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Bible Commentaries
2 Tesalonicenses 2

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-17

CORRECCION DEL ERROR ACERCA DE LA INMEDIATA VENIDA DE CRISTO. LA APOSTASIA QUE TIENE QUE PRECEDERLA. EXHORTACION A LA FIRMEZA, INTRODUCIDA POR HACIMIENTO DE GRACIAS POR SU ELECCION POR DIOS.

1. Empero�marcando la transici�n de sus oraciones por ellos a las exhortaciones a ellos. os rogamos��os ruego�. Emplea ruego cari�oso para ganarlos para la ense�anza correcta, m�s bien que la censura severa. en cuanto a, etc.�que introduce el tema principal de la Ep�stola. nuestro recogimiento a �l�la asamblea completa y final de los santos a �l en su venida, como fu� anunciada en Mateo 24:31; 1 Tesalonicenses 4:17. El sustantivo griego no se halla en otro lugar con excepci�n de Hebreos 10:25, donde se habla de la reuni�n de creyentes para el culto congregacional. Nuestros temores instintivos del juicio son disipados por el pensamiento de ser reunidos junto CON EL (�como la gallina junta sus pollos debajo de las alas�), lo que afianza nuestra seguridad.

2. f�cilmente�pronto, por razones fr�volas, sin la debida consideraci�n. os mov�islit., sacudidos como los barcos agitados por el mar. V�ase por la misma imagen, Efesios 4:14. de vuestro sentimiento�m�s bien como el griegode vuestra mente�; de vuestra firmeza mental sobre el asunto. ni os conturb�is�Este verbo se refiere a la agitaci�n emocional; as� como �os mov�is�, a la intelectual. por esp�ritu�por persona que profesa tener el esp�ritu de profec�a ( 1 Corintios 12:8; 1 Juan 4:1). Se habia advertido a los tesalonicenses ( 1 Tesalonicenses 5:20) a que �probasen� tales profec�as fingidas, y que �retuviesen (s�lo) lo que es bueno�. por palabra�de la boca (v�anse vv. 5, 15); alguna palabra o dicho atribu�do a Pablo comunicado oralmente. Si la tradici�n oral fu� expuesta a semejante perversi�n en la edad apost�lica (v�ase un caso similar, Juan 21:23), �cu�nto m�s en nuestros d�as! por carta como nuestra�d�ndose a entender como nuestra, mientras que es una falsificaci�n. Por esto les da una se�al por la cual conocer�n las cartas genuinas de �l (cap. 3:17). que el d�a del Se�or est� cerca�m�s bien est� inmediatamente inminente�; lit., �est� presente�; �est� viniendo instant�neamente�. Cristo y sus ap�stoles siempre ense�aban que el d�a de la venida del Se�or est� cerca; y no es probable que Pablo quisiera dar a entender algo contrario aqu�; lo que �l niega es que est� tan inmediatamente inminente, instante o presente como para justificar el abandono de los deberes diarios terrenales. Cris�stomo, y despu�s de �l Alford, traduce �Est� (ya) presente� (v�ase 2 Timoteo 2:18). que es error parecido. Pero en 2 Timoteo 3:1. el mismo verbo griego se traduce �vienen�. Wahl apoya esta interpretaci�n. La palabra griega generalmente se usa por la misma presencia; pero es bien susceptible de la traducci�n. �es todo menos que presente�.

3. en ninguna manera�Cristo, en Mateo 24:4, da la misma advertencia en relaci�n con el mismo acontecimiento. Pablo hab�a indicado tres maneras (v. 2) en que podr�an ser enga�ados (v�ase otras maneras, v. 9, y Mateo 24:5, Mateo 24:24). la apostas�ala apostas�a, la que �os dije� antes (v. 5), �cuando estaba todav�a con vosotros�, y de la cual el Se�or di� alguna intimaci�n ( Mateo 24:10; Juan 5:43). se manifieste el hombre de pecado�As� como Cristo estaba primero en misterio, y despu�s revelado ( 1 Timoteo 3:16), as� el Anticristo (el t�rmino usado en 1 Juan 2:18, Joel 2:18; 1 Juan 4:3, Joel 4:3) est� primero en misterio, y m�s tarde se desarrollar� y ser� revelado (vv. 7-9). As� como la justicia hall� su personificaci�n en Cristo, �el Se�or nuestra justicia�, as� el �pecado� tendr� su expresi�n concreta en el �hombre de pecado�. El poder que impide (v. 7) entre tanto restringe su manifestaci�n; cuando aquel poder sea quitado, entonces suceder� esta manifestaci�n. Los art�culos definidos, �la apostas�a� y �el hombre de pecado� pueden referirse al hecho de que ya sean bien conocidos como predichos por Daniel 7:8, Daniel 7:25, �el cuerno peque�o � hablaba grandezas � contra el Alt�simo, y pensar� mudar los tiempos y la ley�; y 11:36, el rey voluntarioso quien �se ensoberbecer� y se engrandecer� sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablar� maravillas�. hijo de perdici�n�t�tulo referido tambi�n a Judas el traidor ( Juan 17:12), y a nadie m�s. El Anticristo, la segunda �bestia� que sub�a de la tierra; y por esto ser� primero �como cordero, mas hablar� como un drag�n� ( Apocalipsis 13:11); �vendr� empero con paz, y tomar� el reino con halagos�, �har� con enga�o�, mas �su coraz�n ser� contra el pacto santo� ( Daniel 11:21, Daniel 11:23, Daniel 11:28, Daniel 11:30). Las semillas de la �apostas�a� aparecen pronto ( 1 Timoteo 4:1), pero el pleno desarrollo y concentraci�n de estos elementos anticristianos en una sola persona todav�a est�n por aparecer. En contraste, fij�monos en la venida del Rey de Si�n en la persona de Jes�s: (1) Justo; (2) teniendo salvaci�n; (3) manso; mientras que el Anticristo es (1) �el hombre de (la personificaci�n de) pecado; (2) el hijo de perdici�n; (3) se ensalza sobre todo lo que se adora. El es el hijo de perdici�n en que env�a a muchos a la perdici�n, y finalmente ser� condenado a ella �l mismo ( Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). �El cuya esencia y herencia es la perdici�n.� [Alford]. As� como �el reino de los cielos� se presenta a nosotros primero en lo abstracto, despu�s en lo concreto en el Rey, el Se�or Jes�s, as� aqu� primero tenemos (v. 7) �el misterio de la iniquidad�, despu�s �aquel inicuo� (v. 8). Sin duda �la apostas�a� del romanismo (lo abstracto) es una de las instancias m�s grandes de la operaci�n del misterio de iniquidad, sus blasfemas pretensiones del papa (lo concreto) son precursoras de la final concentraci�n de la blasfemia en el hombre de pecado, quien no s�lo, como el papa, usurpar� el honor de Dios como vicegerente de Dios, sino que se opondr� abiertamente a Dios al fin.

