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Bible Commentaries
Romanos 15

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

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Versículos 1-33

CONTINUACION Y CONCLUSION DEL MISMO TEMA.

1. As� que, los que somos m�s firmes�con respecto a los puntos que se acababan de discutir: la abolici�n de la distinci�n judaica tocante a las comidas y los d�as festivos, bajo el evangelio. V�anse notas, cap. 14:14, 20. debemos sobrellevar � y no agradarnos a nosotros mismos�Debemos pensar menos en lo que podemos l�citamente hacer, que en la forma como nuestra conducta afectar� a otros.

2, 3. Cada uno de nosotros agrade [haga todo cuanto pueda para agradar] a su pr�jimo en bien, a edificaci�n�No, a la verdad, para su mera gratificaci�n, sino para la edificaci�n de �l. Porque Cristo no se agrad� a s� mismo [no vivi� para eso]; antes bien, como est� escrito [Salmo 69:9]: Los vituperios, etc.�V�ase Marco 10:42. Porque las cosas � fueron escritas, para nuestra ense�anza � para que por la paciencia, etc.��por el consuelo y la paciencia de las Escrituras��tengamos esperanza�Es decir: �No pens�is que por cuanto estas palabras de la Escritura tienen �ntima relacion con Cristo, sean inaplicables a vosotros; porque aunque los padecimientos de Cristo, como Salvador, fueron exclusivamente suyos propios, los motives que los impulsaron, el esp�ritu con que los sobrellev�, y el principio general en toda su obra es decir, el sacrificio de s� mismo en bien de otros, proporcionan nuestro modelo m�s perfecto y m�s hermoso; y as�, toda Escritura que se relaciona con los padecimientos de Cristo, es para nuestra instrucci�n; y por cuanto el deber de la tolerancia, de parte de los fuertes para con los d�biles, requiere �la paciencia,� y �sta a su vez necesita �la consolaci�n,� todas aquellas Escrituras que hablan de la paciencia y de la consolaci�n, particularmente de la paciencia de Cristo y de la consolaci�n que le sostuvo en sus sufrimientos, nos suministran la �esperanza� del d�a bendito cuando �stas no hagan falta m�s.� V�ase nota s�ptima, cap�tulo

4. (Sobre la misma conexi�n entre �paciencia y esperanza,� v�ase nota, cap. 12:12; y 1 Tesalonicenses 1:3.)

5, 6. Mas el Dios de la paciencia y de la consolaci�n�Estos hermosos nombres dados a Dios son inspirados por sus mismos atributos: como �el Dios de esperanza� (v. 13), �el Dios de paz� (v. 33), etc. os d� que � se�is un�nimes seg�n Cristo Jes�s�No es unanimidad en todo lo que el ap�stol desea que ellos tengan, porque la unanimidad en lo malo debe ser desaprobada. Antes es �seg�n Cristo Jes�s��seg�n el modelo excelso de aquel cuyo deseo vehemente era �no hacer su propia voluntad, sino la voluntad de aquel que le envi� ( Juan 6:38). concordes, a una boca�La mente y la boca de todos dando gloria de com�n acuerdo a su nombre. �Se llegar� a realizar esto en la tierra?

7. Por tanto�volviendo al punto, v. 1�sobrellevaos [�recib�os�] � para gloria de Dios�Si Cristo nos recibi� a nosotros y sobrelleva toda nuestra debilidad, nosotros podemos recibirnos mutuamente y compadecernos los unos de los otros, para que as� Dios sea glorificado.

8-12. Digo, pues�El ap�stol solamente asigna m�s motivo para la tolerancia cristiana. Cristo Jes�s fu� hecho ministro de la circuncisi�n�Notable expresi�n, que significa: �Cristo fu� hecho siervo del Padre para la salvaci�n de la circuncisi�n (o sea, de Israel).� por la verdad de Dios,�Para reiterar la veracidad de Dios con respecto a su antiguo pueblo. para conf�rmar las promesas [mesi�nicas] hechas a los padres�Para alentar a los creyentes jud�os, a quienes podr�a parecer estar descuidando, y para desanimar el orgullo de los gentiles, el ap�stol pone en alto la salvaci�n de Israel como el objeto primordial de la misi�n de Cristo. As� que, en segundo t�rmino, Cristo fu� enviado�para que los Gentiles glorifiquen a Dios por la misericordia�Sigue aqu� un n�mero de citas del Antiguo Testamento para demostrar que el plan de misericordia de Dios abarcaba, desde el principio, a los gentiles juntamente con los jud�os. como est� escrito [Salmo 18:49]:� te confesar� entre los Gentiles, etc. Y otra vez dice [ Deuteronomio 32:43, aunque hay cierta dificultad en el hebreo]: Alegraos, Gentiles, con su pueblo [Israel]. Y otra vez [Salmo 117:1]: Alabad al Se�or todos los Gentiles, Y magnificadle, todos los pueblos�Las varias naciones fuera del juda�smo. Y otra vez, dice Isa�as [ Isa�as 11:10]: Estar� la ra�z de Jess��que significa, no la ra�z de donde naci� Isa�, sino aquel que naci� de �l, a saber, David ( Apocalipsis 22:16). Y el que se levantar�, etc.�La Versi�n de los Setenta est� de acuerdo substancial, aunque no verbalmente, con el original.

