Bible Commentaries
2 Crónicas 7

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-22

DIOS DA TESTIMONIO A LA ORACION DE SALOMON; EL PUEBLO ADORA.

1. el fuego descendi� de los cielos, y consumi� el holocausto�Todo acto de culto era acompa�ado por un sacrificio. La extraordinaria corriente de fuego prendi� la masa de carne, lo cual fu� se�al de la aceptaci�n divina de la oraci�n de Salom�n (v�ase Lev�tico 9:24; 1 Reyes 18:38). la gloria de Jehov� hinchi� la casa�es decir, la nube, que era s�mbolo de la presencia y majestad de Dios, llen� el �nterior del templo ( �xodo 40:35).

2. no pod�an entrar los sacerdotes�Tanto por el temor reverencial del fuego milagroso que ard�a sobre el altar, como por la nube densa que envolv�a el santuario. ellos no pod�an por alg�n tiempo, cumplir sus funciones usuales. (V�ase 1 Reyes 8:10). Pero m�s tarde, renacidos su coraje y confianza, se acercaron al altar, y ocup�ronse en ofrecer un inmenso n�mero de sacrificios.

3. todos los hijos de Israel � cayeron en tierra sobre sus rostros en el pavimento�Esta forma de postraci�n, es decir, echados sobre sus rod�llas con la frente en contacto con la tierra, es la manera en que los hebreos y los orientales en general, expresan los m�s profundos sentimientos de reverencia y humildad. Los patios del templo estaban llenos de gente en esta ocasi�n, y la inmensa multitud se ech� al suelo. Lo que s�bitamente indujo a los israelitas a asumir aquella actitud postrada en aquella ocasi�n, fu� el espect�culo de la nube simb�lica que descend�a despacio y majestuosamente sobre el templo, y luego lo envolvi�.

4-11. LOS SACRIFICIOS DE SALOMON.

4. Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron v�ctimas�Si los adoradores individuales mataron a su propio ganado, o si cierto n�mero del orden lev�tico que hab�a asistido hicieron aquella obra, como algunas veces lo hac�an, en cualquier caso las ofrendas fueron hechas por medio de los sacerdotes, quienes presentaron la sangre y la grasa sobre el altar (v�ase 1 Reyes 8:62).

5. as� dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo�El ceremonial de dedicaci�n consist�a principalmente en la introducci�n del arca en el templo, y en las ofrendas sacrificiales que fueron hechas en una escala de magnitud conforme a la ocasi�n tan extraordinaria. Todos los presentes, el rey, el pueblo y los sacerdotes, tomaron parte seg�n sus resspectivos puestos, en la ejecuci�n del servicio solemne. El deber, naturalmente, recay� principalmente sobre los sacerdotes, y por lo tanto al proceder a describir sus varias clases de trabajo, el historiador dice: �y los sacerdotes asist�an en su ministerio�; mientras grandes n�meros estaban ocupados en preparar y ofrecer las v�ctimas, otros tocaban sus trompetas, y las diferentes bandas de los levitas alababan al Se�or con m�sica vocal e instrumental, con el Salmo 136, cuyo coro repite �para siempre es su misericordia�.

7. santific� Salom�n el medio del atrio�En esta ocasi�n extraordinaria, cuando fueron sacrificados un mayor n�mero de animales que los que admit�a un altar y las argollas donde se ataban los animales, se ocup� todo el espacio que hab�a entre el lugar de las argollas y el lado oeste del patio, como lugar de altares temporales; en aquella parte se estaban quemando holocaustos por todos lados.

8. hizo Salom�n fiesta siete d�as�El tiempo elegido para la deidcaci�n del templo fu� inmediatamente anterior a la fiesta de los tabern�culos (v�ase 1 Reyes 8:1). Aquella estaci�n, que ven�a despu�s de la cosecha, correspondiente a nuestro septiembre y octubre, duraba siete d�as, y durante una festividad tan prolongada, hab�a tiempo suficiente para ofrecer los inmensos sacrificios enumerados. Una grande proporci�n de �stos eran sacrificios pac�ficos, los que proporcionaban al pueblo los medios de gozo festivo. todo Israel � desde la entrada de Hamath�es decir, el desfiladero de L�bano. hasta el arroyo de Egipto�Rhinocorura, ahora El-Arish, la frontera sur de Palestina.

10. a los veintitr�s del mes s�ptimo�Este era el �ltimo d�a de la fiesta de los tabern�culos.

12-22. DIOS LE APARECE.

12. apareci� Jehov� a Salom�n de noche�(V�ase 1 Reyes 9:1). La dedicaci�n del templo debe haber sido ocasi�n de intenso inter�s nacional para Salom�n y sus s�bditos. No fu� el inter�s meramente temporal o local. El relato de ella es le�do y meditado con inter�s que no disminuye con el transcurso del tiempo. El hecho de que �ste era el �nico templo de todas las naciones en el cual era adorado el verdadero Dios, presta a la escena una grandeza moral, y prepara la mente para la oraci�n sublime que fu� ofrecida en la dedicaci�n. El puro te�smo de aquella oraci�n, su reconocimiento de la unidad de Dios como tambi�n de sus perfecciones morales en la providencia y la gracia, vino del mismo manantial divino que el fuego milagroso. Indicaban sentimientos y emociones de devoci�n exaltada y espiritual, que emanaban no s�lo de la mente del hombre, sino de la fuente de revelaci�n. La realidad de la presencia divina fu� atestiguada por el milagro, y aquel milagro imprimi� el sello de la verdad en la teolog�a del culto del templo.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 7". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-chronicles-7.html. 1871-8.