Bible Commentaries
1 Corintios 7

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-40

CAPITULO 7

CONTESTACION A LA INTERROGACION HECHA RESPECTO AL MATRIMONIO. EN CUANTO A OTRAS COSAS, ASIENTA EL PRINCIPIO DE PERMANECER EN EL ESTADO ACTUAL, POR SER CORTO EL TIEMPO.

1. Los corintios en su carta probablemente hab�an hecho preguntas que tend�an a rebajar el matrimoni�, sugiriendo que si hab�a sido contra�do con un incr�dulo, era mejor romper el lazo. bien es al hombre no tocar mujer�Es decir, que esto era conveniente a causa de la presente tribulaci�n;� o sea, la condici�n incierta en que estaba el mundo, y la probabilidad de que hubiese persecuciones, las cuales separaban cruelmente a los casados. Hebreos 13:4, en oposici�n a las nociones asc�ticas y romanistas tocante a la santidad superior del celibato, declara que �Honroso es el matrimonio en todos.� Otra raz�n por la cual en algunos casos el celibato puede ser asunto de conveniencia se nos da en los vv. 34, 35: �Para que sin impedimento sirv�is al Se�or.� Pero �stos son casos excepcionales, en tiempos tambi�n excepcionales, como en los que vivi� Pablo.

2. Mas a causa de las fornicaciones�Aqu� se da una regla general para evitar la fornicaci�n: una tentaci�n a que estaban expuestos los solteros, por ser de pr�ctica tan com�n en Corinto, y ni considerada como pecado entre los paganos. El plural, �las fornicaciones�, se�ala deseos irregulares, en contraste con la unidad de la relaci�n conyugal. [Bengel.] cada uno tenga su mujer�Un mandamiento positivo a todo hombre que no tiene el don de la continencia, en efecto, a la gran mayor�a en el mundo (v. 5). La dignidad del matrimonio est� expuesta por Pablo en Efesios 5:25, al presentarla como un s�mbolo de la uni�n m�stica entre Cristo y la Iglesia.

3, 4. El deber de la cohabitaci�n por parte de los casados. El marido pague a la mujer la debida benevolencia�En los manuscritos m�s antiguos se lee simplemente �el deber;� es decir, la cohabitaci�n conyugal en cumplimiento del contrato matrimonial (v. 4). El v. 4 es una paradoja. El esposo no tiene potestad sobre su cuerpo, y con todo es suyo propio. Esto es explicado, por la unidad del cuerpo en que el matrimonio coloca al marido y a la mujer. Un ser complementa al otro. Ninguno sin el otro realiza el perfecto ideal del ser humano.

5. No os defraud�is�Es decir, del deber conyugal (v. 3; v�ase la Versi�n de los Setenta, �xodo 21:10). a no ser por alg�n tiempo�en alguna ocasi�n. [Alford.] para ocuparoslit., para estar despreocupados; libres de interrupciones en la oraci�n; a saber en alguna �poca especial, seg�n el sentido griego de tiempo aqu� (v�ase �xodo 19:15; Joel 2:16; Malaqu�as 7:3). en la oraci�n�As� parece en los manuscritos m�s antiguos. Otros leen: �ayuno y oraci�n,� siendo esto evidentemente una interpolaci�n de los ascetas. volved a juntaros�Los manuscritos m�s antiguos leen: �estad juntos,� es decir, en vuestro estado normal de casados. porque no os tiente Satan�s�quien a menudo tienta a los hombres ocupados en los ejercicios m�s sagrados, con pensamientos profanos. a causa de vuestra incontinencia�Vuestra impotencia para �contener� (v. 9) las propensiones naturales, de las que se aprovechar�a Satan�s.

6. esto digo por permisi�n, no por mandamiento�No por el permiso que Dios me d� para decirlo; sino �a guisa de permisi�n� a vosotros. El �esto� se refiere a los vv. 2-5.

7. Quisiera � que todos los hombres fuesen como yo�Que tengan el don de la continencia ( Mateo 19:11). Este deseo no es en sentido absoluto; de otro modo la extensi�n de la humanidad y de la iglesia cesar�a; sino que se aplica relativamente a la �presente necesidad� (v. 26).