13. Y el Dios�Esta parece ser la oraci�n conclusiva del asunto que se ha discutido anteriormente en esta Ep�stola. de esperanza [nota, v. 5] os llene de todo gozo y paz creyendo�La verdad nativa de aquella �fe� que es el gran tema de esta Ep�stola (comp. G�latas 5:22). para que abund�is en [la] esperanza��de la gloria de Dios.� V�ase nota, cap. 5:1. por la virtud del Esp�ritu Santo�a quien, en la dispensaci�n de la gracia, le corresponde inspirar a los creyentes todos los afectos dignos de un cristiano.�Sobre la porci�n precedente, n�tese: (1) Ning�n cristiano tiene el derecho a considerarse como un disc�pulo aislado del Se�or Jes�s, para decidir los asuntos de deber y de libertad solamente con referencia a s� mismo. As� como los cristianos son un cuerpo en Cristo, la gran ley del amor nos obliga a obrar en todas las cosas con ternura y consideraci�n hacia los hermanos �de la com�n salvaci�n� (vv. 1, 2). (2) De este desinter�s Cristo es el perfecto modelo para todos los cristianos (v. 3). (3) La Sagrada Escritura es la fuente de todo lo que incluye la vida cristiana, aun en sus fases m�s duras y delicadas (v. 4). (4) La glorificaci�n armoniosa del Dios y Padre de nuestro Se�or Jesucristo de parte de todos los redimidos, es el fruto m�s excelso del plan de redenci�n, y el objeto final de Dios en dicho plan (vv. 5-7).

14-33. CONCLUSION: EL APOSTOL SE DISCULPA POR HABER ESCRITO A LOS CRISTIANOS ROMANOS COMO LO HIZO, EXPLICA LA RAZON POR NO HABERLES VISITADO, ANUNCIA SUS PLANES PARA EL FUTURO, Y PIDE LAS ORACIONES DE ELLOS POR EL CUMPLIMIENTO DE LOS MISMOS.

14, 15. cierto estoy, etc.�Mejor dicho: �Ahora estoy persuadido, hermanos m�os, con respecto a vosotros��que aun vosotros mismos est�is llenos de bondad�de la inclinaci�n hacia todo lo que vengo intim�ndoos�llenos de todo conocimiento [de la verdad explayada], de tal manera que pod�is [sin mi intervenci�n] amonestaros � Mas [sin embargo] os he escrito, hermanos, en parte resueltamente [�osadamente�], como amonest�ndoos por [�a causa de�] la gracia que de Dios me es dada�como ap�stol de Jesucristo.

16. Para ser ministro, etc.�La palabra usada aqu� se emplea com�nmente para expresar el oficio del sacerdocio, lo que sugiere el lenguaje figurativo del resto del vers�culo. de Jesucristo [�Cristo Jes�s,� seg�n la lecci�n correcta] a los Gentiles�Prueba adicional de que la ep�stola fu� dirigida a los cristianos gentiles. V�ase nota, cap. 1:13. ministrando el evangelio de Dios�Como la palabra aqu� usada se emplea para expresar la ocupaci�n sacerdotal, se debe traducir (como en la Versi�n Moderna): �ministrando, a manera de sacerdote, el evangelio de Dios.� para que la ofrenda de los Gentiles [como oblaci�n a Dios, en su car�cter de convertidos] sea agradable, santificada por el Esp�ritu Santo�Siendo �sta la finaldiad se�alada figurativamente por las antiguas ofrendas.

17. Tengo, pues, de qu� gloriarmelit., �Tengo mi gloria,� es decir, el derecho a gloriarse. en Cristo Jes�s en lo que mira a Dios�en las cosas del ministerio que me fu� encomendado por Dios.

