Bible Commentaries
Apocalipsis 16

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-21

CAPITULO 16

LAS SIETE COPAS Y LAS PLAGAS CONSIGUIENTES. Las trompetas sacudieron los reinos del mundo en un proceso muy largo; las copas destruyen con un derrumbe r�pido y repentino al reino de la bestia en particular, la cual se hab�a investido del reino mundial. Los hebreos pensaban que las plagas egipcias fueron infligidas sucesivamente con un intervalo de s�lo un mes en cada caso. [Bengel, refiri�ndose a Geder Olam.] Como Mois�s tomaba las cenizas del com�n horno terreno, as� los �ngeles, como ministros sacerdotales del templo celestial, tomaron el fuego santo en las copas sagradas del altar celestial para arrojarlas hacia abajo (8:5): El mismo altar celestial que hubiera encendido el dulce perfume de la oraci�n que traer�a la bendici�n sobre la tierra, a causa del pecado del hombre, enciende el fuego que desciende en maldici�n. Del mismo modo el r�o Nilo, que com�nmente era la fuente de la fertilidad de Egipto, se volvi� r�o de sangre y maldici�n por el pecado de Egipto.

1. una gran voz�a saber, de Dios. Las siete copas (la expansi�n detallada de la vendimia, 14:18-20), por llamarse �las �ltimas,� deben pertenecer al per�odo cuando haya terminado el poder de la bestia (por cuanto se hace referencia en todas ellas a los que adoran a la bestia como objeto de los juicios), cerca del fin o de la venida del Hijo del hombre. Las primeras cuatro se distinguen de las otras tres, as� como en el caso de los sellos y de las trompetas. Las primeras cuatro son m�s generales, afectando la tierra, la mar, los manantiales, y el sol, no meramente una porci�n de cuerpos naturales, como es el caso de las trompetas, sino el todo de ellos; las tres �ltimas son m�s particulares, y afectan el trono de la bestia, el Eufrates, y la gran consumaci�n. Algunos de estos juicios se exponen en detalle en los Caps. 17 AL 20. del templo�As� A, C, la Vulgata y Andreas; pero B y la Sir�aca omiten. las siete copas�As� A, B, C, Vulgata, y Andreas omiten �siete.� sobre�La preposici�n griega eis con el acusativo: �a,� o �en.�

2. fu�Griego, �se fu�.� derram��As� el �ngel ech� fuego a la tierra antes de la serie de trompetas (8:5). sobre�A, B, C, la Vulgata, la Sir�aca dicen �en, o a, la tierra;� eis con el acusativo. plaga � sobre los hombres�Antitipo de la sexta plaga egipcia. �Mala;� v�ase Deuteronomio 28:27,35. El mismo sustantivo griego en la Versi�n de los Setenta como aqu�. La raz�n por qu� la sexta plaga egipcia est� primero aqu�, es porque se dirigi� en contra de los magos egipcios Jannes y Jambres, de modo que no pudiesen contradecir a Mois�s; y as� aqu� la plaga es enviada contra los que en el culto a la bestia hab�an practicado el sortilegio. Por cuanto se sometieron a la marca de la bestia, deben sufrir la marca del Dios vengador. Comp. el contraste Deuteronomio 7:3; Ezequiel 9:4, Ezequiel 9:6. da�osa�aflictiva, molesta. ten�an la se�al de la bestia�Por tanto esta primera copa es subsecuente al per�odo del re�nado de la bestia.

