Bible Commentaries
Apocalipsis 19

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-21

CAPITULO 19

HACIMIENTO DE GRACIAS DE LA IGLESIA EN EL CIELO POR EL JUICIO SOBRE LA RAMERA. LAS BODAS DEL CORDERO: LA PREPARACION DE LA NOVIA: SE LE PROHIBE A JUAN ADORAR AL ANGEL: EL SE�OR DE LOS EJERCITOS SALE A LA GUERRA: LA BESTIA Y EL FALSO PROFETA ARROJADOS AL LAGO DE FUEGO: LOS REYES Y SUS SEGUIDORES MUERTOS POR LA ESPADA DE LA BOCA DE CRISTO.

1. Como en el caso de la aperura de la profec�a (4:8; 5:9, etc.); as� ahora a la terminaci�n de uno de los grandes eventos vistos en visi�n, el juicio de la ramera (descrito en el cap. 18), hay un c�ntico de alabanza a Dios en el cielo: comp. 7:10., hacia la clausura de los sellos, y 11:15-18, a la clausura de las trompetas: 15:3, a la victoria de los santos sobre la bestia. una gran voz�A, B, C, la Vulgata, la Sir�aca, la C�ptica y Andreas dicen, �como si fuese una gran voz.� �Qu� contraste con las lamentaciones del Cap. 18! Comp. Jeremias 51:48. La gran manifestaci�n del poder de Dios al destruir a Babilonia evoca la gran voz de alabanza en el cielo. AleluyaHebreo, �Alabad a JAH,� o �a JEHOVA:� usado aqu� por primera vez en el Apocalipsis, por lo que infiere Elliott que los jud�os hacen un papel importante en este hacimiento de gracias. Jah no es la contracci�n de Jehov�, puesto que ocurre a veces conjuntamente con �ste. Significa �el que ES:� mientras que Jehov� significa, �El que ser�, es, y era.� Denota el socorro de Dios en la experiencia PRESENTE; de modo que �Aleluya��dice Kimchi en Bengel�se halla primero en aquellos salmos que tratan de la destrucci�n de los imp�os. �Hallelu-Jah� ocurre cuatro veces en este pasaje. V�ase Salmo 149:4, evidentemente un paralelo, y en efecto id�ntico en muchas de las frases, as� como en la idea general. Israel, en especial, se unir� en el aleluya, cuando acaben sus guerras y sea destru�do su enemigo. Salvaci�nGriego, �la salvaci�n � la gloria � la potencia.� La versi�n c�ptica agrega �y la honra.� al Se�or Dios nuestro�As� Andreas; pero A, B, C y la C�ptica dicen: �(Es) de nuestro Dios,� eso es, le pertenece.

2. ha corrompidoGriego, �Corromp�a;� acci�n continuativa. �En vez de impedir y hacer menguar, ella ha promovido la vida pecaminosa del mundo con su propia terrenidad, permitiendo que la sal perdiera su sabor.� [Auberlen.] ha vengadoGriego, �exigi� en retribuci�n.� Una aplicaci�n particular del principio ( G�nesis 9:5). sangre de sus siervos�derramada literalmente por la Iglesia adulterina del Antiguo Testamento y por la ap�stata del Nuevo; tambi�n virtual, aunque no literalmente, por todos los que, llamados cristianos aborrecen a su hermano, o bien no aman a los hermanos en Cristo, que se esquivan de la ignominia de la cruz, y carecen de caridad hacia aquellos que la llevan.

3. otra vezGriego, �por segunda vez.� subi�Griego, �sube.� para siempre jam�sGriego, �hasta los siglos de los siglos.�

4. animales��los cuatros seres animados,� o vivientes. estaba sentado�El griego permite la traducci�n: �est� sentado.�

5. del tronoGriego, �desde el trono�, en A, B, C. Load a nuestro DiosComp. el solemne acto de alabanza de los levitas, 1 Cr�nicas 16:36; 1 Cr�nicas 23:5, especialmente cuando la casa de Dios se llenaba de la divina gloria ( 2 Cr�nicas 5:13). as� � grandes�A, B, C, la Vulgata, la C�ptica, la Sir�aca omiten �as�.� Trad�zcase: �� tem�is, los peque�os y los grandes.�

6. muchas aguas�Contr�stese las �muchas aguas� donde est� sentada la ramera ( 2 Cr�nicas 17:1). Este vers�culo es la respuesta animosa a la vibrante aclamaci�n ��Aleluya! Load a nuestro Dios.� rein�una vez por todas. Su reino es un hecho ya establecido. Babilonia, la ramera, era un gran impedimento para que su reino no fuera reconocido. Su derrota ahora abre el camino para el advenimiento de �l para reinar; por lo tanto, no s�lo Roma sino tambi�n todo el cristianismo, hasta donde sea carnal y traicione a Cristo ante el mundo, se comprende en el t�rmino �ramera.� La bestia no bien se presente, �ir� (va) a perdici�n:� por tanto se considera prof�ticamente que Cristo ya reina, porque sigue su venida inmediatamente despu�s del juicio de la ramera. TodopoderosoGriego, �el Todopoderoso.�

7. d�mosle�As� B y Andreas; pero A dice, �Dar�mosle.� gloriaGriego, �la gloria.� venidas las bodas del Cordero�El cumplimiento pleno y final se da en el 21:2-9 etc. Previamente deben intervenir la derrota de la bestia, etc., a la venida del Se�or, la atadura de Satan�s, el reino milenial, la liberaci�n de Satan�s, y su �ltima derrota, as� como el juicio general. La electa Iglesia, la Novia celestial, inmediatamente despu�s de la destrucci�n de la ramera, es transfigurada con la venida del Se�or, y se une con �l en su triunfo sobre la bestia. Sobre el emblema del Novio y de la Novia, v�ase Mateo 22:2; Mateo 25:6, Mateo 25:10; 2 Corintios 11:2. La perfecta uni�n con �l en su santidad, gozo, gloria y reino, se incluyen en el s�mbolo del �casamiento�; comp�rese Cantares de Salom�n. Adem�s de la Novia celestial, la Iglesia resucitada, transfigurada y trasladada, que reina sobre la tierra con Cristo, est� tambi�n la Novia terrenal, Israel, en la carne, nunca divorciada a�n, si bien por un tiempo separada de su marido divino, que se volver� a unir al Se�or, y ser� la Iglesia madre de la tierra milenial, cristianizada por ella. Nota, debemos restringir, como hace la Biblia, el lenguaje sugerido por el amor marital a la Novia, la Iglesia como un todo, y no aplicarlo a individuos en nuestra relaci�n con Cristo, como lo hace Roma con sus monjas. Individualmente, los creyentes son llamados, en efecto, hu�spedes; colectivamente, ellos constituyen la novia. La ramera divide sus afectos entre muchos amantes; la novia da los suyos exclusivamente a Cristo.

8. le fu� dado�Aunque en un sentido ella �se ha aparejado,� habi�ndose vestido �de bodas� por la obra del Esp�ritu, sin embargo, en el sentido m�s pleno, no es ella, sino el Se�or quien la apareja, �concedi�ndole que se vista de lino fin�.� Es �l que, d�ndose por ella, la presenta a s� mismo una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante. El es quien la santifica, naturalmente vil y sin hermosura, con el lavacro del agua por la palabra, y le aplica a ella su propia, hermosura, que as� viene a ser de ella. limpio y brillante�A y B transponen el orden: �brillante y puro:� a la vez esplendoroso e inmaculado, como es la novia misma. justificacionesGriego, �las justicias:� en sentido distributivo. Cada santo debe tener esta justicia: no meramente justificado, como si la justicia perteneciese a la Iglesia en el agregado; los santos juntos tienen justicias; a saber, se le considera como el �Se�or nuestra justicia� a cada santo cuando cree, siendo sus ropas emblanguecidas en la sangre del Cordero. La justicia de los santos no es, como declara Alford err�neamente, inherente, sino es imputada: si fuese de otra manera, Cristo sencillamente estar�a habilitando al pecador para que se justificara a s� mismo. Romanos 5:18 es decisivo sobre este particular. Comp. Art. IX., Iglesia de Inglaterra. La justificaci�n dada ya a los santos es t�tulo y en posesi�n invisible, se les DA ahora de manera manifiesta: caminan ya abiertamente con Cristo con vestidos blancos. A esta �ltima, m�s bien que a su justificaci�n inicial en la tierra se refiere el texto aqu�. Su justificaci�n delante del mundo ap�stata, que los hab�a perseguido, se contrasta con el juicio y la condenaci�n de la ramera. �Ya que la ramera ha ca�do, la mujer triunfa.� [Auberlen.] Contr�stese con el lino fino y puro (que indica la simplicidad y la pureza) de la novia, la burda ornamentaci�n de la ramera. Babilonia, la Iglesia ap�stata, es la ant�tesis de la nueva Jerusal�n, la transfigurada Iglesia de Dios. La mujer (cap. 12), la ramera (cap. 17), la novia (cap. 19), son los tres aspectos principales de la Iglesia.