4. Aqu� se refiere a Daniel 11:36. Pablo da a entender que las palabras usadas all� para referirse a Ant�oco Ep�fanes ser�n a�n m�s aplicables al hombre de pecado, quien es el verdadero Anticristo del Nuevo Testamento, as� como Ant�oco fu� el Anticristo t�pico del Antiguo Testamento. Los anteriores reinos mundiales tuvieron cada uno una persona extraordinaria como su cabeza y personificaci�n (as� Babilonia tuvo a Nabucodonosor, Daniel 2:38, al fin; Persia tuvo a Ciro; Grecia tuvo a Alejandro, y Ant�oco Ep�fanes, el precursor del Anticristo); as� el cuarto y �ltimo reino mundial, bajo el cual ahora vivimos, tendr� una cabeza final, la personificaci�n concentrada de todo el pecado e iniquidad desenfrenada que han existido en la Roma pagana y la Roma papal. La fase final de Roma probablemente ser� una alianza entre la superstici�n idol�trica y la infidelidad atea. Oponi�ndose, y levant�ndose�No hay sino un art�culo definido griego para los dos participios (gerundios en nuestra versi�n), dando a entender que el motivo por qu� se opone es a fin de que pueda levantarse por encima, etc. Alford entiende la primera frase en sentido absoluto, �El que se opone (a Cristo)�, es decir, el Anticristo ( 1 Juan 2:18, Joel 2:18). As� como al fin del per�odo del Nuevo Testamento, Israel ap�stata se ali� con el poder mundial pagano contra Jes�s y sus ap�stoles ( Lucas 23:12, y en Tesal�nica, Hechos 17:5), y fu�, en justa retribuci�n, castigado por la instrumentalidad del mismo poder mundial (siendo destruida Jerusal�n por Roma), Daniel 9:26; as� la iglesia degenerada (hecha �ramera�), ali�ndose con el poder mundial ateo (la �bestia� de Apocalipsis) contra la religi�n vital (es decir, la ramera sentada sobre la bestia), ser� juzgada por aquel poder mundial, el cual finalmente ser� personificado en el Anticristo ( Malaqu�as 13:8; Malaqu�as 14:2; Apocalipsis 17:16). En esta Ep�stola temprana, la iglesia jud�a ap�stata como la ramera y la Roma pagana como la bestia, forman el fondo hist�rico sobre el cual Pablo dibuja su bosquejo de la apostas�a. En las Ep�stolas Pastorales, que son posteriores, esta profec�a aparece en conexi�n con el gnosticismo que en la �poca posterior infectaba la iglesia. La ramera (la iglesia ap�stata) ha de ser juzgada primero por la bestia (el poder mundial) y sus reyes ( Apocalipsis 17:16); y m�s tarde las bestias y sus aliados (con el Anticristo personal a su cabeza, quien parece surgir despu�s del juicio de la ramera, o la iglesia ap�stata) ser�n juzgados por la venida de Jes�s mismo ( Apocalipsis 19:20). Tendencias anticristianas producen anticristos diferentes; estos anticristos separados m�s tarde hallar�n su consumaci�n en un individuo, quien los exceder� a todos en la intensidad de su car�cter malvado. [Auberlen]. Pero el juicio pronto le alcanzar�. El es necesariamente un hijo de la muerte, inmediatamente despu�s de su subida del abismo, yendo a la perdici�n ( Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). Idolatr�a de s� mismo (egolatr�a), orgullo esp�ritual y rebeli�n contra Dios son sus caracter�sticas; as� como la adoraci�n de Cristo, la humildad y dependencia de Dios, caracterizan al cristianismo. El Anticristo no s�lo toma para s� el papel de Cristo (como los �cristos falsos�, Mateo 24:24), sino que �se opone� a Cristo. La palabra griega da a entender uno colocado en el bando contrario (v�ase 1 Juan 2:22, Joel 2:22; Joel 1:7). Uno quien, en ocasi�n de la destrucci�n de todas las religiones, buscar� establecer su propio trono, y por la gran verdad de Dios de que �Dios es hombre� sustituir su propia mentira de �El hombre es Dios.� [Trench.] contra todo lo que se llama Dios�( 1 Corintios 8:5). El papa (por ejemplo, Clemente VI) aun mand� a los �ngeles que admitieran al Para�so, sin los supuestos dolores del purgatorio, a ciertas almas. Pero aun as� esto no es sino un presagio del Anticristo, quien no obrar�, como el Papa, en nombre de Dios, sino contra Dios. o que se adora�Roma aqu� nuevamente nos da un presagio del Anticristo. La palabra griega es Sebasma; Sebast�s es el nombre griego por Augusto, qui�n era adorado como el gobernante secular y vicerregente divino. El papado se ha levantado sobre las ruinas del poder de C�sar. El anticristo se ensalzar� sobre todo objeto de culto, sea sobre la tierra como el C�sar, sea en el cielo como Dios. Las diferentes prefiguraciones del