Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 4

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-18

EXHORTACION A LA CASTIDAD, AMOR FRATERNAL, LABORIOSIDAD TRANQUILA, ABSTINENCIA DE LA INDEBIDA TRISTEZA POR LOS AMIGOS FALLECIDOS, PORQUE EN LA VENIDA DE CRISTO TODOS SUS SANTOS SERAN GLORIFICADOS.

1. RestaGriego, �En cuanto a lo que resta�. Generalmente usado hacia el fin de sus Ep�stolas ( Efesios 6:10; Filipenses 4:8). pues�con miras al amor y a la santidad que acabamos de pedir a Dios a favor de vosotros (cap. 3:12, 13), ahora pasamos a daros exhortaci�n. rogamos��pedimos� como si fuese un favor personal. en el Se�or�en comuni�n con el Se�or Jes�s, como ministros cristianos en trato con el pueblo cristiano. [Edmunds]. de la manera que fuisteis ense�ados�lit., �de la manera que recibisteis de nosotros el c�mo os conviene�, etc. andar y agradar a Dios�es decir, �andar y as� agradar a Dios� por vuestra manera de andar; en contraste con los jud�os que �no agradan a Dios� (cap. 2:15). Los manuscritos m�s antiguos agregan aqu� una cl�usula: �aun como tambi�n and�is� (v�ase cap. 4:10; 5:11). Estas palabras que �l pudo decir de ellos con verdad, conquistan una atenci�n favorable para los preceptos que siguen. Tambi�n la expresi�n: �vay�is creciendo m�s y m�s�, da a entender que ya hab�a habido antes un reconocimiento en alguna medida de que ellos andaban as�.

2. por el Se�or Jes�s�por la autoridad y direcci�n de �l, no por la de nosotros. El emplea el t�rmino fuerte �mandamientos� al escribir a esta Iglesia fundada hac�a poco, sintiendo que era deseable que ellos entendiesen que �l hablaba por autoridad divina. M�s tarde, us� raras veces el t�rmino al escribir a otras iglesias. cuando su autoridad ya estaba establecida. 1 Corintios 7:10; 1 Corintios 11:17, y 1 Timoteo 1:5 (v. 18, donde el tema da la raz�n de la expresi�n fuerte) son las excepciones. �El Se�or� se�ala su suprema autoridad, exigiendo obediencia impl�cita.

3. Porque�Dando fuerza a su afirmaci�n de que sus �mandamientos� eran �por (la autoridad del) Se�or Jes�s� (v. 2). Ya que �sta es la voluntad de Dios� que sea vuestra voluntad tambi�n. fornicaci�n�No era considerada pecado en lo m�s m�nimo entre los paganos, y por esto hac�a falta combatirla tanto m�s.

4. sepa�por el dominio moral de s� mismo. tener su vaso�m�s bien como el griego, �c�mo adquirir (para s�) su propio vaso�, es decir, que cada uno debe tener su propia esposa para as� evitar la fornicaci�n (v. 3; 1 Corintios 7:2). La posici�n enf�tica de �su propio� en el griego, y el uso de �vaso� por esposa, en 1 Pedro 3:7 y en la fraseolog�a jud�a com�n, y la traducci�n correcta �adquirir�, todo justifica este modo de traducir. en santificaci�n�( Romanos 6:19; 1 Corintios 6:15, 1 Corintios 6:18). De esta manera, �su propio� est� en oposici�n a deshonrar a su hermano codiciando la esposa de �l (v. 6). honor�( Hebreos 13:4) en contraste con �deshonrar sus propios cuerpos� ( Romanos 1:24). con afecto de concupiscenciaGriego, �pasi�n�, que da a entender que uno es inconscientemente el esclavo pasivo de la concupiscencia. que no conocen a Dios�y as� no saben cosa mejor. La ignorancia de la verdadera religi�n es causa de la impureza ( Efesios 4:18). La moral del pueblo se asemeja a los objetos de su culto ( Deuteronomio 7:26; Salmo 115:8; Romanos 1:23).