18-22. Porque no osar�a hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por [medio de] m��Esta expresi�n modesta, aunque algo obscura, quiere decir: �No me atrever� a hablar sino de lo que Cristo ha obrado por m�, y en este esp�ritu termina el p�rrafo. Notemos c�mo Pablo atribuye todo el �xito de sus labores a la intervenci�n del viviente Redentor, que obraba en el y por �l. con la palabra y con las obras�por la predicaci�n y por las obras, y �stas las explica a continuaci�n: Con potencia [lit., �con el poder�] de milagros [�se�ales�] y prodigios�Esto es, gloriosos milagros. en virtud del Esp�ritu de Dios��el Esp�ritu Santo,� como parece ser la lecci�n correcta. Parece que esto lo dice el ap�stol para explicar la eficacia de la palabra predicada, as� como los prodigios que la confirmaban. desde Jerusalem � hasta Il�rico�Hasta el m�s lejano l�mite al noroeste de Grecia. Corresponde a la moderna Croacia y Dalmacia ( 2 Timoteo 4:10). V�ase Hechos 20:1. he llenado todo el evangelio de Cristo � me esforc�, etc.�Es decir, �tom� empe�o (comp. 2 Corintios 5:9; 1 Tesalonicenses 4:11, griego), por predicar el evangelio, no donde Cristo ya fuese nombrado, por no edificar sobre fundamento ajeno (que otro hubiese puesto); sino como est� escrito �� etc. Por lo cual�Estando as� ocupado en esta obra misionera he sido impedido muchas veces (o �la mayor parte de las veces�). V�ase nota, cap. 1:9-11.

23, 24. Mas ahora no teniendo m�s lugar�Es decir, ni un lugar donde Cristo no haya sido predicado�y deseando [�anhelando�] ir a vosotros muchos a�os ha�(de nuevo, v�anse notas, cap. 1:9-11); Cuando partiere para Espa�a�Si este prop�sito se llev� a cabo ha sido muy disputado, puesto que en ninguna parte se ha escrito ni hecho alusi�n alguna a ello. Los que arguyen que nuestro ap�stol nunca estuvo libre despu�s de su primer encarcelamiento en Roma, por supuesto, negar�n esa posibilidad; mientras que los que est�n persuadidos, como nosotros lo estamos, de que sufri� un segundo encarcelamiento, antes del cual estuvo libre por un tiempo considerable, se inclinan naturalmente a la otra opini�n. ir� a vosotros�Si estas palabras no estaban en el texto original, y hay evidencia de peso en contra de ello, debieron ser insertadas al menos como suplemento necesario. espero que pasando, os ver� etc.��Al pasar por all�, ser� enviado adelante, mas espero antes gozar en parte (�llenarme�) de vuestra compa��a�. Vale decir: �Hubiera querido por cierto quedarme m�s tiempo con vosotros de lo que pienso, pero estoy conforme con disfrutar en parte al menos, de vuestro compa�erismo.�

25-27. Mas ahora parto para Jerusalem a ministrar�en el sentido que en seguida se explica. a los santos. Porque � etc.��Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer cierta contribuci�n para los pobres de entre los santos que estaban en Jerusal�n. ( Hechos 24:17.) Les pareci� bien, pues en realidad eran deudores de ellos.� Como si se dijera: �Y bien hacen, si piensan en lo que los creyentes gentiles deben a sus hermanos jud�os.� porque si los Gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben tambi�n ellos servirles en los carnales�Comp. 1 Corintios 9:11; G�latas 6:6; v�ase Lucas 7:4; Hechos 10:2.

28, 29. cuando hubiere � consignado [lit., �sellado�] este fruto [de la fe y amor de los convertidos gentiles], pasar� [�volver�] por [medio de] vosotros a Espa�a�V�ase nota, v. 24. Y s� [de seguro] que � llegar� con abundancia de la bendici�n del evangelio de Cristo�La lecci�n correcta en el original es: �la bendici�n de Cristo.� Las palabras �del evangelio� no est�n en manuscrito alguno de antig�edad o de autoridad. Tampoco estaba equivocado el ap�stol en esta confianza, aunque su visita a Roma se hizo en circunstancias muy diferentes de las que �l esperaba. V�ase Hechos 28:16, etc.

30. Ru�goos empero, hermanos, por el Se�or nuestro Jesucristo, y por la caridad [�amor�] del Esp�ritu�No se trata del amor que el Esp�ritu sienta hacia nosotros, sino del amor que �l enciende en el coraz�n de los creyentes de los unos para con los otros. Como si dijera: �Por aquel Salvador, cuyo nombre nos es querido a todos y cuyas riquezas inescrutables vivo solamente para proclamar, y por aquel amor mutuo que el bendito Esp�ritu difunde por toda la hermandad y hace que las labores de los siervos de Cristo sean asunto de inter�s com�n para todos�os ruego:� que me ayud�is [�luch�is conmigo�] con oraciones por m� a Dios�Indicando con esto que �l ten�a sus razones para temer al hacer este viaje.