Anticristo, Mahoma, Roma, Napole�n, y el moderno secularismo ateo, contienen s�lo algunas, no todas, sus caracter�sticas. Es la uni�n de todas �stas en alguna persona individual la que formar� al Anticristo completo, as� como la uni�n en una persona, Jes�s, de todos los tipos y profec�as constituy� el Cristo completo. [Olshausen]. en el templo de Dios como Dios��El reinar� un tiempo, y tiempos y medio tiempo� ( Daniel 7:25), es decir, tres a�os y medio, y se sentar� en el templo en Jerusal�n; entonces vendr� el Se�or del cielo y le arrojar� en el lago de fuego y traer� a los santos los tiempos de su reinado, el s�ptimo d�a de descanso santo, y dar� a Abrah�n la herencia prometida�. [Ireneo, Adversus Hereses, 30:4]. haci�ndose parecer Dios�con ostentaci�n blasfema y arrogante (v�ase un tipo, Hechos 12:21). Los primeros �padres� un�nimemente esperaban a un Anticristo personal. Existen dos objeciones a que el romanismo sea considerado como el Anticristo, aunque probablemente el romanismo dejar� en �l su culminaci�n: (1) Tan lejos est� el romanismo de oponerse a todo lo que se llama Dios, que la adoraci�n de dioses y se�ores muchos (la virgen Mar�a y los santos) es un rasgo prominente en �l; (2) el papado existe desde hace m�s de doce siglos, y todav�a no ha venido Cristo, mientras que la profec�a considera al Anticristo final como de corta vida, y pronto destinado a la perdici�n en la venida de Cristo ( Apocalipsis 17:8, Apocalipsis 17:11). Gregorio el Grande declar� contra el patriarca de Constantinopla que quienquiera asumiera el t�tulo de �obispo universal�, ser�a �el precursor del Anticristo�. El papado ha cumplido esta profec�a involuntaria. El papa ha sido llamado por sus seguidores �nuestro Se�or Dios el Papa�; y en su inauguraci�n, sentado en su silla sobre el altar alto el cual es considerado su pedestal, vivamente simboliz� a aquel que �se levanta sobre todo lo que se llama Dios�. Un reparo fatal a la interpretaci�n de que �el templo de Dios� aqu� sea la iglesia ( 1 Corintios 3:16; 1 Corintios 6:19), es que el ap�stol nunca designar�a a la iglesia ap�stata, anticristiana como �el templo de Dios�. Es probable que, as� como el Mes�as fu� revelado entre los jud�os en Jerusal�n, as� el Antimes�as aparecer� entre ellos cuando est�n restaurados en su propia tierra y despu�s que hayan reedificado su templo en Jerusal�n. As� Daniel 11:41, Daniel 11:45 (v�anse mis notas), corresponde: �Vendr� a la tierra deseable (Judea) � y plantar� las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario�; y entonces ( Daniel 12:1): �En aquel tiempo se levantar� Miguel el gran pr�ncipe� para libertar al pueblo de Dios V�ase Nota, Daniel 9:26. Tambi�n el rey de Asiria. tipo del Anticristo ( Isa�as 14:12). �Lucifer� (un titulo del Mes�as, tomado por el Anticristo, Apocalipsis 22:16): �En lo alto junto a la estrellas de Dios ensalzar� mi solio, y en el monte del testimonio (eso es, el lugar de reuni�n de Dios con su pueblo antiguo, el templo) me sentar�, a los lados del aquil�n (Salmo 48:2), ser� semejante al Alt�simo�. Apocalipsis 11:1, �El templo de Dios � la ciudad santa� (es decir, Jerusal�n, Mateo 4:5), v�ase Salmo 68:18, Salmo 68:29, refiri�ndose a un per�odo despu�s de Cristo, por lo tanto todav�a no cumplido ( Isa�as 2:1; Ezequiel 40-44; Malaqu�as 14:16; Malaqu�as 3:1). �En el templo de Dios� da a entender que es un enemigo interno, no externo, quien atacar� a la iglesia. El Anticristo durante los primeros tres a�os y medio de la semana prof�tica guardar� el pacto de Dios, luego lo violar� y usurpar� honores divinos en medio de la semana. Algunos creen que el Anticristo ser� jud�o. De todos modos, �con lisonjas� inducir� a muchos, no s�lo de los gentiles, sino tambi�n de �las tribus� de Israel (as� el griego por �linajes�, Apocalipsis 11:8) a reconocerle como su Mes�as por largo tiempo esperado, en la misma �ciudad donde fu� crucificado nuestro Se�or�. �Se sentar� aqu� da a entender que �l ocupar� el lugar de poder y majestad en oposici�n a aquel que �est� sentado a la diestra de la majestad en las alturas� ( Hebreos 1:3), y que vendr� a sentarse all� donde se sent� el usurpador ( Mateo 26:64). Notas Daniel 9:27; Apocalipsis 11:2, Apocalipsis 11:9, Apocalipsis 11:11. V�ase Ezequiel 28:2, Ezequiel 28:6, Ezequiel 28:9, Ezequiel 28:13, Ezequiel 28:16, en cuanto a Tiro, el tipo del Anticristo, caracterizado por semejante arrogancia blasfema.