6. oprima�traspase los l�mites de la rectitud respecto de su hermano. enga�e��Extenderse sobre el l�mite� [Alford]; �aprovecharse de� [Edmunds]. en nada�m�s bien, �en el asunto�; expresi�n delicada por el asunto bajo discusi�n, v. 4; el v. 7 tambi�n confirma esta interpretaci�n; la palabra �hermano� encarece la enormidad del crimen. Es tu hermano a quien haces mal (v�ase Proverbios 6:27). el Se�or�el Juez que viene ( 2 Tesalonicenses 1:7). vengador�el Corrector. de todo estoGriego, �acerca de todas estas cosas�; en todos los casos semejantes de males contra el honor conyugal de un vecino. protestadoGriego, �constantemente testificado� [Alford].

7. aGriego, �para el prop�sito de�. a�m�s bien, como el griego �en�; se�alando que la �santidad� es el elemento en el cual se efect�a nuestro llamamiento; en una esfera de santidad. Santo es otro nombre por cristiano. Tenemos aqu� dos preposiciones griegas que en nuestra versi�n castellana se traducen por �a�.

8. menospreciaGriego, �tiene en nada� tales compromisos que se le imponen en su vocaci�n, v. 7; en relaci�n con su hermano, v. 6. El que as� hace, �no tiene en nada a hombre (por ejemplo, a su hermano), sino a Dios� (Salmo 51:4). O como el verbo griego ( Lucas 10:16; Juan 12:48) se usa por despreciar o rechazar a los ministros de Dios, puede ser que aqu� quiera decir, �El que menosprecia� o �rechaza� �stos, nuestros preceptos ministeriales. el cual tambi�n nos di��As� leen algunos de los manuscritos m�s antiguos, pero los m�s de ellos leen, �Quien (sin �tambi�n�) da (presente) a vosotros� (no, �nosotros�). su Esp�ritu santoGriego, �su propio Esp�ritu, el Santo�; se�alando as� enf�ticamente la �santidad� (v. 7) como el fin para que el Santo es dado�. �Nos� (caso dativo en nuestra versi�n castellana) en el griego da a entender que el Esp�ritu es dado a, hasta dentro de (metido en vuestro coraz�n), y entre vosotros (v�ase cap. 2:9; Efesios 4:30). Nos di��en la mayor�a de los manuscritos m�s antiguos hallamos un participio activo de tiempo presente del verbo dar; de modo que traducimos, �el cual tambi�n nos est� dando su Esp�ritu Santo�, queriendo decir que la santificaci�n no es meramente una obra efectuada una vez para siempre, sino obra progresiva presente. �Su propio Esp�ritu� da a entender que como �l os da lo que es esencialmente id�ntico consigo mismo, espera que vosotros vendr�is a ser semejantes a �l ( 1 Pedro 1:16; 2 Pedro 1:4).

9. caridad fraterna�refiri�ndose aqu� a actos de bondad fraternal de aliviar a los hermanos necesitados. Algunos de los manuscritos m�s antiguos apoyan nuestra versi�n que dice, �no hab�is (vosotros)�; otros, y aqu�llos los m�s importantes, leen, �No tenemos (nosotros)�. Nosotros no tenemos necesidad de escribiros porque vosotros mismos sois ense�ados de Dios; es decir, en el coraz�n por el Esp�ritu Santo ( Juan 6:45; Hebreos 8:11; 1 Juan 2:20, Joel 2:20, 1 Juan 2:27, Joel 2:27). que os am�isGriego, �a fin de que os am�is unos a otros�. Las ense�anzas divinas tienen su concurrencia en el amor. [Bengel].

10. Y tambi�nGriego, �Porque aun lo hac�is�, etc.

11. que procur�is tener quietudGriego, �Que hag�is vuestra ambici�n el tener quietud y atender a vuestros asuntos propios�. En contraste directo con la ambici�n del mundo, la cual es la de �hacer conmoci�n� y la de �curiosear� ( 2 Tesalonicenses 3:11). obr�is de vuestras manos�Los convertidos tesalonicenses eran, seg�n parece, principalmente de la clase obrera. Su expectativa de la venida inmediata de Cristo indujo a algunos entusiastas entre ellos a dejar su trabajo diario, y depender de la bondad de otros. V�ase el fin del v. 12. Estaba bien la expectativa en que los cristianos deber�an estar siempre esperando la venida del Se�or; pero ellos se equivocaban en hacer de esta expectativa una excusa para dejar su trabajo diario. Como despu�s empeor� este mal, fu� m�s fuertemente censurado ( 2 Tesalonicenses 3:6).

