Bible Commentaries
1 Samuel 30

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-31

LOS AMALECITAS SAQUEAN SICLAG.

1. los de Amalec hab�an invadido el mediod�a y a Siclag�Mientras lo mejor de las fuerzas filisteas sal�a de su pa�s a la llanura de Esdrael�n, los saqueadores amalecitas aprovecharon la oportunidad del estado indefenso de Filistea, para invadir el territorio meridional. Naturalmente la ciudad de David sufri� los abusos de estos saqueadores, en venganza por su reciente incursi�n en su territorio.

2. mas a nadie hab�an muerto, sino llevado�La conducta de ellos parece estar en favorable contraste con la de David (cap. 27:11). Pero su aparente clemencia no result� de consideraciones humanitarias. Seg�n las antigues costumbres de guerra en el Oriente, a los guerreros de una ciudad conquistada, les daban muerte sin piedad, paro como no hab�a guerreros en Siclag en aquel momento, y las mujeres y los ni�os fueron reservados como esclavos, y los ancianos perdonados por respeto a sus a�os.

3. Vino David con los suyos a la ciudad, y he aqu� que estaba quemada�El lenguaje da a entender que el humo de la conflagraci�n todav�a estaba visible, y que el saqueo se hab�a cometido recientemente.

6-15. ALENTADO POR DIOS, DAVID LOS PERSIGUE.

6. David fu� muy angustiado�ten�a motivos para ello, no s�lo por causas personales (v. 5), sino por causa del vehemente clamor y de las amenazas insurreccionales contra �l por haber dejado el lugar tan indefenso, que las familias de todos los hombres cayeron v�ctimas f�ciles del enemigo. Bajo la presi�n de tan inesperada y general calamidad, de la cual �l era acusado como el causante indirecto, el esp�ritu de cualquier otro capit�n guiado por motivos ordinarios, se hubiera abatido. �Mas David se esforz� en Jehov� su Dios�. Su fe le prove�a de recursos interiores de consuelo y energ�a, y mediante oportunas consultas por medio del Urim, �l inspir� confianza al ordenar la inmediata persecuci�n de los saqueadores.

9. vinieron hasta el torrente de Besor�Ahora, Wady Gaza, torrente de invierno, un poco al norte de Gaza. La ribera de un arroyo era un lugar conveniente para el descanso de los soldados que no pod�an continuar la persecuci�n.

11-15. hallaron en el campo un hombre Egipcio, el cual trajeron a David�Los esclavos viejos y los nacidos es el hogar generalmente son tratados con bondad; pero los esclavos comprados o tomados en la guerra tienen que mirar por s� mismos; porque si enferman, el amo los dejar� perecer, para no molestarse con cargas adicionales. Este egipcio parece haber ca�do hac�a poco en manos de un amalecita, y como su amo hab�a pertenecido al partido que hab�a atacado a Siclag, podr�a dar informaci�n �til acerca del rumbo tomado por ellos en su regreso.

14. Cerethi�es decir, los filisteos ( Ezequiel 25:16; Sofon�as 2:5).

15. Hazme juramento por Dios�Ya sea que hubiese entre estas tribus id�latras una creencia perdurable en un Dios �nico, o que este egipcio quisiera obligar a David por el Dios a quien adoraban los hebreos, la solemne sanci�n de un juramento fu� reconocida mutuamente.

16-31. RECUPERA A SUS DOS MUJERES Y TODOS LOS DESPOJOS.

16. estaban derramados sobre la haz de toda aquella tierra�Creyendo que David y todos sus hombres estaban lejos, ocupados en la guerra con la expedici�n filistea, se consideraban perfectamente seguros, y se entregaban a toda suerte de jarana barb�rica. La promesa hecha en respuesta a las piadosas consultas de David (v. 8), fu� cumplida. Los saqueadores fueron sorprendidos y sobrecogidos de terror. Sigui� una grande matanza; las personas as� como el bot�n tomados en Siclag fueron recuperados, adem�s de gran cantidad de despojos que ellos hab�an juntado en una vasta excursi�n de pillaje.

21. vino David a los doscientos hombres que hab�an quedado cansados y no hab�an podido seguir�Esta inesperada adquisici�n de los despojos estaba por causar ocasi�n de rencilla por la ego�sta avaricia de algunos de sus seguidores, y consecuencias serias habr�an podido resultar, si no hubiesen sido impedidas per la prudencia de su capit�n, quien decret� como ordenanza permanente esta regla eguitativa: que todos los soldados participaran por igual (V�ase N�meros 31:11, N�meros 31:27).

26. como David lleg� a Siclag, envi� de la presa a los ancianos de Jud��Esto fu� propuesto como un reconocimiento a los hombres principales de aquellas ciudades y aldeas de Jud�, las cuales hab�an ministrado a sus necesidades en el curso de sus viajes. Fu� el dictado de un coraz�n amable y agradecido; y el efecto de esta liberalidad oportuna fu� el de atraer a su campo un gran n�mero de reclutas ( 1 Cr�nicas 12:22). La enumeraci�n de estos lugares indica el n�mero de partidarios con el cual pod�a contar dentro de su propia tribu.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Samuel 30". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-samuel-30.html. 1871-8.