Bible Commentaries
Zacarías 6

Comentario Crítico y Explicativo de toda la BibliaComentario Crítico

Versículos 1-15

CAPITULO 6

1-8. LA OCTAVA VISION. LOS CUATRO CARROS.

1. cuatro carros�simbolizan las varias dispensaciones de la Providencia hacia aquellas naciones gent�licas que han estado m�s o menos en relaci�n con Judea; especialmente en el castigo de Babilonia. V�ase v. 8 (�la tierra del aquil�n.� o sea, Babilonia); 1:15; 2:6. El n�mero �cuatro� est� especificado no meramente en referencia a los cuatro puntos del horizonte (indicando juicios universales), sino en alusi�n a los cuatro reinos mundiales del libro de Daniel. de entre dos montes�el valle de Josafat, entre Moria y el Monte Olivete (Moore); o el valle entre Si�n y Moria, donde el Se�or est� (2:10), y desde donde �l env�a a sus ministros de juicio sobre los paganos. (Maurer.) El templo sobre el monte Moria es el s�mbolo de la teocracia; por eso, el m�s cercano lugar accesible a los carros en el valle abajo, es el m�s apropiado para una visi�n que afecta a Jud� en relaci�n con los poderes mundiales gent�licos. de metalLit., �bronce:� metal que entre los antiguos representaba la dura solidez; como la firmeza inmovible e irresistible del pueblo de Dios (v�ase Jeremias 1:18). Calvino explica los �dos montes� de esta manera: El prop�sito secreto de Dios desde la eternidad no sale a la vista antes de la ejecuci�n, sino que est� oculto e irresistiblemente reservado hasta el debido tiempo, como si estuviera entre alt�simas monta�as; los carros son los varios cambios obrados en las naciones, los que, cual veloces heraldos, nos anuncian lo que antes no sab�amos. Los �dos� montes pueden, de este modo, corresponder al n�mero de los �olivos� (Jeremias 4:3); la alusi�n a los �dos montes� cerca del templo no est� necesariamente exclu�da de este punto de vista. Henderson explica que ellos son el reino medopersa, representado por los �dos cuernos� ( Daniel 8:3), empleados ahora para ejecutar el prop�sito de Dios de castigar a las naciones: pero la profec�a alcanza mucho m�s all� de aquellos tiempos.

2. bermejos�lo que significa matanza. negros�representan duelo; y tambi�n el hambre ( Apocalipsis 6:5; Apocalipsis 1:8).

3. blancos�significan alegr�a y victoria. (Calvino.) overos�tordos, pintados (de varios colores). Quiere expresar una disposici�n mixta, en parte de prosperidad, y en parte de adversidad. Las cuatro dispensaciones, aunque diferentes en car�cter respecto a las naciones gentiles, presagiaron igualmente bien al pueblo de Dios. ruciorodados��bayos:� o bien, �fuertes,� o �feroces;� as� la Vulgata. (Gesenius.) Los caballos todos tienen este mismo ep�teto: cuya obligaci�n era de �recorrer toda la tierra� (v. 7). Sin embargo, la Versi�n de los Setenta y la caldea concuerdan con la Versi�n Inglesa al atribuir el t�rmino hebreo al color, no a la fuerza.

4. El profeta, d�cil y humildemente busca instrucci�n de parte de Dios, y por tanto no busca en vano.

5. cuatro vientos�m�s bien, �esp�ritus celestiales, los que est�n delante de Jehov� para recibir los mandatos de Dios (v�ase 4:14; 1 Reyes 22:19; Job 2:1; Lucas 1:19) en el cielo (del cual Si�n es la contraparte en la tierra. Nota, v. 1), y marchan con carro veloz ( 2 Reyes 6:17; Salmo 68:17) para ejecutarlos sobre la tierra en sus cuatro varias regiones (Salmo 104:4; Hebreos 1:7, Hebreos 1:14). (Pembellus.) O bien, los secretos impulsos de Dios que emanan de su consejo y providencia; el profeta quiere decir que todas las revoluciones del mundo, son del Esp�ritu de Dios como si fueran sus mensajeros o esp�ritus. (Calvino.)