12. honestamente�Como es propio de vuestra profesi�n cristiana; no trayendo reproche sobre ella ante los ojos del mundo, como si el cristianismo condujera a la flojedad y a la pobreza ( Romanos 13:13; 1 Pedro 2:12). con los extra�os�con los que est�n fuera de la iglesia de Cristo (Marco 4:11). no necesit�is de nada�no tener que pedir a otros para satisfacer vuestras necesidades (v�ase Efesios 4:28). Lejos de necesitar pedir a otros, debemos trabajar y ganar los medios de satisfacer las necesidades de otros. Hemos de desear el alivio de todo aprieto peculiar por la independencia que as� se consigue.

13. Como el tema principal de Pablo en su predicaci�n en Tesal�nica hab�a sido el reino venidero ( Hechos 17:7), algunas personas lo pervirtieron en motivo de temor respecto de amigos reci�n fallecidos, como si �stos hubieran de ser exclu�dos de la gloria que compartir�an solamente los que quedaran vivos. Este error corrige San Pablo aqu� (v�ase cap. 5:10). Tampoco queremos�Algunos manuscritos, no los m�s antiguos, dicen, �No quiero.� Mis colaboradores (Silas y Timoteo) y yo mismo deseamos que no ignor�is. los que duermen�Los manuscritos m�s antiguos leen: �los que est�n durmiendo� (presente); son los mismos que �los muertos en Cristo� (v. 16), para cuyos cuerpos ( Daniel 12:2, no sus almas; Eclesiast�s 12:7; 2 Corintios 5:8) la muerte es un sue�o tranquilo y santo, del cual los despertar� a la gloria la resurrecci�n. La palabra �cementerio� quiere decir lugar de dormir. T�mese nota: La gloria y la esperanza principal de los cristianos no han de realizarse en la muerte, sino en la venida del Se�or; la una no ha de adelantarse a la otra, sino que todos los creyentes han de ser glorificados juntos en la venida de Cristo ( Colosenses 3:4; Hebreos 11:40). La muerte afecta al mero individuo, mas la venida de Jes�s afectar� a toda la iglesia; en la muerte nuestra alma est� invisible e individualmente con el Se�or; en la venida de Cristo la iglesia entera, con todos sus miembros en cuerpo y en alma, estar� visible y colectivamente con �l. Como esto se presenta como un consuelo a los afligidos deudos, el reconocimiento mutuo de los santos en la venida de Cristo se da por entendido en esto. que no os entristezc�is como los otrosGriego, �los dem�s�; todos los que no son cristianos. No se prohibe todo duelo natural por nuestros amigos fallecidos, porque nuestro Se�or Jes�s y Pablo sin pecado se entregaron a �l ( Juan 11:31, Juan 11:33, Juan 11:35; Filipenses 2:27). Pero tristeza como si no hubiese �esperanza ninguna�, la cual en efecto no ten�an los paganos ( Efesios 2:12), s�, se prohibe. La �esperanza� de los cristianos mencionada aqu� es la de la resurrecci�n. V�ase Salmo 16:9, Salmo 16:11; Salmo 17:15; Salmo 73:24; Proverbios 14:32, muestran que los creyentes del Antiguo Testamento, aunque no tan claramente ( Isa�as 38:18), s�n embargo tenian esta esperanza. En contraste leemos del poeta Catulo, Isa�as 5:4; �Cuando al fin se ponga el sol de este corto d�a, tenemos que dormir una noche interminable�. Las inscripciones sepulcrales de la Tesal�nica pagana expresan esta perspectiva desesperante acerca de los muertos; as� como escribe Esquilo, �De uno ya muerto no hay resurrecci�n�. Aunque algunos fil�sofos paganos tuvieron ciertas vislumbres de la existencia del alma despu�s de la muerte, absolutamente ninguna tuvieron acerca del cuerpo ( Hechos 17:18, Hechos 17:20, Hechos 17:32).