5. �No os acord�is�refutando a los que representan a Pablo como equivocado en cuanto a la venida inmediata del Se�or cuando les escrib�a su primera Ep�stola, error que �l ahora trata de corregir. os dec�a esto�m�s de una vez, lit., �yo estaba dici�ndoos�, o �yo sol�a deciros�.

6. ahora vosotros sab�is�habi�ndoos dicho yo. El poder que imped�a habr�a sido poder �conocido� por los tesalonicenses. lo que impide�lo que refrena: el poder que ha restringido al hombre de pecado en su desarrollo pleno y final, es la influencia moral y conservadora de los estados politicos [Olshausen]: la estructura del proceder humano como poder coercitivo; como �el que ahora impide�, se refiere a los que gobiernan aquel proceder por el cual es dominada la gran explosi�n de impiedad. [Alford]. El �lo que impide� se refiere al estorbo general: �el que ahora impide�, a la persona en quien se concentra aquel estorbo. El romanismo, como precursor del Anticristo, fu� restringido de esta manera por el emperador romano (entonces representante del poder coercitivo) hasta el tiempo cuando Constantino transfiri� la sede del imperio a Constantinopla, el obispo romano gradualmente se elev� a la precedencia, entonces al primado, y finalmente al solo imperio por encima del poder secular. El hecho hist�rico del cual Pablo empieza sus predicciones fu� probablemente la expulsi�n de los jud�os de Roma por el emperador Claudio, las cuales eran los representantes del adversario anticristiano en el d�a de Pablo, de esta manera �impidi�ndoles� en sus ataques contra el cristianismo; esto sugiri� el principio que subsistir� hasta el fin del tiempo y que est� por hallar su cumplimiento final en la remoci�n de la persona y autoridad impedidora, cuando se presentar� el Anticristo en su peor aspecto. para que � se manifiesteGriego, �a fin de que�; sab�is lo que est� refren�ndolo, en los prop�sitos de Dios, de ser manifestado m�s temprano, �a fin de que sea revelado en su propio tiempo� (es decir, el tiempo se�alado por Dios como su tiempo propio de ser manifestado), no m�s temprano (v�ase Daniel 11:35). La remoci�n del poder refrenador ser� cuando el poder civil, derivado del Imperio Romano que ha de ser, en su forma final, dividido en diez reinos ( Apocalipsis 17:3, Apocalipsis 17:11), ceder�, con su principal cabeza representativa por aquel tiempo existente (�el que ahora �mpide�, griego, v. 6), al prevaleciente �desorden� (anarqu�a), o �iniquidad�, con �el inicuo� como su personificaci�n. La Iglesia Electa y el Esp�ritu no ser�n, como sugiere De Burgh, el poder refrenable indicado; porque los dos nunca ser�n del todo �quitados� ( Mateo 28:20). Sin embargo, el testimonio de la Iglesia Electa y el Esp�ritu en ella son el gran estorbo al crecimiento de la apostasia; y es posible que, aunque el Se�or a�n entonces tendr� unos pocos fieles, sin embargo la energ�a completa del Esp�ritu en la Iglesia visible estorbando la energ�a u �operaci�n� del �misterio de iniquidad� por el testimonio de los elegidos, ser� �quitada� hasta permitir la manifestaci�n de aquel �inicuo�; y de este modo podr� ser correcta la opini�n de De Burgh ( Lucas 18:8; Apocalipsis 11:3). Este era un poder que los tesalonicenses f�cilmente podr�an �saber� por la instrucci�n de Pablo.