6. tierra del aquil�n�Babilonia (Nota, Jeremias 1:14). El norte es la regi�n especificada en particular, desde donde Jud� e Israel, en lo futuro, han de volver a su propia tierra (Jeremias 2:6; Jeremias 3:18). �Los caballos negros� van a Babilonia, principalmente para representar la terrible desolaci�n con que Dar�o la visit� en el quinto a�o de su reinado (dos a�os despu�s de esta profec�a), por rebelarse. (Henderson.) Los �blancos� van detr�s de los caballos �negros� al mismo pa�s; los dos �carros� son enviados all� a causa de su mayor crueldad y culpa respecto de Judea. Los blancos representan la triunfante subyugaci�n de ella por Dar�o. (Moore.) Mas bien, pienso yo, los blancos son enviados para sojuzgar victoriosamente a Medopersia, el segundo imperio mundial, situado en la misma regi�n que Babilonia, es decir, al norte. los overos � hacia � mediod�a�es decir, hacia Egipto, el otro gran enemigo del pueblo de Dios. Siendo �ste una parte del reino grecomacedonio, representa al mismo, el tercer reino mundial.

7. los rucios�m�s bien, �los veloces,� o �fuertes,� Como los �bermejos� (o rojos) de otra manera no se mencionan, el ep�teto �veloces� (como el t�rmino hebreo correspondiente debe ser traducido) en el v. 3 parece aplicarse a los cuatro grupos, y aqu� especialmente a los �rojos.� Su oficio es para completar en adelante la obra ya ejecutada en parte por los tres anteriores, los cuales han derrotado a Babilonia, a Medopersia, y a Grecomacedonia: a saber, para castigar finalmente al �ltimo enemigo de Israel, la forma final asumida por Roma el cuarto reino mundial. Por tanto ellos �recorren toda la tierra,� contrarrestando �los rodeos y las andanzas� de Satan�s ( Job 1:7; 2 Tesalonicenses 2:8; 1 Timoteo 4:1), en conexi�n con el �ltimo terrible desarrollo del cuarto reino mundial. Su �rapidez� se necesita para contrarrestar la incesante actividad de �l; su rojo color insin�a la gran matanza final (Ezequiel 39; Apocalipsis 19:17, Apocalipsis 19:21).

8. aquil�n hicieron reposar mi espiritu�es decir, �hicieron reposar mi enojo� ( Jueces 8:3; Eclesiast�s 10:4. Ezequiel 5:13; Ezequiel 16:42). Solamente Babilonia, de los cuatro grandes reinos mundiales, hab�a sido finalmente castigada en el tiempo de Zacar�as; por tanto, solamente en este caso dice ahora Dios que su c�lera est� satisfecha; los otros tenian todavia que expiar su pecado; Roma, el cuarto, tiene todavia que hacerlo.

9-15. LA NOVENA VISION. LA CORONACION DS JOSUE. La doble corona es puesta en la cabeza de Josu�, simbolizando que el sacerdocio y el reino verdaderos ser�n conferidos al unisolo Mes�as. V�ase Hebreos 6:20; Hebreos 7:1, tocante a Melquisedec, quien similarmente como tipo del Mes�as, combin� en si mismo el reino y el sacerdocio.

10. Toma de los del cautiverio�Toma de ellos la plata y el oro (v. 11). Los tres nombrados vienen desde Babilonia (donde a�n quedaban algunas de los jud�os desterrados) para presentar dones de plata y oro, para la edificaci�n del templo. Pero en los vv. 11, 14 se manda que se hagan �coronas� de aquellos dones para ser despu�s colocadas sobre la cabeza de Josu�, y para ser depositadas luego en el templo como un memorial de los donantes, hasta la aparici�n del Mesias. Heldai�que significa robusto. Llamado Helem m�s abajo. Tob�as�cso es, la bondad de Dios. Jeda�a�o sea, Dios conoce. los cuales volvieron de Babilonia�Esta cl�usula en el hebreo viene despu�s de �Jos�as hijo de Sefanias.� Por lo tanto, Moore piensa que Jos�as. �vino de Babilonia,� tanto como los otros tres. Pero como �l tiene una �casa� en Jerusal�n. es evidentemente un residente, no un visitante. Por tanto est� bien la Versi�n Inglesa. O bien, Maurer: �Jos�as hijo de Sefan�as (o Sofonias), a quien ellos hab�an venido (como hu�spedes) desde Babilonia. en aquel d�a�No hab�a tiempo que perder para se�alar el significado de su venida desde lejos para ofrecer dones para el templo, tipificando, en la doble corona hecha de sus donaciones y puesta en la cabeza de Josu�, la futura asamblea de desterrados de Israel con el Mes�as, quien ser� entonces reconocido como el verdadero rey y sacerdote.