14. Porque si�Confirmaci�n de su dicho del v. 13 de que el borrar la ignorancia en cuanto a los creyentes muertos quitar�a la tristeza indebida respecto de ellos. V�ase v. 13, �esperanza�. De ah� que aparece que nuestra esperanza se apoya en nuestra fe (�si creemos�). �Tan seguramente como creemos que Cristo muri� y resucit� (la misma doctrina especificada como ense�ada en Tesal�nica, Hechos 17:3), as� tambi�n traer� Dios con �l a los que durmieron en Jes�s�. Los creyentes son acostados en sue�o por Jes�s, y as� ser�n tra�dos del sue�o con Jes�s en su s�quito cuando venga. Aqu� no se habla de las almas separadas del cuerpo; se hace referencia a los cuerpos que duermen. Los hechos de la experiencia de Cristo son repetidos en la experiencia del creyente. El muri� y luego resucit�: as� los creyentes morir�n y luego resucitar�n con �l. Pero en el caso de �l, muerte es la palabra usada, 1 Corintios 15:3, 1 Corintios 15:6; etc.; en el caso de ellos, sue�o; porque la muerte de �l ha quitado para ellos el aguij�n de la muerte. La misma mano que los resucitar� es la que los acost� en sue�o. durmieron en Jes�s�lit., �acostados en sue�o por Jes�s�, que corresponde con �muertos en Cristo� (v. 16).

15. en palabra del Se�or�Es decir, en virtud de una revelaci�n directa del Se�or a m�. As� en 1 Reyes 20:35. Este es el misterio, una verdad antes escondida, ahora revelada, que Pablo declara ( 1 Corintios 15:51). delanteros��No tomaremos la delantera a los que durmieron� (J. J. DE LA TORRE). Tan lejos estaban los primeros cristianos de considerar que sus hermanos fallecidos les tomasen la delantera a ellos entrando en la gloria al fallecer, que ellos necesitaban ser asegurados de que los que quedaran en vida hasta la venida del Se�or �no se adelantar�an� a los que est�n muertos en la fe. El �nosotros� quiere decir quienesquiera de nosotros que vivamos y quedemos hasta la venida de Cristo. El Esp�ritu propuso que los creyentes de cada edad sucesiva vivieran en la constante expectativa de la venida del Se�or, no sabiendo sino que ellos estar�an entre los hallados con vida en su venida ( Mateo 24:42). Es un triste alejamiento de esta bienaventurada esperanza el que la mayor�a de los hombres esperan la muerte, m�s bien que la venida de nuestro Se�or. Cada generaci�n sucesiva en su tiempo y lugar representa la generaci�n que realmente sobrevivir� hasta su venida ( Mateo 25:13; Romanos 13:11; 1 Corintios 15:51; Santiago 5:9; 1 Pedro 4:5). El Esp�ritu m�s tarde revel� por medio de Pablo lo que no es inconsecuente con la expectativa aqu� ense�ada de la venida del Se�or en cualquier tiempo, es decir, que su venida no ser�a mientras no hubiese �apostas�a� ( 2 Tesalonicenses 2:2); pero como pronto aparecieron s�ntomas de �sta, nadie pod�a sino decir que este acontecimiento precursor podr�a ya estar realizado y que as� vendr�a el Se�or en su d�a. Cada revelaci�n sucesiva completa los detalles del bosquejo general dado al principio. De esta manera Pablo m�s tarde, mientras principalmente esperaba la venida del Se�or para que le vistiera de su cuerpo celestial, esperaba irse para estar con Cristo ( 2 Corintios 5:1; Filipenses 1:6, Filipenses 1:23; Filipenses 3:20; Filipenses 4:5). Edmunds bien dice que el �nosotros� es una identificaci�n afectuosa de nosotros mismos con nuestros compa�eros de todas las edades, como miembros del mismo cuerpo, bajo la misma Cabeza, Cristo Jes�s. As� Oseas 12:5, �En Beth-el � [Dios] habl� con nosotros�, es decir, con Israel. �All� en �l nos alegramos�, es decir, Israel en el mar Rojo (Salmo 66:6). Aunque ni Oseas ni David estaban vivos en el tiempo referido, sin embargo cada uno se identifica con los que estaban presentes.