8. a los solteros�en general, de ambos sexos (vv. 10, 11). y a las viudas�en particular. bueno les es que se quedasen como yo�sin casarse (cap. 9:5)

9. mejor es casarse que quemarse�en la secreta llama de la concupiscencia, que destruye todo el ser interior. [V�ase Agust�n, de Sancta Virginitate.] Hace falta el roc�o de la gracia de Dios para que ahogue esta llama, la que de otro modo arrojar� al hombre al fuego del infierno.

10. denuncio, no yo, sino el Se�or�(v�anse vv. 12, 25, 40.) En casos ordinarios Pablo escribe basado en su inspirada autoridad apost�lica (cap. 14:37); pero aqu� se basa en la directa autoridad del Se�or mismo (Marco 10:11). Pero en ambos casos, lo que escribe es inspirado por el Esp�ritu de Dios, �pero no todo es para todos los tiempos, ni todo sobre las verdades primordiales de la fe.� [Alford.] Que la mujer no se aparte del maridolit., �que no sea apartada.� Probablemente se prohibe la separaci�n de cualquiera de los dos, sea a causa del marido o de la mujer.

11. si se apartare�o �si es apartada.� Si se ha cometido el pecado de la separaci�n, el de un nuevo casamiento no debe ser a�adido ( Mateo 5:32). reconc�liese�Aplacando el desagrado del marido, y recobrando su buena voluntad. el marido no despida a su mujer�En Mateo 5:32 la �nica excepci�n permitida es la de �salvo por causa de la fornicaci�n.�

12. a los dem�s yo digo�Las otras clases (adem�s de �los casados,� v. 10, donde tanto el marido como la mujer son creyentes) de quienes los corintios le hab�an preguntado, es a saber, los matrimonios mixtos, de creyentes con incr�dulos. no el Se�or�no por mandato directo dado por el Se�or. Si alg�n hermano tiene mujer infiel, y ella consiente � no la despida�Lo que indica que es con el deseo de �l, en primer lugar en lo que ella concuerda.

13. la mujer�creyente. que tiene marido infiel,.. no lo deje�o �no lo despida� como en el v. 12. En el griego se usa la misma palabra. La mujer ten�a el derecho de efectuar un divorcio bajo la ley griega y romana.

14. El marido infiel es santificado en la mujer�Aquellos que est�n inseparablemente relacionados con los que pertenecen al pueblo de Dios son por este mismo hecho santificados, de modo que �stos pueden mantener sus relaciones con aqu�llos sin perjudicar su propia santidad (v�ase 1 Timoteo 4:5); y aun m�s, pueden impartir a aqu�llos, exteriormente al menos, algo de su propio car�cter de santificados, y preparar el camino para que el incr�dulo llegue al fin a ser santificado interiormente por la fe. y la mujer infiel�esto es, en virtud de su v�nculo conyugal ya existente. en el marido�En los manuscritos m�s antiguos se lee: �en el hermano.� El hecho de que el marido sea un �hermano,� esto es un cristiano, santifica o consagra la uni�n. de otra manera vuestros hijos ser�an inmundos�Es decir, estar�an fuera del gremio sagrado del pueblo de Dios; en contraste con los �santos,� o sea, todos los que est�n dentro de los l�mites de la consagraci�n. [Conybeare y Howson.] La fraseolog�a concuerda con la de los jud�os, los que consideraban como �inmundos� a todos los paganos, y como �santos,� o sea los participantes del santo pacto, a todos los de la naci�n electa. Los hijos eran inclu�dos en el pacto, as� como Dios lo hizo no s�lo con Abrah�n, sino tambi�n con su �simiente despu�s� de �l ( G�nesis 17:7). La fe de uno de los dos padres hace que los hijos tengan una cercana relaci�n con la iglesia, como si ambos fuesen cristianos (comp. Romanos 11:16). Timoteo, el portador de esta ep�stola, es un ejemplo en favor de este punto ( Hechos 16:1). Pablo apela a los corintios como conocedores del principio de que los p�rvulos de padres paganos no ser�an recibidos para el bautismo cristiano, porque no hay fe por parte de los padres; pero donde uno de los padres es creyente, los hijos no eran considerados como ajenos al pacto cristiano, sino admisibles, aun en la infancia, como participantes en �l: porque la iglesia presupone que el padre creyente criar� al hijito en la fe cristiana. El bautismo infantil t�citamente sustituy� a la circuncisi�n infantil, as� como el cristiano d�a del Se�or gradualmente tom� el lugar del s�bado judaico, sin que hubiese mandamiento expreso, ni noticia hist�rica, de la transferencia. El rechazo de la circuncisi�n y de los s�bados judaicos en el caso de los gentiles fu� expresamente ordenado por los ap�stoles y por Pablo, pero la substituci�n del bautismo infantil y del d�a del Se�or fu� adoptada t�cticamente, y no expresamente institu�da. Ninguna menci�n expl�cita de ella ocurre antes de Ireneo en el siglo tercero; pero ninguna sociedad de cristianos de que tenemos historia puso en duda la correcci�n de la pr�ctica sino 1500 a�os despu�s de Cristo. Los anabaptistas quisieran que se postergase el bautismo hasta la madurez, alegando que el ni�o no puede entender la naturaleza del bautismo. Pero se puede hacer heredero de una propiedad a un ni�o: es de �l, aun cuando �l no es capaz de aprovecharla entonces ni de comprender su valor; no ha de adquirir el t�tulo m�s adelante y reclamarlo. Entonces entender� su derecho, ser� capaz de utilizar sus riquezas, y llegar� a ser responsable por el uso que de ellas hiciere. [El Arzobispo Whately] (?2?).

