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Sunday, September 29th, 2024
the Week of Proper 21 / Ordinary 26
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Bible Commentaries
Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia Comentario Crítico
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Estos archivos son un derivado de una edición electrónica preparada a partir de texto escaneado por Woodside Bible Fellowship. Esta edición expandida del Comentario Jameison-Faussett-Brown está en el dominio público y puede ser utilizado y distribuido libremente.
Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Samuel 20". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-samuel-20.html. 1871-8.
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Samuel 20". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/
Versículos 1-26
SEBA FORMA UN PARTIDO EN ISRAEL.
1. Seba � hombre de Benjam�n�Aunque no se sabe mucho de este hombre, ha de haber sido persona de considerable poder e influencia, para que haya podido levantar una sedici�n tan repentina y extensa. Pertenec�a a la tr�bu de Benjam�n, donde los adherentes de la dinast�a de Sa�l todav�a eran numerosos, y viendo el fuerte disgusto de las otras tribus con la parte asumida por Jud� en la restauraci�n, su coraz�n, que pensaba mal, resolvi� aprovecharlo para la destrucci�n de la autoridad de David en Israel. �cada uno a sus estancias!�Esta expresi�n proverbial puede haber tenido su fundamento en el hecho de que mucha de la gente del campo se adher�a a la costumbre de los patriarcas que labraban la tierra, pero que viv�an en tiendas, como los paisanos sirios hacen todav�a. Esto era el grito de guerra de una insurrecci�n nacional, y por el verdadero temple del pueblo, fu� seguido por resultados m�s all� de lo que Seba probablemente pensaba.
2. desde el Jord�n hasta Jerusalem�La disputa estall� poco despu�s del cruce del Jord�n, entre Jud� y las dem�s tribus, las cuales se retiraron; de modo que Jud� fu� dejado casi solo para conducir al rey a la metr�poli.
3. tom� el rey las diez mujeres concubinas�Los escritores jud�os dicen que a las viudas de los monarcas hebreos, no les era permitido casarse de nuevo, y que eran obligadas a pasar el resto de su vida en estricta soledad. David trat� a sus concubinas de la misma manera despu�s de haber sido ultrajadas por Absalom. No fueron divorciadas, porque no eran culpables, pero no eran reconocidas p�blicamente como sus esposas; su encierro no era una condena muy pesada, en aquella regi�n donde las mujeres no estaban acostumbradas a salir mucho.
4. dijo el rey a Amasa: J�ntame los varones de Jud� para dentro de tres d�as�Amasa ahora est� instalado en el mando que David le hab�a prometido. La revuelta de las diez tribus, probablemente adelant� la declaraci�n p�blica de este nombramiento, que �l esperaba ser�a popular entre ellos; y a Amasa le fu� ordenado que en tres d�as alistara un ej�rcito de Jud�, suficiente para dominar la insurrecci�n. El nombramiento fu� un desatino, y el rey pronto reconoci� su error. Pas� el tiempo especificado, pero Amasa no pudo juntar los hombres. Temiendo la p�rdida de tiempo, el rey di� la comisi�n a Abisai, y no a Joab�una nueva afrenta,�que, sin duda, hiri� el amor propio de este austero y orgulloso general. Sin embargo, se apresur� con sus soldados unidos a ir como segundo de su hermano, resuelto a aprovechar la primera oportunidad para descargar venganza sobre su afortunado rival.
8. sali�les Amasa al encuentro�Literalmente, �fu� delante de ellos�. Habiendo juntado algunas fuerzas, por marchas forzadas alcanz� la expedici�n en Gaba�n, y asumi� su lugar como comandante; y como tal fu� saludado, entre otros, por Joab. la vestidura que Joab ten�a sobrepuesta est�bale ce�ida�al modo de los viajeros y soldados. una daga � como �l avanz�, cay�se�es decir, se sali� de la vaina. Seg�n Josefo, �l la dej� caer a prop�sito mientras se acercaba a saludar a Amasa, para que, agach�ndose a recogerla, como si fuese accidental la ca�da, pudiera saludar al nuevo general con la espada desnuda en la mano, sin despertar sospechas de su prop�sito � �El avanz� de una manera ceremoniosa, para encontrar al nuevo general en jefe, a fin de que pareciera rendir a aquel soldado, a quien consideraba como usurpador de su puesto, un insigne honor y homenaje.