9. �l�Dios por su �ngel me dice. son llamados�de una manera efectiva, no meramente externa. Es lo que parece expresar la preposici�n griega: no meramente invitados a (Griego, epi), sino llamados adentro (Griego, eis) a participar; comp. 1 Corintios 1:9. la cena�La cena de las bodas; tipificada por la cena del Se�or. verdaderasGriego, �genuinas;� dichos veraces que con toda seguridad ser�n cumplidos: es decir, todo lo hasta aqu� revelado.

10. me ech� a sus piesGriego, �Ca� delante de �� El intento de Juan de adorar al �ngel a que se alude aqu�, como en el 22:8, al serle revelada la gloria de la nueva Jerusal�n, es el impulso involuntario del gozo de adorar por una esperanza tan preciosa. Forma un marcado contraste con la triste maravilla con que hab�a contemplado a la Iglesia en su apostas�a adulterina (17:6). Ejemplifica las tendencias corruptas de nuestra naturaleza ca�da, el que hasta Juan, un ap�stol, hubiese casi ca�do en la �humildad voluntaria y la adoraci�n de �ngeles,� contra la cual Pablo nos advierte. el testimonio de Jes�s�(Nota, 12:17.) de Jes�s�eso es, respecto a Jes�s. es el esp�ritu de la profec�a�Es el mismo resultado del esp�ritu de la profec�a tanto en ti como en m� mismo. Nosotros los �ngeles, como vosotros los ap�stoles, tenemos el testimonio de (que llevar respecto a) Jes�s por la operaci�n del uno y mismo Esp�ritu, que nos capacita para daros estas revelaciones, y a vosotros para escribirlas: por tanto somos consiervos; no soy yo vuestro se�or para ser adorado de vosotros. Comp. el 22:9, �Soy siervo contigo y con tus hermanos los profetas;� de donde se puede explicar la frase, �PORQUE el testimonio � etc.� como para dar la raz�n por qu� agregar, �Y siervo con tus hermanos que tienen el testimonio de Jes�s.� Quiero decir, de los profetas; �porque es de Jes�s que tus hermanos, los profetas, testifican por el Esp�ritu que hay en ellos.� Una clara condenaci�n de la invocaci�n romanista de los santos, como si �stos fuesen nuestros superiores, para que los ador�semos.

11. he aqu� un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre �l�Id�ntico Apocalipsis 6:2. Aqu� como all� sale �venciendo y para vencer.� Comp. el pollino de asna sobre el cual entr� en Jerusal�n. El caballo era usado para la guerra: y aqu� sale a guerrear con la bestia. El pollino es para la paz. Su entrada en Jerusal�n sobre un pollino era las arras de su reino en Jerusal�n sobre la tierra, como el Pr�ncipe de paz, cuando todos los poderes hostiles hayan sido derrotados. Cuando la seguridad del imperio mundial, y las aflicciones del pueblo de Dios hayan alcanzado la c�spide, el Se�or Jes�s aparecer� visiblemente desde el cielo para poner fin a todo el curso del mundo, y establecer su reino de gloria. Viene para juzgar con venganza al poder mundial, y para traer a la Iglesia la redenci�n, glorificaci�n, y dominio sobre el mundo. H�gase distinci�n entre esta venida ( Mateo 24:27, Mateo 24:29, Mateo 24:37, Mateo 24:39, Griego, parous�a) y el fin, o juicio final ( Mateo 25:31; 1 Corintios 15:23). Poderosos fen�menos naturales acompa�ar�n su advenimiento.