15. si el infiel se aparta, ap�rtese�Esto es, si desea la separaci�n, si est� disgustado con la religi�n de ella, y se niega a vivir con ella a menos que la renuncie. no es el hermano o la hermana sujeto a servidumbre�No est� obligado a renunciar a su fe a fin de conservar a su marido incr�dulo. [Hammond.] As� lo declara Deuteronomio 13:6; Mateo 10:35; Lucas 14:26. Un creyente no est� bajo la misma obligaci�n en el caso de la uni�n con un incr�dulo, como lo est� aquel que es casado con creyente. En aquel caso no est� obligado a separarse si el (o la) incr�dulo consiente en convivir; en el otro caso, nada que no sea la �fornicaci�n� justifica la separaci�n. [Focio, in Aecumenius.] antes a paz nos llam� Dios�Nuestra vocaci�n cristiana es una que tiende a la �paz� ( Romanos 12:18), no a querellas; por tanto el creyente no debiera apartarse del c�nyuge incr�dulo (v. 12-14), de la una mano; y de la otra, en el caso excepcional de que el c�nyuge no creyente desee separarse, el creyente no est� obligado a forzar al otro (o a la otra) a permanecer en un estado de continua discordia ( Mateo 5:32). Mejor a�n ser�a no formar alianzas tan desiguales nunca (v. 40; 2 Corintios 6:14).

16. �Qu� (as� el griego) sabes t� si acaso con quedarte con tu marido (o esposa) incr�dulo, lo (o la) podr�s salvar? Poniendo en efecto el precepto de permanecer con el c�nyuge incr�dulo (v. 12-14). As� Rut, la moabita, fu� convertida a la fe de su marido; y Jos� y Mois�s probablemente ganaron para la fe a sus respectivas mujeres. As� de modo similar el marido incr�dulo podr� ser ganado por la esposa creyente ( 1 Pedro 3:1). [Calvino.] O si no (v. 15), si el c�nyuge incr�dulo desea separarse, que se vaya, de modo que puedas vivir �en paz�, porque no puedes tener la seguridad de convertirlo, de modo que se te obligue a quedarte con �l a todo costo contrariamente a su voluntad. [Menoquio y Alford.] quiz�s har�s salvar�Quiz�s puedas ser el instrumento de su salvaci�n ( Santiago 5:20).

17. EmperoEl griego: �si no.� �Solamente.� Cuidado con que los creyentes tomen esta indicaci�n (v. 16: como lo explica Alford) como base para la separaci�n entre ellos mismos (vv. 12-14). O bien, si no hay esperanza de ganar al incr�dulo, mant�ngase este principio general: �As� como el Se�or reparti� dones a cada uno, como Dios llam� a cada uno, que as� ande; que camine por la senda que le est� se�alada y en la cual fu� llamado. La vocaci�n celestial no anula nuestras vocaciones terrenales. as� ense�o (�ordeno�) en todas las iglesias�Por tanto, vosotros tambi�n deb�is obedecer.

18. qu�dese incircunciso�No se haga incircunciso mediante una operaci�n quir�rgica (1Ma 1:15; Josefo, Antig�edades, 12:5. 1). Podr�a haber cristianos que por exceso de sentimientos antijudaicos intentaran tal cosa. no se circuncide�Como hubieran querido los cristianos judaizantes que �l hiciese (Hechos 15; G�latas 5:2).