11. El sumo sacerdote sol�a llevar una corona encima de la mitra ( Hebreos 3:5; Lev�tico 8:9). El Mes�as llevar� muchas coronas, una puesta sobre otra ( Apocalipsis 19:12). Era cosa antes desconocida en el sacerdocio lev�tico que la misma persona llevara a la vez la corona de rey y la del sumo sacerdote (Salmo 110:4; Hebreos 5:10). El Mes�as ser� revelado plenamente en esta doble dignidad, cuando haya �restaurado el reino a Israel� ( Hechos 1:6).

12. He aqu� el var�n�que se levantar�. Pilato, inconscientemente, expres� la voluntad de Dios tocante a �l cuando dijo: �He aqu� el hombre� ( Juan 19:5). El sentido aqu� es: �He aqu� en Josu� una notable prefiguraci�n del Mes�as.� No es por su propia causa, ni por �l mismo, que la corona le sea puesta, sino como tipo del Mes�as, que est� por ser a la vez rey y sacerdote. Josu�, individualmente, no pod�a ser coronado rey, no siendo de la l�nea real de David, sino �nicamente en su car�cter representativo. Pimpollov�stago, o renuevo, (V�ase Nota, Juan 3:8; Isa�as 4:2; Jeremias 23:5; Jeremias 33:15). germinar� de su lugar�conservando la figura de un �renuevo;� �l brotar� desde su lugar, es decir, del lugar id�neo a �l: no meramente de Bel�n o Nazaret, sino por su propio poder, sin ayuda del hombre, en su milagrosa concepci�n (Henderson); un sentido sacado a luz en el original, �de debajo de s� mismo,� o �desde (de) �l mismo.� (Calvino.) Moore lo hace referirse a su humilde crecimiento en su lugar de oscuridad, �cual renuevo y ra�z de tierra seca� ( Isa�as 53:2), por treinta a�os desconocido, salvo como el hijo de un carpintero. (Maurer traduce: �Bajo �l habr� un crecimiento (en la iglesia).� La Versi�n Inglesa concuerda mejor con el hebreo (v�ase �xodo 10:23). La idea de un renuevo est� en que la gloria de Cristo est� creciendo, no manifestado todav�a como �rbol plenamente desarrollado. Es por eso que los hombres lo rechazan ahora. edificar� el templo�La promesa de la futura edificaci�n verdadera del templo espiritual por el Mes�as ( Mateo 16:18; 1 Corintios 3:17; 2 Corintios 6:16; Efesios 2:20; Hebreos 3:3) es una garant�a para asegurar a los jud�os que el templo material ser� edificado por Josu� y Zorobabel, a despecho de todos los obst�culos aparentes. Tambi�n les eleva los pensamientos m�s all� del templo material, al templo espiritual, y tambi�n al futuro templo glorioso, a ser erigido en Israel bajo la direcci�n del Mes�as ( Ezequiel 40:1 al 43:27). La repetici�n de la misma cl�usula (v. 13) da �nfasis a la declaraci�n tocante a la obra del Mes�as.