31. Que sea librado de los rebeldes [�de los que no obedecen� a la verdad, descrey�ndola, como en el cap. 2:8] que est�n en Judea�El ap�stol ve�a la tormenta que se formar�a a causa de �l en Judea, la que deber�a estallar sobre su cabeza al llegar �l a la capital; y los hechos demostraron claramente lo acertadas que eran estas aprensiones. y que la ofrenda de mi servicio�v�ase notas vv. 25-28. a los santos en Jerusalem sea acepta.�Pablo ten�a dudas y temores de que las antipat�as que �l hab�a causado por estar en contra del celo de los jud�os convertidos, quienes no quer�an acceder a recibir cordialmente a sus hermanos gentiles, hiciesen que esta donaci�n de los mismos a los santos menesterosos de Jerusal�n fuese menos acepta de lo que debiera ser. Por esta raz�n quer�a que los romanos se uniesen a �l en oraci�n a Dios para que la ofrenda fuese recibida con gratitud, y resultase en un v�nculo de uni�n entre los dos partidos. Pero adem�s:

32. Para que con [�en�] gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios ( Hechos 18:21; 1 Corintios 4:19; 1 Corintios 16:7; Hebreos 6:3; Santiago 4:15). y que sea recreado (antes: �me recree,� despu�s de sus labores y ansiedades, y est� restablecido para realizar sus trabajos futuros). juntamente con vosotros. 33. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Am�n. La paz aqu� mencionada ha de ser entendida en su sentido m�s amplio: la paz de la reconciliaci�n con Dios, primero, �por la sangre del pacto eterno� ( Hebreos 13:20; 1 Tesalonicenses 5:23; 2 Tesalonicenses 3:16; Filipenses 4:9); luego la paz que dicha reconciliaci�n difunde entre todos los que de ella participan ( 1 Corintios 14:33; 2 Corintios 13:11; y v�ase nota, cap. 16:20); m�s ampliamente a�n, aquella paz que los hijos de Dios, a semejanza de su Padre celestial, han sido llamados para difundir y tienen el privilegio de esparcir por todas partes de este mundo tan desdichado y desgarrado por el pecado (cap. 22:18; Mateo 5:9; Hebreos 12:14; Santiago 3:18).�N�tese: (1) �Se disculp� �el principal de los ap�stoles� por haber escrito a una iglesia cristiana que nunca hab�a visto, iglesia que �l estaba persuadido no necesitaba su carta, salvo �para despertar con exhortaci�n su limpio entendimiento� ( 2 Pedro 1:13; 2 Pedro 3:1); y esto lo hizo bas�ndose s�lo en su responsabilidad apost�lica (vv. 14-16)? �Qu� contraste se halla aqu� entre la actitud del ap�stol y la arrogancia jer�rquica, y en particular, la humildad afectada del obispo de esta misma Roma! �Cu�n estrecho el v�nculo que el Esp�ritu se�ala entre ministros y pueblo! �Y cu�n ancha la separaci�n entre la iglesia de Roma y sus feligreses! (2) No hay en la iglesia cristiana sacerdocio verdadero, ni sacrificios sino aquellos que son figurativos. De otro modo, es inconcebible que el vers�culo 16 de este cap�tulo se hubiera escrito en tal forma. El �nico sacerdocio de Pablo y sus �nicas ofrendas sacrificiales consist�an: primero, en ofrecerles, como �el ap�stol a los gentiles,� no el sacramento de la �presencia real� de Cristo en �l, ni el sacrificio de la misa, sino �el evangelio de Dios;� y luego, en presentarlos a Dios, una vez congregados bajo el ala de Cristo, como ofrenda grata, �santificados (no por d�divas sacrificiales, sino) por el Esp�ritu Santo.� (V�ase Hebreos 13:9.) (3) Aunque la deuda que tenemos para con aquellos que nos condujeron a Cristo nunca puede ser liquidada, debemos considerar como un privilegio el otorgarles cualquier beneficio, por peque�o que sea. como una expresi�n de gratitud (vv. 26, 27). (4) Las grandes conspiraciones en contra de la verdad y en contra de los siervos de Cristo deber�an ser contrarrestadas, antes que por todo otro m�todo, por medio de la oraci�n unida y dirigida a Aqu�l que rige todos los corazones e interviene en todos los eventos; y cuanto m�s negra la nube, con tanta m�s resoluci�n deber�an �ayudar con oraciones a Dios� todos los que aman la causa de Cristo (vv. 30, 31). (5). La hermandad cristiana es tan preciosa que los m�s eminentes siervos de Cristo, en medio de las fatigas y las pruebas de su obra, se recrean y vigorizan en ella; y no da buen testimonio el eclesi�stico que crea que se rebaja con buscarla y gozarla entre los santos m�s humildes de la iglesia de Cristo (vv. 24, 32).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 15". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/romans-15.html. 1871-8.
 
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