9. tom� Joab con la diestra la barba de Amasa, para besarlo�Este acto, com�n en el encuentro de dos amigos, cuando uno ven�a de viaje, indica respeto y tambi�n bondad, y el cumplimiento del mismo manifieste la negra hipocres�a de Joab, quien por este acto hizo que Amasa confiara en �l. No es extra�o, pues, que mientras este acto de amigable salutaci�n despu�s de larga ausencia ocupaba la atenci�n de Amasa, no percibiera la espada en la mano izquierda de Joab. El acto de Joab fu� de veras un fino cumplimiento, pero ni sospechoso ni raro, y prestando atenci�n Amasa a este cumplimiento, y no dudando contestar con la debida finura, poco pod�a esperar el acontecimiento fatal que produjo la perfidia de Joab.
10-13. AMASA ES ASESINADO.
10. hiri�le �ste en la quinta costilla�Sede del h�gado y las entra�as, donde son fatales las heridas. sin darle segundo golpe�es decir, lo mat� con el primer golpe.
11. Cualquiera que amare a Joab y a David, vaya en pos de Joab�Es prueba notable de la influencia sin rival de Joab sobre el ej�rcito, el hecho de que, perpetrado ante sus ojos este ruin asesinato, ellos un�nimemente lo siguieron como a su comandante, en el perseguimiento de Seba. Un soldado uni� su nombre con el de David, y tan m�gico hechizo ten�a el nombre �Joab� que �pasaron todos��tanto los hombres de Amasa como las dem�s. La conjunci�n de estos dos nombres es muy significativa; demuestra que el uno no pod�a prescindir del otro; que no pod�a Joab rebelarse contra David, ni David deshacerse de Joab, aunque lo odiaba.
14, 15. JOAB PERSIGUE A SEBA HASTA ABEL.
14. pas� por todas las tribus de Israel hasta Abel�Juntando reclutas. Pero las marchas forzadas Joab lo alcanzaron, y fu� encerrado en aquel estrecho lugar.
15. Abel de Beth-maacha�lugar fresco�el agregado �Maacha� significa que pertenece al distrito de Maacha, situado muy arriba del Jord�n, al pie del Monte L�bano.
16-22. UNA MUJER SABIA SALVA LA CIUDAD CON LA CABEZA DE SEBA.
16. Entonces una mujer sabia�El ruego de la mujer, quien, como D�bora, probablemente era juez o gobernadora del lugar, fu� fuerte.
18. Antiguamente sol�an hablar�La traducci�n delmargen da un significado mejor, el cual es en este sentido: Cuando el pueblo te vi� poner sitio a Abel, dijeron: �Seguramente preguntar� si tenemos paz, porque la ley ( Deuteronomio 20:10) prescribe que ofrezca paz a extranjeros, mucho m�s entonces a las ciudades israelitas; y si �l hace esto, pronto llegaremos a un entendimiento amigable, porque somos gente pac�fica. La respuesta de Joab revela el car�cter de aquel veterano insensible, como patriota de coraz�n, quien, al prender al autor de esta insurrecci�n, estaba listo para poner fin al derramamiento de sangre, y librar a los pac�ficos habitantes de toda molestia.
23-26. GRANDES OFICIALES DE DAVID.
23. As� qued� Joab sobre todo el ej�rcito de Israel�Sean cuales fueren los deseos particulares de David, �l se daba cuenta de que no ten�a poder para quitar a Joab; y cerrando los ojos al asesinato de Amasa, restableci� a Joab en su puesto anterior como comandante en jefe. Se da aqu� la enumeraci�n del gabinete de David para mostrar que el gobierno se hab�a constitu�do de nuevo en su curso acostumbrado.