3. �ngel�As� B y Andreas; A, C, y la Vulgata dicen: �el segundo derram� �� sobreeis con el acusativo. sangre�an�loga a otra plaga egipcia. como de un muerto�putrefacta. alma viviente�As� B y Andreas; pero A, C, y la Sir�aca dicen �toda alma de vida� (comp. G�nesis 1:30; G�nesis 7:21). en el mar�As� B y Andreas; pero A, C, y la Sir�aca dicen: �(respecto de las) cosas en el mar.�

4. ( �xodo 7:20.) �ngel�As� la Sir�aca, la C�ptica y Andreas: A, B, C, y la Vulgata dicen: �Y el tercero derram� ��

5. �ngel de las aguas�eso es, que preside sobre las aguas. oh Se�or�Omitidas por A, B, C, la Vulgata, la Sir�aca, la C�ptica y Andreas. y que eras�El Se�or ya no es �el que ha de venir,� porque ha venido en venganza; por tanto no aparece aqu� la frase a�adida Efesios 1:4, Efesios 1:8; err�neamente en 11:17.

6. (Comp. 16:18, fin; G�nesis 9:6; Isa�as 49:26.) Una anticipaci�n Deuteronomio 18:20,24; con el 13:15. Porque�Omitido por A, B, C, y Andreas.

7. otro del altar�A, C, la Sir�aca y la C�ptica dicen: �O� al altar (personificado) decir �� En �l se presentan las oraciones de los santos: debajo de �l est�n las almas de los m�rtires que claman por la venganza sobre los enemigos de Dios.

8. �ngel�A, B, C, la Vulgata y la Sir�aca dicen: �Y el cuarto derram� �� el sol�mientras que por la cuarta trompeta el sol se volvi� oscuro (8:12) en una tercera parte, por la cuarta copa el poder abrasador del sol es intensificado. le fu� dado�eso es, al sol. a los hombres�es decir, a los que ten�an la se�al de la bestia (16:2).

9. no se arrepintieron � gloria�(9:20.) La aflicci�n, si no ablanda al pecador, lo endurece. Comp�rese el mejor resultado sobre otros (11:13; 14:7; 15:4).

10. �ngel�As� la C�ptica y Andreas; A, B, C, la Vulgata y la Sir�aca dicen: �Y el quinto derram� �� sillaGriego, �el trono de la bestia:� levantado en arrogante caricatura del trono de Dios; el drag�n di� su trono a la bestia (13:2). tenebroso�paralelo de la plaga egipcia de las tinieblas, siendo Fara�n tipo del anticristo (15:2, 3, Notas; v�ase la quinta trompeta, 9:2). mord�an sus lenguas de dolorGriego, �del dolor,� causado por las plagas anteriores, intensificado por la oscuridad. O como el rechinido de dientes es uno de los rasgos del infierno, �la roedura de sus lenguas� se debe a la rabia de ver burladas sus esperanzas y el derrumbamiento de su reino. Planean la venganza, y son incapaces de llevarla a cabo: resulta pues el frenes�. [Grocio.] Los que est�n en angustia mental y f�sica, se muerden los labios y la lengua.

11. plagas�Lo que demuestra que cada nueva plaga va acompa�ada de la continuaci�n de los efectos de las anteriores: hay pues una acumulaci�n de plagas, no una mera sucesi�n de las mismas. no se arrepintieroncomp. el 16:9.