19. La circuncisi�n nada es,� sino la observancia de los mandamientos de Dios�Esto lo es todo. En G�latas 5:6 esta �observancia de los mandamientos de Dios� se define como �la fe que obra por el amor;� y en G�latas 6:15, como �la nueva criatura.� La circuncisi�n fu� un mandamiento de Dios: pero no para siempre, como el �amor.�

20. en la vocaci�n en que fu� llamado, en ella se quede�Es decir, la condici�n en la que es llamado, ya sea jud�o, griego, esclavo, o libre.

21. �Eres llamado siendo siervo? no se te d� cuidado. No te preocupes de que seas esclavo o siervo. si puedes hacerte libre, proc�ralo m�s�M�s bien, contin�a en tu presente condici�n de siervo (v. 20; G�latas 3:28; 1 Timoteo 6:2). El griego dice: �Pero si todav�a puedes ser libertado, aprov�chalo,� y el contexto (vv. 20, 22) favorece esta interpretaci�n. [Cris�stomo, Bengel, y Alford.] Este consejo (en caso de que esta traducci�n sea correcta) no es absoluto, por cuanto el esp�ritu del evangelio es contrario a la esclavitud. Lo que aqu� se aconseja es el contentamiento en la condici�n actual de uno (v. 24), aunque �sta sea indeseable, puesto que en nuestra uni�n con Cristo todas las diferencias exteriores son compensadas (v. 22). No seas demasiado impaciente para abandonar tu condici�n de esclavo usando medios il�citos ( 1 Pedro 2:13); como por ejemplo, On�simo, que lo hizo huyendo ( Filem�n 1:10). El precepto (v. 23): �No os hag�is siervos de los hombres,� indica claramente que la esclavitud es anormal (comp., Lev�tico 25:42). �Los robadores de hombres,� o sean los traficantes en esclavos, son clasificados en 1 Timoteo 1:10, con los �homicidas� y �perjuros.� Neandro, Grocio, etc., explican: �Si eres llamado al cristianismo, siendo esclavo, cont�ntate�y aun m�s, si tambi�n puedes ser libre (como un bien aun adicional, el que si no puedes lograr, debes contentarte sin �l; pero el que, si se te ofrece, no ha de ser menospreciado), aprovecha la oportunidad de ser libertado, en vez de que, por negligencia, tengas que seguir siendo esclavo.� Yo prefiero esta �ltima interpretaci�n, por concordar m�s con el tenor del evangelio, y por ser plenamente justificada por el griego.

22. el que en el Se�or es llamado siendo siervo, liberto es del Se�or�( Filem�n 1:16.) Si bien un esclavo exteriormente, es hecho libre espiritualmente por el Se�or: del pecado, Juan 8:36; de la ley, Romanos 8:2; de la �circuncisi�n,� v. 19; G�latas 5:1. el que es llamado siendo libre, siervo (�esclavo�) es de Cristo�(cap. 9:21.) El amor hace que el servicio rendido a Cristo sea una perfecta libertad ( Mateo 11:29; G�latas 5:13 1 Pedro 2:16).

23. Por precio sois comprados; no os hag�is siervos de los hombres�Aqu� cambia el ap�stol de �t�,� a �vosotros.� �Ya que sois comprados� todos por la sangre de Cristo, sea cual fuere vuestro estado terrenal (cap. 6:20), �no os hag�is siervos de los hombres,� ni exterior ni espiritualmente El primer sentido se aplica s�lo a los libres; el segundo as� a los cristianos libres como a los cristianos esclavos, que no sean adherentes serviles a sus jefes de partido en Corinto, cap. 3:21, 22; Mateo 23:8; 2 Corintios 11:20; ni tampoco esclavos de los hombres en general, hasta en cuanto lo permitan sus circunstancias. Las condiciones externas y las internas, hasta donde sea posible deben corresponder, y aqu�llas deben estar subordinadas a �stas (comp. vv. 21, 32-35).

24. Cada uno,� en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios�Cuidando mayormente de la condici�n en que se halla ante Dios, m�s bien que ante los hombres. Esta frase, �para con Dios,� limita el precepto similar del v. 20. Un hombre puede dejar su vocaci�n sin violar este precepto; pues si la vocaci�n de uno no es favorable a su � permanencia con Dios� (su continua comuni�n santa con �l), puede aprovechar los medios l�citos para cambiarla (comp. nota, v. 21).

