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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 8". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-corinthians-8.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Corinthians 8". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-13
CAPITULO 8
SOBRE LA CARNE OFRECIDA A IDOLOS.
1. Aunque para los que saben que el �dolo no tiene en realidad existencia, la cuesti�n de comer carne ofrecida a �dolos (asunto referido en la carta escrita por los corintios, comp. cap. 7:1) podr� parecer sin importancia, no es as� para algunos, y las flaquezas de los tales deben ser respetadas. Las porciones ofrecidas a los �dolos pertenec�an en parte a los sacerdotes y en parte a los ofrecedores, y se com�an en fiestas en los templos y en casas particulares, y a menudo eran vendidas en los mercados; de modo que los cristianos constantemente ten�an que enfrentarse ante la tentaci�n de aceptarlas, lo que era prohibido ( N�meros 25:2; Salmo 106:28). Era una prohibici�n decretada por el concilio de Jerusal�n (Hechos caps. 15, 21, 25); pero Pablo no hace alusi�n aqu� a aquel decreto, por cuanto basa sus preceptos antes en su propia e independiente autoridad apost�lica. sabemos que todos tenemos ciencia�Los corintios sin duda se hab�an referido a su �conocimiento� (a saber, tocante a la indiferencia de las carnes, por cuanto no tienen en s� ni santidad ni contaminaci�n). El ap�stol responde: �Sabedores somos de que todos (hablando generalmente, y hasta donde llegue la teor�a cristiana; pues en el v. 7 habla de algunos que no lo tienen en la pr�ctica) tenemos este conocimiento.� La ciencia (conocimiento) hincha�cuando no hay amor. Aqu� principia un par�ntesis, que termina al reasumirse el tema principal en el v. 4: �Acerca, pues, de las viandas �� El �hincharse� es para agradarse a uno mismo; el �edificar� es para agradar al pr�jimo. El conocimiento s�lo dice: Todo me es l�cito; el amor agrega: Pero no todo edifica [Bengel] (cap. 10:23; Romanos 14:15). mas la caridad edifica�tiende a edificar el templo espiritual (cap. 3:9; 6:19).
2. Y�omitido en los manuscritos m�s antiguos. La ausencia de la part�cula conjuntiva presta al estilo un car�cter sentencioso propio del tema. El primer paso hacia el conocimiento es el reconocer uno su propia ignorancia. Sin el amor no hay sino la apariencia (comp. nota, �pienso,� cap. 7:40) de conocimiento. si alguno se imagina que sabe algo�Los manuscritos m�s antiguos usan un vocablo griego que denota conocimiento experimental personal, no meramente el conocimiento de hechos: el saber (v. 1). no sabe nada como debe saber�o como debe conocer experimentalmente y por v�a del �amor.�
3. si alguno ama a Dios�quien es la fuente del amor al pr�jimo ( 1 Juan 4:11, 1 Juan 4:20, Joel 4:20; 1 Juan 5:2, Joel 5:2). el tal�El que ama, no el que se imagina que tiene conocimientos, pero sin �caridad,� o amor (v. 1, 2). es conocido de �l�Es conocido porque ha sido aprobado por Dios, y �l lo ha recibido como suyo (Salmo 1:6; G�latas 4:9; 2 Timoteo 2:19). Contr�stese: �Nunca os conoc� ( Mateo 7:23). Amar a Dios es conocer a Dios; y el que conoce a Dios, primero ha sido conocido por Dios (comp. cap. 13:12; 1 Pedro 1:2).
4. Acerca, pues, de las viandas�Reasumiendo el tema principiado en el v. 1. el �dolo nada es�No tiene ser real alguno; el dios por �l representado no es una realidad viviente. Esto no contradice el cap. 10:20, que declara que los que adoran a �dolos adoran a demonios, porque aqu� son los dioses, los cuales los adoradores cre�an que eran representados por los �dolos, de quienes se negaba la existencia; no los demonios que en realidad por medio de los �dolos enga�an a los adoradores.