13. llevar� gloria�es decir, llevar� la insignia de la regia gloria, �las coronas� (Salmo 21:5; Salmo 102:16; Isa�as 52:13). El mismo llevar� la gloria, no t�, Josu�, aunque est�s llevando las coronas. La dignidad de la iglesia est� en su �nlca cabeza, Cristo. As� Eliacim, tipo del Mes�as, hab�a de tener �toda la gloria de la casa de su padre colgada de s� ( Isa�as 22:24). y se sentar��lo que infiere seguridad y permanencia. sacerdote en su solio�( G�nesis 14:18; Salmo 110:4; Hebreos 5:6, Hebreos 5:10: Hebreos 6:20; Hebreos 6:7.) consejo de paz ser� entre ambos a dos�Josu� y Zorobabel, las autoridades religiosa y civil, cooperando en el templo, tipifican la paz, o la uni�n armoniosa entre ambos oficios, el real y el sacerdotal. La regia majestad no humillar� la dignidad sacerdotal, ni la dignidad sacerdotal a la majestad real. (Jer�nimo.) La paz de la iglesia, buscada en tiempos pasados en los �consejos� mutuos de los reyes y los sacerdotes, dos oficios siempre distintos, ser� perfectamente asegurada por la realizaci�n de los dos oficios en el �nico Mes�as, quien la adquiere por su sacerdocio mediador y la mantiene por su gobierno real. Vitringa entiende que �su trono� es el de Dios el Padre. De esta manera ser�: �Habr� paz entre el Renuevo y Jehov�.� (Ludovico de Dios.) Es mejor la otra interpretaci�n, a saber: �el trono del Mes�as.� Como Sacerdote �l exp�a el pecado; como Rey, lo extirpa. �Consejo de paz,� infiere que es el plan de infinita �sabidur�a, por lo cual al Mes�as se le llama �Consejero� ( Isa�as 9:6; Efesios 1:8, Efesios 1:11; Hebreos 6:17). La paz entre los atributos reales y sacerdotales del Mes�as sugiere la reconciliaci�n de las demandas antag�nicas de la justicia de Dios como Rey y su amor como de un Padre y Sacerdote. De este modo se produce la paz para el hombre ( Lucas 2:14; Hechos 10:36 : Efesios 2:13). Es solamente por haber sido perdonados por medio de su expiaci�n y ser gobernados por sus leyes, que podemos hallar �paz.� El �trono� real siempre estuvo relacionado con el �templo,� como lo est� en el caso del Apocalipsis ( Apocalipsis 7:15), porque Cristo ha de ser Sacerdote y Rey en su trono, porque el pueblo, cuyo �Rey� es el Se�or, no puede acudir a �l sino por mediaci�n sacerdotal. (Roos.) Jes�s vendr� para efectuar, por su presencia ( Isa�as 11:4; Daniel 7:17), aquello que en su ausencia es buscado en vano por otros medios. El ejercitar� su poder mediador como sacerdote sobre su trono (v. 13); por eso su reinado es para un per�odo limitado, cosa que no pudiera ser, si fuera un estado de gloria final y eterno. Pero siendo por un prop�sito especial, para reconciliar todas las cosas en este mundo, ahora desordenadas o desarregladas por el pecado, y para presentarlas as� a Dios el Padre, para que �ste pueda otra vez�por vez primera desde la ca�da de Ad�n�entrar ea relaci�n directa con sus criaturas; por eso el per�odo es limitado, constituyendo la dispensaci�n en la plenitud de los tiempos ( Efesios 1:10), cuando Dios reunir� todas las cosas en Cristo, la consumaci�n de la cual ser�: �Dios el todo en todos� ( 1 Corintios 15:24).

14. tendr�n [las] ceronas por memorial en el templo�depositadas en el templo en honor a los donantes; un memorial, adem�s, de la coronaci�n de Josu�, para recordar a todos al Mes�as, el prometido Rey y Sacerdote antitipico, presto a venir. Helem, el mismo como Heldai del v. 10. Similarmente, Hen, (eso es, favor) es otro nombre por Jos�as (quiere decir: Dios funda), del mismo v. 10. La misma persona frecuentemente ten�a dos nombres.

15. los que est�n lejos � edificar�n�La raz�n por qu� las coronas fueron hechas del oro recibido de lejos, a saber, de los jud�os de Babilonia, era para tipificar la conversi�n de los gentiles al Mes�as, Rey de Israel. Esto tambi�n estaba inclu�do en la �paz� de que se habla en el v. 13 ( Hechos 2:39; Efesios 2:12). En primer lugar, sin embargo, el retorno de los israelitas dispersos desde �lejos� ( Isa�as 60:9) al rey de los jud�os en Jerusal�n es de lo que se habla, y ha de ser seguido, en segundo t�rmino, por la conversi�n de los gentiles �lejanos� ( Isa�as 2:11; Isa�as 8:22; Isa�as 60:10; Isa�as 57:19). edificar�n en el templo��Cristo edifica el templo� (vv. 12, 13; Hebreos 3:3); sn pueblo �edifica en el templo.� V�ase 3:2; �Mois�s en su casa �� conocer�is � cuando el evento corresponda a la predicci�n (2:9; 4:9). Y ser� esto, si oyereis obedientes�A los jud�os de los d�as de Zacar�as es dado un est�mulo para la diligente prosecuci�n de la edificaci�n del templo, obra que era el deber de ellos cumplir entretanto, contando con la esperanza de que el Mes�as ir�a despu�s para glorificarlo. La terminaci�n del templo �ser�,� se verificar�, siempre que vosotros de vuestra parte diligentemente �obedezc�is a Jehov�.� No se quiere decir que la incredulidad de ellos pudiese frustrar el prop�sito de gracia de Dios respecto a la venida del Mes�as. Pero si significa, de modo secundario, que la gloria del Mes�as como rey sacerdotal de Israel no ser� manifestada a los jud�os mientras no se vuelvan a �l con obediente arrepentimiento. Ellos son, entretanto, �ramas� cortadas, hasta que vuelvan a ser �injertados� de nuevo en el Renuevo (Pimpollo) y su propio olivo (3:8; 12:10-12; Mateo 23:39; Romanos 11:16).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Zechariah 6". "Comentario Crítico y Explicativo de toda la Biblia". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfb/zechariah-6.html. 1871-8.