suscitarse cada caso, se hab�a de escoger un �rbitro por parte de la iglesia, que fuese un hombre tan sabio que tuviese el carisma, o don, de gobierno eclesi�stico.

6. Sino que � etc.�Antes, al contrario; en contestaci�n enf�tica, negativamente, a la pregunta suya al fin del v. 5.

7. es ya una falta en vosotros que teng�is pleitos�palabra no tan fuerte como pecado. Vuestros pleitos son ya una grave falta cometida en contra de vuestros altos privilegios, la cual se agrava m�s cuando se comete ante los inconversos. �Por qu� no sufr�s antes la injuria?�( Proverbios 20:22; Mateo 5:39); esto es, �por qu� no os dej�is perjudicar?

8. vosotros hac�is la injuria. Vosotros enf�ticamente, a quienes el Se�or ha mandado que vuelvan el bien por el mal, al contrario, �perjudic�is (quitando) y defraud�is (reteniendo lo que os est� confiado; �defraudar� puede se�alar tambi�n el efecto de la injuria, o perjuicio hecho). No s�lo no sufr�s el perjuicio, sino que lo comet�is.

9. los injustos�trad�zcase: �Malhechores,� refiri�ndose al v. 8 (comp. G�latas 5:21). no poseer�n el reino de Dios�que es un reino de justicia ( Romanos 14:17). ni los fornicarios�aludiendo al cap. 5; tambi�n a los vv. 12-18. ni los afeminados�Los que se contaminan a s� mismos, entreg�ndose a concupsicencias contrarias a la naturaleza.

11. esto erais algunos; mas ya sois lavados�La voz media del griego expresa: �ya os lavasteis.� Este lavamiento sugiere la admisi�n a los beneficios de la salvaci�n de Cristo en general, de la que forman parte: (1) La santificaci�n, o el apartamiento del mundo, y la adopci�n en la iglesia: as� se emplea el t�rmino �santificados� en el cap. 7:14; Juan 17:19; Comp. 1 Pedro 1:2, donde parece significar la separaci�n del creyente, para ser consagrado por el Esp�ritu en el eterno prop�sito de Dios. (2) La justificaci�n para ser librados de la condenaci�n, por la justicia de Dios en Cristo, por medio de la fe ( Romanos 1:17). As� opina Parseo. El que se coloque el t�rmino santificaci�n antes que el t�rmino justificaci�n demuestra que as� debe entenderse el sentido, y no como si fuese una santificaci�n progresiva. �Lavarse� precede a ambos vocablos, y as� debe referirse al nuevo nacimiento exterior (Trad. �figurativo�) de agua, que es una se�al de la entrega interna al Se�or, por la inspiraci�n del Esp�ritu que ha puesto la simiente de la vida nueva ( Juan 3:5; Efesios 5:26; Tito 3:5; Hebreos 10:22). San Pablo (comp. el Servicio Bautismal de la Iglesia Anglicana), con amor y fe en el ideal de la iglesia, presume que el bautismo realiza su designio original, y que aquellos que son externamente bautizados, internamente entran en comuni�n vital con Dios ( G�latas 3:27). El ap�tsol presenta el gran ideal que realizan s�lo aquellos en los cuales el bautismo interior y el exterior coinciden; y al mismo tiempo reconoce el hecho de que en muchos casos esto no se cumple (vv. 8-10), y deja que Dios decida cu�les son los de veras �lavados,� mientras que �l solamente decide bas�ndose en principios generales. en el nombre del Se�or Jes�s, y por el Esp�ritu�M�s bien, �en el Esp�ritu,� es decir, por su inmanencia. Ambas frases se construyen con los tres vocablos: �lavados, santificados, justificados.� de nuestro Dios�El �nuestro� les recuerda que en medio de todos sus reproches Dios sigue siendo el Dios de �l y de ellos.

12-20. REFUTACION A LA DEFENSA ANTINOMINIANA EN FAVOR DE LA FORNICACION DE QUE DEBERIA SER LICITA ASI COMO ERAN LICITAS LAS COMIDAS.

12. Todas las cosas me son l�citas�Estas, que fueron palabras textuales de San Pablo en una ocasi�n anterior (a los Corintios, v�ase cap. 10:23; y a los G�latas, 5:23), fueron usadas como pretexto para excusar el comer carne ofrecida a �dolos, y asimismo para practicar otra cosa que en lo general se conectaba con la idolatr�a ( Hechos 15:29): la �fornicaci�n� (tal vez en la carta dirigida a Pablo, cap. 7:1). Las observaciones de San Pablo se refer�an solamente a cosas que no eran ni buenas ni malas; pero ellos consideraban la fornicaci�n como algo sin importancia, bas�ndose en que la existencia de los apetitos corporales comprobaba la legalidad de la satisfacci�n de los mismos. me son l�citas�El ap�stol se pone como ejemplo de los cristianos en general. mas yo�Es decir, hagan lo que hicieren los dem�s, yo no lo har� � no me meter� debajo de potestad de nada�Las palabras griegas son del mismo radical, lo que permite aqu� un juego de palabras: Todas las cosas est�n en mi poder, pero yo no he de ser sometido bajo el poder de ninguna de ellas. El que comete la �fornicaci�n� abandona su propio poder o libertad, y �queda sometido bajo el poder� de la ramera (v. 15; comp. cap. 7:4). El �poder� debe estar en las manos del creyente, no en los medios que �l utiliza [Bengel]; de otro modo, su libertad se pierde, y deja de ser due�o de s� ( Juan 8:34; G�latas 5:13; 1 Pedro 2:16; 2 Pedro 2:19). Las cosas il�citas arruinan a miles; las �cosas� l�citas (il�citamente empleadas), a mir�adas.