12. el sexto �ngel�A, B, C, Vulgata y Sir�aca omiten ��ngel.� los reyes del OrienteGriego, �los reyes que son desde la salida del sol.� Referencia al Eufrates asimismo ocurre en la sexta trompeta. El secamiento del Eufrates debe entenderse figurativamente, me parece, como Babilonia misma, sita en dicho r�o, sin duda as� se entiende (17:5). Las aguas del Eufrates ( Isa�as 8:7) son las de la Babilonia espiritual, o sea, los poderes espiritual y temporal de la Iglesia ap�stata (de la que Roma es la representativa principal, pero no la exclusiva). El secamiento de las aguas de Babilonia expresa la misma cosa que el acto de los diez reyes de desnudar, comer y quemar a la ramera. La frase �fuese preparado el camino� es la aplicada a la venida del Se�or ( Isa�as 40:3; Mateo 3:3; Lucas 1:76). El ha de venir desde el Oriente ( Mateo 24:27; Ezequiel 43:2, �la gloria del Dios de Israel ven�a de hacia el oriente�: mas no solo, pues sus electos santos transfigurados de Israel y de los gentiles le acompa�ar�n, los que son �reyes y sacerdotes para Dios� ( Ezequiel 1:6). Como los diez reyes anticristianos acompa�an a la bestia, as� los santos cual reyes acompa�an al Rey de reyes hasta el �ltimo conflicto decisivo. De Burgh entiende que se trata de los jud�os, que tambi�n estaban destinados a ser reino de sacerdotes para Dios en la tierra. Llegar�n a ser, sin duda, reyes sacerdotes en la carne en las naciones en la carne a la venida del Se�or. Abrah�n, siendo del Oriente (Si Isa�as 41:2, Isa�as 41:8, Isa�as 41:9 se refiere a �l, y no a Ciro), que vence a los reyes caldeos, es un tipo de la restauraci�n victoriosa de Israel como reino sacerdotal. El �xodo de Israel despu�s de las �ltimas plagas egipcias tipifica la restauraci�n de Israel despu�s que haya sido vencida la Babilonia espiritual, o sea, la Iglesia ap�stata. La promoci�n de Israel a reino sacerdotal despu�s de la ca�da de Fara�n, y al descenso del Se�or en Sina� para establecer la teocracia, tipifica el reino restaurado de Israel en el descenso m�s glorioso del Se�or, cuando el anticristo sea del todo destru�do. De modo que, adem�s de los santos transfigurados, Israel en orden secundario puede ser el significado de �los reyes de oriente,� que acompa�ar�n al �Rey de reyes�, de retorno �del camino del oriente,� para reinar sobre el antiguo pueblo. En cuanto al secamiento de nuevo de las aguas que se oponen a que su pueblo asuma el reino, Isa�as 10:26; Isa�as 11:11, Isa�as 11:15; Malaqu�as 10:9. El nombre Israel ( G�nesis 32:28) significa pr�ncipe de Dios. V�ase Miqueas 4:8 sobre el retorno del reino a Jerusal�n Durham, 200 a�os ha, interpret� el secamiento del Eufrates en el sentido del agotamiento del poder turco�que hab�a dominado la Palestina hasta entonces, que as� preparaba el camino para la restauraci�n de Israel. Pero como Babilonia se aplica a la Iglesia ap�stata, no al Mahometismo, el secamiento del Eufrates (en alusi�n a la marcha de Ciro por el canal seco del Eufrates cuando tom� la Babilonia literal) debe corresponder al agotamiento de los recursos de la Iglesia ap�stata, la corrupta Iglesia romana y griega habiendo sido hasta ahora con sus idolatr�as y persecuciones la mayor barrera en el camino de la restauraci�n y conversi�n de Israel. Los reyes de la tierra, que son terrenos ( Miqueas 16:14), est�n en contraste con los reyes del oriente, que son celestiales.