7. el misterio de iniquidad�La contraparte al �misterio de la piedad� ( 1 Timoteo 3:16). El anticristianismo operondo latentemente, como distinguido de su final manifestaci�n abierta. �Misterio� en las Escrituras quiere decir, no lo que permanece siempre secreto, sino lo que est� escondido por un tiempo, mas en tiempo debido es manifestado ( Efesios 3:4. Efesios 3:5). Satan�s recurrir� a un modo de oposici�n m�s conforme a la entonces inminente �aparici�n� y �presencia� del Salvador, y tomar� la delantera con un esfuerzo �ltimo de mantener el dominio del mundo [De Burgh], as� como en su primer advenimiento se lanz� en oposici�n abierta, posesion�ndose de los cuerpos de los hombres. �Iniquidad�, griego, desorden, ilegalidad, desobediencia; el rechazo desafiante de la ley de Dios (v�ase Nota, Malaqu�as 5:9). �Maldad� (traducido en la Versi�n de los Setenta por la m�sma palabra griega, queriendo decir �ilegalidad�, la que Pablo emplea aqu�), personificada all� como mujer, corresponde al �misterio de iniquidad�, aqu� personificada finalmente en �el hombre de pecado�; as� como ella finalmente fu� desterrada para siempre de la Tierra Santa a su propio terru�o, Babilonia, as� la iniquidad y el hombre de pecado caer�n ante Miguel y el Se�or mismo, quien aparecer� como el Libertador de su pueblo ( Daniel 12:1; Malaqu�as 14:3). V�ase Mateo 12:43. La naci�n jud�a despose�da del esp�ritu malo, siendo echado fuera por el cautiverio babil�nico, el demonio de la idolatr�a recibe finalmente una forma peor del esp�ritu malo, una justicia propia basada en m�ritos personales, la cual se opone a la justicia perfecta de Cristo. Tambi�n as�, la iglesia cristiana en el curso del tiempo posesionada por el demonio de la idolatr�a romana, despu�s librada de �l por la Reforma. despu�s con su casa �adornada� por la hipocresia, el secularismo y el racionalismo, mas �barrida� de fe viva, entonces finalmente apostatando y nuevamente pose�da por �el hombre de pecado�, y exteriormente destru�da por un corto tiempo (aunque entonces aun Cristo tendr� testigos entre los jud�os. Malaqu�as 13:9, y tambi�n entre los gentiles, Mateo 28:20), cuando de repente vendr� Cristo ( Daniel 11:32; Lucas 18:7). ya�( 3 Juan 1:9, Joel 1:9, 3Joel 1:100; Colosenses 2:18; 1 Timoteo 4:1)��ahora ya est� ( 1 Juan 2:18, Joel 2:18; 1 Juan 4:3, Joel 4:3) como distinguido de �a su tiempo propio� de ser revelado despu�s. La antig�edad de usanzas y dogmas antib�blicos, seg�n aparece aqu�, no es una justificaci�n para dichas usanzas y dogmas, como �ya� en el tiempo de Pablo estaban empezando a surgir: la palabra escrita es la �nica prueba segura de la verdad. �El judaismo que infestaba al cristianismo es el combustible; el misterio de iniquidad es la chispa�. �Es una y la misma impureza que se difunde por muchos siglos�. [Bengel]. solamente � el que ahora impideTrad�zcase: �Solamente (es decir, la continuaci�n de la operaci�n del misterio de iniquidad ser� s�lo) hasta que sea quitado el que ahora esta impidiendo (el mismo griego como en v. 6). Entonces no obrar� m�s en misterio, sino en manifestaci�n abierta.

8. Trad�zcase, �el ilegal�; la personificaci�n de toda la �ilegalidad�, desorden, desobediencia, que viene operando �en misterio� durante las edades (v. 7): �el hombre de pecado� (v. 3). al cual el Se�or�Algunos de los manuscritos m�s antiguos leen, �Se�or Jes�s�. �Cu�n terrible que aquel cuyo nombre quiere decir Dios Salvador, apareciera como el Destructor! Pero la salvaci�n final de los creyentes exige la destrucci�n de su enemigo. As� como el reinado de Israel en Cana�n fu� inaugurado por juicios sobre las naciones por su apostasia (porque los cananeos eran originalmente adoradores del verdadero Dios: asi Melquisedec, rey de Salem, era el �sacerdote del Dios alto� G�nesis 14:18; Amm�n y Moab descendieron del �justo Lot�), as� el reinado del Hijo de David en Si�n y sobre toda la tierra ser� inaugurado en medio de juicios sobre el mundo cristiano ap�stata. matar� � y destruir��As� Daniel 7:26, �destru�do y arruinado hasta el extremo�; Daniel 11:45. Le �consumir� por su mismo soplo ( Isa�as 11:4; Isa�as 30:33): siendo la sentencia de juicio la espada aguda que sale de su boca ( Apocalipsis 19:15, Apocalipsis 19:21). La manifestaci�n y la destrucci�n del Anticristo son declaradas en la misma palabra; en su apogeo, �l est� m�s cercano a su ca�da: como Herodes su tipo ( Isa�as 1:24; Hechos 12:20). As� como un incendio que avanza, aun a la distancia consume los insectos peque�os [Cris�stomo] por su mero calor; as� el mismo acercamiento de Cristo bastar� para consumir al Anticristo. La misma �apariencia de la venida� del Se�or de la gloria basta para mostrar al Anticristo su nader�a. El es asido y �lanzado vivo dentro de un lago de fuego� ( Apocalipsis 19:20). De esta manera los reinos del mundo y el de la bestia, dar�n lugar al reino del Hijo del hombre y de sus santos. El griego por �destru�r� es �abolir� (la misma palabra en 2 Timoteo 1:10 se traduce en nuestra versi�n, �quit� la muerte�); es decir, hacer que desaparezca todo vestigio de �l. V�ase en cuanto a Gog atacando a Israel y destru�do por Jehov� (Ezequiel 38 y 39), de tal modo que no dej� vestigios. con el resplandor de su venidaGriego, �con la aparici�n de su presencia�; la primera erupci�n de su advenimiento, el primer destello de su presencia, basta para abolir completamente todas las huellas del Anticristo as� como las tinieblas desaparecen ante la aurora. Luego, sus adherentes son �muertos con la espada que sal�a de su boca� Apocalipsis 19:21). La distinci�n que hace Bengel entre �la aparici�n de su presencia� (o �venida�) y �la venida� misma, no se justifica por 1 Timoteo 6:14; 2 Timoteo 1:10; 2 Timoteo 4:1, 2 Timoteo 4:8; Tito 2:13, donde la misma palabra griega por aparici?n (en nuestra versi�n �resplandor�) claramente se refiere a la venida misma. La expresi�n �aparici?n (�resplandor�) de su presencia�, se usa en terrible contraste con la manifestaci�n del inicuo en el principio del vers�culo.