13. Las viandas para el vientre�El argumento respecto a la indiferencia de las comidas (cap. 8:8; Romanos 14:14, Romanos 14:17; comp. Marco 7:18; Colosenses 2:20) no puede ser aplicado al de la fornicaci�n. Las comidas sin duda no importan, puesto que las �viandas,� as� como el �vientre� para ellas preparado, ser�n �desechos� en el estado futuro. Pero �el cuerpo no es (creado) para fornicaci�n, sino para el Se�or, y el Se�or es para el cuerpo� (como Redentor de �l, por lo cual se ha posesionado del cuerpo) : �Y Dios, que levanto al Se�or, tambi�n nos levantar� a nosotros:� (esto es, nuestros cuerpos); por tanto el cuerpo no ha de ser destru�do, como el �vientre�, despu�s de haber terminado su uso temporal. Bien, �el que fornica, contra su propio cuerpo peca� (v. 18). Por tanto, la fornicaci�n no es algo indiferente, puesto que significa pecar contra nuestro mismo cuerpo, el que, como el Se�or para quien fu� creado, no ha de ser deshecho, sino resucitado para una existencia eterna. As� es como Pablo nos da aqu� el gran principio de los tres temas que ser�n tratados en las secciones que siguen: (1) La relaci�n entre los sexos. (2) La cuesti�n de la carne ofrecida a �dolos. (3) La resurrecci�n del cuerpo. a �l y a ellas deshar� Dios�El destruir� el vientre y las viandas con la venida del Se�or y cambiar� los cuerpos naturales de los creyentes en cuerpos espirituales (cap. 15:44, 52). Hay una esencia verdadera en la que estriban los fen�menos superficiales de la presente constituci�n temporal del cuerpo, y este germen esencial, cuando todas las part�culas quedan esparcidas, obra en la futura resurrecci�n del cuerpo incorruptible.

14. ( Romanos 8:11.) Dios que levant� al Se�or�Para distinguirlo del �a nosotros nos levantar�.. ;� ya que �ste es un verbo compuesto, y aqu�l un verbo simple. Los creyentes ser�n levantados de entre los dem�s muertos (Nota, Filipenses 3:11); y �sta ser� la primera resurrecci�n ( Apocalipsis 20:5). a nosotros nos levantar��Aqu� habla el ap�stol de la posibilidad de ser �l hallado en la tumba cuando Cristo venga; en otro pasaje menciona la posibilidad de ser �l hallado vivo ( 1 Tesalonicenses 4:17). En cualquier caso, la venida del Se�or antes de su muerte, es el gran objeto de la expectaci�n del cristiano ( Romanos 8:19).

15. Aqu� se reasume el pensamiento del v. 13, �el cuerpo es para el Se�or� (cap. 12:27; Efesios 4:12, Efesios 4:15; Efesios 5:30). �Quitar� pues los miembros de Cristo.. ?�Puesto que es as�: �deber�an ser espont�neamente apartados de Cristo? Porque no pueden ser al mismo tiempo �los miembros de una ramera� y �los de Cristo.� [Bengel.] Es una verdad misteriosa que la ruina moral y espiritual es causada por aquellos pecados que la sabidur�a humana (no iluminada por la raz�n) consideraba como acciones tan inocentes como el comer y el beber. [Conybeare y Howson]

16. Aqu� se justifica el ap�stol por haber: llamado �miembros de una ramera� a los fornicarios. el que se junta�en relaci�n carnal; lit., cementado a, asido de. es hecho con ella un cuerpo porque ser�n, dice, los dos en una carne�Dios us� esta expresi�n hablando respecto a Ad�n ( G�nesis 2:24; Mateo 19:5). �El que los hizo en el principio dijo �� ( Efesios 5:31).

17. el que se junta con el Se�or un esp�ritu es�con el. En el caso de la uni�n con la ramera, el fornicario viene a ser un �cuerpo� con ella (no un �esp�ritu�, porque el esp�ritu, que es donde se manifiesta normalmente el Esp�ritu Santo en el hombre, est� en el hombre carnal tan obscurecido por la sensualidad que no puede ser escuchado). Pero el creyente no s�lo santifica su cuerpo por la uni�n con el cuerpo de Cristo, sino que tambi�n viene a ser �un esp�ritu� con �l ( Juan 15:1; Juan 17:21; 2 Pedro 1:4; comp. Efesios 5:23, y Juan 3:6).