13. el drag�n�Satan�s, quien da su poder y su trono a la bestia ( Miqueas 13:2). falso profeta�distinto de la ramera, la Iglesia ap�stata, de la que Roma es la principal mas no �nica representativa ( Miqueas 17:1, Miqueas 17:16); e id�ntico con la segunda besita ( Miqueas 13:11), como aparece si se compara 19:20 con 13:13; consignado al fin al lago de fuego con la primera bestia; como lo fu� tambi�n el drag�n m�s tarde (20:10). El drag�n, la bestia, y el falso profeta, �el misterio de la iniquidad,� forman una antitrinidad blasfema, la falsificaci�n del �misterio de la piedad,� Dios manifestado en Cristo, testificado por el Esp�ritu. El drag�n hace el papel de Dios el Padre, asignando su autoridad a su representante la bestia como el Padre lo hace con su Hijo. Son adorados por tanto conjuntamente; v�ase el Padre y el Hijo, Juan 5:23 : como la bestia con sus diez cuernos coronados con diademas ( Juan 13:1), as� Cristo tiene sobre la cabeza muchas diademas. Mientras que el falso profeta, como el Esp�ritu Santo, no habla de s� mismo, sino que dice a los hombres que adoren a la bestia, y confirma el testimonio de la bestia con milagros, como el Esp�ritu Santo atestigua la divina misi�n de Cristo de manera similar. esp�ritus inmundos a manera de ranas�antitipo de la plaga de ranas enviada sobre Egipto. La presencia del �esp�ritu inmundo� en la tierra (Palestina) es predicha por Malaqu�as 13:2, en conexi�n con los profetas id�latras. Empezando por la incredulidad respecto a la venida de Cristo en la carne, acabar�n los hombres en la m�s grosera idolatr�a de la bestia, la encarnaci�n de todo lo que se deifica y de lo que de los poderes mundanos de todas las edades se opone a Dios; habiendo rechazado a Aquel que vino en el nombre del Padre, adorar�n a uno que viene en su propio nombre, aunque es en realidad el representante del diablo; como croan las ranas de noche en los pantanos y cenagales, as� estos esp�ritus inmundos en las tinieblas del error ense�an mentiras en el lodo de las bajas concupiscencias. Hablan de la libertad, no de la libertad evang�lica, sino de la licencia carnal. El que hay tres, como tambi�n siete, en la descripci�n del estado �ltimo y peor de la naci�n judaica, insin�a una parodia de los dos n�meros divinos, tres de la trinidad, y siete del Esp�ritu Santo ( Malaqu�as 1:4). Algunos observan que tres ranas eran el escudo original de Francia, pa�s que ha sido el centro del ate�smo, del socialismo, y del falso espiritualismo. A, B, dicen: �como si fuesen ranas,� en vez de �como ranas.� El esp�ritu inmundo de la boca del drag�n simboliza la arrogante incredulidad que se opone a Dios y a Cristo. El que es de la boca de la bestia es el esp�ritu del mundo, que en la pol�tica de los hombres, ya sea la democracia an�rquica o el despotismo, coloca al hombre por encima de Dios. El que sale de la boca del falso profeta es el espiritismo mentiroso y los embustes religiosos que ocupar�n el lugar de la ramera cuando ella haya sido destru�da.

14. los reyes de la tierra y�A, B, la Sir�aca y Andreas omiten �de la tierra y,� palabras que no est�n en ning�n manuscrito. Trad�zcase: �Reyes de todo el mundo habitable,� los que son �de este mundo,� en contraste con �los reyes del levante,� a saber, los santos a los que Cristo ha ordenado un reino, y que son �hijos de luz.� Dios al permitir los milagros sat�nicos, como en el caso de los magos egipcios que fueron sus instrumentos para el endurecimiento del coraz�n de Fara�n, entrega a los r�probos a una decepci�n judicial preparatoria para su destrucci�n. Cuando la vara de Avar�n fue convertida en v�bora, las de los magos se cambiaron de la misma forma. Aar�n torn� las aguas en sangre; lo mismo hicieron los magos. Aar�n hizo subir las ranas; lo hicieron tambi�n las magos. Con las ranas ces� el poder de los magos. Asimismo �ste, y todo lo que sea antit�pico de �l, ser� el �ltimo esfuerzo del drag�n, de la bestia y del falso profeta. batallaGriego, �guerra:� el conflicto final para el se�or�o del mundo, descrito en 19:17-21.

15. La reuni�n de los reyes mundiales con la bestia en contra del Cordero es la se�al para la venida de Cristo; por tanto, aqu� nos da el mandamiento de velar en espera de su venida, vestidos en el ropaje de la justificaci�n y de la santificaci�n, para ser aceptos ante �l. ladr�n�( Mateo 24:43; 2 Pedro 3:10.) vean�los santos y los �ngeles. verg�enza��indecencia:� 1 Corintios 13:5, differente vocablo griego del Deuteronomio 3:18.