9. cuyo advenimiento�La m�sma palabra griega se us� por la venida del Se�or (v. 8), o su �presenciapersonal. es�en su caracter�stica esencial. seg�n operaci�nGriego, �seg�n energ?a� de Satan�s, como opuesto a la energia u operac��n del Esp�ritu Santo en la iglesia (Nota, Efesios 1:19). As� como Cristo est� relacionado con Dios, as� el Anticristo est� relacionado con Satan�s y es su incorporaci�n y manifestaci�n: Satan�s obra a trav�s de �l. Apocalipsis 13:2. �El drag�n le di� (a la bestia) su poder, y su trono y grande potencia�. milagros mentirososlit., �maravillas� o �prodigios de falsedad�. Su �poder, se�ales y maravillas� tienen todos falsedad por base, esencia y motivo ( Juan 8:44). [Alford]. En Mateo 24:24 Jes�s da a entender que los milagros ser�n reales, aunque demon�acos, efectos misteriosos de los poderes de las tinieblas tales como aquellos de que leemos en el caso de los hechiceros egipcios, no como los que obr� Jes�s en su car�cter, poder o motivo; porque aqu�llos son contrarios a la Palabra revelada y, por lo tanto, no han de ser aceptados como evidencias de la verdad; m�s bien, sobre la autoridad de la segura Palabra de profec�a (aqu� y en Mateo 24:24) han de ser conocidos y rechazados como obrados en apoyo de la falsedad ( Deuteronomio 13:1, Deuteronomio 13:5; G�latas 1:8; Apocalipsis 13:11; Apocalipsis 19:20). Las mismas tres palabras griegas ocurren por los milagros de Jes�s ( Hechos 2:22, y Hebreos 2:4), mostrando que as� como los magos egipcios imitaban a Mois�s ( 2 Timoteo 3:1), as� el Anticristo trata de imitar las obras de Cristo como �se�al� o prueba de divinidad.

10. todo enga�o��enga�o de (para promover) iniquidad� (v. 12). en los que�Los manuscritos m�s antiguos omiten el �en�. Trad�zcase pues, �Para los que est�n pereciendo� ( 2 Corintios 2:15; 2 Corintios 4:3): las v�ctimas de aquel cuyo nombre da a entender su naturaleza perecedera, �el hijo de perdici�n�; en contraste con vosotros quienes (v. 13) �Dios ha escogido desde el principio para salud, por la santificaci�n del Esp�ritu y fe de la verdad�. por cuantoLit., �En pago de�; en justa retribuci�n por no tener ellos amor por la verdad que estaba dentro de su alcance (porque la verdad pone freno a sus pasiones malas) y porque ten�an ellos �placer en la injusticia� (v. 12; Romanos 1:18); ellos est�n perdidos porque no amaban, sino rechazaban la verdad que los habr�a salvado. no recibieronGriego, �no acogieron para s� cordialmente. el amor de la verdad�no meramente el amor a la verdad en general sino el amor a LA verdad (y Jes�s quien es la Verdad, en oposici�n a la mentira de Satan�s, vv. 9, 11; Juan 8:42), Jes�s, la verdad que puede salvar ( Efesios 4:21). Se nos requiere, no que demos asentimiento a la verdad meramente, sino que amemos la verdad (Salmo 119:97). Los jud�os rechazaron a Aqu�l que vino en nombre de su divino Padre; ellos recibir�n al Anticristo que vendr� en su propio nombre ( Juan 5:43). Su pecado placentero llegar� a ser su terrible castigo.

11. Por tanto��A causa de esto�; porque �no recibieron el amor a la verdad�. La mejor salvaguardia contra el error es �el amor a la verdad�. les env�aGriego, �est� enviando�; el �enga�o� ya est� empezando. Judicialmente env�a Dios dureza de coraz�n a los que han rechazado la verdad, y los entrega en justo juicio a los enga�os de Satan�s ( Isa�as 6:9; Romanos 1:24, Romanos 1:28). Ellos primero rechazan el amor a la verdad, luego Dios los entrega a los enga�os de Satan�s, finalmente ellos se acomodan �creyendo la mentira�: terrible culminaci�n de su carrera ( 1 Reyes 22:22; Ezequiel 14:9; Job 12:16; Mateo 24:5, Mateo 24:11; 1 Timoteo 4:1). operaci�n de errorGriego, �energ�a de error�, respondiendo a la �operaci�n (�energ�a�) de Satan�s� (v. 9); la misma expresi�n se refiere a la operaci�n del Esp�ritu Santo en los creyentes: �operaci�n eficaz� (�en�rgica�) y �poderosa� ( Efesios 1:19). para que crean a la mentira�no �la mentira� en general, sino la mentira que les dice el Anticristo, apelando a sus milagros como precbas de ella (v. 9).