25. no tengo mandamiento del Se�or, mas doy mi parecer�No tengo revelaci�n expresa del Se�or que lo mande, pero doy mi juicio (opini�n); esto es, bajo la inspiraci�n ordinaria que acompa�aba a los ap�stoles en todos sus escritos can�nicos (comp. v. 40; cap. 14:37; 1 Tesalonicenses 4:15). El Se�or me inspira, en este caso, a daros solamente una recomendaci�n, no un mandamiento positivo. En el segundo caso (vv. 10, 11) fu� un mandamiento positivo, pues el Se�or ya hab�a dado a conocer su voluntad ( Malaqu�as 2:14; Mateo 5:3, Mateo 5:32). En el tercer caso (v. 12), el mandamiento del Antiguo Testamento de echar a las mujeres extra�as ( Esdras 10:3), Pablo aqu� lo revoca. como quien ha alcanzado misericordia del Se�or�( 1 Timoteo 1:13.) Atribuye su apostolado y los dones que le acompa�an (inclusive la inspiraci�n) s�lo a la gracia de Dios. para ser fiel�al dispensar a vosotros las �rdenes inspiradas que he recibido de parte del Se�or.

26. Tengo � por bueno��considero,� �pienso.� esto�a saber, �que bueno es al hombre estarse as�,� en el estado en que se encuentre (v. 27). a causa de la necesidad que apremia��La presente estrechez,� o las �calamidades� a las que los cristianos fueron expuestos desde el principio, que hacen menos deseable el estado de casado que el de soltero, y las cuales iba a haber en todo el mundo antes de la destrucci�n de Jerusal�n, seg�n la profec�a pronunciada por Cristo ( Mateo 24:8; comp. Hechos 11:28).

27. Que ilustra el sentido de �estarse as� (v. 26). Ni los casados (�ligados a mujer�) ni los solteros (�libres de mujer�) han de �procurar� un cambio en su estado (comp. vv. 20, 24).

28. aflicci�n de carne tendr�n los tales�Los que se casen, dice, experimentar�n �aflicci�n de carne� (es decir, en la condici�n externa, a causa de la presente necesidad o estrechez), no cometer�n pecado, el que es aflicci�n del esp�ritu. mas yo os dejo�El �nfasis en el griego est� en el �yo�. Mi motivo en aconsejaros as� es para �evitaros� (no �dejaros;� el mismo verbo griego se traduce �perdonar� en Romanos 8:32) tal aflicci�n de carne. As� opina Alford, con Calvino, Bengel, etc. Estio y Agust�n lo explican as�: �Os ahorro m�s detalles sobre los inconvenientes del matrimonio, no sea que los incontinentes sean impedidos de casarse, y as� est�n expuestos a los peligros de la concupiscencia; por tanto considero vuestra flaqueza.� La ant�tesis en el griego de �tales � yo � os� favorece la primera interpretaci�n.

29. Esto empero digo�Resumi�ndolo todo, y sacando la inferencia pr�ctica de lo que precede (v�ase cap. 15:50). el tiempo�la saz�n, o �poca (seg�n el griego) de la presente dispensaci�n hasta la venida del Se�or ( Romanos 13:11). Usa la expresi�n griega que el Se�or usa en Lucas 21:8; Marco 13:33. es cortolit., reducido. lo que resta es�Los manuscritos m�s antiguos leen: �El tiempo (saz�n) est� acortado en cuanto a lo que resta, para que tanto los que �� esto es, el efecto que el acortamiento del tiempo debe tener es: �que para el tiempo que resta (de aqu� en adelante), los que tienen �� La frase �lo que resta,� aunque se construye con la cl�usula anterior, seg�n el sentido de ella, pertenece a la siguiente. Sin embargo, Cipriano y la Vulgata apoyan nuestra versi�n. que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen�No debemos considerar nada como nuestro propio en posesi�n real o permanente.

30. Y los que lloran, etc.�(comp. 2 Corintios 6:10.) y los que compran, etc.�(comp. Isa�as 24:1.) Cristo especifica como pecado condenatorio de los hombres de Sodoma, no solamente su abierta disoluci�n, sino tambi�n el hecho de que �compraban y vend�an,� etc., como si el todo de ellos fuesen las cosas de este mundo ( Lucas 17:28). como los que no poseen�En el griego significa: mantener firme la posesi�n; esto no lo har� el cristiano, porque su sustancia permanente ( Hebreos 10:34) est� en otra parte.

