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Bible Commentaries
1 Samuel 24

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-22

DAVID EN UNA CUEVA EN ENGADDI, CORTA EL MANTO DE SAUL, PERO LE PERDONA LA VIDA.

1. David subi� de all�, y habit� en los parajes fuertes de Engaddi�es decir, �manantial de las cabras monteses��nombre dado por el gran n�mero de �bices o gamuzas sirias que habitaban estos pe�ascos en la ribera occidental del Mar Muerto ( Josu� 15:62). Hoy es llamado Ain Jiddy. De todos lados el paraje est� lleno de cavernas, que bien pudieron servir de escondrijo a David y sus hombres, como sirve hoy d�a a los bandidos. (Robinson).

3. Sa�l � fu� en busca de David � por las cumbres de los pe�ascos de las cabras monteses�S�lo la ciega infatuaci�n de su ira diab�lica pudo haber llevado al rey a perseguir a su yerno fugitivo por estos precipicios �speros y escarpados, donde hab�a escondites inaccesibles. Pero la providencia que todo lo dirige, frust� toda su vigilancia.

4. lleg� a una majada de ovejas�M�s probablemente en la serran�a superior del Wady Chareitun. Hay una cueva grande�estoy dispuesto a decir la cueva�situada apenas a cinco minutos al este de las ruinas de la aldea, al lado sur del wady. Est� alta sobre el lado de la piedra calc�rea, y ha cambiado muy poco desde los d�as de David. La misma angosta b�veda natural a la entrada; la misma enorme c�mara natural en la roca, probablemente el lugar donde Sa�l se acostaba a descansar del calor del d�a; las mismas paredes laterales, tambi�n, donde David y sus hombres se escond�an cuando, acostumbrados ya a la obscuridad del interior de la caverna, ve�an entrar a Sa�l, mientras �l, todav�a cegado por la fuerte luz exterior, no ve�a a quien persegu�a tan fieramente.

5-8. los de David le dijeron: He aqu� el d�a de que to ha dicho Jehov�: He aqu� entrego tu enemigo en tus manos�Dios nunca hab�a hecho ninguna promesa de entregar a Sa�l en las manos de David; pero, por las promesas generales y repetidas de que el reino ser�a de �l, ellos infer�an que la muerte del rey se efectuar�a mediante alguna oportunidad como la actual. David firmemente rechaz� las urgentes instigaciones de sus seguidores a que pusiera fin a las dificultades de �l y de ellos, por medio de la muerte de su perseguidor (un coraz�n vengativo hubiera seguido el consejo de ellos, pero David quiso vencer el mal con el bien, y amontonar ascuas de fuego sobre la cabeza de su enemigo). Sin embargo, cort� un pedazo del manto real. Es f�cil imaginarse c�mo pudo desarrollarse este di�logo, y c�mo pudo David llegar al rey sin despertar sospechas. El alboroto y ruido de los soldados y bestias de Sa�l, el n�mero de celdas o divisiones en estas cavernas era inmenso, y algunas de ellas estaban muy adentro, envueltas de obscuridad, mientras que en la boca de la cueva eran visibles todos los movimientos, la probabilidad de que la prenda de la cual David cort� un pedazo pudiera haber sido su manto exterior echado en el suelo, y que posiblemente Sa�l estar�a durmiendo�todos estos hechos y conjeturas son suficientes para explicar los incidentes detallados en la historia.

9-15. DAVID POR ESTO MANIFIESTA SU INOCENCIA.

9. Tambi�n David se levant� despu�s, y saliendo de la cueva di� voces a las espaldas de Sa�l�Lo cercano de los pe�ascos escarpados, aunque separados por profundos wadys, y la pureza del aire permiten que se oiga claramente la voz de una persona de una roca a otra. ( Jueces 9:7). La reconvenci�n de David, seguida por las se�ales visibles que �l mostraba, de que no abrigaba designios malos contra la persona ni el gobierno del rey, aun cuando lo ten�a en su poder, toc� el coraz�n de Sa�l en ese momento, y lo despoj� de su triste prop�sito de venganza. Reconoci� la justicia de lo que dijo David, confes� su propia culpa, y pidi� la bondad de David hacia su casa. El parece haber sido susceptible a impresiones fuertes, y, como en este caso, a impresiones buenas y agradecidas. La mejor�a en su humor, en verdad, fu� s�lo moment�nea, y su lenguaje fu� el de un hombre abrumado por la fuerza de emociones impetuosas, y obligado a admirar la conducta y estimar el car�cter del que hab�a odiado y temido. Dios us� todo esto para asegurar la hu�da de David. Consid�rese el lenguaje y comportamiento de �ste. Este lenguaje��un perro muerto. una pulga�, t�rminos por los cuales, como los orientales, �l expres� fuertemente su humildad, y la completa rendici�n de su causa a Aquel que es el �nico juez de las acciones humanas, y a quien pertenece la venganza�su firme rechazo de los impulsos vengativos de sus seguidores, el enternecimiento de coraz�n que sent�a aun por la aparente indignidad que hab�a hecho al ungido de Jehov�, y el homenaje respetuoso que rindi� al celoso tirano que hab�a puesto precio sobre su cabeza, hace patente la magnanimidad de un gran hombre, y admirablemente ilustra el esp�ritu y energ�a de su oraci�n �cuando estaba en la cueva� (Salmo 142).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Samuel 24". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-samuel-24.html. 1871-8.
 
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