16. congreg��m�s bien: �Los congregaron� (los tres esp�ritus inmundos). Si retenemos nuestra versi�n, ser� Dios quien los �congreg�,� para entregarlos al fraude de los tres esp�ritus inmundos, o si no, al sexto �ngel (16:12). Armaged�nHebreo, Har, un monte, y Megiddo, de Manas�s en Galilea, el escenario de la derrota de los reyes canaanitas por la interposici�n milagrosa de Dios mediante D�bora y Barac; la grande llanura de Esdrael�n. Jos�as tambi�n, como aliado de Babilonia, fu� derrotado y muerto all�; y el llanto de los jud�os en la �poca inmediata anterior a aqu�lla en que Dios intervenga a su favor en contra de las naciones aliadas contra Jerusal�n, se compara con el llanto por Jos�as en Megiddo. Maggido se deriva del radical que significa cortado, y vale decir matanza. Comp. Joel 3:2, Joel 3:12, Joel 3:14, donde �el valle Josafat� (significa en hebreo �juicio de Dios�) se indica como el escenario de la venganza final de Dios contra sus enemigos. Probablemente alguna llanura grande, antit�pica de los valles de Megiddo y Josafat, ser� el escenario.

17. �ngel�As� Andreas, pero A, B, la Vulgata y la Sir�aca omiten el sustantivo. por el aire�Andreas dice �en el aire� (eis con acusativo); A y B tienen: �sobre el aire� (epi con el acusativo). una grande voz�A omite �grande.� del cielo�As� B y Andreas; pero A, la Vulgata, la Sir�aca y la C�ptica omiten estas palabras. hecho es�La voz de Dios tocante a la consumaci�n final, como la de Jes�s sobre la cruz, cuando la obra de la expiaci�n qued� terminada, �consumado est�.�

18. rel�mpagos � voces � truenos�Este es el orden en A; otros manuscritos y versiones llevan: �voces y truenos y rel�mpagos,� el mismo orden cerrado que el de los siete sellos y los siete truenos; con la diferencia de que ellos no forman meramente la conclusi�n sino que introducen la consecuencia, de la �ltima copa, a saber, la completa destrucci�n de Babilonia y despu�s la de los ej�rcitos anticristianos. terremoto�que a menudo es precedido por un estado l�brego de la atm�sfera, tal cual resultar�a de la copa derramada sobre ella. hombres�As� B, la Vulgata, la Sir�aca y Andreas; pero A y la C�ptica dicen: �hombre.� tan grandeGriego, �tal,� o �semejante terremoto.�

19. la ciudad grande�la capital y sede de la Iglesia ap�stata, la Babilonia espiritual (de la que Roma es representativa, si se denota una ciudad literal). La ciudad Deuteronomio 11:8 (comp. Nota) es probablemente distinta, a saber la Jerusal�n que est� bajo la potestad del anticristo (la bestia que es distinta de la ramera o iglesia ap�stata). En el 11:13 s�lo la d�cima parte de Jerusal�n cae, mientras que aqu� la ciudad (Babilonia) �volvi� en tres partes� por el terremoto. las ciudades�otras ciudades grandes que estaban en liga con la Babilonia espiritual. la grande � en memoriaGriego, �Babilonia la grande fu� recordada �� (18:5). Es ahora el �ltimo llamamiento dado al pueblo de Dios en ella para que se escapen de la Babilonia (18:4). furor�la ebullici�n de su ira (v�ase nota 14:10).

20. Evidente paralelo con 6:14-17. y por anticipaci�n descriptivo del �ltimo juicio. los montesGriego, �(ya) no se hallaron monta�as.�

21. cay�Griego, �desciende.� blesfemaron�no los que fueron muertos por el granizo, sino los dem�s: diferencia del caso de Jerusal�n (11:14), cuando �los dem�s fueron espantados, y dieron gloria al Dios del Cielo. fu�Griego, �es muy grande.�

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Revelation 16". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/revelation-16.html. 1871-8.