16. el mismo�en toda la majestad de su presencia en persona, no por diputado. descender��as� como ascendi� ( Hechos 1:11). conGriego, �en�, dando a entender circunstancia concomitante que atender� su aparici�n. aclamaci�nGriego, �grito de se�al�, �grito de guerra�. Se representa a Jes�s como Rey victorioso, dando la palabra de mando a las huestes del cielo en su s�quito para el �ltimo ataque, en su triunfo final sobre el pecado, la muerte y Satan�s ( Apocalipsis 19:11). voz de arc�ngel�distinta del �grito de se�al�. Se refiere tal vez a Miguel (Judas v. 9; Apocalipsis 12:7), a quien est� encomendada especialmente la protecci�n del pueblo de Dios ( Daniel 10:13). trompeta de Dios�el son de trompeta que suele acompa�ar la manifestaci�n de Dios en la gloria ( �xodo 19:16; Salmo 47:5); aqu� el �ltimo de los tres actos que acompa�an la aparici�n del Se�or. As� como se usaba la trompeta para reunir al pueblo de Dios para sus solemnes convocaciones ( N�meros 10:2, N�meros 10:10; N�meros 31:6), as� aqu� para convocar a los elegidos de Dios, en preparaci�n para su glorificaci�n con Cristo (Salmo 50:1; Mateo 24:31; 1 Corintios 15:52). resucitar�n primero�antes que sean �arrebatados� los vivientes. �Primero� aqu� no tiene referencia a la primera resurrecci�n, como contrastada con la de �los dem�s de los muertos�. Aquella referencia viene en otros lugares ( Mateo 13:41, Mateo 13:50; Juan 5:29; 1 Corintios 15:23; Apocalipsis 20:5); �primero� aqu� s�lo est� en oposici�n a �luego�, v. 17. PRIMERO, �los muertos en Cristo� resucitar�n; LUEGO los vivientes ser�n arrebatados. Aqu� se habla s�lo del pueblo del Se�or.

17. los que vivimos � seremos arrebatados�despu�s de haber sido �transformados, en un momento� ( 1 Corintios 15:51). De nuevo dice �nosotros�, recomendando as� la expresi�n a los cristianos de todas las edades, legando cada generaci�n a la siguiente la obligaci�n de esperar la venida del Se�or. [Edmunds]. juntamente con ellos�todos juntos: los muertos levantados y los vivientes cambiados, formando un cuerpo unido. en las nubesGriego, �en nubes�. Se les confiere el mismo honor como a su Se�or. As� como �l fu� llevado arriba en una nube en su ascensi�n ( Hechos 1:9), as� a su regreso con nubes ( Apocalipsis 1:7), ellos ser�n arrebatados en las nubes. Las nubes son la carroza triunfal de �l y de ellos (Salmo 104:4; Daniel 7:13). Ellicott explica el griego, �vestidos de nubes ascendentes�. en el aire�m�s bien, �hasta dentro del aire�; arrebatados al aire justamente sobre la tierra, donde el encuentro (v�ase Mateo 25:1, Mateo 25:6) tendr� lugar entre ellos que ascienden, y su Se�or que desciende hacia la tierra. No que el aire haya de ser el lugar de su morada permanente con �l. as� estaremos siempre con el Se�or�no m�s separaci�n, no m�s salida ( Apocalipsis 3:12). Habiendo establecido el punto de discusi�n, de que los muertos en Cristo estar�n bajo condiciones de igual ventaja con los que se hallen vivos a la venida de Cristo, �l deja sin definir aqu� otros acontecimientos predichos en otros lugares (por no ser necesarios para su discusi�n), el reinado de Cristo en la tierra con sus santos ( 1 Corintios 6:2), el juicio final y la glorificaci�n de sus santos en los cielos nuevos y tierra nueva.

18. consolaos los unos a los otros�en vuestra tristeza por los fallecidos (v. 13).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 1 Thessalonians 4". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/1-thessalonians-4.html. 1871-8.