5. �Porque aun en el supuesto de que haya dioses as� llamados ( 2 Tesalonicenses 2:4), sea en el cielo (como el sol, la luna y estrellas), o en la tierra (como reyes deificados, bestias, etc.), como sabemos que los hay (hecho reconocido, Deuteronomio 10:17; Salmo 135:5; Salmo 136:2), dioses muchos y se�ores muchos.� Los �ngeles y los hombres en autoridad eran llamados dioses en las Escrituras, porque ejerc�an un poder divinamente delegado por Dios (comp. �xodo 22:9, con el v. 28; Salmo 82:1, Salmo 82:6; Juan 10:34).
6. Nosotros�los creyentes. no tenemos m�s de un Dios, del cual son todas las cosas�De parte del cual, como Creador, todas las cosas reciben la existencia. y nosotros en �l�M�s bien: �nosotros para �l.� Dios el Padre es la finalidad para quien y para cuya gloria viven los creyentes. En Colosenses 1:17 se dice que todas las cosas fueron creadas (no s�lo �por� Cristo, sino tambi�n) �para �l.� Tan enteramente el Padre y el Hijo son una cosa ( Romanos 11:36; Hebreos 2:10). y un Se�or�En contraste con los �muchos se�ores� del paganismo (v. 5). por el cual son todas las cosas�( Juan 1:3; Hebreos 1:2). y nosotros por �l�As� como todas las cosas son �de� el Padre porque �l las ha creado, as� son restaurados los creyentes en particular para �l por la nueva creaci�n ( Colosenses 1:20. Apocalipsis 21:5). Adem�s, como todas las cosas fueron hechas por Cristo en la creaci�n, as� todas ellas (nosotros en especial) son restauradas por �l en la nueva creaci�n.
7. Mas no en todos hay esta ciencia�Aunque a nosotros los que �tenemos conocimiento� (vv. 1, 4-6), todas las viandas nos son indiferentes, con todo, �no en todos est� este conocimiento� en el mismo grado que en nosotros. San Pablo hab�a estado de acuerdo con los corintios en que �todos tenemos conocimiento� (v. 1), esto es, hasta donde se aplica la teor�a cristiana; pero en la pr�ctica algunos no lo tienen en el mismo grado. porque algunos con conciencia del �dolo�Como lo asienta una lecci�n antigua; pero otros manuscritos muy antiguos leen �asociaci�n,� o �h�bito.� En cualquier caso, el sentido es �ste: Algunos cristianos gentiles, ya sea por larga asociaci�n de ideas, o por la conciencia mal dirigida, al comer tales viandas, lo hac�an sintiendo como si el �dolo fuese algo real (v. 4), el que tuviera poder para cambiar las viandas por el hecho de la consagraci�n, en algo santo o profanado. hasta aqu��despu�s de haber profesado la fe cristiana. Esta es una censura velada por no haberse desarrollado ellos antes de ahora en el �conocimiento� cristiano. comen como sacrificado a �dolos; su conciencia � es contaminada�por haber comido las viandas �como cosa sacrificada a �dolos.� Si las comiesen estando inconscientes de que hab�an sido ofrecidas a �dolos, no habr�a contaminaci�n de conciencia. Pero al estar conscientes de que hab�an sido consagradas, y no teniendo tal conocimiento como aquel del que los corintios se jactaban, a saber, que el �dolo no es nada, y que no puede ni profanar ni santificar la carne, ellos al comerla pecan contra la conciencia (comp. Romanos 14:15). Fu� bas�ndose en la conveniencia cristiana y de no poner piedra de tropiezo a los hermanos �d�biles,� por lo que se acord� formular el decreto de Jerusal�n contra la participaci�n en tales viandas (aunque no eran diferentes de las dem�s, Hechos 15.) Por tanto, el ap�stol aqu� defiende el decreto y se opone a aquellos corintios que defend�an una libertad inconveniente.