31. los que usan de este mundo, como los que no usan�los que sacan el mayor provecho del mundo. [Bengel.] Hemos de hacer uso del mundo. pero no considerar como nuestra principal finalidad el adquirir la mayor abundancia de bienes (comp. Lucas 10:40). As� como los planetas giran sobre sus propios ejes, y a la vez giran alrededor del sol, as� tambi�n mientras que efectuamos nuestra parte en la esfera terrenal, Dios ha de ser el centro de todos nuestros deseos. la apariencia de este mundo�La presente forma pasajera. Salmo 73:20 : �como un sue�o;� Santiago 4:14 : �como un vapor.� se pasa�No meramente se pasar�; sino que ya en efecto se est� pasando. La figura es tomada de los cambios del escenario que se hacen en un teatro ( 1 Juan 2:17, Joel 2:17). Pablo no hace tanto �nfasis en la negaci�n externa de las cosas terrenas como en el esp�ritu interno del hombre, por el cual los casados y los ricos, as� como los solteros y los pobres, est�n dispuestos a sacrificarlo todo por amor a Cristo.

32. Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja�Quisiera que estuvieseis no s�lo �sin aflicciones�, sino tambi�n �sin las preocupaciones que distraigan� (esta es la idea en el griego).

34. Hay diferencia entre la casada y la doncella�No s�lo difieren el casado y el soltero en cuanto a sus respectivos deberes, sino tambi�n la casada y la virgen. En efecto, la mujer sufre un cambio de condiciones mayor que el var�n al contraer enlace matrimonial.

35. Esto � digo para vuestro provecho�no para desplegar mi autoridad apost�lica. no para echaros lazo�Usando la figura del cazador que enlaza a un animal. No para que con mandamientos gravosos os infunda el temor de cometer pecado donde no hay pecado. sino para lo honesto y decente�lo cual es propio para las circunstancias actuales. para que sin impedimento�sin distracciones, no como Marta que �se distra�a� (el mismo verbo griego, Lucas 10:40). os llegu�is al Se�or��para servirle asiduamente;� cumpliendo con vuestro deber. V�ase Lucas 10:39, tocante a Mar�a y Lucas 2:37, tocante a �Ana � viuda, que no se apartaba del templo, mas serv�a a Dios con ayunos y oraci�n noche y d�a� ( 1 Timoteo 5:5).

36. si a alguno parece cosa fea en su hija virgen�Cree que no conviene (no es justo) tenerla sin casar m�s all� de la flor de su edad, priv�ndola as� de la satisfacci�n l�cita de su sentir natural de mujer casadera. y � as� conviene que se haga�Si las exigencias del caso lo requieren; a saber, el respeto a los sentimientos y para el bienestar de su hija. Lo opuesto a �no tiene necesidad� (v. 37). c�sese��c�sense,� en plural, la hija y su novio.

37. el que est� firme�El que no se deja tornar de su prop�sito a pesar del vilipendio p�blico. y no tiene necesidad�que surja de las inclinaciones naturales de la hija. sino que tiene libertad de su voluntad�No es impedido por la voluntad contraria de la hija, y tiene el poder de realizar su deseo o preferencia.

38. el que la da en casamiento, bien hace�Los manuscritos m�s antiguos leen: �El que casa a su propia (hija) virgen.�

39. La mujer casada est� atada a la ley�Los manuscritos m�s antiguos omiten �a la ley� si su marido muriese,� c�sese � con tal que sea en el Se�or�Que se case solamente con un cristiano ( 2 Corintios 6:14).

40. Empero m�s venturosa ser� si se quedare as��(vv. 1, 28, 34, 35.) pienso que tambi�n yo tengo Esp�ritu de Dios��Pienso tambi�n;� as� como vosotros los corintios y vuestros maestros ten�is en mucho vuestras opiniones, as� yo tambi�n doy mi opini�n por inspiraci�n divina; como en el v. 25, �mi juicio,� u opini�n. El t�rmino pienso no sugiere duda, sino que muchas veces se usa para asegurar una verdad bien fundamentada ( Juan 5:39).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 7". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-corinthians-7.html. 1871-8.