12. Lo identifica como el Hijo del hombre similarmente descrito ( 1 Corintios 1:14). diademas�no guirnaldas, sino coronas reales, como REY DE REYES. La diademas de Cristo comprende todas las diademas de la tierra y de los poderes celestiales tambi�n. Contr�stese la tiara del papa compuesta de tres diademas. V�ase tambi�n el peque�o cuerno (el anticristo), que vence a los tres cuernos, o reinos, Daniel 7:8, Daniel 7:24 (�Quaere, el papado? o algunos tres reinos que suceden al papado, el mismo que como reino temporal, se form� primero de tres reinos, el exarcado de Ravena, el reino de los lombardos, y el estado de Roma, obtenidos por el papa Zacar�as y Esteban II, de Pipino el usurpador del dominio franc�s). Tambi�n, las siete coronas (diademas) en las siete cabezas del drag�n ( Daniel 12:3), y las diez diademas en las diez cabezas de la bestia. Estos usurpadores pretenden las diademas que pertenecen a Cristo solamente. ten�a un nombre escrito�B y la Sir�aca insertan, �Ten�a nombres escritos y un nombre escrito �� significando que el nombre de cada dominio estaba escrito en la diadema correspondiente. Pero A, la Vulgata, Or�genes y Cipriano omiten estas palabras, como nuestra versi�n. ninguno entend�a sino �l mismoJueces 13:18; 1 Corintios 2:9, 1 Corintios 2:11; 1 Juan 3:2, Joel 3:2.) Lo mismo se dice del �nombre nuevo� de los creyentes. En �ste como en todo otro respecto, el disc�pulo llega a ser como su Se�or. El �nombre nuevo� del Se�or mismo ha de ser de ellos, y de estar �en sus frentes;� de lo que hemos de inferir que su nombre hasta ahora no conocido tambi�n est� escrito en su frente; como el sumo sacerdote ten�a inscritas �Santidad al Se�or� en su mitra sobre la frente. Juan lo vi� �escrito�, pero no supo su significado. Es, pues, un nombre que se entender� en todo su significado glorioso s�lo cuando la uni�n de los santos con �l y el conjunto, triunfo y reino de �l y de ellos, sean perfectamente manifestados en la final consumaci�n.

13. ropa te�ida en sangreIsa�as 63:2 aludido aqu�, y en el 19:15. All� la sangre no es suya, sino de sus enemigos. As� aqu� la sangre sobre su ropa, que nos recuerda su propia sangre derramada a favor aun de los imp�os que la pisotean, es una amonestaci�n del derramamiento de la sangre de ellos en justa retribuci�n. El derrama la sangre, no de los piadosos, como hacen la ramera y la bestia, sino de los imp�os sanguinarios inclusive �stas dos. El VERBO DE DIOS�el logos, el que hizo el mundo es el mismo que bajo el mismo car�cter y atributos lo renovar�. Su t�tulo, Hijo de Dios, es aplicable, en sentido inferior, a su pueblo tambi�n; pero el �Verbo de Dios� indica su incomunicable divinidad, unida a su humanidad, que �l entonces manifestar� en la gloria. �La Novia no teme al Novio; su amor echa fuera el temor. Ella lo recibe con gozo. No puede ser feliz sino a su lado. El Cordero (19:9, el aspecto de Cristo para su pueblo en su venida) es el s�mbolo de Cristo en su ternura. �Qui�n puede tener miedo de un cordero? A�n un ni�ito, lejos de tenerle miedo, desea acariciarlo. No hay nada que nos haga temer a Dios sino el pecado, y Jes�s es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. �Qu� terrible contraste habr� en el aspecto que llevar� para con sus enemigos! No como el Novio, ni como el Cordero, sino como el juez (vengador) y guerrero te�ido en la sangre de sus enemigos.�

14. ej�rcitos que est�n en el cieloComp. los frenos,� 14:20; los santos glorificados, a quienes Dios �traer� con� Cristo en su advenimiento; comp. 17:14, �los que est�n con �l, llamados, elegidos, fieles;� como tambi�n �sus �ngeles poderosos.� blanco y limpio�A, B, la Vulgata, la Sir�aca y Cipriano omiten �y.�

15. de su boca � espada�(1:16; 2:12, 16.) Aqu� su poder vengador ( 2 Tesalonicenses 2:8) �consume con el Esp�ritu de su boca� ( Isa�as 11:4, al que se alude aqu�); no en su eficacia de reprochar y convertir ( Efesios 6:17; Hebreos 4:12, donde tambi�n se incluye la agudeza judicial de su palabra, cual espada). El Padre delega el juicio al Hijo. el los regir��El �l es enf�tico; �l y ning�n otro, en contraste con los usurpadores que han gobernado malamente al mundo. �Regir�,� lit., pastorear�; pero aqu� en el sentido punitivo. El que los hubiera cuidado con la vara pastoral y con el cetro dorado de su amor los har� pedazos, como rebeldes refractarios, con una �vara de hierro.� pisa el lagar ( Isa�as 63:3.) furor � ira�As� Andreas; pero A, B, la Vulgata, la C�ptica y Or�genes dicen: �con la ferocidad (indignaci�n hirviendo) de la ira�. Todopoderoso�El furor de la ira de Cristo contra sus enemigos ser� ejecutado con los poderes de la omnipotencia.

16. �Su nombre escrito sobre su vestidura y sobre su muslo�, as� se dice porque en una figura ecuestre la vestidura cae desde la cadera. El muslo simboliza la humanidad de Cristo, como venido, seg�n la carne, de los lomos de David, y apareciendo ahora como el glorificado �Hijo del hombre.� Por otra parte, su incomunicable nombre divino, �que nadie puede conocer,� est� sobre su cabeza. [Menochius.] REY DE REYES; comp�rese 17:14 en contraste con el 19:17, siendo la bestia en una pretendida usurpaci�n un rey de reyes, entreg�ndole los diez reyes sus dominios.

17. un �ngelUn es numeral en el griego. en el sol�de modo de estar conspicuo a la vista de todo el mundo. a todas las aves�( Ezequiel 39:17.) y congregaos�A, B, la Vulgata, la Sir�aca, la C�ptica y Andreas dicen: �sed congregadas,� y omiten �y.� del gran Dios�A, B, la Vulgata, la Sir�aca, la C�ptica y Andreas dicen: �a la gran cena de Dios.�

18. Contr�stese con esta �cena�, las bodas del Cordero ( Ezequiel 19:7). capitanesGriego,quiliarcas,� capitanes de miles, los principales. Los �reyes� son �los diez� que dan su poder a la bestia.� libres y siervos�especificados en el 13:16 como �recibiendo la se�al de la bestia.� Carnes en plural, y repetida cinco veces en este vers�culo, subraya la crasa carnalidad de los seguidores de la bestia. Otra vez, la entrega de su carne a las aves es una justa retribuci�n por el no permitir ellos el entierro de los cuerpos de los testigos de Cristo.

19. congregados�en Armaged�n, bajo la sexta copa. �Sus ej�rcitos�: de ellos seg�n B y Andreas; de �l, seg�n A. guerra�As� Andreas; pero A, y B dicen �la guerra,� a saber, la predicha (16:14; 17:4).