12. Para que sean condenados todos�Aqu� afirma el ap�stol la proposici�n general que se refiere especialmente a los adherentes del Anticristo. No todos en la Iglesia de Roma, o en otros sistemas anticristianos, ser�n condenados, sino s�lo �todos los que no creyeron la verdad� cuando les fu� ofrecida, �antes consintieron a la iniquidad��se complacieron en la iniquidad ( Romanos 1:32; Romanos 2:8). El amor a la injusticia es el gran obst�culo a que crean en la verdad.

13. Mas nosotros�En precioso contraste con la condenaci�n de los perdidos (v. 12) est� la �salvaci�n� de los convertidos de Pablo. debemos�como solemne deber (cap. 1:3). dar siempre gracias a Dios�no a nosotros, vuestros ministros, ni a vesotros, nuestros convertidos. amados del Se�or�de Jes�s ( Romanos 8:37; G�latas 2:20; Efesios 5:2, Efesios 5:25). En otros lugares se dice que Dios el Padre nos ama (v. 16; Juan 3:16; Efesios 2:4; Colosenses 3:12). Por lo tanto Jes�s y el Padre son uno. desde el principio��Antes de la fundaci�n del mundo� ( Efesios 1:4; v�ase 1 Corintios 2:7; 2 Timoteo 1:9); en contraste con los que �adorar�n la bestia, cuyos nombres no est�n escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fu� muerto desde el principio del mundo� ( Apocalipsis 13:8). Algunos de los manuscritos m�s antiguos leen como nuestra versi�n �desde el principio�; pero otros y la Vulgata leen. �como primeros frutos�. Los tesalonicenses estaban. entre los primeros convertidos en Europa (v�ase Romanos 16:5; 1 Corintios 16:15). En sentido m�s general, ocurre en Santiago 1:18; Apocalipsis 14:4; as� lo entiendo aqu� en el sentido m�s restringido. os haya escogido�El griego aqu� no es el t�rmino ordinario por �elegido�, que da a entender su eterna elecci�n; sino �tomado para s�, dando a entender que �l los ha adoptado en su prop�sito eterno Se halla en la Versi�n de los Setenta ( Deuteronomio 7:7; Deuteronomio 10:15). por�m�s bien como el griego, �en santificaci�n� como el elemento en el cual el escogimiento para salvaci�n tuvo lugar (v�ase 1 Pedro 1:2), estando en contraste con la �injusticia�, el elemento en que los seguidores del Anticristo son entregados por Dios a condenaci�n (v. 12). del Esp�ritu�santificaci�n obrada por el Esp�ritu, quien santifica todo el pueblo electo de Dios, primero consagr�ndolo eternamente a una santidad perfecta en Cristo una vez para siempre, luego comunic�ndole progresivamente la santidad. fe de la verdad�en contraste con �no creyeron a la verdad� (v. 12).

14. os llam��Los manuscritos m�s antiguos leen �nos llam�. por nuestro evangelio��a trav�s de� el evangelio que nosotros predicamos. para alcanzar la glorialit., �para obtenci�n de la gloria�. En el v. 13 fu� �para salvaci�n�, es decir, libramiento de todo mal, del cuerpo y del alma ( 1 Tesalonicenses 5:9); aqu� es un bien positivo, aun la �gloria� y �sta �la gloria de nuestro Se�or Jesucristo� mismo, la cual los creyentes tienen el privilegio de compartir con �l ( Juan 17:22, Juan 17:24; Romanos 8:17, Romanos 8:29; 2 Timoteo 2:10).