18. Huid la fornicaci�n�La �nica seguridad en tales tentaciones es el huir de ellas. ( G�nesis 39:12; Job 31:1). Cualquier otro pecado � fuera del cuerpo es�El griego es enf�tico: �Todo pecado cualquiera que el hombre hiciere.� Todo otro pecado, aun la glotoner�a, la borrachera y el suicidio, �es fuera� del cuerpo, esto es, comparativamente externo al cuerpo (Marco 7:18; comp. Proverbios 6:30). Ciertamente perjudica el cuerpo mismo, pero no lo enajena: el pecado no se termina en el cuerpo; m�s bien obra contra los �rganos perecederos del cuerpo (como el �vientre,� y la presente organizaci�n temporal), y contra el alma; no contra el cuerpo en su esencia permanente, destinado �para el Se�or.� �Mas el que fornica� enajena aquel cuerpo que es del Se�or, y lo hace uno con el cuerpo de la ramera, y as� �peca contra su propio cuerpo,� esto es, contra la realidad y la naturaleza de su cuerpo; no un mero efecto en el cuerpo desde fuera, sino una contradicci�n de la verdad tocante al cuerpo, obrada dentro de �l mismo. [Alford.]

19. Prueba de que �el que fornica contra su propio cuerpo peca� (v. 18). �O ignor�is que vuestro cuerpo es templo del Esp�ritu Santo�No dice �cuerpos�. En el cap. 3:17, el ap�stol representa a toda la compa��a de los creyentes (almas y cuerpos), o sea, la iglesia, como �el templo de Dios�; as� tambi�n aqu�, el cuerpo de cada miembro de la iglesia se considera como un ideal �templo del Esp�ritu Santo.� Juan 17:23 prueba tambi�n que no s�lo la iglesia, sino tambi�n cada miembro de ella, es �templo del Esp�ritu Santo.� Aunque son muchos los miembros que forman un templo, ellos son colectivamente lo que cada uno es individualmente en miniatura. Los jud�os ten�an un solo templo, y as�, en un sentido m�s pleno, todas las iglesias cristianas y los creyentes individuales forman un solo templo. La expresi�n �vuestro (en plural) cuerpo� se distingue aqu� de la frase �su propio cuerpo� (particular o individual) (v. 18). Pecando contra �ste, el fornicario peca contra �el cuerpo� ideal, el de �Cristo�, cuyos �miembros vuestros cuerpos� son (v. 15). En esto consiste el pecado de la fornicaci�n, en que es una profanaci�n sacr�lega del templo de Dios para usos imp�os. El invisible pero mucho m�s eficiente Esp�ritu de Dios en el templo espiritual, ahora reemplaza el visible Shekinah del viejo templo material. El hombre entero es el templo; el alma es el santuario de m�s adentro; y el cuerpo, el p�rtico y el exterior del edificio. La pureza es la guardiana del templo, la cual evita que cosa inmunda entre a �l, y que por tanto Dios lo abandone al haber sido contaminado. [Tertuliano, de cultu foeminarum.] Nadie sino Dios puede arrogarse un templo; aqu� se le asigna uno al Esp�ritu Santo; por lo tanto, el Esp�ritu Santo es Dios. y que no sois vuestros?�El fornicario considera su cuerpo como si fuese �suyo propio,� y cree que puede darlo a una ramera si le place a �l (v. 18; comp. v. 20). Pero el cristiano no tiene derecho alguno de enajenar su cuerpo, pues es del Se�or. En la antigua esclavitud la persona del siervo era del todo propiedad del amo, no del siervo mismo. La compra era uno de los m�todos usados para adquirir un esclavo. El hombre se ha vendido al pecado ( 1 Reyes 21:20; Romanos 7:14). Cristo lo compra para que le sirva ( Romanos 6:16).

20. Porque comprados sois por precio�Por tanto, la sangre de Cristo es estrictamente un rescate pagado a la justicia de Dios, por el amor de Dios en Cristo, para nuestra redenci�n ( Mateo 20:28; Hechos 20:28; G�latas 3:13; Hebreos 9:12; 1 Pedro 1:18; 2 Pedro 2:1; Apocalipsis 5:9). Al mismo tiempo que nos quit� nuestra obligaci�n de ser castigados, nos impuso una nueva obligaci�n de obediencia (cap. 7:22, 23). Si le aceptamos como nuestro Profeta para que nos revele a Dios, y como nuestro Sacerdote para que haga expiaci�n por nosotros, debemos tambi�n aceptarle como nuestro Rey para que nos gobierne como completamente suyos, y le demos evidencia de nuestra lealtad ( Isa�as 26:13). en vuestro cuerpo�como �en� un templo (comp. Juan 13:32; Romanos 12:1; Filipenses 1:20). y en vuestro esp�ritu, los cuales son de Dios�Estas palabras faltan en los manuscritos y versiones m�s antiguas, pero no son de mucha importancia, por cuanto el contexto trata mayormente del �cuerpo� (vv. 16, 18, 19). El �esp�ritu� se menciona incidentalmente en el v. 17, lo que acaso motiv� esta interpolaci�n, que fue escrita primero en el margen y luego insertada en posteriores copias del texto.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 6". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-corinthians-6.html. 1871-8.