20. y con ella�A dice �y los con ella;� y B: �y el que estaba con ella, el falso profeta.� las se�ales�ya mencionadas (13:14), hechas por la segunda bestia en la presencia de la primera. De all� se sigue que la segunda bestia es id�ntica al falso profeta. Muchos expositores interpretan la primera bestia como el poder secular de Roma, y la segunda como el poder eclesi�stico de �sta: y explican que el cambio de t�tulo para �sta, de �la otra bestia� al de �falso profeta�, se debe a que por el juicio sobre la ramera el poder eclesi�stico ya no retiene nada de su car�cter anterior salvo el poder de enga�ar. Me parece improbable que el falso profeta haya de ser el sucesor de las pretensiones espirituales del papado; mientras que la bestia en su �ltima forma como el anticristo plenamente revelado, ser� el representativo secular y la encarnaci�n del cuarto imperio mundial, Roma, en su �ltima forma de oposici�n intensificada a Dios. V�ase con esta profec�a, Ezequiel 38:39; Daniel 2:34, Daniel 2:44; Daniel 11:44; Joel 3:9; Zacar�as 12; Zacar�as 13; 14,. Daniel ( Joel 7:8) no hace menci�n de la segunda bestia, ni del falso profeta, pero menciona que �el peque�o cuerno� tiene �ojos de hombre,� eso es, cultura sutil e intelectual: �ste no es un rasgo de la primera bestia del cap. 13, pero est� expresado por el �falso profeta� apocal�ptico, la encarnaci�n del conocimiento miento profano del hombre, y la sutileza de la antigua serpiente. La primera bestia es un poder pol�tico; la segunda es un poder espiritual�el poder de las ideas. Pero ambas son bestias, la sabidur�a mundana anticristiana al servicio del poder mundano anticristiano. El drag�n es tanto le�n como serpiente. Como la primera ley del divino gobierno moral es que �el juicio debe comenzar en la casa de Dios,� y ser llevado a cabo sobre la ramera, la Iglesia infiel, por el poder mundial con el cual ella hab�a cometido el adulterio espiritual, as� una segunda ley es que el poder mundial despu�s de servir como instrumento de Dios para castigo, es tambi�n castigado. Como la ramera es castigada por la bestia y los diez reyes, as� �stos son destru�dos por el Se�or mismo al venir en persona. Igualmente el cap�tulo 1 de Sofon�as comparado con el segundo. Y Jerem�as, despu�s de denunciar los juicios que ven�an sobre Jerusal�n de parte de Babilonia, termina denunciando la propia condenaci�n de Babilonia. Entre el juicio sobre la ramera y la destrucci�n de la bestia por el Se�or, etc., mediar� aquel per�odo cuando la mundanalidad alcanzar� su colmo, y el triunfo anticristiano en su corta duraci�n de tres d�as y medio, durante los cuales los dos testigos yacen muertos. Entonces la Iglesia estar� apta para su glorificaci�n, y el mundo anticristiano para su destrucci�n. El mundo en la c�spide del desarrollo de su poder material y espiritual, no es sino un cad�ver a cuyo derredor se juntan los buitres. Es caracter�stico el que el anticristo y sus reyes, en su ceguedad, se imaginen que pueden guerrear contra el Rey de los cielos con ej�rcitos terrenales; he aqu� la extrema insensatez de la confusi�n babil�nica. La sola aparici�n del Se�or, sin encuentro alguno de fuerzas contendientes, demuestra al anticristo su futilidad; v�ase el efecto de la aparici�n de Jes�s aun en su humillaci�n, Juan 18:6. [Auberlan.] tomaron�Acto inicial, de decisi�n (part. aor.). hab�an adorado�Los adoradores, los que adoraban, en su culto habitual (part. presente). un lago de fuegoGriego, �el lago de fuego,� el Gehenna. All� es arrojado Satan�s subsecuentemente, al fin del asalto que tiene lugar despu�s del milenio ( Juan 20:10). Entonces la Muerte y el Infierno (el hades), as� como todos los que en el juicio general no sean �escritos en el libro de la vida,� ser�n arrojados en el mismo; esto constituye �la segunda muerte.� vivos�una muerte viviente; no es el aniquilamiento. �Su gusano no muere, y su fuego no se apaga.�

21. los otros�A saber, �los reyes y sus ej�rcitos� ( Juan 19:19), tenidos juntos en un todo indistintos. Una solemne confirmaci�n del Salmo 2:10.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Revelation 19". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/revelation-19.html. 1871-8.