Bible Commentaries
Salmos 48

Versículos 1-14

Salmo 48

Este Salmo es una canci�n viva, sugerido probablemente por la misma ocasi�n que el anterior. Expone los privilegios y bendiciones del dominio espiritual de Dios como terror para los malos y gozo para los justos.

1. de ser alabado�siempre: es un ep�teto, como el Salmo 18:3. monte de su santuario�Su Iglesia (cf. Isa�as 2:2; Isa�as 25:6, Isa�as 25:10); el santuario fu� edificado primero en el Monte Si�n, luego (como templo) en Moria. De ah� la figura.

2, 3. hermosa provincia�mejor, hermosa en elevaci�n; por tanto gozo de todos. lados del aquil�n�po�ticamente por eminente, alto, distinguido, pues los antiguos pensaban que el norte era la parte m�s elevada de la tierra refugio�( Isa�as 9:10; Isa�as 18:3). Dios era conocido en ellos, porque gozaban de su presencia.

4-6. porque�la raz�n se da. Aunque se combinaron los reyes (acaso los de Moab y Am�n, cf. el Salmo 83:3), una convicci�n de la presencia de Dios en su pueblo, manifestada por el valor extraordinario que los profetas (cf. 2 Cr�nicas 20:12) les hab�an inspirado, se posesion� de las mentes de aqu�llos, y tomados de s�bita e intensa alarma huyeron at�nitos.

7. naves de Tharsis�las de m�s valor, pues se empleaban en un comercio distante y lucrativo. La frase puede ilustrar el control de Dios sobre todos los medios materiales, signif�quese aqu� o no, su destrucci�n literal.

8. Esta presente experiencia reasegura aquel cuidado perpetuo que Dios extiende a su Iglesia.

9. esperamos�Mejor traducci�n: Hemos pensado en tu misericordia, consider�ndola con respecto a tratos anteriores. en � templo�en actos de solemne adoraci�n (cf. 2 Cr�nicas 20:28).

10. conforme � loor�es decir, como tus perfecciones manifestadas (cf. el Salmo 8:1; el 20:1-7) demandan alabanza, ser� dada, en todo lugar.

11. hijas de Jud��las ciudades peque�as, o el pueblo con sus principales ciudades, o los dirigentes de la Iglesia. juicios�decisiones v actos de un gobierno justo.

12-14. Se invita a contemplar a Si�n, o a la Iglesia, como ciudad fortificada, con el fin de sugerir �cu�n fielmente Dios preserva a su reba�o.� Esta seguridad es perpetua, y la promesa de ella es la direcci�n divina al trav�s de esta vida.