15. As� que�La elecci�n soberana de Dios de los creyentes, lejos de ser un motivo para la inacci�n de parte de ellos, es en realidad el est�mulo m�s fuerte a la acci�n y perseverancia en su elecci�n. V�ase el argumento, Filipenses 2:12; �Ocupaos en vuestra propia salvaci�n con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros obra�, etc. No podemos explicar esto en teor�a; pero para los sinceros y humildes, es clara la acci�n pr�ctica sobre el principio. �Privilegio primero, luego el deber�. [Edmunds]. estad firmes�para no ser �sacudidos o conturbados� (v. 2). retened�a fin de no soltar. No a�adiendo nada, no substrayendo nada. [Bengel]. Los tesalonicenses no hab�an �retenido firmemente� las ense�anzas orales de Pablo, mas se hab�an dejado enga�ar por fingidas revelaciones espirituales, y por palabras y cartas que se fing�a eran de Pablo (v. 2), acerca de que �el d�a del Se�or estuviese inmediatamente cercano�. doctrina�verdades entregadas y transmitidas oralmente o por escrito (cap. 3:6; 1 Corintios 11:2; griego, �tradiciones�). El verbo griego del cual se deriva este sustantivo, es usado por Pablo en 1 Corintios 11:23; 1 Corintios 15:3. Por estos tres pasajes en que la palabra �tradici�n� se usa en un sentido bueno, Roma ha arg�ido a favor de una acumulaci�n de tradiciones no inspiradas, las cuales virtualmente anulan la palabra de Dios, aunque presentadas como autoridad coordinada con la Biblia. Ella se olvida de diez pasajes ( Mateo 15:2, Mateo 15:6; Marco 7:3, Marco 7:5, Marco 7:8, Marco 7:13; G�latas 1:14; Colosenses 2:8), donde son estimatizadas las tradiciones humanas no inspiradas. Ni aun todas las palabras de los ap�stoles eran inspiradas (por ejemplo, la disimulaci�n de Pedro, G�latas 2:11), sino s�lo cuando afirmaban ser inspirados, como en sus palabras m�s tarde incorporadas en sus escritos can�nicos. La inspiraci�n oral fu� necesaria en el caso de ellos mientras no estuviese completo el canon de la Palabra escrita; ellos probaron su posesi�n de la inspiraci�n, por medio de milagros obrados en apoyo de la nueva revelaci�n, la cual, adem�s, acordaba con la revelaci�n existente en el Antiguo Testamento: una prueba adicional que hac�a falta adem�s de los milagros (v�ase Deuteronomio 13:1; Hechos 17:11). Cuando el canon ya estaba completo, la infalibilidad de los hombres vivos (los ap�stoles) fu� transferida a la Palabra escrita, la que es ahora la �nica gu�a infalible, interpretada por el Esp�ritu Santo. Poco m�s ha llegado hasta nosotros por la tradici�n m�s antigua y universal adem�s de �sta, la completa suficiencia de las Escrituras como gu�a a la salvaci�n. Por lo tanto, por la tradici�n, somos constre�idos a rechazar toda tradici�n no contenida en las Escrituras o no capaz de ser probada por ellas. Los �padres� son valiosos como testigos de hechos hist�ricos, los que dan fuerza a las insinuaciones de las Escrituras; tales como el d�a semanal del Se�or, el bautismo de infantes, y la autenticidad de las Escrituras. (Ser� dif�cil que nuestro autor halle en la Biblia alguna �insinuaci�n� referente al bautismo infantil. Desacreditamos toda menci�n por los �padres�, por antiguos que sea, del bautismo infantil, porque tal pr�ctica �no concuerda� con la ense�anza del Nuevo Testamento, como el autor pone como condici�n para aceptar la tradici�n. Nota del Trad.) La tradici�n (en el sentido de testimonio humano) no puede establecer una doctrina, mas puede autenticar un hecho, tales como los hechos reci�n mencionados. La tradici�n inspirada, en el sentido en que Pablo usa la palabra aqu�, no es una tradici�n oral suplementaria que complete nuestra Palabra escrita, sino que es id�ntica con la Palabra escrita ahora completa; en aquel entonces �sta no estaba completa y la tradici�n, en parte oral, en parte escrita, era necesaria y continuaba si�ndolo hasta que, estando completa esta parte (la escrita) antes de la muerte de San Juan, el �ltimo de los ap�stoles, la primera parte (la oral) ya no hac�a m�s falta. Las Escrituras, seg�n Pablo, son la gu�a completa y suficiente en todo lo que tiene que ver con hacer �que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instru�do para toda buena obra� ( 2 Timoteo 3:16). Es por dejar la tradici�n divinamente inspirada de Pablo a favor de las tradiciones humanas que Roma ha venido a ser la precursora y madre del Anticristo. Es un hecho notable que, de este mismo cap�tulo que denuncia al Anticristo, ella saca un argumento a favor de sus �tradiciones� por medio de las cuales ella apoya el anticristianismo. Por el hecho de que la palabra oral de los ap�stoles fu� tan digna de fe como su palabra escrita, no resulta de ninguna manera que la palabra de los no ap�stoles sea tan digna de confianza como la palabra escrita de aquellos que eran los ap�stoles y evangelistas inspirados de Jesucristo. Ninguna tradici�n de los ap�stoles, adem�s de su palabra escrita, puede ser probada genuina por evidencia satisfactoria. No estamos m�s obligados a aceptar impl�citamente la interpretaci�n de las Escrituras por los �padres�, por haber aceptado nosotros su testimonio respecto del canon, que lo que estamos obligados a aceptar la interpretaci�n del Antiguo Testamento por los jud�os, por haber aceptado el canon del Antiguo Testamento por el testimonio de ellos. por carta nuestra�como distinguida de �carta como nuestra�, v. 2, es decir, que profesa ser �nuestra�, mas no lo es. Pablo se refiere aqu� a su Primera Ep�stola a los Tesalonicenses.

16, 17. el mismo Se�or�por su propia potencia, en contraste con nuestra debilidad, asegurando la eficacia de nuestra oraci�n. Aqu� est� primero nuestro Se�or Jes�s; en 1 Tesalonicenses 3:11, �Dios nuestro Padre�. el cual nos am��en la obra de redenci�n. Refiri�ndose tanto a nuestro Se�or Jes�s ( Romanos 8:37; G�latas 2:20) como a Dios nuestro Padre ( Juan 3:16). consolaci�n eterna�No transitoria, como los consuelos terrenales en medio de las pruebas ( Romanos 8:38). Esta es para todo tiempo presente, y luego �buena esperanza� para lo futuro. [Alford]. por gracia�m�s bien como el griego, �EN gracia�; a ser unido con �nos di�. La gracia es el elemento en el cual el don es dado. Consuele vuestros corazones�conturbados como hab�is estado por aquellos que anunciaron la venida inmediata del Se�or. toda buena palabra y obra�Los manuscritos m�s antiguos invierten el orden, �en toda obra y palabra buena�. El establecerse en �stas era lo que necesitaban los j�venes creyentes de Tesal�nica, no las ense�anzas fan�ticas (v�ase 1 Corintios 15:5).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Thessalonians 2". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/2-thessalonians-2.html. 1871-8.
 
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