8. Otros manuscritos antiguos leen: �Ni que no comamos estaremos mejor, ni que comamos estaremos peor�: lenguaje que usaban los que com�an para justificar as� su comer. [Lachmann.] Pablo reconoce que �la comida ni nos ensalza (as� el griego) ante Dios ni nos reprueba ante �l:� no afecta nuestra posici�n ante Dios ( Romanos 14:6).
9. mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero��esta libertad vuestra,� la cual era el lema de los cristianos laxos. La misma indiferencia que yo concedo que existe entre una comida y otra, es la raz�n por la que debierais �mirar� de no ser �tropezadero� a los hermanos d�biles a obrar contrariamente a la conciencia (lo que constituye pecado, Romanos 14:22).
10. si te ve alguno�que es flaco. a ti que tienes ciencia�El mismo conocimiento del cual te jactas (v. 1), inducir� al creyente d�bil a seguir tu ejemplo y a hacer lo que es contra su conciencia, a saber, el comer viandas ofrecidas a �dolos, lo cual t� haces sin escr�pulo de conciencia. la conciencia de aquel que es flaco�M�s bien: �su conciencia, siendo flaca,�� [Alford.] ser� adelantada a comer de lo sacrificado�lit., �ser� edificada.� Deb�is de contribuir a la edificaci�n de vuestro hermano en lo bueno; pero por vuestro ejemplo, ha sido animado a violar su conciencia.
11. por tu ciencia se perder� el hermano flaco�Los manuscritos m�s antiguos leen: �se pierde� (o �perece�). Un solo acto al parecer sin importancia, puede producir consecuencias sempiternas. El hermano d�bil pierde su fe y, si no la recobra, pierde la salvaci�n [Bengel] ( Romanos 14:23). por el cual Cristo muri��y por amor del cual nosotros tambi�n debi�ramos estar dispuestos a morir ( 1 Juan 3:16, Joel 3:16). Sin embargo, cristianos profesos de Corinto virtualmente tentaban a sus hermanos para perdici�n, y estaban muy lejos de sacrificar algo en bien de la salvaci�n de ellos. Notemos aqu� que no es ning�n argumento en contra del dogma de que Cristo muri� por todos, hasta por los que perecen, decir que, en caso de ser as�, hubiera muerto en vano por muchos. La Escritura es nuestra regla, y no nuestras suposiciones respecto a las consecuencias de ciertas pr�cticas. La redenci�n incluye m�s que s�lo la salvaci�n del hombre: el car�cter de Dios es vindicado como justo y a la vez amante, aun en el caso de los que se pierden, porque hubieran podido ser salvos y aun en este caso Cristo no muri� en vano. As� que las misericordias de la providencia de Dios no son en vano, aun cuando muchos abusan de ellas. Aun en los condenados se manifestar� el amor de Dios en el gran d�a, por cuanto ellos tambi�n tuvieron la oferta de la misericordia de Dios. El ingrediente m�s amargo del c�liz de ellos ser� el saber que podr�an haber sido salvos y no quisieron: Cristo muri� para salvar aun a aqu�llos.
12. hiriendo su flaca conciencia�lit., afligiendo la conciencia de ellos que est� (aun) en una �condici�n d�bil.� Agrava la crueldad del acto el que �ste se cometa contra el d�bil, as� como si se intentara algo en contra del indefenso. contra Cristo pec�is�A causa de la simpat�a entre Cristo y sus miembros ( Mateo 25:40; Hechos 9:4).
13. si la comida es a mi hermano ocasi�n de caer�El griego: �hace tropezar,� o es tropiezo a uno. jam�s comer� carne�Para estar seguro de no comer carne ofrecida a �dolos, me abstendr�a de comer toda clase de carne, a fin de no hacer tropezar a mi hermano.